CAPÍTULO 54: Está cerca
—Miren, creo que esa es su base—soltó Carl, todos miramos hacia un lado y entre los árboles, a lo lejos, se podía notar una base.
—Si, ahí está, intentan que nadie pueda llegar—afirmó Jesús, habían carros obstaculizando nuestro camino. Y sabíamos que los salvadores habían echo eso.
—Los movemos y los volvemos a ubicar, nadie sabrá que estuvimos
aquí—ordenó Rick señalando los carros.
Todos nos dedicamos a asentir rápidamente y bajamos del auto.
Pude ver al resto que comenzaba a mover los autos manejandolos, e incluso solo empujandolos.
Me acerqué a mover un auto, aún estaba preocupada porque no había nadie protegiendo Alexandria, solo estaba Gabriel y algunos alexandrianos.
Era un riesgo para Liam.
Era un riesgo para Judith.
—¿Qué pasa?—preguntó una cálida voz, ayudandome a empujar el carro.
Sonreí.
—Solo pienso que no debimos de venir todos, o que al menos alguien debió quedarse en Alexandria—respondí al instante, éste pareció comprender mi preocupación.
Dejamos de vernos por un instante y ambos empujamos el auto, Cuando acabamos volví a ver su rostro que reflejaba tranquilidad, Sabía que Carl también estaba preocupado, pero lucía sereno y había algo en él me tranquilizaba.
—¿Por qué?—preguntó.
—Si no estamos protegiéndolos cualquier grupo podria atacar Alexandria—respondi.
Me sacudí el polvo que había logrado obtener por empujar el carro.
—Estarán bien. Alexandria estará bien, la mayoría de ahí sabe cuidarse—respondió Carl, puso su mano en mi espalda y suspiró—No te preocupes por ellos, acabaremos con esto rápido—afirmó.
Asenti y al instante escuché la voz de Michonne.
—Rick, ven a ver esto—soltó Michonne atrayendo toda la atención hacia ella. Rick cogió los binoculares de Michonne y miró atraves de ellos.
—Hay algo por allá—afirmó y comenzó a caminar, todos lo seguimos.
Había un alambre que estaba atado desde la esquina de un auto hasta la otra esquina de otro auto, y de ese modo estaba estirado en todo lo ancho de la autopista.
—¿Para qué es
esto?—preguntó Michonne.
—Esperen, cuando me escondí en el camión oí a algunos hablando de eso, Es para una horda—opinó Carl.
—Por eso es un cable de acero, no es para un caminante, es para
muchos—añadió Rosita.
Todos miramos hacia todos lados pensando por donde podrían salir los caminantes para llegar hasta aquí.
Era una autopista y estaba a la libertad de que cualquier caminante pasara, pero ese alambre protegía una zona y sin contar de que tenía explosivos adheridos a el.
—Necesitamos explosivos—aclaró Sasha mirando los explosivos.
—Si—murmuró Rosita dándole la razón—pero primero hay que desactivarlos—volvió a añadir, la observé por un instante, ella parecía estar pensando en algo.
Rosita se acercó al suelo y encontró una rejilla, sacó la rejilla y todos pudimos observar una especie de máquina que controlaba las bombas del alambre.
Y justo en ese instante el intercomunicador que Jesús había robado de los salvadores comenzó a tener una señal.
—Estamos en alerta roja, nesecitamos una unidad de búsqueda—ordenó Negan atravez del intercomunicador—ve a ver si Daryl no llegó a su casa como un perro estúpido—volvió a decir.
—Esta bien, llegaré para el almuerzo—contestó otro tipo, tal vez era otro salvador.
Es un punto a favor de Jesús, la estrategia de robar el intercomunicador para escuchar de lo que hablasen los salvadores habia sido muy buena.
—Da vuelta ese pueblito de porquería—volvió a decir Negan a través del intercomunicador.
Ambos miramos a Rick esperando a que a éste se le ideara algo para salir más rápido y regresar a proteger Alexandria.
—Tenemos que irnos—se apresuró a decir Michonne—hay que llegar con todo eso—volvió a hablar señalando los explosivos del alambre—Hay que despejar el camino—continuó.
—No tendriamos suficiente tiempo—añadió Carl
—Si, si tenemos tiempo—afirmó Rick, miró a Rosita haciendo un ademán para que se apurara en sacar lo que estaba en las rejillas.
Rosita hizo lo que tenia que hacer y se levantó.
—Primer paso listo—murmuró levantandose.
—¿Y Ahora?—preguntó Michonne.
—Hay que sacar los explosivos secundarios, la dinamita y las granadas, ver que los cartuchos esten bien y asegurarnos de no tocarlos tampoco, Esto podría estallar—ordenó Rosita, todos asentimos.
—Ya la oyeron, vamos—volvió a ordenar Rick, todos comenzamos a sacar los explosivos secundarios, la dinamita y las granadas.
Había sacado dos granadas, fue fácil porque mi padre solía usar explosivos todo el tiempo.
Me detení a observar que tan concentrados estaban todos en lo suyo, mi vista se fijó en lo que tenia en mis manos, una granada.
—No carguen los explosivos al carro si no están en buen estado, ni rasgados, ni golpeados, no están activos, hay que detonarlos—volvió a ordenar Rosita.
Todos iban dejando los explosivos que habían retirado del alambre dentro del auto.
—Debemos apurarnos, Alexandria es un blanco fácil si nosotros no estamos para protegerlos—afirmé colocando mas granadas dentro de la maletera del auto.
—Si—secundó Rick
—Estoy de acuerdo contigo pero necesitamos esto—terció Tara sacando unas dinamitas que estaban unidas, eran cinco exactamente.
—Esa no—sugirió Rosita mirando a Tara y le quitó una de las cinco dinamitas y se la llevó, la dejó por el pasto al lado de la autopista.
Carl iba hacia el carro, lo miré por unos segundos, él dejó la dinamita dentro del auto, cruzamos miradas.
—¡Papá!—grito atrayendo la mirada de Rick—¡Mira!—gritó señalando algo, era una horda con demasiados caminantes acercándose hacia nosotros.
—okey, ahí están, no están lejos, nos queda tiempo—aseguró Rick con inseguridad.
—¿Estás seguro?—preguntó Sasha mirando a Rick por que notó inseguridad en sus palabras.
—Necesitamos esto—respondió señalando los explosivos mientras intentaba sacar un explosivo.
Era cierto, necesitábamos los explosivos pero corríamos peligro, los caminantes se estaban acercando a nosotros.
—Tenemos que llevar los autos a su lugar, de nuevo—ordenó Rick.
—Sabrán que tomamos sus explosivos ¿Qué importa?—preguntó Jesús restándole importancia.
—Queremos que la horda se quede en la autopista—sugirió Rick mientras todos dejaban los explosivos en el auto.
—¿Por qué?—preguntó Tara alarmada y cansada, Rick le estaba dando un arma.
—Tal vez nos sirva—respondió Rick.
—Okey, ¡Tara!, ¡(Tn)____!, ¡Carl!, ¡vamos!—llamó Rosita.
Todos los nombrados subimos al auto para arreglar los carros que habíamos movido de su lugar. Rosita manejaba mientras nos íbamos alejando más de Rick, Michonne, Jesús y Sasha.
Cuando terminamos de mover todo me separé de Carl por un instante, faltaba solo un auto que ordenar, fui hasta aquel auto y lo moví, definitivamente había sido una mala idea.
Los caminantes me estaban rodeando, no veía como salir, no se me ocurría nada, sin embargo logré entrar al auto para protegerme.
Busqué con la mirada a los demás y suspiré al observar a Carl, Tara y Rosita, ellos habían logrado entrar a otro auto a esconderse de los caminantes.
—¡Cierra las ventanas!—pude escuchar el grito de Carl desde el otro auto.
Miré las dos ventanas delanteras, estaban completamente abiertas, me acerqué a ellas y saqué mi navaja, incrusté mi navaja en cada cabeza de cuerpos putrefactos que trataban de entrar, eran demasiados.
—¡Rosita, (Tn)____ esta en problemas!—logré escuchar el grito de Tara llamando a Rosita.
Logré cerrar las dos ventanas delanteras del auto pero cerrar las dos ventanas traseras seguía siendo una tarea dura porqué los caminantes luchaban por entrar.
¿Qué rayos debia hacer ahora?
Los observé tratando de idear algo por un instante, los devoradores seguían queriendo entrar por allí, y dos de ellos lo estaban logrando.
Mi mente se quedó en blanco al instante, no podía pensar en ninguna idea.
—¡Colman!—escuché el grito de Carl una vez más, suspiré irritada por la presencia de los caminantes y me alejé mientras estos se acercaban más hacia mi.
Trataba de luchar con los caminantes que habían entrado, eran tres exactamente. Grité, me sentía frustrada, llena de impotencia, Aquí no podía acabar mi vida, no despúes de todo lo que había luchado.
"Se acabo, perdiste"
Carl Grimes
Esa sensación volvió a invadir mi cuerpo, la misma sensación que había experimentado cuando había perdido a mi madre. Y ahora no podía perderla a ella.
—¡Colman!—grité una vez más para que ella me escuchara y me diera señales de vida, pero no recibía nada a cambio.
Escuché un grito, sabía perfectamente que era ella, quería bajarme del auto en el que estaba pero era imposible porqué también estábamos rodeados por caminantes.
—Tenemos que avanzar, Carl—soltó Rosita.
—¡No la dejare!—grité tratando de salir del auto, sabía que era imposible pero necesitaba salvarla.
—Carl, tenemos que irnos, Rick y Michonne están en peligro también—argumentó Tara y eso hizo que mi corazón se partiera en dos. No sabia a donde ir, por un lado mi mente decía que saliera de ese maldito auto y que salvara a (Tn)___, pero por otro lado mi mente decía de que no perdiera a mi padre y a Michonne.
—Tara, sujetalo, intentará escapar—pude escuchar la rápida orden de Rosita hacia Tara y las observé confundido.
Tara me sujeto muy fuerte, solo pude ver a Rosita ir hacia el volante y luego de unos segundos comenzó a manejar, pasábamos por encima de los caminantes, y cada segundo nos alejabamos más del carro en el que había estado Colman.
Suspiré pesadamente, ¿Por qué sucedía algo así cuando por fin eramos algo?
—¡No!, ¡Regresemos!, ¡Tenemos que ayudarla!—grité una vez más para que me hicieran caso, rogué miles de veces, Tara me miraba preocupada pero no me soltaba.
Rosita detuvo el auto, mi papá y Michonne entraron al auto, cansados y agotados, yo estaba por romperme ahí mismo.
Rosita solo se limitó a volver a poner en marcha el auto rápidamente, pude oír una explosión, esta vez Tara me soltó y observó hacia el lugar en el que había detonado con una expresión de susto.
Esa explosión había sido demasiado cerca al auto en el que se encontraba Colman.
Y lo volví a sentir, esa maldita sensación recorrió mi cuerpo una vez más, hizo que mis esperanzas de encontrar a (Tn)____ viva se apagarán.
—Calma Rick, somos de los que sobreviven—afirmó Michonne aún agitada acercándose a mi padre y tratando de calmarse.
—Si, lo sé—respondió mi padre, se veía agitado—¿Todos están bien?—preguntó exhausto, por lo que pude imaginar, habian estado corriendo.
“No” quería gritar pero me mantuve callado.
Mi padre no sabia que es lo que había ocurrido, y yo estaba muy destrozado como para decírselo en ese instante.
—No—respondió secamente Rosita.
—Papá—susurré con la voz entrecortada, habian pequeñas lágrimas que buscaban salir de mi único ojo.
Había sido la segunda vez en la que me sentía fatal, fatal por perder a alguien que amaba.
—¿Donde está Colman?—preguntó Michonne al inspeccionar todo el auto.
Mi papá y ella voltearon para verme, me observaron y solo se limitaron a mirar a Tara buscando explicaciones.
—No sobrevivió—respondió Tara—no lo sabemos—volvió a decir, mi papá frotó su cara con ambas manos y junto a Michonne se dieron la vuelta sin decir nada más.
Observé a todos por un corto instante, se veían confundidos.
Podía notar en sus rostros la tensión que sentían al haber dejado a Colman, y su desaparición, de alguna manera u otra les estaba afectando mucho.
Este mundo era cada vez peor.
Cuando Rosita se detuvo escondimos el auto en un lugar seguro y caminamos hacia Alexandria. Cuando llegamos Tobin le dijo algo a mi padre y éste solo asintió, unos segundos después tres camiones y una moto entraron a Alexandria sin pedir permiso, Sabian quienes eran, los salvadores estaban aquí otra vez.
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