CAPÍTULO 53: La decisión del Rey
—Entonces...¿como haremos todo esto?
La voz de Tara me desconcentro al instante, con un vistazo rápido pude ver a Rosita, Sasha, Michonne, Rick, Daryl, Jesús y Carl con un rostro de confusión.
—Ustedes son nueve y solo tenemos cinco habitaciones disponibles—aclaró Richard observandonos—decidanlo ustedes—finalizó y se fue.
Jesús me lo había comentado antes, las camas en el Reino eran demasiado cómodas pero no eran tan grandes.
—Podemos dormir cuatro en cada habitación, así sobrarían tres más para los nuevos residentes—solté, hace unos segundos nos habían venido a informar de que no estaban disponibles tantos cuartos, ya que habían venido nuevos sobrevivientes.
—Sería incómodo —comentó Sasha.
—Escuchen—soltó Rosita—Michonne puede dormir con Rick, y Jesús puede dormir con Daryl. Tara y yo dormiremos juntas—observó a Sasha un instante—Sasha puede dormir en una habitación sola y eso deja a...—se detuvo y me observó—Colman y Carl.
La observé por un instante.
—¿Qué?—pregunté—¿Y por qué no puedo dormir con Sasha?—solté nerviosa, de echo la morena me caía muy bien.
Rosita y Michonne comenzaron a reir.
—La cama en la que Sasha dormirá es más pequeña que el resto—aportó Tara.
—Lo dijo Benjamin hace unos instantes, algunos cuartos tienen las camas muy pequeñas, no podremos compartir una cama nosotras—soltó Sasha observandome.
—Colman—observé a Rick, no tenía nada en contra con dormir al lado su hijo, pero en una misma cama todo sería realmente incómodo—Ve con Carl.
Daryl soltó una risa.
—¡Por dios!—soltó Sasha riendo—acepten ya niños. No les va a pasar nada si duermen juntos—pude escuchar a Jesús reír.
—Por mi está bien—pude oír la voz del sheriff.
—Acepta Colman—susurró Tara, la observé—si ya volvieron a ser amigos no hay ningún problema—finalizó.
—No somos solo amigos.
—Esta bien, está bien—acepté al instante interrumpiendo a Carl. Todos nos observaron riendo.
Me levanté del sillón en el que estaba y pude ver a Carl dirigirse hacia Michonne.
Solo me digné a ir a mi habitación sin decir nada más mientras veía al resto hacer lo mismo.
Podía aceptar que esta situación era incómoda, rara y extraña pero definitivamente era divertida.
[...]
—Esto es raro, pero me gusta—soltó Carl cuando estábamos en el cuarto solos, reí tratando de ocultar el color de mis mejillas sonrojadas—Me gusta cuando te sonrojas—volvió a decir, esto había echo que yo me sonrojara otra vez.
No pude evitar las ganas de tirarle una almohada, ésta cayó directo a su rostro y comencé a reír.
—Hey—se quejó mientras reía.
—Comienzo a pensar que todo esto ya estaba planeado—afirmé, él sonrió por lo bajo.
—Pues yo creo que el destino nos quiere ver juntos—murmuró.
Sonreí y le lancé otra almohada al rostro dejando desordenado todo su cabello castaño.
—Espera, no sigas—sugirió acomodándo su cabello, yo reí.
—¿Me detendras, Grimes?—pregunté, éste soltó una risita y yo me dispuse a tirarle una vez más sin embargo detuvo mis brazos al instante y se acercó a mis labios.
Dejó un corto beso y lo observé confundida.
No esperaba eso, esperaba recibir un almohadazo de parte de él pero no me quejaría, había sido mejor que eso.
Quería decir algo más con respecto a todo lo sucedido en este día pero su beso me había tomado por sorpresa.
Pude ver que el castaño se echaba a dormir con una sonrisa en su rostro.
Hubo unos minutos de silencio, pero no sentía la incomodidad, a su lado me sentía completamente yo misma. Sin embargo, yo quería conversar un poco más con él.
—¿Estas despierto?—pregunté despacio, volteé a verlo, éste asintió y se volteó quedando cara a cara—Lo siento—me disculpé.
—¿por qué?—preguntó.
—Siempre te trataba mal cuando tú solo querías animarme—respondí agachando mi rostro, recordando el pasado.
—No es nada malo ¿sabes?, cuando yo perdí a mi madre no quería ver a nadie, ni siquiera a mi padre, solo a Judith. Incluso odiaba a Michonne pero ella me fue demostrando todo lo contrario, me animaba y sus palabras me reconfortaban. Ahora la aprecio como a una madre—explicó.
—Al menos tu recuerdas a tu madre—susurré y le sonreí, eso me alegraba.
—Las cosas malas se irán pronto, lo prometo—afirmó.
Me colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja y me sonrió. Decidí cambiar de tema, no quería recordar a mis padres, ni siquiera recordaba sus rostros.
—¿Qué crees que decida Ezequiel?—le pregunté, éste negó moviendo su cabeza.
—No lo sé, pero pienso que rechazará pelear contra los salvadores...solo imagina, el grupo de Negan es grande, tienen bastantes personas, y si perdemos la pelea, los soldados de Negan vendrían a dañar a las personas del Reino y a todos los grupos que nos apoyaron, los matarían, a todos—soltó—Los matarían como lo hicieron con Glenn y Abraham—intuyó.
Recordé a Glenn por un instante, lo último que le había prometido al coreano era que yo debía proteger a Maggie y a su bebé.
—Pero si ganamos todo sería diferente, ya no viviríamos para servir a Negan, solo viviríamos para salvarnos y proteger a las personas que queremos—aclaré ésta vez mirando a Carl.
—Tienes razón—murmuró—Sea como sea venceremos a Negan y a su grupo y lucharemos para sobrevivir.
Sonreí por lo bajo al verlo tan de cerca, cerré mis ojos y pude escuchar su pequeña risa. Senti sus labios en mi rostro, estaba dejandome un corto beso en la frente.
—¿Puedes hacerme una promesa?—asentí sin abrir los ojos—Prometeme que nunca me dejarás—pidió, abrí los ojos de nuevo y sonreí.
—Nunca lo haré—prometí, pude ver su hermosa sonrisa otra vez.
—Descansa—pronunció esas palabras tan delicadamente que me hizo sentir segura a su lado.
—Tu también descansa.
Aquel chico que me hacia vulnerable también me hacía sentir algo tan fuerte que jamás había experimentado. Volteé para dormir tranquila, a su lado me sentía segura, me sentía protegida.
[...]
La noche dio paso a la mañana rápidamente, me sobé los ojos, quería dormir más pero sería inútil, Alexandria me tenía preocupada.
—Carl, ya amanecio—susurré, me quedé mirando su delicado rostro, éste sonrió al verme.
—Pensé que todo había sido un sueño—aclaró sonriendo y sobando sus ojos.
—Quizás—solté riendo—fue real—aclaré.
—Lo sé y fue lo mejor—se levantó y nos miramos por un instante, ambos sonreímos.
Se acercó a mi y logró darme un corto beso en la mejilla.
Reí.
Nos levantamos y nos dirigimos con los demás. Michonne arqueó una ceja al vernos y Rick le sonrió a Carl, mi rostro se puso rojo repentinamente.
Traté de restarle importancia a eso pero era imposible, los adultos eran tan confusos e incrédulos.
Solo me concentré en ver el alrededor; observabamos como las personas del Reino entrenaban, unos corrían con sus armaduras y otros practicaban con sus arcos.
Richard nos guió hacia un lugar y pudimos observar que habían chicas con arcos practicando su puntería.
—Esta es la vida aquí, Cada día...pero vino con un precio—comentó Ezequiel mirando a las chicas, se volteó y nos observó a todos—quise expandirme para crear más lugares así, hombres y mujeres fueron mutilados, niños quedaron huérfanos porqué envié a sus padres a la batalla cuando no lo necesitaba—soltó.
—Esto es diferente—agregó Rick interrumpiendo a Ezequiel.
—No lo es—aclaró el líder del Reino.
—Lo es, los muertos no nos gobiernan, el mundo no luce asi fuera de tus muros, la gente la pasa mal, algunos demasiado mal—volvió a decir Rick.
—Yo debo preocuparme por mi gente—volvió a decir Ezequiel.
—Es por eso que se lo decimos—aclaré—Su grupo tendrá el mismo destino que nosotros tarde o temprano, no creo que es posible que usted crea que la Paz aquí durará para siempre—susurré, me observó—Rey Ezequiel, a usted le tocará ver sufrir a su gente como nosotros lo hemos echo.
—No por ahora—soltó el Rey.
Todos lo observabamos con atención, quizás intuyendo que él no participaría junto a nosotros.
—Tú te haces llamar rey, pero no actúas como uno—afirmó Daryl y Ezequiel se acercó a él rápidamente.
Me limité a sacar mi navaja de mi cinturón por si trataba de hacerle algo, en un segundo solo pude ver a Carl colocándose a mi lado, el castaño negó dos veces con la cabeza y me quitó la navaja.
—Todo esto tuvo un precio, fueron vidas, brazos, piernas—contestó Ezequiel mirando fijamente a Daryl, y luego se acercó a Rick—La paz que tenemos con los salvadores nos inquieta, pero es paz, debo aferrarme a eso, debo intentarlo—aclaró mirando a nuestro líder—Aunque el Rey no puede proporcionarles la ayuda que desean, el Rey entiende su situación. Le ofrezco a su amigo Daryl asilo, el tiempo que necesite, acá estará a salvo. Los salvadores no pasan nuestros muros—afirmó mirándonos.
—¿Cuánto crees que va a durar eso?—preguntó Daryl algo enojado, se fue hasta la puerta y todos los seguimos.
Eso era un rotundo "No", no lo podía creer. "Ezequiel es un buen líder", eso era cierto, pero nosotros necesitabamos gente y los del Reino nos hubieran ayudado, pero no. Lo que queria Ezequiel es paz y la tiene, pero comienzo a pensar que la paz en su reino no durará mucho tiempo.
Cuando todos estuvimos reunidos en la puerta de salida, los vigías del Reino abrieron las puertas para que nosotros pudiésemos salir.
Daryl se tenía que quedar aquí porque era un blanco fácil estando en Alexandria o en Hilltop.
Sin embargo, el ballestero se rehusó muchas veces a eso, y Rick no tardó en hacerlo entrar en razón para que él comprendiese y éste aceptó...estaba de más decir que debía tratar de convencer a Ezequiel.
Al salir del Reino todos subimos a los autos en los que habíamos llegado hasta aquí. En uno de ellos estaba; Carl, Jesús, Michonne, Rick y yo. Y por otro lado, en el segundo auto estaba; Sasha, Tara y Rosita.
Tomamos el mismo camino dirigiendonos hacia la autopista central y cuando pasamos por ésta pudimos ver que estaba obstruida, habían autos que nos impedían seguir nuestro camino.
—Alguien bloqueó el camino, debieron ser los salvadores—soltó Jesús mientras observaba lo que había afuera sacando su cabeza por la ventana.
—Miren, creo que esa es su base—esta vez fue Carl quien habló.
Todos miramos hacia un lado y, entre algunos árboles, a lo lejos, se podía notar una base, esa era una de las bases de Negan según Jesús y Carl. Nunca había estado cerca a una de las bases de Negan, de echo nunca había conocido una.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top