CAPÍTULO 5: Voy a buscarte

[...]

—Hola.

—Hola—saludé imitando su movimiento—¿Qué sucede?

Justo en ese momento mis ojos se detuvieron a observar hacia afuera de la ventana, cada calle de Alexandria estaba muy iluminada por el sol y mientras veía a Gleen sembrar algo en el pequeño campo, solté un gran suspiro. La mujer frente a mi movía su cabellera castaña levemente y en sus brazos estaba mi pequeño hermano con una sonrisa infalible.

—Frijoles—soltó extendiendo su mano frente a mi con una sonrisa, tomé aquella lata y sonrei—Es lo más rico que tenemos en la despensa.

—Maggie—llamé con lentitud, no quería incomodarla, ella me observó al instante—Si alguien importante para ti estuviera desprotegido, ya sabes, sin una comunidad que pueda ayudarlo, ¿Lo buscarías?

—Definitivamente si—respondió, regresé mi vista hacia la ventana mientras observaba al tal Ron pasar por allí, su cabello rubio me hizo recordar a mi amigo al instante y me limité a suspirar—¿Qué te sucede?—preguntó la mujer unos segundos después—Luces muy preocupada por algo.

—No es nada—susurré, pero pude oír que ella soltaba una risita.

—Por la forma en la que lo dices, ¿en serio quieres que piense que no es nada?—soltó, se limitó a sonreirle a mi hermano y yo negué mientras veía cómo jugaba con él—Debes tener una razón por la cuál me has echo esa pregunta.

—No es nada tan importante—volví a decir.

—Debe ser muy importante—agregó, sin embargo volvió a sonreir—¿Acaso pretendes que no veo en tu rostro que extrañas a alguien?

—Yo no...

—No es malo liberar un poco tus sentimientos, Colman—soltó, me dediqué a observarla mientras se levantaba y con sus manos movía a mi hermano lentamente—Cuándo mi hermana despareció, lo único que podía hacer era matenerme alerta y con miedo a lo que pronto le podría pasar mientras esperaba llegar hasta el lugar dónde Daryl y Carol la habían visto por última vez—se detuvo y pude ver que fijó su vista en mi—Me sentía impotente.

—¿Qué sucedió después?—pregunté con interés.

—Entonces cuándo la recuperé sentí que era la persona más feliz del mundo, sin embargo aquella felicidad no duró mucho—el pequeño en sus brazos se había levantado para jugar otra vez con una sonrisa, al parecer aún no le apetecía dormir—Volvi a perderla, pero esta vez fue definitivo.

—Lo siento.

—No tienes porqué sentirlo—volvió a murmurar—A lo que me refiero es qué si yo fuera tú, definitivamente no perdería aquella oportunidad de encontrar a alguien si es qué aún hay tiempo.

—Entiendo...

—Por cierto, escucha...—dejó de hablar y observó a mi hermano con una sonrisa mientras le daba pequeños toques en su nariz—deberias intentar conversar con alguien de tu edad, no siempre tendrás que encerrarte aquí.

—No me encierro aquí, es solo que no conozco a nadie.

—¿Y pretendes que conocerás a alguien estando aquí?

Desde que esta tranquila comunidad me había brindado ayuda me sentía extraña, y debido a eso había una cosa que no me habia atrevido a hacer hasta ahora; en toda mi estadía no me había atrevido a hablar con los chicos que eran de mi edad, aunque si conocía sus nombres.

—¿Qué hay de Enid?—soltó la mujer con una sonrisa—ella es muy divertida, podrían llevarse muy bien.

Enid; reconocia a la chica perfectamente. Ella pasaba por mi casa cada tarde y se detenía en la casa de Jessie o a veces en la casa de Rick. Además de eso, la había visto saltar los muros unas cuántas veces junto al hijo mayor de Rick.

—No lo sé.

—¿Y Ron?

—¿El hijo mayor de Jessie?—pregunté, ella asintió—Bueno...

Podía reconocer quien era él, cada tarde lo veía pasar por el lugar, a veces junto a su hermanito Sam y su madre. Sin embargo jamás me había atrevido a entablar una conversión con el, realmente no quería hablar con nadie de mi edad ahora.

—No lo sé.

Había un par de cosas que si había logrado en mi estadía, había conocido a Morgan, quién era una persona grandiosa, amigo de Rick desde el inicio del virus. También había conocido mucho más a Aarón, enterandome después de todo que ambos procediamos del mismo lugar. Justo después de él llegué a conocer a Erick, una persona muy interesante, pareja sentimental de Aarón, y qué por cierto poseía una actitud muy divertida.

Debía reconocer que solía llevarme muy bien con los adultos desde antes, y era un poco extraño ya que se me hacia más fácil congeniar con ellos que con personas de mi edad. Y nunca había encontrado la razón.

Por otro lado, gracias a Michonne y Carol había descubierto que Judith y mi hermano eran los únicos bebés en Alexandria, y además de eso tenían casi la misma edad. Sin importar cuál fuera nuestro futuro, debía admitir que ver crecer a ese par de pequeños me causaba una intriga tremenda.

—¿Y Carl?

—¿El hermano mayor de Judith?—cuestioné sin tomarle importancia.

—Si—asintió moviendo la cabeza mientras ponía una sonrisa de lado—Es un poco rudo y distante pero en el fondo es muy bueno y divertido—soltó—Tuvo que madurar muy rápido debido a todo esto, lo conozco desde que fue pequeño. Es un buen chico.

—Creo que...—comencé a titubear con desgano, de todas formas era verdad lo que yo estaba apunto de decir—No me apetece conocer a ninguno.

—¿Por qué no?—preguntó—Puedes decírmelo si quieres, Colman.

[...]

Narrador Omnisciente

Carl Grimes


—Carl—la voz serena de alguien a su lado hizo que el chico levantara la mirada y se encontrara con Enid, la chica solo lo observaba con curiosidad—Oye...

—¿Qué?—preguntaba él con rapidez.

Sin molestarse, Carl regresó su atención al comic que estaba en sus manos mientras buscaba que nadie más lo desconsentrara de su animada lectura. Lamentablemente Ron no tardó en llegar, lo cuál hizo que al sheriff se le quitaran las ganas de leer, obviamente ambos chicos se llevaban muy mal.

—Debo irme.

Fue lo único que soltó Grimes para retirarse de la casa de los Anderson, camino con mucha rapidez hasta llegar a su casa y cuándo llegó, no dudó ni un segundo y abrió la puerta con cierta molestia. Justo en ese instante, se detuvo con cierta curiosidad observando a las personas que estaban frente a él;

Su padre y Jessie hablaban animadamente en la sala y eso hacía que él se sintiera enojado de alguna forma, de pie justo ahí se le estancó una duda, "¿había olvidado a mi madre tan rápido?" se cuestionaba a sí mismo observandolos a ambos.

Rick lo observó con una sonrisa de lado y el sheriff no pudo evitar pensar en él, quizás estaba triste y solo deseaba olvidarse de la muerte de su madre lo más rápido posible. Y apesar de qué no le gustara aquella situación, él no hizo nada más que soltar un suspiro casi inaudible y cerrar la puerta con delicadeza.

Con rapidez se alejó hacia su cuarto y tiró el cómic que estaba en sus manos con mucho enojo. La idea de ser hermano de Ron invadió su cabeza por un instante e hizo que se sintiera muy indignado. No tenía nada en contra de el hijo mayor de Jessie pero éste mantenía una actitud que hacía que Carl no se fiara de él por completo.

—Carl—la voz suave de su padre hizo que el muchacho levantara su rostro con cierto recelo y dolor. Lo pudo ver parado en el marco de la puerta con un rostro sereno—¿Todo bien, hijo?—él no dijo nada y se límitó a observarlo así que Rick volvió a cuestionar con preocupación—¿Estás bien?

—Si.

—Deberias estar en casa de los Anderson—aclaró Rick—¿Sucedió algo?

—No me cae bien Ron—comentó por fin observando a su padre—y si lo que piensas es olvidar a mi madre con Jessie, no lo lograrás—éste solo se detuvo a recordar a su madre por un instante y apretó los puños—Mi madre era muy distinta a ella, era mejor en todo los conceptos. No puedes fingir simplemente que ya la has olvidado.

Su padre sonrió otra vez.

—Nunca olvidaré a Lori, Carl. Tú madre fue y será lo mejor que ocurrió en mi vida y no la cambiaría por nadie—habia soltado Rick observando a su hijo por un instante—El echo es que, a veces, es mejor continuar que seguir lamentandote por la muerte de tus seres queridos—Carl pudo ver cómo su padre se acercaba hacia la pequeña mesita de noche del lugar, y de allí, tomó un cuadro entre sus manos—Tu madre fue mi primer amor.

Carl tan solo alejó la vista de su padre para luego ver la fotografía que estaba en ese cuadro, allí sus padres sonreian y vivían sin ninguna preocupación, allí eran una familia de verdad, y él también estaba junto a ellos, sin embargo el muchacho sabía que eran días que jamás volverían. Era inútil pensar en eso.

—Si no quieres intentar ser amigo de Ron o de Enid, quizás...—Rick dejó de hablar, parecía estar pensando en algo mientras aún sostenía el cuadro—quizás intentar ser amigo de Colman no te vendría mal, ¿No lo crees?

—¿Y por qué con ella?—preguntó observando a su padre con cierto enojo—No me interesa hacer amigos, ni siquiera la conozco. Es más, ni siquiera en todo este tiempo hemos hablado.

—Bueno...—decía su padre levantando la mirada mientras dejaba con mucha delicadeza el cuadro en su lugar—Quizás lleguen a ser amigos si la conoces mejor—soltó—No pierdes nada.

—Quizas—soltaba el muchacho casi sin ganas.

No iba a negarlo, aquella chica nueva que había llegado a Alexandria era hermosa, su cabello castaño resaltaba demasiado al igual que sus hermosos ojos color miel y su hermoso nombre.

Obviamente el muchacho habia estado observandola en estos días sutilmente, solo por precaución porqué no la consideraba de confianza, él no era tan gentil cómo Gleen, a él le apetecía tomarse las cosas con seriedad. Debido a su pequeño trabajo espiandola, pudo darse cuenta que ella solo permanecía encerrada en su casa recibiendo a veces las visitas de Carol, Maggie, Michonne y su padre.

—No se acerca a ustedes porqué no los conoce—murmuraba su padre cruzando los brazos, Carl lo observaba sabiendo que se refería a Ron, Enid y él—Y cuándo lo haga, por favor no seas tan rudo con ella—pedía—Acaba de perder a su familia.

—Ya lo sé, papá—decía el sheriff sentándose en su cama recordando el día de la llegada de aquella chica—su padres murieron. Ya todos lo saben.

—Carl—Rick observó seriamente a su hijo, éste entendía al instante que había sido muy cruel decir eso—No eres el único que extraña tener una madre, se más empático—el hombre se levantaba con una sonrisa y soltaba un suspiro—Puede que tengan algo más en común. Sabes qué a tu madre le hubiera gustado mucho que tuvieses una vida normal, con amigos.

El chico pudo sentir cómo los pasos de su padre se desvanecián mientras veía que se alejaba de su habitación con lentitud, se levantó dispuesto a seguirlo hasta la sala, y al parecer, se dio cuenta que Jessie ya no estaba aquí también.

—Rick—La voz ronca de Daryl adentrándose a su casa con rapidez le hizo detenerse pues planeaba salir, el ballestero llevaba en sus manos un par de piezas para arreglar su motocicleta pero se detenia solo para verlo—Hola, mocoso.

—Hola—saludó con una sonrisa de lado y salió del lugar dejando a su padre junto a Daryl.

El chico caminó sin rumbo y por un instante, con mucha curiosidad, se detuvo en la casa de Colman. Por una parte, sintió que su padre de alguna manera tenía razón ya que debía de ser más empático con el resto. Sin embargo, su mente y sus instintos seguían creyendo que aquella chica nueva no era de confianza.

Frente a la puerta de aquella casa, él se apresuró solo para asomarse en una de las ventanas que estaban abiertas, su mirada se detuvo en alguien más que estaba allí dentro, era Maggie. Carl podía escuchar todo, casi cómo murmullos, esas ventanas no omitian el sonido de la voz de Colman y las preguntas inquietantes de la mayor de los Grenne.

—Está bien—pudo oír que Colman decía—Siento qué es un poco inquietante guardar el hecho de que quiero recuperar a alguien importante justo ahora.

El tema no le importaba, ni mucho menos quiso gastar su tiempo a pesar de tener mucha curiosidad sobre lo que ambas estaban hablando, así qué con desinterés  el chico dejó de observar la incómoda y curiosa situación mientras dirigía su vista hacia otro lado, quedando totalmente helado al ver en una esquina de Alexandria a su madre, era la primera vez que la veía después de lo sucedido en la cárcel.

Carl tan solo sacudió su cabeza y salió del lugar con mucha rapidez, cuándo llegó a su casa pudo ver a su padre junto a Daryl, Carol y Judith, todos juntos en una mesa y parecían estar concentrados en algo muy importante. El sheriff fingió tranquilidad mientras subía las escaleras sin decirles nada, no quería alterarlos, tampoco quería que pensaran que ya estaba loco.

Sabia perfectamente que aquello había sido un completo juego de su mente, aunque a pesar de eso quería ver a su madre una vez más, abrazarla y sentir su amor de nuevo. Cómo cuándo en medio de todo este caos ella era la única que hacía que se sintiera seguro y sin preocupaciones durante la ausencia de su padre.

[...]

(Tn)____ Colman

—Entonces, eso sucedió.

—Así es—murmuré soltando un suspiro—Por eso te hice aquella pregunta.

Me limité a mirar a Maggie, la mujer ahora sabía que estaba preocupada por alguien y que deseaba encontrarlo sano y salvo. Además de eso le había contando pequeños fragmentos de mi pasado, pequeños recuerdos felices que tenía de mi abuela, y luego de eso, también le conté la muerte de mi madre y la razón por la que mi padre murió.

—Deberías tomar un poco de aire fresco—soltaba ella levantándose.

Quería imitar su movimiento, quizás tratando de obedecerla pues no me vendría para nada mal salir de esta casa en la que me había encerrado estos días, no quería conocer a nadie, eso sí, pero aquello no implicaba de que no quisiera salir a refrescarme un poco. Sin embargo, algo hizo que me detuviera justo antes de responder.

"—¡Hey!—Pude oírlo decir, poseía una sonrisa en el rostro y estaba muy animado—No estés triste, encontraremos un lugar mejor, te lo aseguro—soltaba Tom—Puedes creer en mi.

Negué con el rostro mientras veía a mi padre descansar al lado de mi pequeño hermano. Apenas hace unos días había muerto mi madre, y ahora nosotros estábamos varados en un edificio de Atlanta sin encontrar ayuda alguna.

¿Un lugar seguro?, ¿en medio de todo esto?—me atreví a preguntar, también hace unos días habían intentado matar a mi padre al oponerse en algo, y seguíamos caminando sin rumbo—lo dudo—solté mientras veía que marcaba algo en su mapa—simplemente encontrar algo seguro me parecería irreal.

—Escucha Colman—pedía éste con una sonrisa—Si alguna vez nos separamos, no importa cuando pase eso, nos volveremos a ver aquí—informó señalando aquel preciado mapa para él—Al norte.

Cogi el mapa delicadamente mientras él sostenía su dedo aún señalandome el lugar en donde nos encontraríamos si es que ocurría lo que pensaba. No le iba a refutar nada, tanto yo cómo él sabíamos que todo era solo para un instante, que todo era más efímero de lo que el resto creía.

¿En el norte?—pregunté incredula—no hay cabañas allí—agregué—Tú lo sabes.

Hay una, en una expedición con tu padre la vimos, es la única cabaña que está oculta dentro del bosque hacia el norte—informó—¿No lo olvidarás, verdad?

En ese momento, yo tan solo había negado.

—¿Prometes que si algo así llega a suceder volveremos a vernos?—preguntaba yo con interésDimelo.

Se apoyó delicadamente en mi hombro y con una sonrisa en su rostro soltó;

—Lo prometo. "

—Camina un rato por el pueblo—la voz de Maggie me despertó—puedes volver cuándo quieras—me observó y sonrió levemente, quizás estaba tratando de ser gentil conmigo—yo estaré aquí cuidando a tu hermano—murmuró alegre dándome pequeños empujoncitos—¡Vamos!, Toma un poco de aire.

Y sin que la castaña me viera tomé mi navaja con mucha rapidez y me retiré de aquella estancia teniendo en mi mente aquel recuerdo. El sol aún se mantenía alumbrando toda la calle y mi vista solo se fijó en la torre de vigilancia.

—Tom—llamé con cierta esperanza—Voy a encontrarte.

Justo en ese instante, cómo nadie estaba allí vigilando el lugar, me limité a colocarme detrás de una casa y a escalar, justo como la otra chica lo hacía. Al parecer, no era para nada difícil, solo era cuestión de tener un buen equilibrio antes de subir cada peldaño con mucho cuidado y sin hacer ruido.

Quizás salir de este modo sin avisarle a nadie era imprudente, pero perder aquella oportunidad sería un error aún más grave para mi, y no quería fallarle, no quería decepcionarlo. No decepcionaría a mi mejor amigo. Sin embargo, la preocupación de dejar a mi pequeño hermano allí solo me carcomio los nervios por un instante.

Cuándo llegué hasta el otro lado de los muros, me acerqué sigilosamente a matar a un caminante que estaba atrapado en la rama de un árbol y atravesé su cráneo con mi navaja. Podía sentir la brisa del viento chocar con mi rostro, parecía brindarme tranquilidad, pero todo se arruinó al oír los quejidos de los devoradores muy cerca de aquí asi que comencé a caminar.

—Oye—la voz me hizo detenerme y con confusión giré para ver quien se encontraba alli—¿A dónde crees que vas?

Era el hijo mayor de Rick, él estaba allí frente a mi con un rostro casi tan sereno y demandante cómo el de su padre. No pude evitar cruzar miradas con éste y por lo poco que pude distinguir en sus ojos es que, efectivamente, no confiaba en mi pues la expresión en su rostro no era una feliz, parecía tenerme desconfianza, y no lo culpo, yo también lo haría.

—He dicho que a dónde vas—soltó aún frente a mi—responde.

—No es asunto tuyo.

—¿A dónde vas?—preguntó de nuevo, pero esta vez se veía más irritado que antes.

Quize mostrar empátia ante esta acción, sabiendo que desconfiaba de mi por el hecho de que me habia encontrado aquí afuera, sola. Quizas había estado en situaciones cómo estas antes. Y estaba claro que él no era como el resto de su grupo, al parecer el chico era un poco más difícil de convencer.

—¿Qué te sucede?—cuestioné con rapidez pues apenas había avanzado un par de pasos hacia adelante mientras éste chico se detenia frente a mi cogiendome del brazo con mucha fuerza. Me limité a observarlo con cierto enojo al ver que aún no me dejaba en paz—Sueltame, ahora.

—No puedes solo salir de Alexandria de esa manera—soltó—¿Acaso Deanna no te dijo las reglas?

Me limité a suspirar con cierta molestia.

—Dejame ir—sugerí con un poco de disgusto expresandolo en mi rostro—Si no lo haces le diré a Deanna que tú también sales—éste me observó—Te he visto hacerlo, no estás en la posición correcta cómo para decir que no debo salir.

—¿A dónde planeabas ir?—volvió a preguntar aún sosteniendo mi brazo.

Su mirada llena de desconfianza puesta en mi me hizo reconocer que, definitivamente él no había pasado nada bueno durante esta pandemia, porqué si, todos tenían la misma mirada desde que esto había sucedido con el mundo. Afrontando el tema, yo solo suspire con tranquilidad sin saber cómo rayos me escabulliría de este chico.

—Por favor—pedi con tranquilidad, tratando de que mi paciencia no llegase al límite—Tengo que buscar a alguien, así que déjame en paz.

—Ustedes dos—aquella voz nos desconcentró a ambos mientras nos disponíamos a buscar desde donde había venido el sonido—¿Qué están haciendo aquí?

Justo en ese instante nos dimos cuenta que no eramos los unicos fuera de Alexandria, Carl me soltó rápidamente al ver la expresión de enojo en el rostro de Michonne. La mujer estaba frente a nosotros y nos observaba a ambos detenidamente.

—¿Qué hacen aquí afuera?—volvió a preguntar la morena.

Su rostro parecía reflejar un poco de confusión y una pizca de enojo, y justo en ese instante pude observar al sheriff colocarse al lado de aquella mujer con mucha rapidez. Ahora ambos estaban frente a mi, y si, a juzgar por la mirada del chico hacia mi supe que es lo que iba a hacer.

—La vi salir, así que la seguí—soltó frente a mi, lo observé con cierto enojo mientras éste se disponía a seguir hablando—Dice que quiere buscar a alguien—aumentó al instante—Lo siento Michonne, pero esto no me da buena espina. Desconfío de ella.

—Entiendo—pude oír que Michonne decía, y unos segundos después sus ojos se fijaron solo en mi. Si, yo estaba aún aquí frente a ellos escuchándolos hablar sobre mi—¿A quién vas a buscar?

Miré hacia un lado tratando de soltar la mejor respuesta, yo era nueva dentro de Alexandria y lo que necesitaba ahora era inspirar confianza. Lo cuál ahora me estaba  yendo fatal porqué ya habian dos personas que no me creían.

—Es un amigo—contesté al instante—Y tengo que encontrarlo.

—No puedes ir ahora—soltó la morena con un rostro sereno.

—Pero si no voy, puede que muera allí afuera—me apresuré a soltar—Sé de un lugar en el que probablemente él esté.

Tom era una de las mejores y hábiles personas que conocía, sin embargo en este mundo ahora no luchabamos solo con los caminantes, habian personas detestables rondando por todos lados. Y claro, esto último aumentaba más mi preocupación hacia el. Yo simplemente quería encontrarlo vivo.

—No puedes...

—¿Por qué no?—pregunté logrando interrumpirla—No voy a escapar de este lugar, no planeo hacerlo—me acerqué a ella por un instante con cierta confusión—mi hermano está allí dentro—solté—solo quiero recuperar a un amigo, para mi es importante y necesito que...

—Entiendo—interrumpió la morena, con una sonrisa de lado—Sé que debes estar muy preocupada, lo sé, pero debemos hablar de esto solo nosotros con el grupo de Rick—comenzó a decir—Deanna no aceptará que salgas.

La mirada serena que Michonne poseía se esfumó, dándome a entender que también había pasado por un momento similar, quizás había querido rescatar a alguien en el pasado. Podía intuirlo.

—Mi papá no la dejara salir sola—la voz del sheriff a su lado hizo que recordara su presencia aún allí—No creo que todo esto sea seguro, Michonne.

—Iras pero no ahora—observé a Michonne con rapidez al escucharla—pero le diré a Rick sobre esto y hablaremos ahora mismo—añadió al instante—Eso es todo.

Cerré los ojos en signo de fastidio y resoplé.

—Yo solo—comencé a titubear sin saber que más decir para convencerla, ella me observó—Pero yo...

—Aquí no hay "peros"—soltó volviendo a adquirir su rostro sereno—Vamos y conversamos con Rick sobre esto, o no sales y te quedas en Alexandria sin recuperarlo—me digné a mirar a Michonne a los ojos y suspiré manteniendo la calma—Así que entra y lo conversaremos adentro—asenti enojada por la obstinación de la mujer ante mis súplicas—Démonos prisa.

Me limité a observar a Carl mientras éste avanzaba al lado de la mujer, solté un último suspiro y comencé a caminar detrás de ellos con mucha lentitud a propósito. Y por un instante mi vista se detuvo en el arma que colgaba en su espalda, Jonas solía tener una muy similar a esa, sin embargo la de Michonne era mucho más larga, aún así me parecía realmente interesante.

¿Podría escapar justo ahora?

Quizás sería muy riesgoso.

Tuvimos que dar toda una vuelta para lograr entrar por la puerta principal que marcaba la "zona segura" de Alexandria, y cuándo lo hicimos, me detuve solo a mirar a todos los que se encontraban allí; Daryl, Rick, Abraham, Eugene y Carol. Al parecer conversaban de algo importante pero la mirada de todos solo se detuvo en nosotros tres mientras entrábamos al lugar.

—Espera aqui—soltó Michonne y asentí. Justo en ese momento vi que se acercaba a Rick y Daryl, y junto a ellos comenzaba a murmurar algo inaudible, aunque sabia perfectamente que les estaba contando sobre mi salida.

—Oye—la voz del chico con el sombrero de sheriff me desconcentró, sin embargo mis ojos no se separaron de Michonne mientras ella seguía hablando—no quise...

—¿Delatarme?—pregunté, éste asintió.

—Y tu amigo...—comenzó a decir, me digné a quitar mi atención de los adultos solo para mirar al chico qué estaba a mi lado con curiosidad—¿Qué tan importante es?

—No necesito decírtelo—respondi, pude oír que soltaba una risita.

—Tu sola en el bosque y buscando a alguien—volvió a decir ésta vez observándome, parecía que él quería sonar intimidante con lo que estaba diciendo, pero aún asi se mantenía muy sereno—¿Qué no te da miedo?

—¿miedo?—pregunté con confusión.

—Así es—pude ver que regresaba su vista hacia el frente observando a Michonne, Daryl y Rick así que me limité a hacer lo mismo—No me refiero al miedo de los caminantes, me refiero al miedo de dejar aquí a tu hermano solo—lo observé al instante—Apenas llegaste aquí, no sabes si somos buenos.

Esta vez yo reí levemente.

—No parecen ser tan malos—afirmé dando un vistazo hacia otro lado, era cierto, no iba a negarlo—Prefiero arriesgarme a recuperarlo, que quedarme aquí arrepintiendome de no haberlo hecho—lo observé—Por cierto, creo qué si le digo a Deanna que tu saltas los muros estaríamos a mano. Es más, ¿qué diría tu padre si le comento de tus salidas a él?

Pude ver que Carl me observaba con un rostro distinto, aún así yo solo me digné a sonreír con una pizca de altanería. Por primera vez, el chico quitó su típico rostro sereno solo para observarme con lo que parecía ser un rostro de miedo y confusión, lo cual me hizo tener un poco de tranquilidad.

—¿Realmente necesitas ir a buscarlo?

La pregunta de Rick hizo que quitara mi atención de su hijo para observarlo y asentir con rapidez. Con una vistazo rápido también pude ver que los adultos habían dejado de estar murmurando y se habían acercado a nosotros, junto a los demás, con rapidez.

—Claro qué sí, es una persona muy importante para mi—solté bajando el rostro con cierto nerviosismo—De verdad necesito buscarlo.

Daryl se situó a lado de Rick con mucha rapidez y me observó.

—Es peligroso—soltó el ballestero frente a mi, sosteniendo su arma—Es peligroso para una chica estar sola en el bosque.

—Lo sé—me apresuré a decir, tenía muy en claro todo lo que podría pasar—Sé que puedo hacerlo, siempre estuve sola y no será muy costoso.

Pude ver que Rick asentía lentamente mientras ponía una mano en el hombro de Daryl. No sabia lo que los adultos dirían, aunque probablemente sería un rotundo "no", porque seamos realistas, ningún grupo en el que estuve a tomado en cuenta mis opiniones. Jamás.

—Bien—soltó—puedes ir.

—¿En serio?—pregunté observandolo con confusión, pude ver que las dos personas que estaban a su lado también mantenían un rostro de impresión—¿Estas bromeando, verdad?

—Papá, ¿estás seguro de que...—observé a Carl esperando a escuchar que diría pero su padre no tardó en interrumpirlo.

—Deanna no debe saberlo—aclaró el líder.

—Rick, ¿estás seguro de esto?—pude oír a Michonne preguntar esta vez mientras se acercaba a él—¿No deberíamos pensarlo un poco más?

—Los vigias de Deanna salen cada mañana a patrullar la zona, sin embargo, cada lunes no lo hacen—informó con rapidez—Deberas esperar aún dos días para salir.

—¿Dos dias?—replique en un susurro mientras asentía.

—Si quieres Daryl podría acompañarte—pude oír a Rick decir, observé al ballestero con cierta incomodidad.

—No—solté, Apenas lo conocía, y no quería ocasionarle más problemas—puedo hacerlo yo sola—contesté con rapidez, examine todo el lugar y mis ojos solo se detuvieron en Carol—Puedo dejarles un mapa hecho a mano si eso es lo que desean para que sepan la dirección también.

—Necesitaras ayuda, Colman—la voz suave de Michonne me hizo soltar un suspiro.

—Sé que puedo hacerlo sola, no creo que tarde mucho—informé levantando los hombros y volviendo a ver a Carol—Solo necesito que alguien cuide de mi hermano en mi ausencia.

Al instante pude ver el rostro de Michonne sonreirme, Rick asintió a su lado con un rostro sereno mientras Daryl hacía lo mismo. ¿Estaban confiando en mí?, al parecer sí, y efectivamente, no parecían ser un grupo malo.

—Lo haremos, pequeña—pude oír a Michonne soltar con una sonrisa de lado.

Me limité a sonreir al escuchar aquella frase, mi padre solía decirme así cada día. Y ahora gracias a ellos, tendría la oportunidad de recuperar a mi amigo, la oportunidad de traerlo hasta aquí para evitar que algo malo le sucediera allí afuera, la oportunidad de tenerlo junto a mi como en los viejos tiempos.

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