CAPÍTULO 44: Salvadores

[...]

Carl Grimes

—Dime qué sucedió

Mi padre soltó la orden tan rápido al ver los moretones en mi brazo.

Me detuve y me cambié de camisa a una más larga que tapase todo mi brazo.

—Nada—logré responder secamente, no me apetecia hablar, no ahora.

Él pareció comprender lo que yo decía y se retiró.

Suspiré rendido mientras recordaba lo sucedido. El día de ayer había sido casi el peor día de mi vida.

Se suponía que Colman debía volver, pero seguía sin tener alguna noticia de su regreso.

Sabía que ella estaba equivocada, Ambos podíamos cuidarnos, ambos podíamos protegernos. Y fuera de todo esto, había sido cruel de parte de ella pedirme que tratase de enamorarme de otra chica cuando yo sentía algo por ella.

La extrañaba, y nunca sería capaz de dejarla. Sin contar que, por ahora todo estaba mal en Alexandria.

Carol había escapado, justo como solía hacerlo antes, todos estaban al tanto de eso y Daryl se enteró esta mañana de la ausencia de Carol y fue a buscarla.

Michonne y Rosita salieron detrás de Daryl para evitar que cometiera alguna estupidez, que era típico de Dixon cuando se enojaba.

Maggie estaba mal, aseguraba que la parte inferior de su vientre le dolía, no tardamos mucho en darnos cuenta que Maggie ardía en fiebre y todos nos preocupamos. No había nadie especializado para tratar a Maggie en Alexandria, pero si en Hilltop.

Todos nos dirigiamos allí en ese momento, dentro del
Rv todo estaba tenso; Abraham, Aaron, Mi papá, Sasha, Eugenne, y Glenn estaban al lado de Maggie diciéndole que todo iba a salir bien, dandole ánimos y reconfortandola. Yo permanecía a un lado, sin hacer o emitir algún sonido, mirando curioso el suelo del Rv.

—¡Rick ven a ver esto!—gritó Abraham, levanté mi vista desde mi asiento para poder apreciar de que hablaba el pelirrojo. Era un simple obstáculo en el camino que nos impedía pasar.

—Son ellos—afirmó mi padre.

—Nos impiden pasar—comentó Abraham preocupado.

—Tomemos otro camino para ir a Hilltop—sugirió mi padre, Abraham asintió y volvió a poner en marcha el Rv.

—Bien, demos la vuelta—soltó el pelirrojo sin dejar de darle razón a mi padre.

Después de unos minutos de dirigirnos hacia otra carretera sucedió lo mismo.

Esta vez me levanté y ví atraves de la ventana a un grupo de personas sujetando metralletas y distintas armas mientras nos observaban con rsotro rígido.

Abraham solo se limitó a retroceder y nos dirigimos por otro camino.

Maggie no soportaría más.

Sucedió los mismo después de unos minutos.

—¡¿Pero qué es eso?!—preguntó alterado Abraham.

—Bajemos—ordenó mi padre.

Observé detenidamente la escena, eran unos caminantes atados en una cadena a lo ancho de la carretera y estos nos impedían el paso nuevamente.

—¡Eso es de Daryl!—afirmó Sasha gritando, señaló una de las flechas que el caminante tenia incrustada.

—Eso es de Michonne—afirmó Aaron, observé a ese caminante que tenía una de las trenzas de Michonne.

Si aquellos tipos que se hacían llamar los salvadores habían lastimado a Daryl, a Michonne, o a más de mi familia, estaban en problemas.

Miré a mi padre, éste me observó tenso, parecía preocupado.

—Esto es de Rosita—afirmó otra vez Aaron agarrando la gorra de Rosita que estaba atada en la mano de un caminante.

—¿Qué hacemos ahora?—preguntó Abraham apresurado.

Todos no podíamos abandonar a los demás aquí.

—Llevemos a Maggie a Hilltop, y los demás ya veremos como buscar a Michonne, Rosita y Daryl—ordenó mi padre.

Lo miré por un segundo, su rostro reflejaba tristeza y preocupación por nuestra morena compañera a la que yo apreciaba mucho.

—bien—asintió Abraham mientras todos subiamos al Rv otra vez.

Solté un suspiro cuando sólo él y yo nos encontrábamos en una esquina dentro del Rv.

—Papá, ella estará bien, no te preocupes—traté de animarlo.

—Si, lo sé hijo—aseguró mi padre, me abrazó y casi caímos por el impacto que había sucedido cuando Abraham detuvo el Rv rápidamente.

Mi padre y yo corrimos hacia adelante viendo otra vez más obstáculos. Un chico estaba colgado desde algo que parecía ser un puente y pedía ayuda, pero su cuerpo no tardó en romperse por el peso.

El cielo estaba tornándose oscuro, y aún no habíamos llegado a Hilltop. Todas las carreteras habían sido bloqueadas por los salvadores, y lo único que nos quedaba era caminar por el bosque.

Eugenne propuso una idea, él se quedaria en el Rv para que pensaran que aún todos seguíamos adentro, ya que no conocían cuantos eramos. Eugenne se había ofrecido a quedarse dentro del Rv.

El resto de nosotros estábamos caminando por el oscuro bosque con dirección a Hilltop, llevábamos a Maggie en una camilla, ella se veía fatal y tenia fiebre.

Me adelanté y comencé a matar caminantes que se nos acercaban.

Unas luces que salieron de dentro del bosque nos sorprendieron a todos, y apreté mis puños reconociendo que los salvadores nos habían atrapado.

Estos nos hicieron arrodillarnos formando un línea horizontal recta. Eugenne también estába arrodillado, lo habían atrapado junto con el Rv.

Aquellos salvadores sonrieron maliciosamente mientras traían a Michonne, Rosita, y Daryl.

Miré a Daryl, éste se comenzó a tocar constantemente el pecho, lo habían golpeado y una bala había impactado su cuerpo.

Pensé en luchar pero mis esperanzas se acabaron cuando vi que habían muchos salvadores rodeandonos, ni siquiera podiamos escapar.

Un hombre con un bigote peculiar se acercó a nosotros mientras sonreía sarcasticamente.

—En el Rv hay una sorpresa que tanto anhelan ver...


*mientras tanto por otra parte del mundo (al norte)*












(Tn)___ Colman


Me encontraba relajada o al menos eso creía, estaba sumida en mis pensamientos y por un momento logré descansar.

La puerta se abrió dejándome ver a un viejo de cabello grisáceo.

—¡Ah!—Suspiró emocionado—Es una hermosa cabaña, que raro que antes no vine por aqui—habló de nuevo.

¿Sería alguien conocido?, de eso no estaba segura.

—¡Ven aquí ahora!—gritó enojado.

Pude visualizar a un tipo que ya había visto antes, en las casas del Este, éste era el señor llamado Gabin, suspiró y comenzó a mirarme enojado.

—¡Asi que tú eres la culpable! ¡Mataste a mis hijos!—gritó, no sabía de que hablaba.

—Yo no mate a nadie—solté en mi defensa mirándolo.

—A ver—suspiró—Te refrescaré la memoria—se acercó—Mis hijos se llamaban Rebeca Y Nathan, Y tu los mataste—se detuvó y me amenazó con su pistola—Así que ahora moriras—hablo, reí sarcasticamente.

Pude recordar el momento exacto en que David me decía que su lider era Negan, tenía curiosidad de saber quién rayos era él.

—Nathan mató a David y yo solo me defendí—agregué en mi defensa irónica, porque eso si había sucedido. En realidad esa era una regla "Matas o mueres"

—No me importa tus excusas...—habló, se detuvó a pensar en algo—Ahora enfrentarás las consecuencias, nosotros los salvadores, te haremos pagar por lo que hiciste—afirmó el anciano grisáceo.

Entonces...¿los salvadores eran los que trabajaban para Negan?

Solté un pequeño suspiró que dio a notar mi enojo y molestia.

—Moriras—aseguró—pero primero te golpeare—añadió comenzando a golpearme, sus golpes caian directo a mi rostro y solo me detuve a soportar el dolor. Por el momento mi curiosidad era más grande—Ahora, vendrás conmigo y pagarás las consecuencias—ordenó, sin que él lo notará escondí una pequeña arma en mi cinturón.

Tenía un arma y era suficiente para matar a Gabin, pero la situación lo demandaba, mi curiosidad era altamente grande, y debía de asesinar a Dwight si lo veía por allí.

Gabin me llevó en su auto, toqué mi labio que votaba sangre, podía detener el auto, tal vez saltar o incluso dispararle, pero no quería hacerlo. Tenía que llegar hasta el fondo de esto.

Quizás mi curiosidad no tenía límites.

Luego de unos minutos paramos en medio del bosque, a lo lejos habían muchas personas formadas en un círculo, algo en medio los entretenía, no podía ver que era eso.

Gabin me empujó para que yo avanzase a su lado, y debía admitirlo, habían demasiadas personas allí.

Mantenía mi rostro severo sabiendo que no saldría sola de esta.

Gabin me empujó otra vez obligandome a avanzar, el anciano solo me trataba como basura. No podía reconocer muy bien a las personas situadas en medio de aquel círculo.

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