CAPITULO 36: Collar
Narrador Omnisciente
Colman salió de la cabaña por completo, observó hacia la derecha y luego hacia la izquierda asegurándose de que no hubiera ningún caminante alrededor. El sheriff hizo lo mismo y al percatarse de que no había ningún peligro, fue el primero en adelantarse caminando serenamente y sin dejar de colocar su mano en su cinturón.
La castaña solo pensaba que esto era un desastre y estaba confundida, tan confundida cómo el chico pues nadie hablaba y había una atmósfera de silencio fatal. Carl grimes solo se enfocó en avanzar sin embargo, se detuvo solo a verla con molestia.
—¿Por qué hiciste todo esto?—preguntaba el chico señalando hacia la cabaña, la castaña se detenía dispuesta a contestarle algo, pero no sabia ni cómo responder—Dimelo, Colman.
—Ya te lo dije—la chica solo oprimió una expresión de enojo porqué no sabia cómo mentir y comenzó a caminar. Por otro lado, no tenía ni la menor idea de que es lo qué le estaba sucediendo a ella también—Por tu padre.
—Claro—comenzó a decir Carl sarcásticamente y soltando una risita cínica dispuesto a repetir lo mismo—Por mi padre.
—¿Qué te sucede, Grimes?—espetó la chica con molestia—Al menos deberías estar agradecido con él, te ha cuidado todo este tiempo.
El sheriff ahora se detuvo frente a ella con enojo y molestia, la observaba serenamente mientras la castaña se detenía solo para oír lo que pronto diría.
—¿Y eso qué?—repuso el chico con obviedad—De qué sirve que yo este vivo si aquí no está mi madre.
—Al menos tienes a tu padre y a Michonne.
—¿No lo entiendes?—espetó con enojo el chico señalandola—De qué me sirve tenerlos a ellos si sigo siendo un completo mounstro por haber matado a mi madre.
—No eres un mounstro.
—Si lo soy.
—Nadie en este mundo es un mounstro, Carl—soltaba Colman serenamente frente a él teniendo en cuenta que el muchacho era la persona más entendible y humilde que había conocido, apesar de sus cambios repentinos de actitud—No tienes que torturarte pensando que lo eres.
—Dime—volvió a decir el sheriff colocándose el sombrero evitando que el sol chocase con su rostro—¿Por qué lo hiciste?, ¿Por qué me ayudaste?
—Ya te lo dije—decía la chica una vez más, mintiendo—Por tu padre.
Carl solo negó zarandeando la cabeza de un lado a otro y alejándose de Colman solo para seguir avanzando adelante. El chico no había volteado para nada así que se limitó a caminar con lentitud detrás de él para relajarse y descubrir que rayos le sucedía. Sin embargo, el quejido de los caminantes la despertaron, exactamente habían solo tres mordedores detrás de ella.
Sin desperdiciar ni un segundo se acercó dispuesta a acabar con aquel sufrimiento de esos muertos y clavó su navaja en dos de esos con mucha agilidad, a pesar de qué estaba totalmente dispuesto a hacerlo, se detuvo al instante mientras observaba al tercer y último devorador de pie, el caminante solo parecía estar viendo un punto fijo en el suelo y tardó un par de segundos en darse cuenta de su presencia.
—Hey—llamó la chica, tenia a pocos metros a aquel mordedor, solo hacia falta unos centímetros más para acabar con su vida, pero no pudo clavar su navaja cuándo reconoció el collar que portaba ese muerto, era una letra H, el devorador se avalanzó en su encima queriendo morderla—Ese...ese collar—la castaña tuvo que poner sus dos brazos frente al caminante solo para detenerlo mientras los recuerdos comenzaban a llegar con más fuerza—Rayos.
La chica estaba allí, perpleja y con preocupación intuyendo lo que le había pasado a la persona que estaba frente a ella, ahora Colman estaba en el suelo y trataba de quitarse de encima a aquel mordedor, estaba muy confundida. Desde su posición molesta en el suelo, su mente recordó al instante la pequeña charla que había tenido con su amigo.
" —Hillary es la única chica de mi edad que conozco, Tom.
—¿Es por eso qué la tratas de esa manera?—había preguntado su amigo con rapidez y serenidad—Dimelo.
—No me gusta hacerlo de esa forma, pero...
—¿Crees que es la manera correcta?
—¡No!—había espetado la castaña con enojo—Obvio que no, es que no quiero encariñarme con el resto.
—Deberías ser un poco más respetuosa con ella y Jonas, sé que es lo que le dijiste sobre su esposa. El anciano te quiere mucho y Hilary también.
—No lo sé Tom.
—¿Qué es lo que no sabes?
—No quiero encariñarme con el resto, tarde o temprano sé que morirán.
Tom solo negó sentándose a su lado, esbozó una sonrisa gentil y observó a su amiga sin dejar de pensar en todo lo que había sucedido con su tía y con aquellos tipos que ya había asesinado. Ambos estaban solos en el bosque después de dos días de aquel suceso, no estaban tan lejos de la campamento.
—Es tarde, ¿Lo sabes, cierto?—la castaña asintió—Eres mi mejor amiga, Colman. Y también se que éste mundo nos ha cambiado, en mucho. Pero deberás ser más amable, en un futuro, yo también lo seré. Nunca voy a dejarte así que vámonos ya."
—¡Maldición!
Los quejidos de los caminantes solo le hicieron despertar, el errante seguía frente a ella tratando de devorarla, y la chica solo repetía en su mente lo que le había dicho varías veces, le había dicho que se haría daño si salia de aquel campamento y ahí estaba la consecuencia. Sin embargo, Carl grimes llegó en el momento exacto para quitar al devorador de su encima, Colman solo corrió alejándose del lugar tomando su navaja del suelo y sin saber quién rayos la había ayudado.
La chica corría lo más rápido que podía dirigiéndose hacia Alexandria, no le apetecía estar allí fuera de nuevo pues aquel caminante que había visto era Hilary, su ex-compañera y amiga, verla de ese modo le había causado tantas ganas de gritar y no quería reprimirse de nuevo porqué también recordaba a sus padres.
—¡(Tn)_____!—el grito de alguien llamándola por su nombre ni siquiera le hizo despertar de su pequeño trance—¡Colman!
El muchacho tuvo que detenerse frente a ella para evitar que escapara, sus ojos negros la examinaban con rapidez mientras ella solo se reponía observando hacia todos lados.
—Weitman—habia mencionado ella en un hilo de voz volviendo a recordar lo que había pasado. El chico se acercó a ella y solo la observó con detenimiento buscando alguna mordida.
—¿Qué te sucede?—comenzaba a preguntar el pelinegro con preocupación, la chica solo tocó su cabeza con fuerza—¿dónde estabas?, Estaba preocupado por ti.
Desde su sitio, la chica solo negó con lentitud zarandeando la cabeza y Weitman la abrazó, sus manos comenzaron a acariciar su cabello y ella lloró apoyándose en su hombro. Colman sabía que podía confiar en él, después de todo era como un hermano mayor para ella.
—Tranquilizate—decía el chico aún sin dejar de abrazarla—Cuéntame que sucedió.
—Fue un caminante—solté sin pensarlo, este se separó de mi y comenzó a examinarme—Ella es uno de ellos.
—¿Te ha mordido?—había dicho Ramiro con confusión—¿estás bien?
—No, no me ha mordido—aclaraba la chica al instante—Yo solo vi a un caminante...Acabo de ver a mi única amiga de un grupo antiguo, muerta—la chica solo apoyó su espalda en el tronco más cercano y se sentó en el suelo—Es un maldito mounstro y me duele haberla dejado.
—No te preocupes—soltaba el pelinegro agachandose y sentadose a su lado—Ya todo esta bien, solo tranquilizate, no te preocupes más por eso.
Ambos estaban allí, sentados en el suelo como si fuese algo normal, la chica empuñaba con fuerza su navaja y hacia movimientos con esta mientras el chica la observaba con curiosidad.
—¿Qué hacias afuera de Alexandria tan temprano?—preguntó al instante—fui a tu casa y no estabas ahí esta mañana.
—No tenía sueño y fui a la cabaña solo para...
—Deberias quedarte en Alexandria—ordenaba el chico con serenidad—No lo digo solo por los Salvadores, afuera te harás daño.
—Está bien—aceptaba Colman dejando de mover su arma—pero necesito que me acompañes, ¿puedes?
[...]
—¿Estás bien?—había preguntado Weitman observando a la chica agacharse, ambos estaban de nuevo en aquel lugar y el caminante ya estaba muerto, Colman solo se llevó el collar de su ex compañera en sus manos—¿Tu no la mataste?
—No—informaba la castaña serenamente levantandose—pero no quise, es solo que creí que ella viviría un poco más. Quizás fue Carl.
—¿Grimes?—decía el pelinegro levantando ambas cejas y con una sonrisa burlona en el rostro—¿Estuviste toda la mañana fuera con el hijo de Rick?
Colman solo soltó una mirada hacia abajo porque de echo había pasado toda una madrugada cuidándolo. No le apetecía hacer que su amigo inventara cosas falsas e incoherentes así que solo negó todo.
—¡Claro que no!
—¡Vamos Colman!—espetaba Ramiro con diversión y apunto de gritar con fuerza como si fuese algo normal—¿Estuviste con Carl?
—Deja de soñar, Ram—soltó la chica con una sonrisa sarcástica intuyendo lo que Weitman pensaba—Oye, ¿Qué significa qué me sienta nerviosa cuándo alguien está muy cerca de mi?
—Depende
—¿Dé qué?
El pelinegro solo se acercó a ella sonriendole, quedando a centímetros de su rostro, sin embargo, Colman no pudo evitar sonreír junto a él, no se había puesto nerviosa para nada y lo curioso para ella era que, al lado del sheriff, si se sentía nerviosa a cada segundo.
—Quizás la persona con la qué te sientes nerviosa te está empezando a gustar. O quizás has sido muy distraída todo este tiempo y recién haz sido capaz de descubrirlo.
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