CAPITULO 28: El nuevo integrante
—¿Quien eres tú?—pude oirlo decir casi al instante con mucha rapidez y serenidad, se veía totalmente confundido mientras observaba al chico que estaba a mi lado. No dudó ni un segundo y sacó la pistola de su cinturón apuntándole al chico nuevo justo en la cabeza—Contesta.
El pelinegro se levantó al instante y observó a Carl levantando las manos, retrocedió unos pasos más y pude ver que cerraba sus ojos tocando su cabeza, al parecer, el dolor en su cabeza era aún más fuerte que la gran herida de su brazo.
—¡Espera!
El grito salió con fuerza de mi garganta tratando de evitar que Carl hiciera algo indebido, justo en ese momento, el sheriff bajó el arma.
—Colman—pude oír que me llamaba sin dejar de ver al chico—Ven un momento—la orden salió de su boca tranquilamente, el sheriff esperó hasta que yo me levantase para retirarse en dirección a otra de las habitaciones.
—Hey—llamé—Ahora vuelvo—susurré mirando al pelinegro, éste asintió dirigiendo su vista hacia su mochila y buscando algo entre los bolsillos.
Me alejé con rapidez y seguí a Carl, el chico se detuvo en el comedor de la cabaña y luego de unos segundos, me observó con aún mucha más confusión.
—No puedo comprender nada—fue lo primero que escuché—¿Por qué saliste corriendo así de Alexandria?
—Es una larga historia—me apresuré a decir con rapidez, el chico que estaba en el otro cuatro realmente se veía muy adolorido y lo poco que yo sabía sobre medicina no ayudaría en nada—prometo que voy a decirtelo luego, ahora tenemos que ayudarlo.
—Ni siquiera sabemos quién rayos es él—pude oírlo espetar—¿Por qué rayos lo ayudariamos?
—Es cuestión de principios—solté tratando de mantenerme relajada—Tu lo viste, no podemos dejarlo así, puede que incluso muera si no lo ayudamos.
—No puede ir a Alexandria.
—¿Y por qué rayos no puede?—pregunté.
—No lo conocemos, puede ser malo—lo observé con un poco de molestia mientras veía que su respiración se aceleraba, estaba enojado—No pienso poner a todo el grupo en peligro solo por un desconocido.
—Si ese chico de allí fuese malo, ya habría acabado con nosotros—retrocedí unos cuantos pasos más señalando la otra habitación en la que Ramiro se encontraba—Carl, yo solo...
—Piensas ayudarlo, y eso está bien—soltó nuevamente interrumpiendome—Solo dime que pasaría si todo esto es una farsa, cada uno de los nuestros podría morir.
—¿Qué rayos te sucede?—espeté—Está herido y enfermo, ¿cómo puedes creer que eso es una farsa?—avancé por un instante hacia él con mucho enojo—No puede ser actuación.
—¿Que rayos te sucede a ti?—pude oirlo decir mostrando serenidad, me detuve por un instante a observar sus movimientos, realmente era muy parecido a su padre cuando se enojaba—Crees en un completo desconocido y si haces eso...—el sheriff solo se detuvo a observar hacia otro lado—Si confías en alguien a quién ni conoces, te expones tu misma a una muerte segura y eso te hace ser débil.
Mi vista se enfocó en su rostro, tenía las mejillas rojas y estaba muy enfurecido por todo. Yo solo tragué saliva y cerré mi boca apretando mi mandibula demostrando que también estaba enojada.
—Enid dijo lo mismo—solté en un susurro.
—¿Qué?
Retrocedí un par de pasos sintiéndome totalmente confundida, oirlo de Enid no me había echo sentir tan mal, sin embargo el sheriff también creía lo mismo y haberlo escuchado directamente de él, me había echo sentir muy indignante. Quería escapar de esta incómoda situación lo más rápido posible, Hace unas horas atrás el sheriff y yo por fin habíamos vuelto a hablar con normalidad sin que nada lograse molestarnos, y ahora, justo después de esto, ya no sería lo mismo. Nuestra conversación se había ido a la basura.
—Dijiste que soy débil—me acerqué por un instante observandolo con mucho enojo—y eso no es cierto—aún muy cerca de su rostro me limité a observarlo sin despegar mi mirada de él para nada—hay personas buenas en este mundo podrido, yo solo trato de mantener la esperanza.
—Espera Colman—pude oír nuevamente su voz, ahora había puesto una de sus manos sobre mi hombro—No—soltó—eso no es lo que quería decir—quité su mano de mi hombro con rapidez evitando observarlo—No confío en ese chico.
—¿Por qué no?—pregunté—Siempre debe haber una oportunidad, siempre la hay, no todos son malos.
—Dejemoslo.
—¿Qué rayos está mal contigo, Grimes?—pude sentir que tomaba mi brazo con delicadeza pero justo después de que lo hiciera, me alejé al instante—Es muy fácil tomar las malas decisiones en este mundo—el chico solo abrió la boca tratando de decir algo más pero yo interrumpi—No pretendo dejar que ese chico muera aquí, puedo ayudarlo y lo haré. Y si por eso piensas que soy débil, está bien, no me importa lo que digas.
—Colman...
—Escuchame, si estás enojado por cualquier cosa no te vengas a desquitar conmigo—solté—Vete a desquitar con Enid, que lo que les pase no es mi problema.
—Eso no fue lo que quise decir—interrumpió—pero lo hice, y lo siento—volvió a decir un poco más calmado—Con respecto a lo otro, no podemos llevar a un tipo desconocido a nuestra comunidad sin saber nada de él, además, ¿porqué rayos te empeñas en ayudarlo si ni lo conoces?
—Está herido, Entiendelo ya—solté—No sé porqué rayos te estás comportando de esa forma, Carl.
—¡Estoy celoso, eso me pasa!—pude oir el grito, casi interrumpiendome, dejé de hablar solo para centrarme en él por un momento—y rayos, no fue mi intención decir que eras débil, ¿está bien?—quité mi concentración del sheriff y solo me digné a alejarme—Jamas quise decir eso.
Desde mi posición y aún observandolo con enojo me retiré, me bastó solo con unos segundos y llegué hasta la sala, Ramiro estaba allí sentando, con una paquete de pastillas ya abiertas y se veía totalmente confundido.
—Tranquila—fue lo primero que escuché que el pelinegro decía—Fingiré que no he oído nada sobre aquel lío.
Tomé mi rostro entre mis manos y las dejé allí por un instante sin saber que rayos hacer ahora. Por otro lado, podía ver al chico mucho más tranquilo que antes y me senté a su lado sin dejar de tocar mi rostro buscando opciones.
—Gracias por no dejarme morir—había soltado, yo solo asenti quitando mis manos del rostro y observandolo—la mayoría ya no es cómo antes.
—No te preocupes.
Desde mi sitio, y aún prestándole atención al chico, pude escuchar los pasos suaves del sheriff mientras se acercaba hasta aquí de nuevo. La duda seguía intacta en mi cabeza; ¿Por qué rayos me había afectado más escuchar eso de parte de Carl?
—Puedes venir a nuestro grupo, pero mi padre te hará unas preguntas y tienes que responderlas—soltó—¿correcto?
Ramiro asintió con el rostro sereno y se levantó, yo solo me centré una vez más en ver al sheriff y cuando éste me observó quité mi atención de él al instante. Lo que había dicho aún retumbaba en mi mente, y realmente eso era lo que más me molestaba con respecto a todo, odiaba esta palabra pues me hacia recordar la dolorosa situación que habia pasado hace un año atrás.
—No vas a lograrlo—había soltado el hombre frente a mi—Dejanos hacerlo.
—¡Claro que no!—había gritado yo con mucha fuerza—Si la tocas, Juro que te mataré.
Con un vistazo rápido analicé el lugar, mi padre y Tom no llegaban y mi madre ya estaba sin señales de vida. Yo estaba frente a ella, tratando de evitar que los dos hombres frente a mi la mataran.
—Eres débil mocosa—volvió a soltar el mismo hombre—No vas a poder matar a tu madre.
—Mi padre no está aquí—solté observándolo con mucho enojo—él debe hacerlo, no ustedes.
Justo en aquel instante pude ver que el otro se arrodillaba con una sonrisa pequeña en el rostro, sabia quién era, era Morales, uno de los hombres que mi padre y yo habíamos conocido aquí.
—Basta pequeña, solo quédate afuera—había soltado el hombre más amablemente que el primero—Será rápido.
—Mi padre debe hacerlo—volví a decir.
—Mira mocosa—el primer hombre se acercó a mi, pude ver que estaba enojado pues apretaba su mandibula y reia—Tu padre debe de estar muerto ya, y tu amiguito también.
—¡Clinton ya basta!—pude oír el grito de Morales a su lado—Deja de decir esas cosas.
—¿Qué Morales?—soltó Clinton dejándome de ver y observando al otro hombre—Es cierto, ella es débil. Y me importa una mierda, su padre no está aquí y no hay nadie cuidandola—justo en ese instante yo habia apretado mis puños tocando mi pistola en mi cinturón intuyendo lo que haria—voy a matar a su madre.
Clinton sacó el arma justo frente a mi y disparó sin titubear, yo solo tragué saliva observandola ahora sin vida. El hombre se acercó hacia mi rostro y soltó una sonrisita sarcástica.
—Lo hice, ¿ahora qué vas a hacerme?
Lo observé una vez más, mi mano seguía en mi cinturón mientras Clinton se levantaba con una tonta sonrisa en el rostro. Sin perder ni un segundo y muy enojada por aquella actitud que el hombre había demostrado, saqué mi arma y disparé justo en su estómago.
—¡Colman no!—el grito de Morales a mi lado había sonado un poco tardío. Sin embargo, el otro hombre yacía en el suelo, estaba sangrando por la nariz y por la boca—¿Qué rayos hiciste?
El hombre tosía con mucha fuerza mientras podía ver que intentaba decir algo más al respecto, y debido a eso, podia ver que hasta se atoraba con su propia sangre, yo solo solté un suspiro guardando mi arma en mi cinturón.
—Clinton golpeó a mi padre el día de ayer sin ningún motivo, no pretendas fingir tristeza, Morales—solté observandolo, el hombre solo me observó con confusión soltando un suspiro—él era un peligro para esta comunidad y tu lo sabes. Merece sufrir porqué está loco.
[...]
El camino de regreso a Alexandria fue mucho más tenso que lo usual, la atmósfera era horrible y muy sofocante; Carl estaba mucho más adelante y yo solo me mantenía al lado de Ramiro, tratando de cuidar que nada malo le sucediera.
—Mis padres están muertos.
Mi vista viajó por todo el lugar con rapidez al reconocer de quién era la voz, había extrañado tanto el rostro de Tom y su compañía últimamente, pero al recordar que ya no estaba con vida, observé al suelo con desinterés.
—Sigo aquí Colman—pude oír que la voz repetia—Jamás lo olvides.
Me detuve solo para observar todo el bosque a mi alrededor sintiendo que realmente estaba a mi lado, me agaché con rapidez al sentir que mi respiración estaba siendo agitada cada vez más.
—Hey—pude escuchar la voz de alguien más llamarme, pero aún así no lo observé, estaba confundida por la tonta broma que mi cerebro me había jugado—¡Hey!
Justo en ese momento, el chico se situó frente a mi y yo apreté los puños mirando el suelo otra vez.
—Hey—moví mi cabeza tratando de hacer que el enojo se desvaneciera de mí cuerpo, el pelinegro me extendió una mano para levantarme y la tomé sin dejar de observarlo—¿estás bien?
—Si—solté lo más rápido que pude y volví a caminar—Estoy muy bi...—busqué a Carl con rapidez y lo pude ver aún adelante, frente a nosotros, este no se había detenido para nada—Estoy bien.
[...]
—¡Abraham!—grito con mucha fuerza el sheriff observando al pelirrojo, desde mi lugar podía ver al hombre allí, sosteniendo un rifle como si no fuera pesado cuidando la comunidad desde la torre vigía—¡Ya estamos aquí!
—Solo son Colman, Carl y un chico más—pude oír que Ford ordenaba a alguien mirando hacia abajo—Dejalos pasar, Eugenne.
—Oh—la voz impresionada de Eugenne me hizo observarlo con confusión dándome cuenta que observaba nuestra ropa mientras todos ingresamos a la comunidad—Al parecer se toparon con muchos muertos.
—Si—solté.
Hace unos minutos, antes de llegar a la puerta principal de Alexandria nos habíamos topado con una pequeña horda de ocho caminantes, sin embargo, habíamos logrado ganarles sin ningún problema.
Observé a Rick y Daryl mientras estos se acercaban a nosotros. Cerré mis ojos con fuerza, lamentando no haberle avisado a Daryl, o a Rick sobre mi salida.
Di un respiro, y abrí los ojos dispuesta a enfrentarlos.
—¿Qué hacían afuera de Alexandria?—la pregunta que salió de la boca del líder comenzaba a aburrirme, me observó y luego su vista se detuvo en su hijo—¿Y Quién es él?—preguntó finalmente mirando a Ramiro.
—Papá, él se llama Ramiro.
La voz neutra de Carl daba a entender que seguía sin agradarle la idea, no parecía enojado, pero tampoco estaba estallando en alegría.
—¿Tu plan funcionó, (Tn)___?—la pregunta de Daryl me ayudó a poner más atención a la conversación que teníamos con los adultos.
Asentí.
—Sip—respondí, éste sonrió aún manteniendo su rostro sereno.
Rick observó a Daryl confundido por un instante.
—¿De que plan hablan?—preguntó el líder.
—Es una larga historia, te lo contaré luego, antes de eso hazle las preguntas—sugirió Daryl.
Rick se dispuso a hacerle las mismas preguntas que hacía desde siempre. Y después de aquello, al pelinegro le asignaron una casa.
Me limité a ver como se encontraba Liam, llegué hasta mi casa y antes de entrar pude observar por la ventana los mimos que Maggie y Carol le hacían al pequeño.
Una sonrisa estaba plasmada en el rostro de ambas mujeres mientras él reía. No pude evitar sonreír y me retiré para no evitar preguntas innecesarias.
Me dirigí hasta la casa del chico nuevo y pasé, éste me saludó mientras se encontraba inspeccionando todo con una sonrisa increíble en el rostro.
—Una cama, una ducha, un lugar donde dormir—exclamó exhausto.
Vaciló por un momento sin creer lo que sus ojos apreciaban mientras se disponía a echarse de clavado a la cama, como si fuera algo natural.
El sonido de la puerta me hizo salir de lugar, Ramiro al instante fue a abrir la puerta, corrí con una sonrisa divertida para ver quien era, y para ver que se le ocurriría hacer esta vez.
Mi vista se cruzó con el ojo del ojiazul y quizás si yo fuera alguien mejor, mi orgullo no se sentiría tan manchado y pisoteado por ahora.
Él me observó, y yo quité mi sonrisa inmediatamente, ver a Carl hacia que yo recordase sus palabras que de alguna manera comenzaron a dañarme y importarme demasiado.
—Ten esto, Mi padre dice que comas y que luego descanses. Luego tendrás que hablar con él sobre que tarea se te asignará—Miré a Ramiro justo antes de las palabras que Carl acababa de decir mientras le daba una de esas latas de sopa.
Sopa que por cierto, no sabia nada mal para estar enlatada, tenía mucho de esas en mi casa, junto a los purés de Liam.
—Esta bien, Muchas Gracias.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top