CAPITULO 25: Reconstrucción.
[...]
(Tn)____ Colman
—¡Hey!—el saludo me espantó totalmente mientras observaba a través de mi ventana a Glenn, el coreano estaba de pie frente a los muros y escribía los nombres de las personas que no habían podido sobrevivir al desastre.
Después de todo lo sucedido, no habíamos parado para nada, habíamos reconstruido toda la comunidad gracias a los planos que Michonne tenía de Deanna. Habiamos estado muy ocupados durante todo este tiempo remodelando el lugar y volviendo a alzar los muros. Habiamos logrado recuperarnos.
—Qué susto me diste—espeté observando al hombre detrás de mi, estaba apoyado en el marco de la puerta de mi cuarto, y desde su posición, me lanzó una manzana.
—Glenn ya está casado, mocosa—su pésima broma hizo que mi rostro se pusiera totalmente rojo mientras me disponía a atrapar la fruta con rapidez. Yo solo estaba viendo lo que el coreano hacia, en ningún momento había dicho otra cosa como esa—En fin, Abraham necesitaba de tu ayuda para despejar el territorio Oeste de Alexandria.
—¿Ahora?
—Eso creo—soltó. Por un instante me enfoqué solo en observar a Daryl, llevaba su ballesta en su mano izquierda y tenía una pequeña mochila de color crema colgada en su espalda, y en su mano derecha tenía otra manzana—No me dijo cuando.
—¿Iras a cazar?—pregunté observandolo y éste asintió masticando la fruta.
—Volveré enseguida—informó—Con un par de ardillas y unas cuántas manzanas más.
Sonreí ligeramente al escuchar lo último mientras Dixon salía de mi casa con rapidez. Luego de unos segundos, me centré de nuevo en el coreano y pude verlo con Rick, el líder se había acercado a Glenn y ambos sonreían. Las cosas estaban mejorando.
[...]
—Es curioso—solté un suspiro de aburrimiento y lo observé. El pelirrojo que estaba a mi lado deslizaba las rejas mientras Eugene se aseguraba de abrir el otro portón para poder entrar—Jamás las lápidas lograron destruirse o desvanecerse después del ataque de los lobos.
Era cierto, el lugar donde enterrábamos a los muertos dentro de Alexandria jamás se había visto afectado, estaba todo normal, como si nada hubiera pasado. Ayer me había acercado al lugar, la lápida de mi mejor amigo Tom seguía allí y no se veía dañada.
—¿Eso es curioso para ti?—pude oír a Abraham preguntar a mi lado—Sigo sin creer que pudimos recuperarnos de toda esa porquería que enfrentamos.
El otro hombre a nuestro lado también estaba oyendo nuestra conversación, lo sabía, porqué nos estaba observando con mucho interés.
—Supongo que esa parte jamás pudo estar infestada debido a que no había casi ningún Alexandriano escondiéndose alli—soltó, lo observé con interés comprendiendo lo que decía mientras Eugenne se limpiaba la tierra de las manos en su camisa azul—la mayoría de los sobrevivientes se escondieron en las casas y la iglesia, nadie por allá—por la expresión que el pelirrojo tenía en el rostro supe que también estaba escuchando atentamente y sin hacer ruido a Eugene—Los lobos habrían perdido las ganas de estar allí por el echo de que no habia ningún vivo implorando ayuda, lo mismo debió haber sucedido con los caminantes.
—Estamos vivos, y ahora Alexandria está mucho mejor que antes—soltó Abraham—Es una señal.
—¿A qué te refieres?—pregunté con confusión.
Justo en ese instante Eugenne nos entregaba dos botellas de agua con una sonrisa en el rostro, yo me limité a agradecer por la bebida y no dudé ni un segundo en tomarla. Sin embargo, Abraham se había negado a recibir la botella mientras levantaba el envase de licor que estaba en su cinturón.
—Tuvimos muchos problemas al llegar aquí, a pesar de eso es como si ahora nos hubieran mandado un indicio—Abraham cogia con fuerza su gran arma y el sol caía directo en su rostro—Es como si no tuviéramos que irnos de aquí.
—¿Planeaban irse de aquí?—me acerqué al pelirrojo tratando de oírlo más tomando el líquido de la botella, el tema me interesaba demasiado.
—Hubo un tiempo en el que todos los Alexandrianos de aquí creían que éramos una amenaza—pude oír a Eugene decir—El día en que llegamos, y por unas cuántas cosas más, desconfiaron de nosotros. Incluso inculparon a Glenn de la muerte del hijo menor de los Monroe y Noah.
Con un vistazo al frente y desde mi lugar pude ver a Spencer, el hijo mayor de Deanna estaba de pie y apoyándose en la puerta de su residencia. Claro que sabía quién era el hijo menor de los Monroe, se llamaba Aidan, lo sabía gracias a Spencer, el hombre me lo había comentado una vez.
—Fue un momento muy malo, todos estábamos jodidos—volvió a decir Abraham—Cada cosa y prácticamente todo apuntaba en contra de nosotros, pero la muerte de Greg Monroe hizo que Deanna cambiara de opinión.
—Vaya—solté con impresión al terminar de oirlo, pero mi concentración solo se enfocó en mi casa. Maggie y Carol estaba allí junto a Judith y Liam—Creo que debo irme ya.
—No olvides esta cosa—el pelirrojo extendió su mano y me apresuré a tomar lo que me daba.
Nuestra tarea de despejar la zona Oeste de Alexandria ya estaba hecha, habiamos acabado muy rápido con aquel problema y por el cansancio debido al caluroso día, Abraham había estado llevando mi cinturón colgado en su hombro durante todo el recorrido de regreso.
—¿Estarán aquí?
—Así es—respondió Eugene—Esperaremos a que Michonne se haga presente para que realice su turno respectivo en la torre vigía. Al menos hasta que Rick nos indique que más podríamos hacer después.
—Bueno...los veo luego—me coloqué el cinturón con mis dos navajas y los observé una ultima vez—¡Adiós!
Los hombres a mi lado asintieron serenamente y se quedaron en la torre de vigilancia. Eugenne se colocaba detrás de la puerta y Abraham subía las escaleras de la torre, para quizás, hacer guardia desde allí.
[...]
Carl Grimes
El ruido nos tomó por sorpresa a ambos mientras nos levantabamos, Enid se escondió detrás del tronco y yo tomé con más fuerza mi pistola apuntando hacía el lugar buscando la raiz del sonido. La chica y yo estábamos dentro del pequeño bosque de Alexandria, leyendo algunos cómics y comiendo trozos de galletas.
—¿Qué fue eso?
Su rostro incómodo y sereno hizo que volviera a prestar atención buscando que había ocasionado el ruido, y detrás de unos cuántos árboles más se encontraban Spencer, Colman y Michonne.
—Solo son Michonne, Colman y Spencer—informé.
Estaban conversado de algo y yo solo deseaba tener un sentido agudo de la audición para lograr oirlos, pero no, no lo tenia, comparado a otras veces en las que había logrado escuchar a Colman hablar había sido más cerca, no tan lejos como ahora.
—¿Qué están haciendo?—volvió a cuestionar la castaña mientras se acercaba al gran árbol del lugar situándose detrás.
—Caminando—informé con lentitud sentandome nuevamente en el mismo lugar, volví a coger el cómic solo para tratar de encontrar la página en la que me habia quedado—No lo sé.
—No quiero estar aquí nunca más—pude oír que decía.
Cerré el comic con molestia y lo coloqué dentro del baúl que estaba allí siempre, tomando mi sombrero que estaba apoyado en el tronco me levanté solo para observarla con confusión.
—Está bien—solté.
Enfocando mi mirada hacia adelante, comencé a avanzar sin decir nada sabiendo que ella me seguia. Sin embargo, un caminante frente a nosotros hizo que nos detuviéramos, y ambos sacamos nuestras armas con rapidez. El devorador solo se mantenía de espaldas a nosotros y aún no nos había visto, parecía que se encontraba concentrado en otra cosa.
—Carl...—comenzó a protestar Enid.
—Michonne y Colman están aquí afuera—la observé con rapidez diciendo lo primero que se me vino a la mente—No pienso dejarlo vivo.
Solté un suspiro y comencé a silbar con la única finalidad de atraer su atención hacia mi, para de esa forma, matarla con más rapidez. Justo en ese instante, el caminante me observó y dejé de hacer todo lo que estaba haciendo reconociendo perfectamente quién era.
Deanna estaba aquí.
La mujer que ahora estaba sin vida avanzó lentamente hasta estar a casi un metro de nosotros, ahora se acercaba con más ganas y, al parecer, ya se había dado cuenta que estábamos vivos.
—Hey—volvi a llamar observandola—Vamos.
—Carl...—pude oír que Enid comenzaba a decir—¿Qué estás haciendo?
—Vamos—solté una vez más observando cómo se acercaba lentamente hacia mi—Vamos.
—¿Qué estás haciendo?—su pregunta serena hizo que la observase sintiendo un poco de molestia, ahora que sabia quien era, estaba claro que no podía matarla. No queria hacer eso, sabía que Spencer estaba aquí porque estaba buscando a su madre, estaba aquí para acabar con el sufrimiento de aquella mujer.
—Solo vete—solté.
—La mataré yo entonces—pude oír que decía mientras sacaba su navaja con rapidez y observaba a Deanna con molestia.
—Ve a casa—ordené.
—¡No!
—¡Enid!
—Es una estupidez—soltó acercándose a la mujer, pero antes de que hiciera algo al respecto, me dispuse a coger su brazo con fuerza—eso debe estar muerto.
El caminante se acercó a nosotros con rapidez y yo me limité a empujarla con mi pierna poniendo a salvo a la castaña, ahora ella, desde el suelo, se veía muy enojada.
—No puedes matarla—solté.
—¿Qué demonios está mal contigo?
—No lo entiendes—espeté con enojo—Tu no querias estar aqui, tu lo dijiste, asi que vete a casa.
No despegué mi mirada de Deanna vigilando que aún estuviese en el suelo y justo en esos instantes, pude escuchar los pasos de Enid desvanecerse. Solté un suspiro y me dispuse ha dejar a Deanna allí, caminando en dirección hacia dónde estaba Spencer y las demás. El único de los Monroe necesitaba ver a su madre una última vez.
[...]
(Tn)___ Colman.
Mi vista pasó de examinar cautelosamente a Michonne y luego a Spencer, ambos se veían muy callados y parecía que estaban buscando algo dentro del bosque de Alexandria. Yo estaba al lado de ellos y sino fuera porqué estaban muy concentrados en lo que sea, quizás pudieron haber descubierto mi escondite con facilidad.
—¿Qué están haciendo?—pregunté saliendo de aquel árbol detrás de ellos, pude intuir que se habían asustado al oír mi voz pues sus rostros demostraban mucha impresión.
—¿Qué haces tú
aquí?—pude oír a la morena preguntar observandome con curiosidad.
—Los habia visto entrar por aqui—respondí al instante levantando los hombros y dejandolos caer en signo de desinterés—y decidí seguirlos.
—¡Genial!—la voz serena y la forma sarcástica en la que Spencer acababa de soltar la palabra me dió a entender que se encontraba muy enojado con algo—ahora me siguen dos mujeres.
Enfoqué mi concentración en el mayor hijo de los Monroe, no solo se veía enojado, también podia ver que se sentia impaciente e incómodo ya que movia sus manos y observaba todo a su alrededor con mucha cautela.
—Entonces seguimos a Spencer—solté—interesante.
Los adultos dejaron de hablar mientras sus miradas se centraban en algo frente a ellos, sin perder ningún segundo observé hacia el mismo lugar y pude ver que había alguien más con nosotros.
—¿Ella es...
Su cabello rubio descolorido, su rostro casi rosa y gris, su ropa desteñida y sucia, la expresión perdida en su rostro que antes solía demostrar felicidad. Ella era Deanna, pero ahora era un caminante, uno más de ellos.
—Hace un tiempo la vi—soltó Spencer acabando con la atmósfera silenciosa del lugar—por eso decidí venir hasta aqui, para acabar con su sufrimiento.
Desde mi sitio me limité a contemplar a Deanna una última vez más, Spencer se acercó hacia ella y prácticamente la detuvó con su brazos, Michonne se acercó por detrás de aquella mujer teniendo mucho cuidado en no ser mordida y la cogió evitando que intentase morder a Spencer. Pude ver que aún sin moverse, el hombre soltaba un par de lágrimas por la que algún día había sido su madre mientras se aferraba con más fuerza a ella.
Saqué la navaja de mi cinturón con rapidez, empuñandola frente a mi solo para evitar que el último Monroe y la morena no saliesen dañados con todo lo que estaban haciendo.
—Espera—la voz tranquila de Michonne me hizo reaccionar, la morena me observó con serenidad y movió su rostro dándome a entender de que nada malo pasaría así que solo bajé mi arma.
Un segundo después, Spencer atravesó el cráneo de su madre con su cuchillo y la dejó caer suavemente al suelo. El hombre no esperó ni un segundo más y comenzó a escarbar, Michonne y yo nos turnamos para ayudarle a realizar la dolorosa tarea para poder así darle una digna sepultura a la mujer. Era lo que Deanna merecía.
[...]
Mi vista tan solo se enfocó en observar el relajante atardecer, todas las nubes se aglopaban juntas al lado del sol formando un arrebol magnifico, yo simplemente me encontraba en casa de Tobin, observando todo lo que sucedía en el cielo desde su silla mecedora.
Hace unos instantes había estado jugando con Liam, para mi mala suerte el pequeño se había dormido hoy con mucha más rapidez que antes, después de pasar todo el día antes del atardecer junto a él, yo habia venido aquí solo para relajarme.
—Si te quedas mucho tiempo holgazaneando tendrás un futuro como el mio.
La voz me hizo reincorporarme al instante poniendo toda mi atención en él, sabia que estaba aquí solo para tratar de molestar mi tiempo de relajación. Cada atardecer yo estaba aqui, después de realizar lo debido para ayudar a la comunidad me sentaba aquí para ver el horizonte, Abraham siempre llegaba hasta aquí solo para comenzar a molestarme con distintas cosas.
—De echo no me vendria mal—contraataqué con una pizca de diversión—Eres pelirrojo y usaste un tanque de guerra para salvar a media comunidad—dejé de enfocarme en Abraham y volví a meserme en la silla—Eres pelirrojo y sabes usar armas más grandes que una simple pistola—pude oír que el hombre soltaba una risita—Y por último, eres pelirrojo.
—Soy pelirrojo, lo sé—desde su lugar y aún sin acercarse por completo soltó una mueca de serenidad señalándose a sí mismo—Y éste pelirrojo dice que dejes de holgazanear y vayas a sembrar algunos vegetales junto a Glenn
—¡Vamos Abraham!—espeté con desgano estirandome con cansancio en la silla mientras ésta no dejaba de moverse—¿Y por qué yo?
—Ve ahora, Colman—soltó, pude ver que en ese instante una sonrisa de superioridad se asomaba en su rostro. Sabia que es lo que iba a decir—¿o prefieres ir con Carl, Sasha y conmigo a conseguir más provisiones?
El pelirrojo tenia una risita de diversión en su rostro y yo solo me limité a bufar cansada de aquellas bromas que el resto soltaba con respecto al hijo mayor de Rick.
—Prefiero no hacer nada, amigo—volví a decir mesiendome con más fuerza en la silla.
—Ve con Glenn ahora—ordenó—Nos hace falta pulir el lugar, ya tendremos tiempo para descansar despúes—el pelirrojo tan solo me observó serenamente y se retiró caminando en una dirección contraria a la mía.
Antes de obedecer y con notable aburrimiento, solté un gran suspiro teniendo en cuenta que las tareas habían aumentado notablemente en estos días. Comencé a avanzar hasta las parcelas en las que Glenn siempre estaba, pero allí no habia nadie más que aquellos vegetales y la tierra ya se veía removida.
—Bueno—solté observando el pequeño lugar—Al parecer Glenn ya acabó con todo esto.
—Eres débil.
La serena voz de la chica hizo que la observase con detenimiento, ella estaba sentada casi escondida entre las verjas del pequeño lugar dónde el coreano solía sembrar.
—¿Qué?
—Eso es lo que eres—pude oír que decía nuevamente levantándose, me observaba con detenimiento y se veía enojada—Eres débil y tonta.
—¿De qué estas hablando, Enid?—solté—Yo no fui la que escapó dejando a todos aquí mientras Alexandria corría peligro.
—Finges, con todos ellos haces lo mismo—se acercó hacia mi mientras yo la observaba sin entender porqué rayos estaba diciéndome aquellas cosas—ni siquiera sé porqué sigues con vida.
—Diciendome todas estas cosas lo único que consigues es verte patética, Enid—solté.
Un fuerte impacto en mi cabeza me hizo reaccionar, la chica me había jalado el cabello. Casi con furia y desgano sin querer meterme en ningún lió, logré empujarla alejandola totalmente de mi, ella cayó al suelo.
—¡Eres una estúpida!—pude oir que gritaba levantándose.
—Enid, ¿Qué rayos te sucede?—pregunté confundida logrando quitar sus manos de mi cabello, pero está volvía a hacer lo mismo sin querer detenerse—¡Dejame en paz!
Empujé a la chica una vez más, esta dió unos cuantos pasos hacia atrás estabilizandose de nuevo y ahora se veía mucho más enojada que antes.
—¿Sabes algo?—comenzó a decir nuevamente—Deberías irte de aquí—se detuvo a sacudir su ropa y me observó llena de molestia—En Alexandria solo te aceptaron por tu hermano y tu lesión en el tobillo, creo que deberías largarte ya de aquí.
¿Por qué estaba tan enojada conmigo?
—¿De qué hablas?—contraataque sin dejar de verla.
—¡Es mejor que te vayas de aquí!—volvió a gritar
—Tu no mandas aquí—afirmé—estas completamente loca.
Pude ver que se acercaba hacia mi con mucha molestia, pues apretaba su mandíbula como si sintiera algún rencor frente a mi. Sin embargo, la curiosidad me invadió y dejé que hiciera lo que tenía en mente observando que ella volvia a tomarme del cabello una vez más.
—¿Qué está pasando?—pude oír la pregunta curiosa de alguien más a nuestro alrededor, al parecer ya había llegado de cazar y su mochila se veía muy llena—¡Enid basta!—la orden seca de Daryl sonó casi tan fuerte como un grito, Enid lo observó por un instante enojada y luego me soltó—¿Qué rayos sucede entre ustedes dos?
—Colman quiso golpearme—soltó la chica observando a Daryl, me dispuse a observarla con enojo al oír tal mentira y pude sentir la mirada del ballestero fija en mí.
—Colman—pude oír la voz de Daryl casi como un regaño.
—¿Qué?—espeté queriendo dar mi versión—yo no...
—Yo solo me defendí—volvió a decir la chica interrumpiendo.
Unos segundos después, Enid tan solo se largó del lugar sin decir nada más y yo hice lo mismo sintiéndome con un enojo total. Corri lo más rapido que pude tratando de inventar una excusa, pero me dirigí hacia mi casa, antes de entrar me coloqué detrás de ella y escalé las barreras.
Al estar fuera solo me digné a correr con más fuerzas, quería sacar aquella tenue molestia de mi cabeza así que me dirigí hacia la cabaña del norte, pensaría sobre todo lo sucedido mucho mejor estando allí.
Estaba muy segurísima, de que si Tom hubiera presenciado esta mini-discusión, no hubiera parado de estar enojado conmigo por no haber puesto en su lugar a Enid, teniendo la oportunidad y la credibilidad de mi parte. Por otro lado, estar caminando en la autopista de Barton Road, solo yo, me causaba unas cuántas sensaciones de nerviosismo, me preocupaba mucho el bienestar de Liam.
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Aclaración: No odio al personaje de Enid, pienso hacer que ella cambie de actitud en algunos capítulos más adelante :)
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