CAPÍTULO 22: W, los lobos

[...]

(Tn)____ Colman



Tallé mis ojos una vez más, y aunque no quería levantarme, de todos modos lo hice. Me enfoqué en llegar hasta la ventana para ver con más presición la comunidad, el lugar lucia tranquilo mientras podía verse que los Alexandrianos seguian realizando sus tareas con suma normalidad. Morgan practicaba con un palo haciendo movimientos totalmente impresionantes en el patio, y Abraham se encontraba de pie vigilando la zona segura de Alexandria junto a Rosita.

Soltando un suspiro me digné a observar toda la cocina hasta detenerme en un lugar en especifico, al lado de un cómic estaba una pieza de papel muy pequeña.

"Estaré en la casa de Holy con Liam, si quieres puedes venir." 

La letra muy bonita que estaba plasmada en aquella hoja me daba a entender que era Carol quién había escrito en ese papel.

Salí de mi casa para tan solo observar la casa de Holy, a un par de casas frente a la mía estaba la de ella, era una mujer de cabello negro, muy bonita y gentil. Carol pasaba gran parte de su tiempo allí, ambas se llevaban bien a pesar de que compartían distintos gustos. A la pelinegra no le gustaba ver armas en la mesa, y Carol era distinta, ella llevaba sus armas todo el tiempo en su cinturón.

Comencé a caminar dirigiendome hacia la casa de la mujer, no me vendría nada mal conversar con las mujeres por un instante, mis tareas para ayudar a la comunidad ya habían sido realizadas por mi desde muy temprano.

—Colman—la voz serena de alguien situándose frente a mi e interrumpiendo mi camino me desconcentró

—¿Qué te sucede?—la pregunta salió tan rápido de mi boca al sentir que el chico había tomado mi mano ligeramente.

—Explicame algo—por la serenidad en su rostro intuí que estaría a punto de hablar sobre algo muy serio—¿Por qué después del desayuno que organizó Deanna fuiste a la casa de Ron?

—Eso no te debería interesar, Grimes—contesté.

—Yo solo...—pude ver que el sheriff observaba hacia otro lugar murmurando algo en susurros, me limité a observar hacia el mismo lugar y vi a Enid—solo quería saber la razón—soltó mientras ella se acercaba hacia nosotros.

—Carl—pude oír que comenzaba a decir observandonos a ambos—¿Qué sucede?

Me detuve a observar a la castaña, Me miraba con un rostro rígido, como si yo le desagradara.

—Solo estábamos conversando—afirmó Carl, ahora se veía mucha más enojado que antes. Sin embargo, soltó mi mano suavemente sin decir nada más.

—¿Me acompañarás o no?—preguntó Enid observando al sheriff.

La mirada del chico se centró en mi pidiendo ayuda y por su rostro comprendí que no quería hacer lo que ella le estaba pidiendo. Entendi su pedido y me retiré, no quería causar problemas, así que solo me alejé de ahí mientras la castaña seguía a Carl con mucha rapidez.

Me bastaba con caminar unos pasos más para llegar a casa de Holy, pero mis manos solo se detuvieron en mi cinturón y maldije por un corto instante. Mis navajas no estaban allí.

Rayos

Había olvidado mis navajas encima de mi cama así que me apresuré a correr con rapidez volviendo a dirigirme hacia mi casa, pero volvi a detenerme al escuchar mi apellido justo cuando ya estaba en la puerta del lugar.

—Colman, Espera—la orden hizo que me detuviera al instante y volteé completamente dirigiendo toda mi concentración a quién me habia llamado, Daryl permanecía quieto en las escaleras y estaba mirándome con curiosidad—¿Has visto a Carol?—preguntó, yo asenti moviendo la cabeza.

—Dijo que iría a casa de Holy—respondi observando al ballestero.

Pude ver que Dixon se sentaba en las escaleras de mi casa soltando un bostezo que parecía demostrar aburrimiento.

—¿No irás a buscarla?—pregunté con interés sentandome a su lado olvidando por un momento recoger mi navaja.

—No.

—¿Por?

—Esperaré por Carol aquí, sentado—pudo soltar observando hacia adelante—No conozco a Holy, y no me apetece hacerlo.

—¿Y para qué necesitas a Carol?—pregunté con interés.

—Necesitamos su ayuda para una simple tarea, muy cerca de aquí.

Ambos observamos hacia adelante, no teníamos nada más de que hablar, nada importante. Dixon era una de las personas más silenciosas y serias que yo conocía alrededor de todo este podrido mundo.

—Y...—pude oir qué comenzaba a hablar—¿Qué tal todo?

—Bien, supongo.

—¿Tienes alguna historia que puedas relatarme?—soltó, lo observé con confusión.

—¿Cómo qué?

—Aparte de Tom, tu abuela y tus padres—se detuvo a decir observandome con seriedad, yo solo tragué saliva al sentir la normalidad con la que hablaba sobre ellos—¿extrañas a alguien más?

—No lo sé—respondí. solté un suspiro sin saber que podria decirle al respecto, ahora el ballestero tenía la mirada fija en un punto desconocido de Alexandria—es una larga historia.

—Tengo todo el tiempo del mundo hasta que llegue Carol.

—Se llamaba Jonas...—comencé a decir—El anciano solia ser uno de los mejores amigos de mi padre practicamente desde que esto comenzó—lo observé con curiosidad—Solia ser un poco altanero y molesto, se enojaba casi siempre cuando alguien lo provocaba pero en realidad era una persona muy buena y gentil. Me caía muy bien.

—¿Qué sucedio con él?

—Realmente no lo sé—contesté mirando el suelo—lo último que recuerdo, al irme del bunker en el que antes sobrevivía junto a un grupo de personas, había sido verlo correr hacia el bosque haciendo que una gran horda lo siguiera ayudándome a escapar.

Solté un suspiro y no despegue mi mirada del suelo, observando al ballestero que hacía lo mismo.

—Junto a Jonas habiamos sobrevivido de grupo en grupo hasta llegar a una comunidad, el líder de allí hasta casi llega a matar a mi padre por haber causado que algunas personas se revelaran contra él. Luego de aquella pequeña disputa la mayoría escapamos del lugar, sin embargo el nieto de Jonas jamás pudo hacerlo y tuvo que quedarse allí durante años—tomé mis manos y jugué con mis dedos aún recordando lo sucedido. El ballestero parecía estar muy interesado en mi historia—Ese tipo me caía muy bien, espero que aún esté vivo.

—Es curioso—murmuró mirándome.

—¿Qué cosa?—pregunté.

—Parece que hablaras de mi hermano—añadió.

Lo observé aún con más curiosidad, no me había enterado de que Daryl tuviese un hermano, no tenía la menor idea de que existiera un Dixon más. Suspiré confusa al saber que tal vez su hermano estaría muerto ya que la expresión en su rostro era una de tristeza.

-—¿Cómo se llamaba?—pregunté

—Merle—contestó, pude ver que el ballestero colocaba uno de sus dedos en su cabeza—Era justo como tu describes a Jonas, se enojaba todo el tiempo y mantenía una actitud serena y altanera con todos.

—¿y como murió?—logré preguntar con mucho interés.

—Lo perdí durante una lucha contra un tipo que se hacía llamar el gobernador—tragué saliva con impresión mientras oía que él seguía hablando—Cuando volví vi su cuerpo convertido en un caminante, lloré más de lo que había llorado en toda mi maldita vida.

Jamás, durante mi corta estadía en Woodbury, había conocido a un tal Merle o al menos haber oído que mis padres conocíeran a alguno.

—¿Gobernador?—pregunté desviando el tema sobre la pérdida de su hermano, aún con una expresión de sorpresa—¿Hablas de un tal Philiph?

—¿Conocias a ese hombre?—preguntó, me reincorpore con rapidez y asentí.

—De aquella comunidad escapé junto a mis padres y el resto de personas—informé—Woodbury era un lugar que aparentaba ser muy bueno pero mi padre se dio cuenta de las atrocidades que Philiph realizaba y tuvimos que salir del lugar.

—Ese tío era un capullo, incluso asesinó a su gente.

—¿y el gobernador está...

—Está muerto—anunció con un rostro sereno y solté un suspiro tranquilizandome—Vaya—pude oír que soltaba lleno de impresión también, de la misma forma que yo—Que pequeño es el mundo.

—Lo es—solté sonriendo ligeramente mirando al ballestero y volviendo a sentarme a su lado—¿y tú?—pregunté con interés—Ahora que ya se lo de tu hermano, ¿extrañas a alguien más que no sea él?

Pude ver que su rostro se ponía un poco más sereno y soltó un suspiro.

—Podría decirse que a mi madre.

—¿podría decirse?—pregunté con confusión al oírlo hablar de esa forma, se veía un poco confundido—¿también se la comieron esos devoradores o algo así?

—No—pude oír que respondia de forma serena—Murió cuando yo era pequeño—tomó una de sus flechas y comenzó a observarla con mucha lentitud—Recuerdo que aquel día estaba fuera de casa jugando con mis amigos, todos ellos tenían bicis y yo no tenía una. Tuve que perseguirlos durante unos minutos esperando a que alguien me diera alguna pero todos ellos tan solo manejaron hasta llegar a mi casa. El lugar estaba ardiendo y mi madre estaba allí dentro, probablemente por dejar su cigarrillo encendido, su cuerpo habia sido incinerado totalmente.

—Maldición—murmuré con un poco de tristeza al escuchar su historia, él solo soltó una risita. El silencio reinó por unos instante más mientras ambos observabamos hacia otro lugar. No era una situación para nada cómoda—Oye Daryl...—logré llamarlo aún observandolo—...gracias por contarme lo de tu hermano y tu madre, quizás no haya sido la gran cosa para ti pero a mi realmente me interesa—solté, éste asintió observando hacia otro lugar—Me hubiera gustado conocer a un Dixon más.

Contarme lo de su hermano y madre tal vez había sido difícil para él, estaba realmente agradecida de que el ballestero tuviese tanta confianza conmigo como para relatarme lo sucedido con aquellas personas importantes en su vida.

Una amplia sonrisa se plasmó en su rostro, yo lo observé con confusión, éste solo miraba un punto fijo al lado de unas casas. Me digné a observar en la misma dirección y pude ver que detrás de aquellas casas, se acercaba Carol con una sonrisa sosteniendo a Liam. Al parecer su charla con Holy ya habia acabado.

Daryl se levantó de las escaleras y lo primero que hizo fue abrazar de forma gentil a la mujer, yo detrás de ellos reí por lo bajo. Sin embargo, el ballestero me observó con serenidad descubriendo que me reía de aquella muestra de afecto y comenzó a hablar.

El tema realmente no me importaba, pero aún así me quedé detrás de ellos para escuchar sobre que hablarían, parecía ser muy importante para todos aquí. Ambos adultos hablaban sobre ir a matar unos caminantes que habían quedado atorados en un lugar en especifico, muy cerca a Alexandria, tanto que para Rick, Daryl y el resto les parecía muy peligroso. Pude oír que el ballestero le pedía a Carol ir, pero la mujer había preferido quedarse aquí cuidando Alexandria.

[...]

El día había volado tan rápido, yo solo estaba muy preocupada por todos los que habían ido a matar a aquellos caminantes. Eso implicaba que Alexandria estaba desprotegida; Rick, Daryl, Glenn, Michonne, Noah, Heath y otros alexandrianos estaban allá y se habían llevado la mayoría de las armas del arsenal.

Bufé despectivamente y suspiré tratando de tranquilizarme.

¿Debería ir a ver qué sucedía?

Aunque quería hacerlo sabia que Daryl odiaría que yo estuviera ahí, daría más trabajo y en pocas palabras estorbaria. Sin embargo, el bienestar de todos allí afuera me preocupaba aún más que los de aquí.

Me situé al lado de las murallas y subí uno de los peldaños, decidida en salir y ver qué es lo que sucedía y porqué se demoraban tanto para hacer una tarea que Daryl habia tachado como simple.

—¿Estás preocupada?—la pregunta me tomó por sorpresa y di un salto reconociendo la voz, volviendo a estar dentro de Alexandria con rapidez.

—Hay algo que no me pinta bien—logré decir observando a Carl.

—Pienso lo mismo—dijo—pero sé que mi padre sabe lo que hace.

Me detuve a bufar y solté un suspiro.

—Cuando tu padre autorizó que yo buscase a Tom, tu dijiste que él no sabia lo que hacía—contraataque.

Lo observé por un instante y pude ver que sonreía.

—Lo sé—soltó—pero está con Daryl y el resto, espero que todo salga bien.

—Son humanos, Carl—aclaré—También se pueden equivocar.

—¿Sabes que saliendo de aquí y yendo hasta donde están ellos no vas a lograr nada, cierto?

—Tal vez si pueda lograr algo.

—Si pudiera ayudar en algo, yo también hubiera salido de aquí hace mucho—soltó.

Me observó por un corto instante y se fue. Él tenía un poco de razón después de todo. Yo no tenía armas, solo una navaja, ¿cómo ayudaría de esa forma?

Regresé a mi casa pero me detuve antes de entrar y observé a Maggie en la torre de vigilancia. Me senté en las escaleras y cuando estuve a punto de volver a mirarla algo al lado me desconcentró.

—Hey—la llamada de Tobin me desconcentró totalmente. Me saludaba con la mano desde la casa de Rick, casi nunca llegaba hasta aquí.

—Hola—saludé mientras éste se disponía a entrar casa de Rick a saludar a Carol con un beso.

Miré confundida la escena, Carol demostraba felicidad pero había algo que no estaba bien, había algo raro allí, entre ellos dos. Y no era la primera vez, ésto ya había pasado antes.

Me levanté y me dirigí a la casa de Jessie, mamá de los Anderson. La vi delante de su puerta y negó con la mirada, asentí de manera en que entendía lo que me decía. El problema era que Sam estaba más raro de lo usual, no quería salir de su cuarto porqué tenia miedo a que se encontrara con algunos caminantes. Jessie como siempre había tratado de animarlo con galletas pero él seguía del mismo modo, sin querer comprender lo que todos le decíamos.


[...]

El cielo se tornó de un color más oscuro dando a entender que ya estaba atardeciendo. Estaba sentada en el sofá de mi casa dibujando algo en un pequeño cuaderno con mucha cautelosidad. 

—Iré a la iglesia—me informó la mujer con una sonrisa, yo solo asentí—Tengo que decirle algo al padre Gabriel.

—Está bien—contesté sin despegar mi concentración del dibujo que hacía—cuidate—solté esta vez mirándola, ella me sonrió gentilmente y salió del lugar sin decir nada más.

Volví a concentrarme en el pequeño dibujo que estaba haciendo y solté una sonrisa al ver que aquel dibujo estaba saliendo casi bien, tan solo me faltaba pintarlo y sería perfecto. A pesar de eso, fue suficiente con escuchar dos disparos que pusieron todos mis sentidos en alerta, dejé el dibujo en la mesa y me levanté cogiendo mi navaja.

Tan solo con eso podía defenderme debido a que Carol no me dejaba usar pistolas desde el problema que había tenido con la muerte de Tom. Además de que Rick me había confiscado las dos mochilas llenas de armas que tenía, éste era el momento en el que realmente necesitaba un arma y no tenia nada.

Salí de mi casa con rapidez y empuñando mi navaja con fuerza, y pude ver fuego en algunas casas de Alexandria, una casa que estaba al costado de la mía estaba siendo incendiada.

Observé con cautelosidad la escena; Un hombre desconocido salia de detrás de aquella casa. Apreté mi puño con notable enojo y cogi mi navaja con aún más fuerza, me acerqué y lo observé a los ojos. Era aún más alto que yo y sonreia como si estuviera loco mientras se acercaba a paso lento hacia mi.

—¿Qué rayos estas haciendo?—pregunté mientras veia el fuego crecer en la misma casa. Pude ver a un Alexandriano salir de allí totalmente asustado.

—Jugando—soltó y comenzó a sonreir de nuevo.

El odio comenzó a correr por mis venas y me alejé un poco más, levanté mi navaja y antes de que pudiera lanzarla él me golpeó en la cara. En un movimiento rapido toqué mi labio y pude sentir el liquido rojo esparcirse.

Suspiré con una pizca de enojo.

Justo en ese instante, pude ver que se acercaba a mi de nuevo, y cuando el hombre estaba por voltearse le incrusté mi navaja en su cabeza y cayó a suelo. Me detuve a observarlo detenidamente, éste tenía una "W" en la frente.

Examiné todo Alexandria con preocupación, estaba pasando lo mismo con otras casas y habian más personas asi, vestidas como aquella persona que yo acababa de asesinar.

¿Quiénes eran?

Tomé la pistola de aquel hombre recargando más balas y quitando el seguro, volví a mirar hacia atrás. Ahora dos hombres estaban siguiendome y lo único que hice fue correr, pero cuando escuché a los tipos caer me di la vuelta logrando ver a Morgan que los había derribado haciendo unos trucos con un palo. Estos estaban aún vivos.

—Yo me encargo de ellos—soltó con seriedad el moreno—Ve a un lugar seguro—ordenó.

—No—negué—Tengo que buscar a Carol y Liam—agregué alejandome de Morgan en dirección a la iglesia.

Debía dirigirme hacia la iglesia, Liam estaba allí y yo no estaba dispuesta a dejar que le hicieran daño. Debía cuidarlo.

Dejé de correr y por un momento mi vista viajó por toda Alexandria y mi concentración se enfocó en Ron, el rubio estaba en el suelo, se veía asustado y a su lado había una de esas personas muerta, al parecer estaba hablando con Carl.

—¡Ron!—corrí hacia el par de chicos y los observé con confusión.

—¿En donde estabas?—preguntó el rubio.

—Tengo que buscar a Liam y a Carol—agregué apresurada ignorando su pregunta.

Tragué saliva y miré el alrededor con más detenimiento, Carl estaba en la puerta de su casa y detrás de él estaba Enid, la chica se veía muy asustada y preocupada.

—Entren a la casa, yo los puedo proteger—pude oír que decía el chico de cabello largo observandonos.

Sin embargo, yo solo solté un suspiro y me centré en los ojos del chico mientras éste pedía que ambos entraramos.

—Liam y Carol no están aqui—solté—Necesito encontrarlos.

Me dispuse a seguir avanzando pero, me detuve a verlo.

—Colman espera—habia dicho el sheriff—Entra, por favor—pidió mirándome, negué otra vez sin saber que hacer, Estaba tan preocupada por Liam y no entraría en aquella casa sin él.

Crucé miradas con Carl una vez más, su semblante era uno preocupado, al igual que el mio. Y justo ahora, temía por perder a mi familia.


—Entren o morirán—volvió a decir el sheriff observando a Ron también.

—Rayos, no puedo—solté tan despacio que solo él pudo escuchar, me devolvió una mirada preocupado y volvió a insistir.

—Ron—llamé al rubio ayudando a que se reincorporará—¿En donde están Sam y Jessie?—pregunté.

El rubio se colocó a mi lado con rapidez.

—Ire a buscarlos—afirmó y salió corriendo hacia su casa

Quizás era mejor entrar, pero si dejaba a Liam morir, con él desaparecía todo mi mundo.

Comencé a caminar, aún observando a Ron dirigiéndose hacia otro lugar y pude sentir que Carl sujetaba mi brazo con fuerza.

—No vayas.

Lo observé directamente a los ojos cuando soltó la orden.

—Dame una razón por la que me tenga que quedar.

Su vista se fijo en mis ojos, yo me sentía nerviosa.

—No quiero que mueras.

—Cuida de Judith—solté—Yo tengo que encontrar a Liam.

Miré hacia el suelo y volví a negar saliendo de allí, cogi el arma que estaba en mis manos con mayor seguridad apuntando y disparando correctamente en la cabeza al grupo de personas con aquella letra extraña en la frente. Matando a esas personas que habían sido capacez de dañar nuestra comunidad, Capacez de incendiar el lugar en el que vivíamos, Capacez de dañar a los Alexandrianos inocentes que vivían aquí.

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