CAPITULO 19: Ron


[...]

*Dos días después*

(Tn)____ Colman

—Irá todo mucho mejor ahora—soltó el rubio frente a mi—Lo prometo.

—¿Tu lo crees?—me limité a preguntar soltando un suspiro.

El rubio me observó con un rostro triste y me digné a observar la guitarra que estaba en la puerta de mi casa. Era una guitarra muy bonita, hace años que no veía una nueva. Justo en ese instante, pude ver que Ron se levantaba con rapidez para tomar entre sus manos la guitarra y despúes de unos segundos volvió a sentarse a mi lado, extendiendome aquel instrumento con una sonrisa.




* Flash back*

Me centré en observar mis manos con cautela, podía observar los tonos rojos y medio verdes de mis venas. Tenía mucho frio. Estaba echada en mi cama, dentro de mi casa, y a pesar de que el ambiente era caliente, yo me ahogaba en un viento que trasmitia soledad.

—Oye—pude oír que tocaban la puerta de mi cuarto con mucha brusquedad, por la manera en la que lo hacía supe al instante que era Daryl—Colman, ¿Estás aquí?—comenzó a preguntar con su típica voz ronca—sal ahora, tengo que decirte algo.

Me reincorpore con mucha molestia y cansancio, solté un par de suspiros relajándome y abrí la puerta lo más rápido que pude para evitar seguir escuchando sus molestos ruidos.

—¿Qué pasó?—logré soltar con confusión al ver que el ballestero llevaba una guitarra en su mano izquierda. Observé aquel instrumento musical por un instante más, era la primera vez después de casi 4 años que veía uno así.

Pude ver que lo extendió justo frente a mis ojos y lo tomé con rapidez, sentandome en mi cama y observandolo con delicadeza, la pintura estaba un poco desgastada, aún así se veía muy bien. Así que solo me limité a probar cada cuerda con rapidez mientras veia que Daryl entraba y se sentaba en una de las sillas del lugar.

—La última vez que Rick y yo fuimos con Tom a aquella expedición logramos encontrar esta guitarra—comenzó a decir—Los caminantes evitaron que la trajeramos con nosotros—informó—Por otro lado, Tom nos había contado sobre tu madre, que era muy buena tocando la guitarra—se detuvo por un instante y lo observé—Él quizo darte esto, quizo incluso volver sin nosotros solo por eso.

—Gracias—solté con rapidez tratando de no seguir escuchando lo que diría sobre Tom. Apenas había pasado un par de días de eso, aún no estaba lista para hacerlo—gracias por regresar solo a ese lugar y lograr traerla.

—Glenn me ayudó—informó con rapidez—él también solía tener una así de distinto color.

—¿En serio?—pregunté con interés, jamás había visto al coreano con una guitarra.

—Hace años—aclaró—Cuando estuvimos en la granja de los Grenne.

—¿Granja de los Grenne?

Dejé el instrumento encima de mi cama mientras esperaba escuchar la historia con más tranquilidad, pero Daryl se levantó con mucha rapidez.

—Deberías tratar de descansar—sugirió—tus ojos están rojos—pude ver que señalaba mi rostro y asentí con una sonrisa—Espero que te mejores pronto.

El ballestero se retiró de mi cuarto y yo solo me limité a colocar la guitarra en otra parte, apoyada en la pared, para poder tener todo el espacio en mi cama.  

* Fin del flashback *

—Mi madre tocaba—aclaré tomando el instrumento en mis manos—yo solo aprendí algunas melodías mientras la observaba.

Era cierto, cuando Tom y yo éramos pequeños, pasabamos horas junto a mi abuela viendo a mi madre tocar para sus presentaciones musicales en el colegio, mi abuela tenía oculto un par de videos de ella y nos lo enseñaba cuando la oportunidad se daba. Sin embargo, mi madre jamás me habia enseñado a hacerlo por mi misma. Por otro lado, gracias a Daryl tenía algo más para matar el aburrimiento que solo leer comics y revistas innecesarias.

—Ella jamás me enseñó cómo—solté.

—De todos modos quiero escucharte hacerlo—dijo al instante sonriendo.

Me detuve a observar al frente mientras veía a Morgan pasar con rapidez junto a Rick, ambos se dirigían a la torre de Vigilancia, y estaban llevando al Padre Gabriel hacia ese lugar también. Rick no se veia para nada animado, estaba muy enojado.

—¿Los extrañas?—la pregunta hizo que mi concentración regresara hacia él—es decir, ¿Extrañas a tus padres?—preguntó, sonreí con una pizca de nostalgia.

¿Qué si extrañaba a mis padres?, Claro que sí. Extrañaba a mis padres porqué después de todo ellos me habían dado la vida, a pesar de que mi abuela me hubiese cuidado siempre. Justo ahora sabía perfectamente que mi madre y mi padre, estaban junto a mi abuela y Tom cuidandome desde algún lugar.

—Claro—solté—Los extraño mucho—me limité a tocar un poco las cuerdas del instrumento en mis manos—Siempre los recordaré por cómo fueron; Mis padres eran muy amables con todos, mi abuela era un poco testaruda y Tom era...—me detuve al recordar a Tom y solo solté un suspiro dispuesta a continuar pero Ron me interrumpió.

—Oye—pude oír su voz de nuevo y lo observé—A pesar de que yo solo tuve unas cuantas oportunidades de conocer a Tom, me di cuenta de que era un buen chico—añadió.

Con una sonrisa y aún mirando al chico sonreí.

—¿Tocarias alguna melodía para mi?—preguntó mientras hacía un puchero gracioso, y rei.

Comencé a tocar una suave melodía, una música clásica, estaba muy segura de que a Bethoven le gustaría oír su canción ahora.

—Conozco esa melodía—aclaró Ron con una sonrisa—Es Foür Elisa, ¿cierto?—preguntó un poco inseguro.

Asenti al instante, sin embargo hasta yo estaba un poco impresionada. Después de todos estos años, aquella melodía era la única que jamás había olvidado, era la única que jamás había salido de mi mente, aquella era era la melodía favorita de mi abuela, y también la de mi madre.

—¡Hijo!—la llamada delicada de Jessie nos despertó, ambos observamos con rapidez hacia el frente. La mujer estaba en la puerta de su casa y me saludaba muy animadamente, así que me detuve a hacer lo mismo.

—Tengo que irme—pude oir a Ron soltar con rapidez y asentí.

—Hace un buen tiempo que no veo a Sam—solté—Saludalo de mi parte.

—Se lo diré—murmuró avanzando—Adiós.

Me levanté con detenimiento y entré a mi casa, me senté en el sofá y dejé el instrumento a un lado solo para soltar otra vez un suspiro y cerrar mis ojos. Sin embargo el sonido de la puerta de mi casa, abriéndose y cerrándose con tranquilidad, me despertó.

—Hola Colman—saludó con una sonrisa. Pude ver que se sentaba en el sillón frente a mi y me observaba con mucha curiosidad.

—¿Qué sucede?—pregunté mirando a Michonne confundida por haber usado mi apellido.

—¿Algún día podré ver tu sonrisa de nuevo?

Me detuve solo para observarla al recordar que Aaron y Sasha habian dicho lo mismo ayer. Algunos pasaban así, me sonreían y yo solo les devolvía una media sonrisa, los Alexandrianos sabían que estaba pasando por un momento duro, incluso Deanna lo sabia.

—Quizás después—me aventure a responder, la morena soltó una risita.

—Yo también perdí a una amiga—la observé al instante al oír que comenzaba a hablar de forma más serena—Se llamaba Andrea.

—¿Cómo pasó?

—Un grupo contra el que luchabamos la secuestró—comentó—fuimos muy buenas amigas desde que ella se separó de su grupo, sin embargo, un caminante la mordió.

Solté un suspiró y observé el suelo con mucha rapidez.

—Lo único que hice después fue alejarme—volvió a decir—Casi al punto de hacerle daño al resto y a mi misma.

—Yo no...

—Intentaste asesinarte, lo sé—tragué saliva con fuerza al recordar aquel día—La solución nunca será esa.

—¿Carl te lo contó, cierto?

—No tiene una mala intención—comentó al instante—él solo estaba intentando ayudarte.

No me molestaba que el sheriff se lo hubiera comentado a Michonne, era algo normal. Todos aquí alguna vez habían intentado hacerlo al sentirse presionados por toda la carga que llevaban, Incluso Sasha lo había intentado, ella misma me lo había dicho.

—Todos comentemos errores, eso está claro—me observó con mucha tranquilidad y solo me limité a suspirar—Los niños son aún más propensos a caer en aquellas situaciones, Colman—pude ver que soltaba un pequeño suspiro mientras frotaba su rostro—Abre más tu mente, pequeña—se levantó con rapidez y volvió a observarme—Carl tuvo buenas intenciones al decírmelo.

Solté un suspiro con confusión, el sheriff había intentado ayudarme en dos ocasiones. Sin embargo yo me había atrevido a rechazar su ayuda de una manera torpe, tenia mis razones, yo solo nesecitaba estar sola y pensar las cosas sin ninguna interrupción.

A pesar de eso, mi abuela me había inculcado con mucho esfuerzo el saber respetar al resto, y el chico jamás me habia faltado el respeto, jamás me había echo algo malo como para que yo le hubiera contestado o tratado de esa manera.

—Supongo que lo dices porqué te ha contado que rechaze su ayuda esas veces—solté.

—En parte si—respondió, pero se acercó a mi con una sonrisa—Iré a vigilar la torre. Suerte pequeña.

[...]

Cerré la puerta de mi casa y me dirigí a la casa de Rick para pedirle disculpas a Carl, toqué más de dos veces pero nadie abrió la puerta.

Entré sin la autorización de nadie mientras trataba de no hacer mucho ruido hasta que me tropecé con una silla que estaba obstaculizando mi camino, y al parecer nadie escuchó mi pequeño problema. Así que subí las escaleras y comencé a tocar cada puerta de cada habitación en busca de Carl.

—¡¿Hay alguien aquí?!—pregunté pero nadie respondió—¿alguien? ¿Carl?—volví a preguntar sin recibir ninguna respuesta.

Escuché un pequeño ruido en una habitación, entré sigilosamente y vi a Judith, recién se estaba levantando.

—¿Por qué estas tú sola aquí?—pregunté mirándola, sabía que ella no me respondería porqué era solo una bebé.

Me acerqué a su cuna y la cargué, la puse cerca a mi pecho y ella comenzó a jugar con mi cabello.

—Vaya, Liam hace lo mismo—susurré acariciandola, sus ojos azules eran iguales a los de su hermano.

Abrí lentamente la última puerta junto con Judith en mis brazos y vi a Carl, él estaba durmiendo.

—Casi muero del susto pensando que no había nadie cuidando de Judith, supuse que estaba sola aquí—susurré—¿Cómo puedes dormir si aún no es de noche?—pregunté en voz alta, Judith solo sonreía mirando a su hermano.

—¿Qué haces aquí, y Por qué tienes a Judith?—comenzó a preguntar Carl, lo miré confundida, él solo se reincorporó sentándose en su cama.

—Te lo diré rápido, debía disculparme por ese día haberme desquitado contigo, yo solo necesitaba estar sola por un momento—aclaré mirandolo.

El discurso y las palabras que estaban en mi mente se habían revuelto y eso no era lo que quería decir, me había puesto nerviosa y sin motivo alguno.

—¿Ahora te sientes mejor?—preguntó, asentí ligeramente.

—Supongo que si—respondi—¿Y tú—pregunté interesada, él asintió mientras le sonreía a Judith que jugaba con mi cabello y me sonreía.

—Entonces creo que yo también estoy bien—respondió, sonreí, al menos ya me había disculpado y nada había salido mal.

—¿Y por qué duermes, si aún no es de noche?—pregunté confundida.

—No estaba durmiendo—aclaró
—Siéntate aquí—pidió, Judith sonrió al ver a su hermano.

Me acerqué a Carl y me senté en su cama, Judith como sea quería salir de mis brazos para ir junto a su hermano, solté a la pequeña y esta gateo hasta llegar a su hermano y lo abrazó.

Cruzamos miradas por unos instantes, los ojos de Carl permanecían quietos, puestos en mi, al igual que los míos en él.

Ambos solo escuchábamos los murmullos de Judith.

—Supongo que tienes razón.

—¿sobre?—pregunté.

—Cuando dijiste que si sabia como se sentía que el destino te arrebatara a alguien—murmuró.

—¿También sentiste lo mismo?—pregunté.

Hubo un gran silencio.

—Mi madre era todo lo bueno que me quedaba mientras mi padre estaba en coma. Se llamaba Lori—soltó después del repentino silencio. Lo observé interesada en saber que es lo que había ocurrido con su madre.

—¿Cómo murió?—me atreví a preguntar, estaba nerviosa por tanta cercanía.

—Al no tener los instrumentos adecuados para el parto, o al menos para que Maggie le hiciera correctamente la cesárea, tuve que matarla antes de que se convirtiera—constestó secamente, su voz se notaba adolorida, él estaba sufriendo por ese gran detalle.

—Mi mamá no solía darme el tiempo adecuado antes de que el virus se expandiera, solo la veía unas horas y luego ya no—expliqué mirando al suelo—Despúes del virus logramos situarnos en un campamento, luego de unos meses el grupo fue invadido y fue ahí cuando me di cuenta de que ella llevaba a Liam en su vientre, luego de unos meses ella murió, se fue dejándome con Liam y mi padre, él se encontraba realmente destrozado después de eso.

No sabía porque lo hacía, tenía esos sentimientos reprimidos en mi, querían salir, me sentía frustrada. Y parecía que mis lágrimas se hubieran acabado, ya que no daban indicios de salir.

—Judith es lo único que me queda de ella—añadió el sheriff en un susurro, ambos volvimos a mirarnos.

Hasta que una voz femenina nos interrumpió haciéndose presente en la puerta, frente a nosotros.

Otra vez, era Michonne.

—Carl tu padre te llama, está en la casa de Morgan—comentó Michonne viéndonos confundida.

—Ahora voy—constestó Carl mirando a Michonne, ésta asintió.

—Hasta luego—me apresuré a despedirme de ambos y le di una corta mirada a Judith—Chau pequeña—ella solo sonrió.

Salí de la casa de Rick lo más rápido que pude, Me sentía confundida.

Por una parte necesitaba a mis padres, necesitaba verlos, abrazarlos, pero ellos simplemente habían dejado de existir, ahora me sentía sola.

Me senté en el sofá de mi casa, no podía ocultar aquel sentimiento de frustración que tenía al recordar a mi familia muerta. Y no era la única, Carl también pasaba por eso, él extrañaba a su madre. Quizás estaba con su padre, si, pero Rick no podría darle el cariño maternal que él necesitaba.

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