CAPITULO 15: Carol Peletier
[...]
(Tn)____ Colman
—¿Por qué?—pude oír a mi amigo soltar mientras miraba a la mujer frente a nosotros, ella mantenía el rostro sereno.
Sin embargo, sin reclamar ni decir nada al respecto salimos de la casa. Cada día pasábamos ayudándole a Glenn o a Morgan en distintas cosas, pero justo en este instante Carol nos habia ordenado salir del lugar para relajarnos y atrevernos a conocer a los chicos de nuestra edad.
—Genial—soltó mi amigo con desanimo mientras comenzabamos a caminar por las calles de Alexandria—con lo que me gusta congeniar con el resto.
Me limité a pensar sobre esto por un momento, quizás nos vendría bien tener más amigos, aprender a desenvolvernos incluso después de lo que les había pasado a nuestros otros compañeros del bunker, aunque, a pesar de todo eso la duda seguía intacta en mi mente.
—Tom—lo llamé, él adquirió un rostro de confusión y me observó—¿crees que sea necesario esto?...Es decir, estamos en medio de todo esto y no deseo hacer amigos—solté, levanté los hombros en signo de desinterés—ya sabes, encariñarse mucho con una persona y que después sea devorada por uno de esos caminantes, es duro.
Este dirigió su mirada hacia el frente con serenidad.
—Lo sé, sé que es difícil—soltó—pero estamos con ellos ahora, y por lo menos estamos protegidos—aclaró levantando los hombros, imitando mi movimiento de hace unos minutos—Si ellos deciden que nosotros busquemos nuevos amigos, es lo que tenemos que hacer—añadió soltando un suspiro—después de todo este grupo nos habia ayudado en demasiado y no tenemos como agradecerselo—volvió a añadir.
—Lo entiendo—logré aclarar soltando un suspiro y deteniendome solo para observar todo el lugar.
—Supongo que tendremos que hacer nuevos amigos.
—Supongo.
—¿Sucede algo?
—No lo sé—me limité a bajar el rostro y pude verlo sonreír gentilmente.
—Hey, le prometi a tu padre que te cuidaria—pude oír que decia—incluso en los momentos más oscuros de tu vida, yo estaría alli para ti—susurró—Así que si se cruza algo por tu mente, no dudes en decírmelo.
Lo observé por un instante más, sus ojos estaban enfocados en mi y seguía observandome con una sonrisa gentil.
—Mi padre...
—Tu padre fue un buen tipo—dijo.
Asenti.
—Nos enseñó a usar armas—comenté recordando el pasado—no paraba de tratar de hablar conmigo para que le contara más sobre ti—volví a decir mientras Tom soltaba una risita—¿Podrías cerrar tus ojos por un instante?—me limité a preguntar con una sonrisa animada, él asintió.
Me dediqué a ver como mi amigo cerraba los ojos, quería mostrarle algo, pero al ver que un chico salía del mini bosque de Alexadria con mucha rapidez y, al parecer, sin percatarse de nuestras presencias, descarté mi idea al instante mientras los veía chocar.
—Lo siento, no te había visto—pude oír a Tom decir levantándose y sacudiendo el polvo que se había inpregnado a su ropa cuando había caído al suelo.
El otro muchacho que estaba frente a nosotros, al que reconocía como Ron, nos observaba muy enojado mientras soltaba un par de quejas y se levantaba de la misma manera.
—Colman—pude oír a Tom susurrar, su mirada estaba fija en mi, con una pizca de enojo que me divertía.
—Para la próxima, asegúrate de no atravesarte en mi camino—soltó Ron en ese instante acercándose hacia mía amigo con molestia—Y no cierres los ojos, para algo los tienes, ¿entiendes?
—Hey, Calmate—logré añadir en medio de ambos.
Ambos estaban muy cerca y sus rostros no demostraban para nada que se llevasen bien. Ron fue el primero en acercarse hacia el mientras lo empujaba, solté un bufido teniendo en cuenta de que le habia causado un problema a Tom sin necesidad alguna. Sin embargo, sabía perfectamente quién ganaría.
—No es nuestra culpa—solté viéndo al chico con confusión—¿Está bien?
—Nos obligaron a hacer nuevos amigos, en realidad, ni pensabamos en salir y chocarnos contigo—pude oír que mi amigo decía mirando a Ron de forma serena, a pesar de que el otro rubio no poseía una mirada similar.
—Eso no me importa—espetó el muchacho con enojo, volviendo a empujar a mi amigo—no te pedí una explicación.
Justo en ese instante observé a Tom con molestia, él apretaba la mandíbula notablemente enojado y imitaba la acción de Ron, empujándolo.
—¡Basta!—grité con molestia tratando de calmarlos, sin embargo mi concentración solo se enfocó en Tom—deberíamos de estar haciendo amigos, no peleando.
—Está bien—logró murmurar Tom con un rostro resignado—Comencemos de nuevo, me llamo Tom, soy nuevo aqui ¿Quisieras ser mi amigo?—añadió desganado mirando a Ron con una falsa sonrisa.
—Podrías ser más amable—sugerí mirándolo.
Pude ver que Tom extendía su mano esperando a que Ron hiciera lo mismo, pero éste no quería aceptar el saludo.
—¿Por qué crees que sería tu amigo?—preguntó el rubio mirando a Tom.
—Tu actitud retadora me interesa—había soltado Tom—tal vez podamos ser amigos.
—Bien—pude oír a Ron reir—Acepto—esta vez él extendió la mano y Tom la tomó también esbozando una sonrisa.
—Entonces...—observé a los lados con confusión—¿Qué hacemos ahora?—pregunté mirándolos.
—Buscaba a Enid—informó Ron—pero ya que están aquí ustedes, podemos ir a mi casa si quieren—me observó por un instante y luego su mirada se centró en Tom—Tengo cómics y videojuegos.
El rostro de Tom pareció deslumbrar felicidad al escuchar "videojuegos", yo solo logré reír repentinamente ante su reacción.
[...]
La casa de los Anderson había sido un buen lugar para pasar la tarde, la habitación de Ron tenía muchos videojuegos y comics de Superhéroes. Habiamos jugado en cada videojuego que él nos había demostrado, habiamos leído algunos cómics, y tambien habíamos conversado de cosas tribales y sin sentido junto al pequeño Sam. Así logramos pasar toda la tarde en casa de los Anderson, incluso habíamos conocido a su madre Jessie, quien parecía que mantenia una relación con Rick.
—Fue divertido—soltó Tom mientras se sentaba en el sillón con Liam en sus brazos, el pequeño comenzó a murmurar cosas que no eran entendibles para mi, ni para el resto en la habitación.
Justo en ese instante Liam se limitó a arrastrarse hacia mis brazos con una sonrisa muy linda.
—Tuviste mucha razón Carol—aumenté yo con una sonrisa mirando a la mujer que estaba frente a nosotros.
El pequeño se limitó a volver a los brazos de Carol, quién, frente a nosotros, lograba controlar a Liam con una canción de cuna mientras éste comenzaba a cerrar sus ojos.
—Debes enseñarme eso—soltó—llevo casi ocho meses tratando de que duerma en mis brazos y aún no lo logro—escuché a Carol reír por lo que Tom había dicho hace unos segundos.
—Cuando mi hija era una bebé yo solía cantarle canciones de cuna, era tan gratificante ver su hermosa sonrisa. Dejé de hacerlo cuando creció, a la par que el virus se difundía más—comentó Carol.
Se acercó a la cuna y dejó a Liam durmiendo allí, se sentó en el sillón y nos observó.
—Y cuando Judith era una bebé, La hermana menor de Maggie le cantaba a la pequeña unas canciones de cuna que yo nunca había escuchado—observó a Tom—Ese es el truco, Los niños se mantendrán calmados mientras tu lo estés. Y si no lo estás, debes intentar verte lo mejor posible, ellos notan el miedo—finalizó.
Me acerqué a ella y me senté al frente de la mujer. Tom hizo lo mismo sentándose a mi lado.
Teníamos la vista perfecta para observar a Carol Peletier. Lucía tranquila y serena.
Por un instante una pregunta me invadió, como si yo fuese ahora una persona que indagaria en el pasado de ella.
—Carol—la llamó Tom, la mujer lo observó a los ojos y sonrió—¿Quién eres en realidad?—preguntó.
El rostro de la mujer se volvió sereno otra vez y induje que mi amigo había sido muy directo al hacerle la pregunta.
—Soy una persona muy mala. Hice cosas que nunca hubiera querido hacer, maté a muchas almas inocentes antes de llegar aquí. Tuve que matar para proteger a los que amo, a mi familia.
—Matar por proteger a tu familia jamás te hará una persona mala—Soltó Tom mirándola.
Asentí
—Si fuera de ese modo entonces todo el mundo estaría lleno de personas malas, y no, aún sigo pensando que existen personas buenas aquí.
La mujer asintió y nos sonrió otra vez.
—Mi hija era débil, eso la hizo fallar, y murió—agregó la mujer—Todos hemos tenido que volvernos unos monstruos para protegernos de este mundo. Y alguna vez fuimos débiles.
—Aún soy débil.
—Yo también.
Soltamos al mismo tiempo Tom y yo, la mujer negó.
—¿Bromean? Si tuviera su edad yo no habría llegado a la mitad de lo que ustedes han pasado—murmuró—siempre van a llevar con los recuerdos y las muertes de su pasado. Nunca escaparan, pero aprenderán a vivir con ellos.
Tom asintió con la cabeza comprendiendo lo que la mujer decía.
—No lo podré olvidar, yo aún recuerdo la sangre que corrió por mis manos en mi intento por salvar a mi familia—comenté—Supongo que tienes razón Carol. Alguna vez todos fuimos débiles porqué para que alguien cambie completamente solo les hace falta un detonante.
La mujer se levantó con una sonrisa y se despidió de nosotros.
Me centré en la mirada de Tom mientras éste se despedía de Carol moviendo las manos. Cuando volvió me observó confundido.
—Esa mujer que acaba de irse es una gran persona. Solo le hace falta verse como nosotros la vemos—aclaré.
No pude evitar sonreír.
—Deberia estar en un pedestal, es grandiosa.
Esa noche ambos fuimos a dormir teniendo en claro una cosa, Carol Peletier era una mujer que había pasado por muchas cosas. Había confiando en nosotros al decirnos que había matado a inocentes, y aún seguía de pie.
Y el detonante fuerte de su vida, definitivamente había sido la muerte de su hija. Y claramente todos llevaban un peso del pasado en su espalda, con el que tenían que lidiar por toda su vida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top