Epílogo.
Me aterraba ese tiempo, muchísimo.
Me aterraba lo que influenciaría en mi futuro, incluso crear expectativas podía terminar de forma dolorosa. Nunca quise dar ese paso.
Pero no era la gran cosa al final.
Denis.
Sé un poco atrevido, si no quieres llamarlo un poco idiota.
Dar un pequeño paso requería valor, un par de huevos, no podías vivir bajando la cabeza ni aceptando cualquier cosa que sucediera a tu alrededor. No podías ni siquiera acobardarte de esa parte horrible de ti, debías tener fuerza para afrontarla.
Bueno, solo haz algo, ya verás las consecuencias.
-Cada movimiento lleva a un estado, cada decisión que se toma al modelar su figura. Puede que tengan que poner más agua e intentarlo otra vez o puede resultar genial a la primera. No tengan miedo, ¿vale? Va a quedar bien bonita.
Mi nombre es Denis Ión, sin apellido, solo uso el nombre de mi padre como segundo para poder ser diferenciado. Pero prefiero que me llamen solo Denis.
Mi vida era común, mi ser como ciudadano también lo era. Algunas semanas podían aburrirme, otras ni las recordaba, el tiempo pasaba rápido como para pensar si lloré con alguna película que me conmovió o si un video de YouTube me hizo pensar que quería cambiar mi vida y adoptar nuevos hábitos.
Spoiler: planeé mi nueva vida en una noche y a la mañana siguiente se me olvidó.
Si me preguntaban cómo estaba, la respuesta era breve:
-De la verga, pero todo chido. Los taquitos me hacen feliz en el trabajo.
No podía decir que tuve una buena semana, o un día feliz. Pero si retrocedía y veía el panorama completo, estaba feliz con mi vida. La suma de cada momento terminaba por cubrir cualquier desgracia que viví o vivo en su tiempo. Era más cuestión de valor que de cantidad.
Y al menos estoy tranquilo.
-El profesor Denis es súper lindo al hablar. Se nota que tiene paciencia y le gustan los niños. -Comentó una madre a otro padre que veían la clase, esperando a que los pequeños salieran.
-La clase ya está por concluir, ¿cómo les ha ido? -Forcé una sonrisa, irguiendo mi espalda que se ponía como camaroncito.
Pinches chamacos lentos, me cagan.
Los niños levantaron sus piezas de cerámica, otros querían caminar hacia mí con ellas pero preferí dejar mi pincel con agua a un costado y pararme para verlos. Mi taller estaba yendo bien gracias a que asistían así que podía manejarlos, felizmente.
-Este pollito está lindo. -Comenté, poniéndome de cuclillas para señalar la figura de un niño pecoso.
Apreté los párpados al sentir las manos de los otros alumnos tocar mi cabeza, diciendo que parecía un hongo viejo. Tenía 24 años así que vieja mi abuela.
El curso era para menores de 12 y mayores de 7 años, sobre todo para poder lidiar los primeros dos años de su condición con algún pasatiempo. El diplomado que hice en el instituto me permitía realizar talleres, así que formé una alianza con otros dos compañeros para turnarnos los días y manejar el sitio; cuando no venía a enseñar me encargaba de organizarlos desde casa.
Las ganancias eran buenas, no había otros talleres cerca y mi dinero era estable gracias a las piezas que vendía en internet pero hacía durante mis presentaciones de clases. No era lo mejor ni la gran cosa pero podía pagar la mitad de mi renta y cosas que me gustaran.
Miré atento la figura a un costado, también la base del pollito. Ambos tenían fallos en los picos y la superficie, pero los niños los dejaron así, lucían tiernos.
-Anny, ven aquí un momento. -Le hablé a la niña que hablaba con sus otros compañeros, señalando su pollito junto al del compañero Dislalia.
-Qué pasó, maestro Denis.
La niña menor de 10 años dejó de lado su guante para aproximarse a mí, embarrando su playera del curso con la arcilla. Puso sus mano detrás de su espalda en espera de que dijera algo. Llamé también la atención del pecoso, pidiéndoles que fueran sinceros.
-¿Qué se ve raro en el trabajo de tu compañero, Anny? -Pregunté, dejando mis palmas sobre mis rodillas mientras me mantenía bolita, con el cubrebocas de margaritas.
-¿La superficie tiene hoyos? -Asentí, preguntándole después el cómo podría corregirlo-. ¿Pasando una brocha con agua sin...? Ah, ah, ¿adelgazarlo tanto? Y el pico está chueco, chale.
Dislalia miró de nuevo su trabajo, llenando su pincel con más agua para corregir eso.
-¿No crees que tu pollito también está descuidado de la superficie? -Le sonreí, señalándolo. Ella lo notó de inmediato, a pesar de haber trabajado tanto frente a él sin notar el error más claro que había señalado en un trabajo ajeno.
La crítica era necesaria, sin importar la edad. No me gustaba ser mediocre, si se podía mejorar algo se debía intentar aunque la crítica no nos gustara.
-Dislalia, si ves algo en el trabajo de Anny díselo. Traten de ayudarse mutuamente, ¿sí? -Dejé unas palmadas sobre las espaldas de los dos mejores amigos que trataban de resolver los problemas del otro, también notando los suyos.
La hora de cierre fue un poco tarde, pero me despedí de todos los tutores que pasaron a recoger a los niños. Tomé mi abrigo, el maletín, mis materiales extras y mis documentos a revisar por la noche. Dejé el pequeño sitio para dirigirme a la parada de autobús y volver a casita.
Vi el cielo oscurecerse hasta mostrar la oscuridad y las nubes sobre él. Me entretuve contando luces, y viendo también cómo estas se reflejaban por las calles húmedas como si fuera un mundo alterno en su interior. Entonces se volvían borrosas de a ratos, como solo destellos en mi memoria que se olvidaban al día siguiente cuando recorría la misma ruta.
Dormité un poco en los asientos, pellizcando la piel de mis manos para mantenerme despierto hasta pisar casa. Bajé y caminé hasta el edificio de varias escaleras que me cansaban de solo mirar. Estaba exhausto pero no podía dormirme temprano hoy.
-¿El hombre de traje allá abajo es tu nuevo asistente? -Pregunté, mientras extraía mis llaves del abrigo.
Gale Beristain quitó el cigarro electrónico de su boca, observando mis manos mientras pensaba con la espalda recargada en su puerta. Mi mejor amigo habría sido un vecino extraño si no lo conociera de antemano, pues solo salía a esas horas a fumar y pensar en cosas extrañas.
Desenredó sus piernas y sacudió su pecho.
-Sí, vienen conmigo para disque cuidarme pero me vale madres. Me siento más acosado que nunca. -Fingió escalofríos desde su posición, sosteniendo algunos de sus cabellos que se movían por el viento hasta cubrir su vista.
-Al menos te cuidan. No olvides mimir para tu viaje, ¿vale? -Le pedí, contento, empujando mi puerta hasta lograr abrirla con la llave-. Nos vemos, no creo salir ya por hoy; tengo un chingo de trabajo.
Tan pronto pisé mi propia sala la música deprimente arrasó conmigo, las luces y la televisión estaban encendidas en esa área pero no había nadie a la vista. Cerré la puerta antes de crear conclusiones, y me deslicé con audacia hasta detenerme en el bulto sobre el sofá.
El salón amarillo y la foto tirada en el suelo me dio más respuestas.
-Llega sin avisar... -Suspiré, agachándome para recoger el marco con la foto grupal que hicimos del club hace años.
-Lo siento. -Descubrió su cabeza, mostrándome la imagen de alguien que apenas pudo descansar; pero trataba de dormir.
-Al menos cenaste, ¿no? Equis, pasa la noche aquí. -Asintió a mis palabras.
-Thanks.
Cassian volvió a hacerse bolita, tomó el control remoto y cambió de canal, solo volviendo a sacar su mano para alcanzar las frituras en el suelo. Alrededor seguía limpio, mientras el rubio no ensuciara tanto no me molestaba; solía limpiar su desastre en las mañanas.
Me llevé la fotografía conmigo hasta llegar a mi habitación. Dudé si dejarla en el estante junto a la puerta o llevarla al estudio, pero me centré tanto en el rostro que la protagonizaba que no pude mover ni un pie.
Cáncer estaba sonriendo en la imagen, TOC en ese tiempo se mantenía indiferente mientras yo era preso de los brazos de Fibromialgia y Lupus. Insomnio por otro lado se robaba toda la atención, enojado, mirando a la cámara como si fuera a romper algo.
-Dios... -Murmuré, deslizando mis manos por los botones de mi abrigo.
Dejé el abrigo en el perchero sin apartar los ojos de la vieja fotografía. Me daba nostalgia tenerla allí, pero era un sentimiento extraño también, como si aquel momento nunca hubiese existido más allá de esa foto. Me quité la playera blanca de manga larga, doblándola allí de pie, sin poder creer en ello.
-Debería salir con Theo estos días... -Me repetí, pasando mi pulgar por la imagen antes de volver a apreciarla de lejos.
Mi gordis puso el mariachi en su teléfono ese día.
No avancé del sitio al sentir el tacto frío en mi espalda, hasta que Adie deslizó sus manos sobre mi pecho para abrazarme y recargar su barbilla sobre mi cabeza. Ambos observamos la fotografía sin añadir mucho, mientras el olor a café molido seguía impreso hasta en su pijama.
Me pegaste tantas palabrotas, gracias Caín.
-¿Cerraste la cafetería temprano? -Murmuré, él asintió de inmediato sin añadir más-. ¿Tú dejaste a Cassian entrar? Me asustó aaaaa.
-Sí, es que dijo que su familia sigue molestándole para que se gradúe un año antes y sea docente, pero se tomó su año sabático para viajar y grabar tik toks -contó Adie, confundido por el giro de las cosas pero sin juzgar nada, solo siendo el inocente que no podía decir no cada vez que pedían nuestro sofá para dormir-. Lo siento, debí preguntarte para no causar malentendidos.
-Nah, está bien -respondí, posando mis manos sobre las suyas sin apartarlo. Me hacía un poquito de cosquillas en el pecho así que evité moverme para que él tampoco lo hiciera-. ¿Qué tal tu día?
-Cansado, ¿y el tuyo?
Besó mi cabeza, sus manos descendieron por mi pecho antes de dejar otro beso en mi cuello. Adie tenía el cabello recién teñido a pesar de haberme dicho la semana pasada que como su cabello creció bien ya no se lo teñiría, pero me hizo gracia que no cumpliera esas promesas, cuando se estresaba cambiaba de lugar sus figuras coleccionables, se pintaba el cabello, o solo buscaba tocarme tan pronto pisara el departamento.
Bajó las manos por mi abdomen hasta intentar meter sus dedos en mi pantalón. Me ericé como un gato.
-Estuvo bien pero quería tomar otra ducha. -Le informé, girando el cuello para darle un beso.
-Ay. -Apartó las manos al entender el mensaje.
No me gusta que me toquen cuando vuelvo de afuera por la contaminación aaaaah.
Me gustaba ducharme dos veces al día antes de salir porque al despertar el cuerpo sudaba por la depuración de hormonas en la noche, y antes de meterme a la cama: ni loco pensaba llevar conmigo tanta contaminación a mi lugar sagrado para dormir. Él sabía mi rutina porque era igual, olía a jabón siempre.
-Estaré libre ya duchado, solo haré un poco de papeleo y después hacemos lo que quieras, ¿vale? -Le di otro beso al apartarlo. Asintió feliz hasta alcanzarme una toalla de baño e impulsarme al interior con prisa-. Ahorita te veo.
Adie sonrió, haciendo un corto movimiento de manos para despedirse de mí a pesar de vivir en el mismo sitio, aunque yo acababa de decirle que nos veíamos probablemente en menos de 7 minutos. Me apresuré a posarme bajo el agua por esa razón.
Dejé que el vapor cubriera el espejo, pero lo limpié y abrí la pequeña ventana del lugar para dejar que este escapara. Sequé mi cabello antes de salir con la pijama y el teléfono en la mano.
-Oye, creo que mi laptop no funciona porque un niño la tiró. -Le conté a Adie al salir.
-¿Qué? -Asentí. Él se reincorporó en la cama, apartó su libro y vio de reojo mi laptop sobre mi mochila en el estante-. Tranquilo, yo lo arreglo. Si quieres usa la mía, cariño.
-Graciaaaas. -Sonreí despreocupado, ese hombre arreglaba hasta los vasos rotos así que podía confiar en sus habilidades para reparar lo que fuera.
Caminé hasta la puerta del otro extremo, adentrándome al estudio que olía a café también por sus molinos pequeños en las repisas. Tomé un libro ilustrado de allí para ver si me ayudaba a escribir más claro mi resumen de las clases mientras veía las imágenes de cerámica en él que hicimos durante clase para que resultara más sencilla la instrucción.
-Vamos Denis, no te puedes dormir antes. -Me mordí la mano tras abrir la laptop, me vi reflejado en ella, completamente serio-, vamos, animal. Por el poder del amor.
Ay, me hace mal Adie.
Me llegó una notificación de YouTube tan pronto se abrió la pestaña en automático. No pensaba entrar pero al ver el nombre del directo decidí abrirlo mientras tenía el correo abierto en la otra mitad de la pantalla.
"El canal FeLiCeS FIEsTaS ha comenzado una transmisión en vivo", leer el nombre del canal me mareaba por la referencia a compuestos químicos que no tenía ni idea cuáles eran para formar ese nombre.
La música comenzó fuerte, le bajé un poco hasta ver a Inder saltar a pantalla con un gorrito de flor y su bata de laboratorio. El tipo con el que hacía colaboración para el directo se rió desde su sitio, ajustando la pantalla para grabarse mejor.
-¿Qué tal las cosas, colega? -Le preguntó el barbudo, riéndose como menso por la actitud del otro.
-Ya listo para la charlita. ¡Saludos a todos! -Tomó asiento sin apartar la vista de la sección de comentarios, lucía emocionado por ver la cantidad de personas en la transmisión; le costó sacar adelante un canal que difundía temas sobre su carrera como químico farmacéutico biólogo, nombre largo para cuatro años y medio de estudios-. ¿Qué tal la noche?
-¿Ya les dijiste el tema de hoy, chamaco? Que por cierto, ya te recibes este año, ¿cierto? ¡Felicidades!
-Gracias, hombre. Y sí, el tema es "di no a las drogas" -sonrió, sacándose de la cabeza el gorro de flor. Se acomodó bien en su escritorio y se sostuvo de su bata-. Me van a desmonetizar de todas formas así que diré una cosa: pito. Bueno, ahora continuemos.
Recargué mi mejilla en la palma de mi mano, saqué las gomitas del primer cajón y comencé a comerlas mientras veía la transmisión, al menos sus primeros minutos antes de trabajar. La cara feliz y fresca de Inder era motivo de varios comentarios diciéndole que a qué hora iba por el pan y "Linda noche, papu. ¿Ya cenaste?".
-¿Son o no son aptos los fuertes medicamentos en adolescentes que no pueden curarse? -Comenzaron el debate.
-Voy a ser directo, yo tuve problema con las drogas en mis primeros años de preparatoria -confesó Inder, posando sus manos juntas frente a la cámara como si se echara un clavado-. Estaba bien tonto, con el tiempo tuve úlceras e incluso cuando me curé sufrí algunos problemas de salud por estar acostumbrado a los fármacos que me inducían al sueño.
-Te llevaron en ambulancia en el primer año de la carrera, ¿cierto? Me acuerdo de que estabas llorando a altas horas de la noche porque ni habías terminado de estudiar en el laboratorio, todos te sacamos a rastras. -Su colega se carcajeó, consiguiendo que Inder solo suspirara por los recuerdos.
-¡Es que demonios, casi conozco a los dioses ese día! -Fingió rezar.
-Al menos no ponías en tu perfil "adicto, ansioso, depresivo y con insomnio", ¿verdad? -El chico lo calló un momento. Abrió la boca al no ver respuesta de Inder más allá de una leve sonrisa culpable-. Por los doctores JAJAJA. No sé qué decir, la miseria vende, pero tengo conflicto con que uno exponga sus problemas psicológicos. Es peligroso exponerlos así, luego los usan en tu contra o tú mismo te sugestionas a verlo como parte de tu presentación, como si fueras solo eso.
-Lo sé, merezco sus funas -se rió el pecoso, recargándose en su mano de la misma forma que yo. Miró atento al otro con el que charlaba antes de seguir-. Yo también creí que por haber sufrido era especial y que merecía algo por eso. No sé qué rayos pensaba, que alguien iba a venir a decirme "wow, eres increíble... sufriste".
-Me sé la historia pues porque sí, somos amiguis, pero están pidiendo contexto en el chat. -Le informaron.
-Ah, pues creo que he mencionado en algunos videos que antes solía exponer mucho mis problemas en redes sociales, pero al menos aprendí que eso aunque me hacía sentir bien un rato por saber que algunos lo verían pues... la vida no cambiaba, seguía estando igual. -Explicó Inder, reincorporándose en su silla mientras estiraba sus dedos y su espalda encorvada-. La verdad tampoco es como que quiera señalar a quienes actúan de esa forma, creo que siempre hay formas de exteriorizarlo; luego los acusan de tener problemas falsos o hacer una tormenta en un vaso de agua, pero muchas veces son desórdenes emocionales que deberían ser tratados. No resuelven nada los mamones que comentan "mucho texto" o "zzz", tantita empatía a problemas ajenos, por fa.
-Es que se deben tener agallas para dejar los prejuicios, las tonterías y ese temor que nos detiene a pedir ayuda. -Informó el otro chico.
Bostecé del cansancio, pero seguí masticando las gomitas porque la charla hubo comenzado interesante. Ambos parecían buenos colegas llenos de humor pero serios sobre el tema que manejaban.
-¿La pasaste del nabo, cierto?
-La verdad fui un idiota. Pensaba que vivirla mal me preparaba para una recompensa, que la vida debía ser justa o algo por el estilo -masculló, tratando de acomodar sus cabellos locos-. Al final pues mi pasado no justifica que sea un tarado, una persona horrible que puede hacer lo que quiera; pero la neta, me la creí, wey. Ahorita ya ando bien pero arruiné muchas cosas que ya murieron allí, y las drogas se quedaron en el pasado igual.
-Tuviste agallas al menos para entrar a la carrera con tu tripa media muerta. -Volvió a hacer que Inder se carcajeara al recordar sus problemas de salud que lo hicieron perder más peso.
-Fue horrible...
Algunas cosas que parecen pequeñas tienen grandes consecuencias, tristemente.
Hice la pestaña un poco más chica. Dejé un like que seguro se perdería entre tantos y escuché lo último antes de cerrarlo para volver a mi trabajo.
-A pesar de lo mal que me sentí en el pasado, me gustaría vivir la vida otra vez. Uno termina olvidando muchas cosas porque las recuerda bien, pero a mí me hicieron feliz a pesar de todo. -Explicó Inder sonriente, sacando una botella de agua para hidratarse-. Me rio ahora como no tienes una idea, eso es algo que siempre voy a atesorar.
Cerré la pestaña mientras dejaba ir un bostezo. Estaba feliz por Inder, no hablábamos más allá de interactuar en comentarios de algún video suyo, pero que le estuviera yendo bien me calmaba; siempre supe que él podía hacer cosas mejores si se centraba como debía, confiaba en él.
Me daba un poco de orgullo, sinceramente. Esperaba siguiera así.
Ahora, a trabajar.
-¡Feliz cumpleaños 25! -Adie cruzó la puerta junto a Gale y Cassian, el de lentes cargaba un pequeño pastel de chocolate que me tomó por sorpresa.
Qué pedo, cómo que ya es media noche.
-NO RESPIRES. -Gritó Gale antes de arrojarse con el pastel hacia mi cara, ahogándome con el chocolate que cubrió mi nariz y me dejó ciego.
• • •
¡Felicidades, has concluido esta historia!
Ay, qué lindo que ya haya terminado. :')
La verdad EPTYE es una historia muy especial para mí, en exceso diría yo, le tengo un cariño inmenso porque comencé a planearla cuando la estaba pasando mal con mi salud. Me ayudó a entender muchas cosas, sobre todo que la vida no se terminaba por algún problema, solo que sería diferente a partir de ello. Así que siento que parte de mi corazón se va con ella.
Pienso seguir sacando historias con esta premisa, personas que encarnan desequilibrios. Tengo dos borradores pendientes. <3
Lo más probable es que llegue a sacar extras en un futuro, pero al menos la programación diaria llega hasta aquí.
No me queda más que agradecimiento a todos los que han llegado al final. Me hicieron feliz con tantos comentarios, experiencias y memes. Creo que voy a extrañar sobre todo a los que leyeron por sus atenciones tan gratas.
Estoy orgullosa de mis protagonistas, porque a pesar de todo salieron adelante sin olvidar ese pasado, solo tomando lo mejor. Cáncer les dejó un recuerdo increíble.
La vida no se termina tras un problema ni hay recompensas a veces, solo sigue su curso, no es y ya. Denis aprendió a no ser mediocre, no conformarse con cosas pequeñas ni bajar la cabeza por todo, sino comprender que la vida no es justa y si quiere un buen futuro debe esforzarse en el presente por formarlo.
Inder aprendió que la vida no decide que eres especial, ni te recompensa por sufrir. La verdad este tipo me hace feliz, está bien aunque aún tiene problemas de salud que repercuten por acciones del pasado trata de no desvelarse tanto editando sus videos, también tiene buenos colegas.
Una última vez: gracias, banda. Recuerden, no somos especiales por ser diferentes, ni somos iguales por ser patéticos, somos quienes somos en búsqueda de una vida mejor.
¡Nos leeremos otra vez!
Y antes dos dibujitos lindos, uno que me censuraron la primera así que lo recorté y otro que hizo Kiddo bellaco de Capgras:
~MMIvens.
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