Capítulo 6: Duele aceptar lo tóxico que eres, ¿cierto? No tienes excusas.
He pasado tanto tiempo despierto que temo un día dormirme y nunca despertar. Rendirme, dormir por siempre e ignorar mi alarma.
Insomnio.
Valgo verga, la neta.
Fue cuando vi la expresión de Depresión que me di cuenta: "La cagué de nuevo". Lidiar con mis complejos era todo menos agradable. Lo hacía pasar malos momentos. No quería sentirme de esta manera, pero era incontrolable.
No verlo a mi lado, sentado en el mismo lugar o no esperándome se sentía como si el mundo se fuera a derrumbar. Solo quería estar con mi amigo de toda la vida. Pero ni madres eso me salía bien.
Tratar de dormir, pero no poder hacerlo. Los pensamientos carcomían, chocaban como rocas, se arrastraban. Taladraban mi cerebro, imaginando un mundo dentro de unos años donde yo no me curaba y el Insomnio me perseguía para devorarme.
Devorarme como un puto chupacabras. Qué verga con este país lleno de esas pinches madres.
—En serio lo siento. —Murmuré, tomándolo de la mano.
—Está bien. —Respondió Dep, apartándome con su otra mano para poder abrir la puerta del club.
No está bien. Pero no sé cómo decirlo. Lo siento, soy mas tóxico que el Cáncer.
—Depresión, no te vayas lejos. —Solté de golpe, evitando que abriera por completo—, yo no sé qué hacer sin ti, Dep.
—Ni yo sin ti, Insomnio. —Me dio una palmada en la espalda antes de cruzar el umbral.
"Ni yo sin ti", era el único amigo que me decía que no podía hacer nada sin el Insomnio. Realmente se sentía bien. Ser tolerado, incluso llegar a agradar. Aunque cada nota que leí en internet sobre el Insomnio hablaba mal de él, decía que lo tenían que soportar a todas horas y era doloroso. No poder dormir podía ser una pesadilla aún sin cerrar los ojos, agotadora. Azotarse la cabeza hasta desmayar y conciliar el sueño.
Todos aman el sueño.
—¡Buenos días y sácate a la verga! —Clamé, entrando con Dep para abrirme paso frente a Cáncer.
—La que te comes. —Bramó Cán, señalándome con irritación.
—Tú. —Se la regresé.
—Cállense. —Ordenó TOC.
Pasamos por el proceso de desinfectar nuestro uniforme, nos aseguramos también de acomodar la basura en el cesto y andar con pasos no tan ruidosos. TOC volvió a sentarnos a los tres, frente a su escritorio con el papeleo bien acomodado. Cerró la ventana, encendió el aire acondicionado y procedió a explicarnos lo que haríamos esa tarde.
—Solemos atender una o dos personas en este horario —el presidente del club sacudía las manos con elegancia al hablar, aunque los guantes que conformaban el uniforme lucían más limpios que los nuestros y ocultaban las heridas en sus dedos—. Primero recibiré yo a quien cruce esa puerta. Quiero que observen y escuchen. Recuerden también que tenemos reglas, son cosas privadas y llevamos un sistema de privacidad entre nosotros y el alumno. Igual a lo que antes se conocía como el consejero escolar.
—Wuju, hasta yo puedo hacer eso. —Cáncer lucía bastante emocionado por aconsejar a otros.
Sus tenis azules envueltos en bolsas blancas, del mismo material que los cubrebocas, se movían de arriba abajo a pesar de seguir sentado. TOC apartó la mirada de él pues comenzaba a marearse. Me señaló a mí y me preguntó si estaba emocionado. Le dije que siempre lo estaba, obvio.
—Tengo un poco de sueño. —Comentó Depresión, recargado en el respaldo de la silla hasta hacerse más pequeño en su sitio.
—Abriré las puertas ya. —Informó el presidente, levantándose con prisas de su asiento para salir a colgar el cartel de aviso.
Los tres movimos nuestras sillas en fila a una esquina para observar desde allí. Cán comenzó a jugar un videojuego en lo que esperábamos pacientes. Estaba asombrado de aquello, pues cuando le dije a mi madre que yo quería un Nintendo me dijo que una nalgada era más divertida. Le respondí:
—Aber. —Mientras la recibía.
Reconocí a la primera en tocar la puerta. Era mi vecina de 1.60 de altura, con una gorra azul y el cabello de león que le daba personalidad. TOC le dijo que tomara asiento frente a su escritorio, la hizo firmar algo y procedió a charlar sin antes mirarnos de reojo.
—Ella me da miedo a veces. —Admitió Dep.
—Me vale verga, puñetón. —Respondió Histriónica, ganándose un suspiro del presidente.
—Mi vili virgi tidi, pindiji. —Hablé molesto, diciéndole a Depresión que la ignorara.
TOC me ordenó que me callara. Dijo que siguiéramos el ejemplo de Cáncer, quien había quedado hipnotizado por su videojuego, mirando a la pared en una esquina. Depresión trató de prestar atención a la charla que se avecinaba, mientras yo le prestaba atención a él. Movía lento sus dedos, como si intentara rascarse. Me pareció que el presidente hacía lo mismo.
Cosas inconscientes que hacemos de forma continua. Soy sincero, siempre me dio curiosidad qué chingados pensará nuestro subconsciente en aquellos momentos.
—Seré sincera después de mucho tiempo aquí, hombre —Histriónica continuó, dejando caer su mochila sobre el piso impecable—. Todo el mundo decía que aquí viene gente a la que le urge algo. Pensé que sería interesante si los demás me observan entrar, ¿qué tal esa mamada? Tengo problemas, pero ni madres los voy a hablar en...
TOC elevó una mano desde su sitio, contrayendo la mirada que podía apreciarse como irritada detrás de la mascarilla. Rebuscó unas notas, observó los papeles que había llenado y nos hizo señas para que no le quitáramos la vista de encima.
—El histrionismo es la dramatización de las cosas, el aparentar algo con otro color que no debería ser. La genética puede estar vinculada, inestabilidad, adolescentes llamativos —el presidente inició su explicación para que conociéramos un poco más el trastorno, aunque la chica lucía insegura por lo que oía—. El trastorno afecta en su forma de relacionarse y actuar. Puede llegar a creer que sus relaciones personales son más dependientes de lo que son, perciben situaciones en las que suelen ser las víctimas y tienden a buscar ser el centro de atención. Aunque sea de mala manera, aunque sea autolesión o entrando a la sala de consejeros para decir que estaban tan mal que necesitaban ayuda; aunque realmente no la quieran. Porque, puede dar miedo aceptar que eres Histriónico.
—Jódete, puto. —Mi vecina se reincorporó fuera de la silla, tomó su mochila y me mostró un pito con sus dedos antes de retirarse.
TOC dijo que esperáramos al siguiente, aunque su vista no parecía despegarse del cielo gris que mostraban las ventanas. Depresión parecía querer preguntarle algo así que yo formulé la pregunta por él.
—¿Por qué la trató así? Como mamón. —Cuestioné, rascando mi nuca con el dedo índice.
—Somos adolescentes, Insomnio. No es la primera vez que viene aquí, usualmente la dejo estar media hora comiendo algún bocadillo pero el estrés comienza a invadirme. No por padecer un trastorno que busca llamar la atención quiere decir que esté bien ocupar el tiempo de otros que en serio buscan un consejo —TOC se levantó de su asiento, abriendo la puerta principal para volver a colgar su cartel de abierto—. Depresión, has de entender eso, así que no sé porqué lo preguntas. Se ha dicho que no por "ser depresión" se les da el derecho a pasar sobre otros.
—Uy, pues perdón. —Cáncer en algún momento tuvo el cerebro en la conversación, lo sintió personal.
El presidente volvió a su asiento, peinando su flequillo mientras veía su reflejo en un espejo chiquito que cargaba. Comenzaba a sentirme impaciente, en realidad no había comido y estaba esperando a salir debido a que TOC no me dejaría comer allí. Le habría pedido a Depresión un poco de su almuerzo, pero ya era de por sí difícil hacerlo comer y no le pensaba quitar lo que necesitaba.
Mi estómago rugió de forma potente, produciendo un incómodo silencio que incluso causó que Cán callara el soundtrack de su videojuego.
La verga, una tripa se comió a la otra.
—Les dije que me estaba muriendo de pinche hambre. —Suspiré, cubriendo mis ojos con una mano de forma dramática.
Tomamos una pausa. Me dejaron salir para buscar una máquina expendedora y comer lo que pudiera comprar. Habían licuados energéticos en botellas, algunos jugos verdes y leche libre de hormonas, al igual que agua en la máquina de bebidas. Compré un licuado de plátano, unas barritas energéticas y frituras de plátano.
Le compré también a Dep unas barritas de chocolate con almendra porque el cacao le ponía de buen humor.
—¡Inso, ¿qué onda?! Aún estás en la escuela. Yo ando como mierda tratando de sobrevivir a este horario, entro un poco más tarde que tú. —Escuché su voz al otro extremo del pasillo, dando pasos largos como yo solía hacerlo.
—¡Somnolencia Diurna! —Giré mis talones, chocando manos con el alto famoso en la clase de trastornos, por ser popular y atractivo—. ¿Qué pedo? ¿Ya te vas o también venías a comer?
—No, ni madres. Comí como cerdo en el almuerzo —golpeó su estómago, el cual comparé con el mío que se hallaba inflamado—. Te dije que me llamaras Hipersomnio. Suena mas mamalón.
Se compró un jugo verde solo porque tenía sed. Caminamos en el pasillo, charlando sobre las asignaciones. Pertenecíamos al grupo de trastornos de sueño, quienes éramos bastante "fastidiosos" pues el sueño era sagrado y no debía prolongarse o cortarse; debía ser exacto, normal.
Todos nosotros concordábamos en que si el sueño fuera una persona lo golpearíamos.
Lo habríamos matado.
—Es bastaaaaante tóxico ese pensamiento. —Me sacudí, asqueado.
—Y lo peor es que en serio lo deseamos. —Hipersomnio se encogió de hombros, haciendo evidente su espalda ancha.
Me detuve en el pasillo del club. Le dije que tenía unos asuntos allí como miembro. Lució un tanto aturdido, se rió como tonto y dijo que él también tenía asuntos con el club. Entramos juntos, aunque yo iba a comer en una esquina mientras él iba a hablar para pedir consejos.
—Holi, ¿me siento aquí y ya? —Inquirió Hipersomnio, tomando asiento al ver a TOC asentir.
Me levanté para darle los papeles que debía llenar. El presidente al menos me había dejado esa responsabilidad por ahora, mientras que Cán ya no jugaba videojuegos sino que limpiaba de mala gana el polvo que caía en el suelo por los zapatos. Depresión quedó encargado, tras comer su barrita, de atender con bocadillos especiales a los que buscaban consejos.
Tomé los papeles cuando terminó de llenarlos y se los llevé a TOC. De igual manera abrí una pestaña en su computadora, sin tomar asiento a un lado, solo para que pudiera ver el tipo de trastorno que era el hipersomnio.
—¿Quieres más agua? —Preguntó Depresión en bajo tono, sin poder dirigirle la vista al chico.
—Nah, ya bebí demasiado. Gracias, bro. —Lo rechazó—, qué buena atención tienen aquí. Me agrada bastante.
—Quítate los zapatos pues. Ensucias todo. —Cáncer la seguía cagando; parecía una señora encabronada con la escoba.
TOC elevó la mano para que volviéramos a nuestros lugares y escucháramos lo que venía. Me sentí emocionado ahora por saber el problema de un trastorno de "mi familia", aunque sabía que también era un padecimiento de alguien como Depresión.
—Tus padres... —El presidente posó sus manos sobre el escritorio, esperando que Hipersomnio dijera en voz alta lo que había escrito en la ficha.
—Mi madre era Hipoglucemia y mi padre Fibromialgia, así que sí, soy hereditario —se encogió de hombros con una leve sonrisa—. Nunca combines dos enfermedades que padecen somnolencias diurnas o en general tantos trastornos de sueño, puede ser peligroso. Es como combinar a Estrés Crónico y Ansiedad; capaz resulta en un Parálisis de Sueño, JA, JA.
—Qué risa, cabrón. Qué risa, hijo de tu puta madre. —Todos rodamos los ojos porque Cáncer tenía razón.
—Ya cállate, Cán. Voltea tu silla de nuevo y mira a la pared. —Le ordenó el presidente.
Hipersomnio sacudía sus piernas para mantenerse despierto, comenzaba a bostezar demasiado. No podía ofrecerle medicamento pues el mío era para dormir, seguíamos siendo bastante diferentes. Por un momento me pareció ver al trastorno de Piernas Inquietas, o sea Piin, en él. Aunque Piin actuaba de noche, pues era también un trastorno del sueño.
—Saben que soy popular, ¿no? Pero fui la burla el primer día de clases porque todos pensaron que me morí en el autobús —se carcajeó, trayéndome el recuerdo del chisme en la clase sobre él—. He salido con varias chicas, que en serio me gustan demasiado. La última persona con la que salí fue Ménière, ya saben, la enfermedad que consiste en un trastorno del oído interno. Nos conocimos porque el año pasado, apuntándome a esta preparatoria, la ayudé cuando padeció vértigo.
—¿Me estás contando una historia romántica o algo parecido? —El presidente lo miró con cara de culo.
—Ah, no, ya casi voy al punto importante. No mame —susurró esa última palabra para no ser escuchado, aunque fue bastante obvio—. Terminó conmigo hace dos días. Estaba cansada de que la plantara. Solíamos salir en las mañanas antes de el horario escolar, o después del medio día. Fui un idiota, pero...
—Pero eres Hipersomnio. No podías despertarte, aunque te cayeras dormido debajo de un puente —terminó TOC, cerrando su laptop.
—Exacto. No quería plantarla, pero muchas veces me quedé dormido hasta tarde o en el autobús. Al inicio dijo que lo entendía, que incluso se sentía mal porque yo podía llegar a perderme muchos exámenes por esa razón. Pero con el tiempo parece que todo fue mi culpa. —Hipersomnio lucía en extremo frustrado, aferrando sus dedos a sus brazos—, busco consejo por eso. Quiero saber cómo prepararme mentalmente ante la sensación de no saber qué transcurre en ese tiempo, quién me está esperando o dónde me quedé dormido. Tengo 6 años así. Estoy comenzando a volverme loco.
—No hay un manual sobre cómo prepararte, mucho menos un consejo indicado. —Recalcó TOC, poniéndose de pie y dando vueltas en círculos—, duele aceptarlo muchas veces. Duele aceptar quién eres y que las personas no están allí para siempre por ti. No todos están dispuestos a soportarlo.
El presidente se detuvo frente a nosotros. Nos murmuró que dijéramos algo, lo que fuera. Sería suficiente para Hipersomnio.
—Yo digo que no mames con parejas. Si no puedes soportarte a ti aún, no dejes que alguien más lo intente, es súper tóxico. Y lo digo yo. —Bramó Cáncer, dando un consejo bastante útil.
La presión del trastorno obsesivo-compulsivo caía en mí. Hipersomnio nos veía de reojo, esperando de forma impaciente. Apenas abrí la boca tras contraerme.
—Yo digo que te rodees de buena gente, hombre. Estás mamadísimo, te irá bien. —Le mostré el pulgar.
—Yo creo que debes estar solo —irrumpió Depresión, mirándolo fijamente desde su sitio—. Porque no sabes estarlo. Porque es egoísta. Y porque debes acostumbrarte. A veces me quedo dormido y me pregunto lo mismo que tú, "¿qué está pasando en este momento?". Queda una laguna, pero si no dependes de otros no te causará angustia. Pues son los demás los que hacen evidente que te has perdido de algo.
—Y ya, se chingó. —Bufó Cán, volteando su silla en nuestra dirección.
TOC nos silenció a todos. Arrastró su asiento y se sentó frente a Hipersomnio, entregándole una nota que él mismo escribió como recomendaciones. Era un tipo bastante bueno.
—Quiero que lleves un diario. Si alguien te ve caer dormido, informales que solo te recuesten y no te toquen el tema a menos que preguntes. El diario te ayudará a darte cuenta de cuándo son tus periodos de lagunas, como en el caso de la fibroneblina, pero ahora aplicada al sueño. Usualmente se cae dormido en ciertos horarios, tienes que identificarlos por ti mismo. En ocasiones el médico no lo menciona y receta estimulantes, aunque pueden producir más cansancio —le señaló unas imágenes en su celular de los medicamentos que llevaba—. Habla con tu médico y psiquiatra asignado sobre esto. Quizás puedan asegurarse de calcular tu estado de sueño y así prevenirlo.
—¿Y con mi novia...?
—Mándala a la verga. —Sentenció TOC—, y si quieres salir con alguien de ahuevo, te recomiendo a una chica Insomnio.
—¡Te presento a mi prima! —Grité con las manos en alto, sacando una sonrisa en Hipersomnio.
—Me gusta este club. —Comentó el trastorno, antes de de caer dormido al suelo como un bebé.
—Puta madre, acababa de limpiar ahí. —Lloró Cán.
• • •
Uff, este capítulo fue demasiado informativo, HAHAHAHA. Mejor ir cubriendo dudas antes que seguir con la trama principal. Espero hayan disfrutado la lectura a pesar de todo el enredo. <3
Ya saben, no combinen el estrés y la ansiedad por las noches. No queremos alucinaciones horribles.
Primero que nada, TRAIGO UN BELLÍSIMO FANART que hizo una de las personas más queridas que conocí en esta plataforma:
El más alto obvio que es Insomnio, el de cabello rebelde Cán y el pequeño del centro Depresión. Se ven bellísimos, aaaaaah. En serio soy bastante feliz.
Ahora de mi parte, publiqué una tira en mi Instagram (@mei.ivens / @mm.ivens). Espero les guste:
Ya sé que no es sábado pero no me resistí a publicar, hahaha. Espero que tengan un próximo fin de semana asombroso. <3 LOS AMOOOOO.
~MMIvens.
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