Capítulo 4: Babydoll.

Si te gustaba jugar con muñecos de chiquito, a la verga, tíralos. El muñeco eres tú.

Qué tranza, sonó filosófico y elegante.

Cáncer.

El Cáncer era una enfermedad en constante cambio, se desarrollaba lento debido a este mundo, tardaba en mostrar sus dientes hasta los 20 años y después debías adaptarte a lo que viniera, asumirlo y continuar.

La lástima dejó de molestarme tanto cuando habían otros cambios a los que me costaba seguir el paso.

—Puta. —Solté, escupiendo al aire aunque esto golpeó contra mi mejilla en lugar de tocar el inmenso azul del cielo que escalaba entre las nubes. Dal no podía ver ese color, todo por ser pijudo.

—No te quejes. —Dijo el cabeza de papaya, levantándome con ambas manos tras caerme de la pinche patineta y romperme la jeta.

El pelirrojo llevaba puesto el uniforme y su chaqueta negra encima como de costumbre. Se bajó el cubrebocas para decirme que no me paré bien y que seguro terminaría rompiendo la patineta antes de aprender a usarla. Me la compré hace dos semanas para que me fuera más fácil moverme en la ciudad, pues seguiría viviendo con mis padres en lugar de los dormitorios de la pre-universidad.

Pero parecía mono trepado en el patín, ya ni mi pinche abuela se veía tan pendeja al menear su podadora.

Si quiero trabajar en el McDonald's y moverme bien a casa debo dominar esta verga andante.

—Cúbrete bien esos moretones. —Me pidió Dal, señalando el saco en mis hombros para que me lo pusiera aun con el calor porque si alguien nos veía entrar al instituto así quizás pensarían que él fue el culpable.

—Va, va, señor de las bellas artes. —Mencioné sus futuras clases, consiguiendo ver una leve sonrisa en su cara de culo.

—Hombre, no sé porqué somos amigos. —Daltonismo Acromático recapacitó sobre sus decisiones estos últimos años.

—Todos los culos me am... —Me callé al oír que me entraba una llamada.

Recogí mi mochila y la patineta verde del suelo, abrí con prisa la bolsa principal mientras recargaba todo en mis piernas y respondí la llamada tras ver el nombre de Capgras. La puta madre, no sabía qué quería tan temprano, pero igual respondí dándole la espalda a Dal.

—Ahorita no, chikistrikis. Voy a llegar tarde a la escuela. —Susurré, poniéndome de cuclillas mientras cubría mi cabeza del sol o cualquier mirada sospechosa.

—¿Nhg? I just wake u... —Le colgué de inmediato al escuchar su voz adormilada.

Lo imaginé sacado de pedo cuando se percatara de que colgué, era lento para reaccionar o a veces solo marcaba los primeros números de su celular para ver si se acordaba de quién chingados era el número: no sé, tenía pedos mentales enormes y se hacía muchas ideas locas por su síndrome. Golpeé un poco mis mejillas y me compuse para continuar el camino junto a Dal.

—¿Cómo fue que te acercaste a ese tipo? —El skater entrecerró los ojos y caminó con su patineta en la mano. Sus tenis blancos trazaban una línea invisible pero perfecta, mientras sus manos se movían de un extremo a otro dejándome ver su esmalte negro.

—Ya sabes, pinche pollo —chasqueé la lengua con una mano rascando mi nuca—. Lo arrollé con el carrito de golf el festival pasado.

—Me caga que no puedas contar algo sin ofenderme, en serio, me da repelús. —El pelos suspiró otra vez, aunque como siempre, no se alejó porque en realidad no le molestaba que le ofendiera, era más porque le dije pollo y sus ojos rojos no podían negarlo—. ¿Ya están saliendo?

—Porsupollo que no, solo me está tirando el calzón. Parece crikoso tratando de robar focos —opiné, girando la cabeza en negación mientras mis hombros se encogían.

Distinguí la silueta de la escuela y algunos autobuses ya estacionados. Me pegué más a Dal en la espera de que si nos veían lo señalaran primero a él pues casi no lo regañaban, se mantenía ajeno a los problemas y tenía mejores calificaciones. Aproveché para contarle en bajo tono, que aún así había invitado al greñas a mi graduación, pero que no sabía cómo chingados contarle a Dep.

—Es que no sabe que tengo ligue, y me hace ruido cómo vaya a reaccionar de que no le diga y a la verga, yo carga en corto con Cap y se saque de pedo. Anda solito el funas, y seguro vaya solín al baile.

—Ah. —Dal se distrajo con el ruido de otros estudiantes que caminaban cerca, y rascó su ojo que últimamente le causaba molestia.

—Depresión cambió mucho, hombre. Medio animal me pide su número y me preguntan si andamos saliendo, pero a mí me gusta la gente que me pegue, tienen gustos culeros ellos. Pero extraño al viejo Dep.

—Creo que está mejor así —aclaró Dal, levantando su pie sobre la banqueta para acercarse al arco que mostraba la entrada a la escuela—. Me adelantaré, adiós.

Volteé hacia atrás un momento, tratando de buscar algún compañero o alguien con quien charlar antes de ir a mi salón y sentarme allí por horas como un esclavo. Pero ya todos seguro estaban dentro, yo era el atrasado.

Sacudí mi saco, peiné mi cabello y suspiré antes de perseguir al otro puto. Estaba siguiendo el ritmo de mi compañero, pero realmente no íbamos al mismo lugar, y así era con todos los alumnos que recorríamos los mismos pasillos y nos saludábamos como rutina mientras hacíamos cara o nos nalgueábamos. Ni siquiera iba a estudiar, pero pensé que sería divertido, seguir la corriente hasta graduarme el viernes.

Apenas ingresé a la primera clase del profesor Mure, donde hablaríamos sobre enfermedades parasitarias, pero lo primero que recibí frente a la puerta fue in mochilazo de Lupus que caminó enojada a mi lado. La culona entraba de malas desde hace año y medio, tras haber roto su amistad con Fibromialgia, pero al menos nos habían cambiado de asientos así que ya no peleaban cuando estaban junto a la otra.

—En fin, el capitalismo. —Gruñí, arrojando mi mochila debajo de la silla del primer pupitre final.

Depresión se sentaba hasta el frente así que solo hablábamos en el club. Mi único vecino de asiento era Addison, alias calzones transparentes y al frente se sentaba Alzheimer, sin prestar atención a la introducción sobre los alimentos o bebidas contaminadas por patógenos, su cerebro le hacía murmurar chingaderas sobre Evangelion y miles de teorías de ese anime que nunca terminaba por olvidar el capítulo en el que se quedó.

En serio traté de mantener mi vista en la pizarra, y los ojos sobre Mure, peñisqué mis mejillas y cerré los ojos un par de veces tratando de no dormirme. El profe me dijo que dejara de dormitar en su clase, hasta preguntó por mi hermana para mantenerme despierto y mis compañeros solo se reían de que cada pinche inicio de semana la resaca de mis pedas me traía viendo más estrellas que culos en la clase.

—¿Quieres ir a dormir a la enfermería? —Pretuntó Mure, quitándose los lentes para dejarlos sobre el escritorio. Su cabello desordenado parecían spaghettis.

—Oh, Guadalupe, puedo verte... —Levanté la mano con dramatismo.

—Sí, ve a dormir. Vuelve para la siguiente clase.

~•~•~•~

Soy Cáncer, pero no es como si necesitara presentación, todos saben quién soy y aunque puede entristecerlos igual me preguntan porqué no estoy pelón. Qué chiste, qué chiste hijos de su puta madre.

La vida a veces daba vueltas bien locas, de repente tenía el control en mis manos y presionaba los botones de una televisión estática, una televisión que hablaba de un presente que cambiaría en un año, o quizás unos meses, o se descompondría antes de ver el final. Entonces quedaría sola, en una casa que dejaría de ser para convertirse en un gran edificio sobre una nueva ciudad. Rumores de guerras, noticias culeras, tasas elevadas o bajas y nuevos retos de internet.

Yo, a diferencia de mis compañeros que estaban por graduarse, solo seguía la corriente y no me encasillaba, mientras todos se preparaban para un futuro que quizás cambiaría en dos años y lo que querían hacer para tener éxito o ser populares ya no será llamativo para nadie. Otros estaban más preparados para el futuro, aprendiendo todo lo que podían, jugando al azar, tratando de encajar en la televisión que cambiaba cada día como si fuera el pendejo de Tik Tok con sus trendOs y volviéndose competitivos a un nivel enfermizo.

Viviríamos solo para hacer recuerdos.

Comenzaba a creer que esta vida estaba media culera porque cuando tuve tres amigos pasaron unos días para que estos se separaran y todo se quebrara: bueno, yo, no estaba preparado para eso pero lo abordé como pude y me mantuve imparcial. Estuve muy confundido, preguntándole a mi madre por cualquier cosa porque no sabía qué decisión tomar, si estar con quien había herido o quién resultó herido.

La vida podía terminarse con solo cambiar de canal, cada día, en cualquier segundo, de una forma invisible que no notábamos hasta que era demasiado grande y chocábamos con sus paredes.

—Enséñame inglés, perra. —Recuerdo que le pedí eso a Cap a inicios del año.

Capgras, un jotísimo que vivía los trends del momento, neta, su cuenta toda naca y whitexican de Tik Tok no tenía tantos seguidores por nada. Teníamos contacto por algunos encuentros en pedas, pero cuando Depresión se burló de mí en el club sobre mi forma de hablar el inglishu, le dije que sacó boleto y aprendería en un dos por tres.

Ojo, que el inglishu no me hacía superior porque me joden los clasistas, pero igual fue mi iniciativa para mandarlo a la mierda y pasar el poderoso TOEFL.

Capgras al chile, me trataba de impostor pero cuando le dije que le patrocinaría -le metería dinero en la tanga- para que hiciera sus videos chidoris no dudó en tomarme de la mano y decirme con una sonrisa bastante sobria que estaba dentro. A veces no era un animal, a veces hablaba un poco más de la cuenta y me recordaba que era un chico cualquiera con una familia más intensa que mis ganas de navajear.

Cap cambiaba cada día, me golpeaba cada día cuando me desconocía, y aunque éramos amigos a veces solo era un tutor más cuando se ataba el cabello en una cola alta y rodaba sus ojos azules hacia mí, como si tratara de adivinar cómo era mi verdadero yo. Fue una distracción gigantesca cada vez que movía los labios y trataba de captar mi atención en sus enseñanzas, porque quería mi dinero y su padre turbio no le daría pa'las mamadas.

—Cán, don't mess with me habló en bajo tono, inclinando la cabeza para estar a mi altura mientras sus uñas golpeteaban los lápices en la mesa—. Deja de inventar viejitas que te callan en la biblioteca, porque la recepcionista es sorda, ¿quieres? Pay attention o vete al demonio.

—Verga contigo, wey. Mi nivel de inglés no es tan alto, acéptalo o cómeme esta. —Le saqué la seña de pito-, no soy tu pinche babydoll.

Arrojó lo primero que vio a mi ojo: un sacapuntas. Me reí como idiota por la emoción de sentir que me peleaban sin respeto alguno a mi enfermedad, así que quería entrarle a los putazos allí mismo pero verlo estresado hizo que calmara mi raja.

—Le dijiste a todo el mundo que estudias conmigo, asshole rechinó los dientes que apenas dejaban escapar el aire de su boca. Cubrió su cabeza con las manos y respiró profundo, divagando con la vista en las hojas cubiertas por la luz artificial de los altos focos. Esa posición asfixiante, verla en alguien que no fuera Depresión en su segundo año me preocupó más de lo natural—. ¿No puedes ser un puto estudiante normal? Aunque te hable en español no me entiendes un carajo.

Alamadreeeee, sí se enchiló.

—Te pago solo para que me enseñes, hombre. No te fanatices tanto con enseñarme porque el control depende de mí, si aprendo o no a la verga, me pago otros cursos.

Traté de encimar mi brazo sobre su hombro pero este me apartó solo para gritarme que no era tan fácil ni gratis como para andar desperdiciando el tiempo así. Tomó su mochila, balbuceando cosas en inglés inentendibles más allá de darme a entender que cuando él se comprometía no podía solo no lograrlo.

—Oye, los pedos de tu casa no los traigas a... —Puso su mano en mi cara para callarme y evitar que me pusiera de pie.

—¡¿Cuál es el problema conmigo, eh?! Fuck maldijo al aire, consiguiendo elevar mis cejas y hacerme más pequeño al ver sus ojos achicarse del enojo. Cubrí mi boca un segundo para no decir alguna pendejada.

Puta madre, Dep, en serio me volví sensible a la gente que se culpa por todo lo que hacen.

—ESTOY CANSADO, ¿BIEN? I'm just gonna leave and...

Jaloneé al rubio de su chaqueta verde militar hasta hacer que se golpeara con mi silla y se fuera de boca hasta que pude clavarle un beso, un beso bien virginal porque al chile estaba nervioso, pero sus labios reaccionaron de inmediato. Nos alejamos un segundo para cuestionar qué pasó, porque él no entendía si me gustaba o qué.

—¿No sentiste que era el momento? O sea, se veía como de película y el ambiente...

Fuck you, Cancer. El putazo vino después.

Recordé el comienzo del año desde la cama de la enfermería, palpando mis manos sobre mi panza mientras veía la pared y el ventilador girar en ella. Yo estaba feliz, porque tenía un buen amigo, y un tutor a quien había invitado a mi graduación, un amigo que vendía agua y era streamer al igual que otro pelirrojo. Y muchos más, hasta el profe Mure me consentía al dejarme dormir aquí.

Tal vez en un año, o 10, o si vivía más de lo que pensaba, el canal cambiaría, el momento de hoy solo moriría como murió el primer y segundo año de clases. Pero a chingar a su madre, yo lo iba a montar como torito de festival porque mi madre dijo:

"Si no dejas que te aprovechemos, aprovéchate al menos tú, gordo".

—Ya va a empezar el segundo periodo. —Depresión removió la cortina, dándome un brinco del susto al ver sus ojos negros atravesarse de repente con los míos.

—Wey, toca al menos. —Me irritó su indiferencia, ese cansancio en su mirada similar a caer en las drogas—. Toca. Ja, es cortina.

—Sí. —Miró el pedazo de tela, y la palpó un segundo para evitar reírse de mí mal chiste. Aflojó un poco su corbata y golpeé mi pierna debajo de la manta para sacarme de allí—. Lo siento por haberte puesto en duda el viernes. No estuvo bien, o sea, dejaremos la escuela en unos días y yo ando todavía imaginando cositas. Perdón.

—Supéralo, puta. Yo igual tengo delirio de persecución. —Lo animé antes de volver a clases.

• • •
CONCLUSIÓN: CÁNCER MADURÓ.
Nunca creía que diría eso, pero lo hizo, lptm, en serio lo logró.

BIEN RARO PERO PASÓ GAHAHAHAHA.
Al chile, ya hay otra pareja no confirmada porque son pegotes pero no es nada serio AAAAAAAAH. Pinche Cáncer, tener pareja nunca fue lo suyo.

¿Qué tal Cáncer? ¿Cómo ven al chamaco? ¿Está bien o...?

MIREN ESTA CHULADA DE FANART: DEP RANITA, ES PRECIOSO Y QUIERO LLORAR. Muchas gracias por esta belleza.

LOS QUIERO MUCHO. ¿Quieren hablar sobre cambios en las cosas que hacen, las personas que conocen o la vida en general? Tristemente nada se detiene, pero como dice Adelaido, quizás eso inesperado pueda ser también un alivio.

~MMIvens.

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