Capítulo 3: No soy tan mugre.

Pensar en el futuro se convirtió en un buen pasatiempo: imaginarme con éxito tras éxito, mucho dinero, independiente y con una linda casa.

El mejor pasatiempo para olvidar que no era tan especial como para lograr todo eso. Habían personas más calificadas, que me enfurecía de solo pensar en ellas.

Insomnio.

Ellos jalaban a la peda, y yo dije "sí, chingada madre, todo por ustedes".

Mi nombre seguía siendo Insomnio, mi ropa ya no me quedaba bien porque crecí un poco y las sudaderas se convirtieron en mis mejores amigas. Y amigos, bueno, tenía tres grandes amigos que amaban tocar música conmigo, ganábamos un poco de dinero tocando en el restaurante de El gallo azul y en algunas pedas, donde no se me dejaba tomar mucho porque disque decía mucha mamada.

Las personas comenzaron a recibirme con buena cara cuando hice algo tan llamativo como tocar la guitarra y cantar. Se sintió bien sentir que tenía un lugar preparado para mí.

—¿Qué curso opcional tomaron? Yo creación musical. —Susurró Sonambulismo, su hilo de voz apenas se hacía escuchar a través de la tela con la que cubría su cabeza, como un elfo satánico de película.

—Música igual. —Respondió Ansiedad, el último en bajar del taxi y el más bajito de los cuatro.

—Música. —Hipersomnio echó la andada. Sacudiendo su playera blanca que se transparentaba por las luces lejanas de la calle.

—Farmacología, estaré en el laboratorio porque quiero hacer una carrera como químico. —Respondí emocionado, clavando mis manos en la sudadera al recordar que mis planes seguían igual que hace varios años. La calle húmeda hacia la casa de la peda me pareció resbaladiza y creí que por eso estaban con temor—. ¿Qué? De verdad me registré.

—¿Por qué te gusta esa madre? —Sonambulismo formó una cruz con sus dedos, Híper le dijo que no fuera maleducado.

—Al chile pijudo, no me acuerdo ni porqué. —Le mostré mis dientes en una sonrisa.

—OH, OIGAN QUÉ PUSIERON.

Nos detuvimos de golpe frente a la calle sin fondo. A un costado habían varios bambús altos y árboles que peleaban contra estos al crecer, mientras en el otro extremo estaba la casa de dos pisos con luces amarillas que escapaban de ella y transmitían música anormal para una peda.

—Bésame... —Hipersomnio cantó lo que escuchó, llevando su mano al pecho mientras los demás dijeron "esa mamada qué"—, bésame mucho...

—Mi novia no vino hoy, no ando romanticón. —Ansiedad se agüitó y caminó un poco hasta la entrada: se bajoneaba sin su pareja, era muy dependiente.

—Como si fuera esta noche —Hipersomnio me señaló dramáticamente, fingiendo que sus manos eran un micrófono. Juntó las cejas y su cabello claro que llegaba casi a mi altura se fue acercando hasta recargarse en mis hombros cual actor pitero—. LA ÚLTIMA...

—Vez... —Canté la última palabra, dándole un beso sin quitar mi sonrisa. Aunque este se alargó un poco más de la cuenta hasta que Sonambulismo me pateó la rodilla y me bugueé.

—Ya, a la verga, no se pongan a echar caldos ahorita que me dan paja y a don Luci no le gusta. —Señaló el suelo o el infierno, quién sabe, antes de arrojar otro golpe al menso Hipersomnio y seguir a Ansiedad al interior.

Retrocedí un poco para que mi novio no estuviera tan pegote. Ya quería entrar pero al parecer él se puso de malas segundos antes de todo, pues al apartarse de mí solo pude notar esa mirada de hastío que solía poner cuando yo hacía algo que no le gustaba. Me encogí de hombros y le pregunté qué onda.

—Hombre, Inso, te dije que quería salir solo contigo hoy pero siempre vamos con toda la masturbanda. —Arrugó el entrecejo, y estiró los brazos para echarlos en una dirección con desdén.

—Pero son tus amigos y también los míos, ni al chile que los dejemos solos —se me fue un gallito al responderle, tosí antes de proseguir y él me preguntó si estaba bien—. Es más divertido andar en grupo, ¿no crees que es bomnitO?

—No pongas esa cara, aaaaah —lanzó un quejido junto a su mano sobre mi cabeza, sacudiendo mi cabello antes de encimar su brazo a mis hombros—. Ganaste, como siempre, ámonos al chupe.

Hipersomnio era alguien bastante comprensivo, atento, siempre cuidaba su tono de voz y sus movimientos eran relajados; te hacía sentir cómodo de inmediato, aunque por la misma razón no me di cuenta de que quería ligar conmigo en el segundo año cuando me volví parte de su banda. Terminé por notarlo una tarde cuando pregunté si ya tenía novia otra vez, pero Sonambulismo me miró con desagrado y dijo algo como:

"Eres un pendejo, le está echando los perros a ese culo culero que tienes", no fue muy educado, Sonambulismo era medio intenso y adoraba a los chanekes.

—¿Por qué no me dijiste que entraste a Farmacobiología? —Inquirió, dejándome un beso en la mejilla mientras nos movíamos hacia el tipo delgado de la entrada.

—Saquen el Peppaso. —El wey de la entrada me interrumpió.

Ambos sacamos la pegatina de Peppa la cerda para que nos dejaran entrar. Nos pusieron unas pulseras por si bebíamos y cubrieron nuestras cámaras con cinta adhesiva, la misma rutina de todas las pedas porque a donde uno se le ocurriera tomar foto y funarnos se caía el circo mas no los pendejos.

Apenas entramos la música cambió a algo más movido, las personas gritaban "Qué poca madre" y nosotros lo hicimos por inercia. Ansiedad y Sonambulismo se seguían la cola para hablar, pues aunque no lo pareciera, eran mejores amigos: Sied no quería hablar con nuevas personas y Sonam era demasiado turbio como para acercarse a otros.

Cruzamos la primera pared que estaba rodeada por unas chicas que jugaban en su teléfono, una acostada sobre la otra en el suelo, mientras otro chico sentado como chinito les presumía su Pokemon Go. Híper bostezó, tiró de mi sudadera y señaló la sala de estar al fondo donde algunos bebían y veían distintos conciertos en vivo solo para imaginar que estaban allí.

—¿Puedo tomar una botella? —Híper asintió, pero sólo una dijo, así que me escurrí de sus manos para dirigirme a la cocina mientras él caminaba a la sala con sus botines azules.

Entré a la cocina que tenía una gran pecera en la entrada, solo que vacía, sin ningún alma más allá de un esqueleto chiquitito de alguno que ya se fue al otro lado o lo despedazaron. Busqué en el centro donde habían varias bebidas alcohólicas y algunos refrescos, pero yo solo tomé una cerveza y me giré hacia el refrigerador para abrirla.

—Saca las chelas. —Escuché la voz de Diabetes seguir a una amiga, así que giré la cabeza de inmediato para ocultarme. Era de las pocas enfermedades a quienes invitaban a las pedas de trastornos.

Si ese tipo me ve me va a quitar me bebida.

Esperé a que saliera de la cocina y suspiré más tranquilo. Pude abrir mi botella, me recargué en la isla de la cocina y observé al otro lado de la pecera la sala que se encontraba a lo lejos. Mi novio hablaba bastante feliz con otras personas, era muy sociable así que hacía amigos en cualquier momento. Parecía estar debajo del agua por las luces azules y los corales que se interponían en mi vista, y el azul tan profundo que coloreaba su cabello café, como una pintura extraña y surreal que se volvía sobria al probar un poco de la cerveza.

En una semana me graduaría, comenzaría algo nuevo. Podía decir que aunque mi primer año en la preparatoria había resultado doloroso, la terminaría bien, sacando lo mejor aunque tuviera que rascar en lo profundo para encontrarlo. Sorbí un poco de la bebida amarga y tomé chilito y limón antes de redirigirme a la sala.

Ya está bostezando mucho.

—¿Qué pedal? ¿Qué ven? —Abrí la boca con una sonrisa, y señalé el televisor antes de buscar un lugar junto a Híper.

—Siéntate aquí —él se movió un poco y me abrió espacio, para después señalar a los tres chicos y la borracha que estaban sentados alrededor.

Una chica estaba inconsciente en el suelo, parece que los tres eran amigos suyos así que estaban sentados en frente de todos para cuidarla. Dos chicos parecían gemelos y el otro, quien estaba sentado en la parte individual, era un moreno de cabello hasta los hombros a quien ya había visto en otra peda.

—Misofonía, ¿no? —Estiré mi mano para saludarle, el chico la recibió sin quitar de su boca el vaso rojo.

—Hm, gracias por recordarlo, amo cuando tocan. —El tipo serio era bastante fan de nosotros.

Los gemelos apenas iban a presentarse, cuando los rubios señalaron la cara de Híper que apenas podía mantenerse despierta. Estiré ambos brazos y puse una detrás y otro adelante, esperando el momento paciente hasta que sonrió poco y cayó dormido sobre mis piernas. Suspiré porque la última vez casi se abre la cabeza cuando fuimos a su casa.

—Qué fuerte, a la verga, ¿siempre le pasa eso? —Dijeron los dos al unísono, señalando al castaño que dormía como bebé sobre mí.

Asentí, acariciando el cabello del dormilón. De repente se ponía tieso y decía "adioooooh", y solo se quedaba dormido en cualquier lado. Yo cuidaba de él porque en realidad era bastante peligroso, y como yo siempre llegaba tarde a todos lados tampoco tenía quejas de si él se quedaba dormido. Ambos llegábamos tarde a todas partes.

Estiré mis patas y seguí bebiendo de la botella de cristal, mientras miraba la pantalla e ignoraba el ruidero a los lados. El gemelo que estaba en el otro extremo sacó un cigarrillo electrónico y preguntó si había problema con que fumara, aclaró también que tenían vitaminas y todos estuvimos de acuerdo.

—¿Vieron que funaron al Sinusitis? Que porque parece vaca cada vez que se la jala. —Los rubios se ahogaron con su propio chisme, riéndose mientras Misofonía solo entrecerraba los ojos al no soportar las risas de otros.

—A la chingada, yo también me dejo funar por esa enfermedad —el del vape echó el vapor hacia su hermano, aunque este fue a parar en mi cara hasta marearme junto al alcohol—. El cabrón ese de tercer año. Es que no mames, está bien bonito, mamón pero bonito.

La cabeza me dolía un poco. Arrojé un manotazo a la cara de Hipersomnio pero ni así se despertó. Saqué mi pecho mientras tomaba aire, este se combinó con el vapor frío del ambiente. Misofonía me preguntó si estaba sofocado pero solo elevé la mano y me dirigí a los gemelos piteros.

—Ese cabeza de pito, es un aprovechado —aclaré, encimando el brazo sobre uno de los rubios mientras daba un brinco por mi hipo repentino—. Yo le quería... Hip, a la Saturno. Hip, perdón, ya se me subió el alcohol...

—Quítenle la botella, rápido. —Pidió el moreno, tan insistente que le obedecieron hasta sacar de mis manos la poderosísima Corona—. Es que es mala copa, habla de muchas cosas íntimas cuando se pone borracho. Lo hace en todas las pedas.

—Qué putada, es feo no poder controlarse. —Oí que seguían hablando de mí, pero yo estaba tan mareado y sonriente que mis cables no se conectaban.

—Es Insomnio, ¿se perdieron la clase donde explican que son muy débiles al alcohol? —Misofonía rodó los ojos y posó su tenis sobre la mesa de centro.

Miré mis manos, debajo de ellas a Hipersomnio, y más allá mis piernas, mis tenis, el suelo. Traté de enfocarme en la madera, queriendo mantener el control, pero iba a pasar un rato antes de que se me bajara. Me sentí extraño al no poder controlarme, eso me frustraba mucho.

—¿Qué pasó? ¿Perro pateado? —De repente se interpuso la cara de Cáncer, golpeando mi frente para sacarme del trance.

—Voy a explotar. —Cerré los ojos por la migraña, pensando que ya estaba alucinando aunque tenía dos años lejos de las drogas.

—¿Te crees bomba o qué mierda? —Nah, sí era Cáncer, yo no tenía una imaginación tan creativa como para decir esas mamadas.

Reparé la vista en él, que tenía una ceja súper levantada y esa mirada de viejo que va a sacarte todo su dinero. Puse mi mano en su cara para saludarle, y me llamó pendejito. Cuestioné qué hacía ahí si era una fiesta de trastornos pero dijo que no había peda sin él.

—Saluden a mi amigo el chac... —Iba a presentarlo con los gemelos pero ellos ya se habían ido, habían otras personas que a la mierda, quién sabe quiénes eran. Te divagabas dos minutos en la peda y todo cambiaba bien raro.

Cáncer asistía a todas mis tocadas, viboreaba de forma directa y sin hacer mucho pedo, y aunque era medio agresivo también me trataba como su igual. Chocó manos conmigo y me dijo que saliera a tomar agua o algo antes de que me pusiera peor. El morenito de chinos fue insistente porque dijo que le cagaba mi modo mala copa.

—Vamos afuera, pues. —Eructé, parándome de golpe mientras la cabeza de Hipersomnio caía solitaria en el sofá.

—Espera, tu wey, no lo dejes así, puto. —Cáncer golpeó mi hombro, aunque yo seguía estando más alto así que solo aplasté su cabeza y lo rodeé, explicándole que se podía cuidar solo—, pero no se despierta por nada, ¿no? Oye, perro Insomnio, neta qué pe... ¡Greñas, ven acá!

Mi mareo apenas pudo distinguir a un rubio de larga cabellera acercarse a Cáncer. Ambos señalaron a Híper, mencionando que uno lo cuidaría mientras el otro me llevaría a tomar agua porque me daba vueltas.

—Vuelvo en un rato —chocaron palmas, y pasaron del otro, no sin antes Cáncer arrojar la misma mano como nalgada al rubio—. Gracias, joto.

Me tropecé con una mesita de estar, pateando por accidente la pierna de algún desconocido mientras la garganta se me contraía junto al sueño reprimido. Sabía que beber era lo peor que podía hacer siendo Insomnio, pero por momentos me daba risa, sentí que todo estaba dando vueltas y no entendía nada de la situación.

—Eres un desastre. —Cáncer sostuvo mis hombros y me empujó hasta llevarme al patio, donde el azul del jardín contrarrestaba el naranja de la cocina que estaba unida.

Había una mesa grande con vasos tirados, donde parecían haber jugado y comido algunas botanas hasta que se aburrieron y volvieron al interior. Cáncer metió de golpe una botella de agua en mi boca y me hizo tragarla hasta que pudiera decir cosas coherentes, me ofendió un rato, le dije que parara porque ya podía entenderle.

—¿Fueron hoy al registro? Yo iré mañana, oui oui. —Comentó, arrastrando una silla para poner sus nalgas mientras bebía él cómodamente su cerveza en lata.

—Sí, sí. —Respondí, echando un poco del agua de la botella en mi cabeza para quitarme el sudor—, fuimos a comer toda la banda, tocamos timbres y ya vinimos a aquí. ¿Irás al baile?

—¿De graduación? Obvio que sí, wey. —Bufó él, rascando su calceta debajo de sus largos pantalones sueltos.

Sacudí la botella de agua mientras le vi tranquilo beber, observando el jardín con una leve sonrisa característica suya, bastante fresco el morro para estar en una peda.

Cáncer era envidiable con su actitud frente al alcohol, bebía tranquilo, seguía siendo su personalidad fiestera aunque no tomara, y controlaba bien sus reacciones. Ojalá yo fuera como él, así de intenso pero que a todos les mamaba y lo querían así en las pedas. Conmigo pensaban dos veces si invitarme.

—Oye —le hablé, logrando que su cabeza girara con rapidez hacia mi posición—, ¿cómo ves a...?

—Sabes que no me gusta hablar de Depresión contigo, Inso, ¿capuchino? —Hizo una seña italiana a la que no le entendí ni madres. Le dije que no fuera mamón—. Nah, nah, cámara, todavía andas borracho y no me gusta esa mamada.

—Al chile, no quería saber. —Respondí, obteniendo solo una señal de pito en sus manos antes de que este se levantara de la silla.

—En serio me traen problemas ambos, wey. —Gruñó antes de volver al interior, alegando que le di jaqueca y que no tardara mucho porque mi novio seguía bien dormido.

Cáncer me dejó solo con mi botella de agua y el sonido de los grillos sobre las plantas alrededor, la pared alta con botellas rotas en la cima para ahuyentar ladrones y los vasos tirados de forma estratégica. Pensé en sentarme pero ni siquiera tenía ánimos de mover las piernas unos centímetros. Me abracé a mí mismo por el frío del exterior y bostecé.

—Inso, no lo hagas... —me repetí, sacando mi teléfono mientras botaba cualquier otro pensamiento—. Ya, solo es un vistazo.

No soy tan mugre, pero a veces me cuesta contener mi curiosidad. Me cuesta cada semana.

Estaba por graduarme, a los 18 años, ya pre-inscrito al instituto de preparación. Lo único que no toleraba en la escuela era que aunque me llevara bien con la mayoría de trastornos, escuchaba en todos lados el nombre de Depresión, mismo nombre que aún me costaba tragar pero al mismo tiempo extrañaba tantos buenos momentos que tuvimos como mejores amigos.

Parecíamos hermanos inseparables.

—Pitomadre, sigo buscando su perfil. —Me amargué a mí mismo, observando su foto de perfil en la que estaba usando el cubrebocas de la escuela, una sudadera coral y hacía una seña de amor y paz como saludando a una roca.

La luz de la pantalla me adormeció mientras veía las fotografías en su Instagram: tenía una cuenta activa porque subía muchas fotos de comida o él sentado en alguna cafetería junto a personas como TID, Cáncer o Fibromialgia. Estaba un poco más alto, aún usaba muchos suéteres y las playeras de cuello de tortuga se habían vuelto sus favoritas.

Depresión era, solo muy lindo, chiquito, con esa mirada indiferente y los labios semiabiertos que se habían vuelto bastante directos.

Por lo que supe, este tiempo se había vuelto agresivo, o al menos lo suficientemente intenso para defenderse y pisotear a las personas con sus funas en Twitter, aunque nunca vi una hacia mí, mucho menos indirectas. Me dio risa, las cosas habían cambiado con él al punto de que quería lucir sofisticado.

Me dejé caer al suelo, pegando mi espalda contra la pared de piedra hasta descansar por completo el cuerpo, con el teléfono aún pegado a la cara. Presioné un par de botones antes de apagar la pantalla y dejar que el agua se almacenara en mi estómago.

—Supéralo, incluso se desaparece cuando vas a cenar a su casa. —Me repetí, sacudiendo mi cabello mientras aplastaba toda mi cara que aún se ponía idiota.

—No mames, rey, te dije que te fueras de las pedas donde estoy. —Diabetes pisó mi estómago de la nada, haciéndome devolver el agua como si fuera fuente para perros.

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No comments, no sé qué decir.

¿Algo que quieran comentar sobre este Insomnio? Tiene cara de criko insoportable pero tiene mas gente que lo trata súper porque toca en una bandita.

En realidad hay mucha info aquí pero me da hueva aclararla, más allá de que los secretos que Inso siempre se quiere guardar los termina sacando pedo GAHAHAHA. ¿También ya vieron la referencia al capítulo tres de la primera parte? AAAAAAH.

Bueno, me voy masturbanda, el próximo capítulo lo narra el Cán Cán Canino.

~MMIvens.

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