Capítulo 14: Sé más humano.

El ser humano se resumía en un molde con ciertas características: expresivo, que cometa errores, que se vuelva a levantar. Y claro, que pueda expresarse abiertamente, de una forma fácil de entender.

Yo no me sentía incómodo al ser poco sociable, era alguien aislado por no tener las mismas capacidades que el resto para expresar lo que sentía. Y forcé mi rostro, frente a un espejo en el que no me reflejaba, a expresar aunque sea enojo con mis rasgos faciales

"Porque parecía programado, no real, no humano". Entre más me forzaba a serlo creo que olvidaba lo incómodo que me hacía sentir y lo antinatural que era desde mi perspectiva.

Depresión.

Ya no hablaba de mis sentimientos, enojarme o ser mamón al parecer resultaba más real para el resto. El yo de hace dos años nunca sintió la necesidad de que otros lo entendieran al hablar.

Hasta que comprendió que nunca fue visto como un igual, quizás solo un retraído.

En cuanto más aprendía a fingir mis emociones, los demás aseguraban que lucía más sincero. Me veían mejor, como si me recuperara de algún trágico accidente. Y si agotaba mis energías volvían a preguntarme si estaba deprimido, esto incluso pasó en mi casa, en la escuela, en cualquier lugar que pisaba.

Mure me llamó la primera semana del instituto, y solo por oír mi voz quiso saber si la estaba pasando bien. Le pregunté cómo se enfrentó al cambio: Donde para ser humano debías mostrarte con la normalidad que otros expresaban, o no te consideraban alguien real.

Su respuesta fue corta:

-No lo sé, solo me forzaron a ello. -Trató de reírse, pero la conversación que giró entorno a eso después nos llevó al mismo callejón sin respuesta. Donde debíamos expresar amor de la misma forma que hacían los demás.

Calidez, enojo, frustración, pero nada de mostrar lo vulnerable que éramos porque eso no era real. Yo solo ya no quería pensarlo, eran cosas que iban a seguir pasando y solo me amargaría si profundizaba en ellas. Porque, es más, al parecer mi forma de expresar mi tristeza no era tan humana como otros.

Ni siquiera como la de mi ex-mejor amigo. A su lado, yo era una caja cuadrada que expresaba su tristeza hablando de un huevo estrellado o una puta mancha en el suelo. Y ya estaba cansado de que me dijeran cómo era estar deprimido solo por no mostrarlo igual.

-¡Voy! -Oí el grito de SGA, detrás de la puerta.

Esperé paciente con las latas de refresco en mi bolsa, pasé a comprarlas momentos antes. Mi ropa desaliñada seguía repleta de manchas de arcilla y mi cabello era un asco. El frío afuera se volvió más intenso cuando GAS abrió la puerta y el aire del balcón se dirigió a mí, creando una nueva corriente que dispersó mi aroma.

-Noooo, Dep, ¿dónde te sentaste? -Él me chilló, fingiendo que limpiaba su tatuaje de lágrima.

-En la de tu puta abuela. -Arrojé una patada a su rodilla, obligándolo a apartarse.

No di ni un paso cuando encontré a Adie sentado en el suelo, tomando una lechita en caja mientras observaba en silencio mi comportamiento. Bajó la vista en su inspección y luego reparó en mi rostro, recordándome que seguro parecía un niño al que le habían estampado su pastel de cumpleaños en la cara.

-Te esperábamos para comer el pollo -habló, se puso de pie de inmediato y trató de acercarse a mí con cuidado. La habitación no era tan grande-. ¿Qué te pasó? ¿Te lastimaste?

-Sii, ¿dónde te sentaste, mi fresita? -GAS me sostuvo de la cara, consiguiendo que lo volviera a mandar a la chingada y les dijera a ambos que tomaría una ducha muy corta.

Saqué mi ropa de los cajones para cambiarme en el interior. Fue algo muy corto, estresante pues no podía distinguir bien mi rostro y no sabía si tenía algo de arcilla en él.

Lo limpié repetidas veces para asegurarme de que no hubiera mancha alguna, entonces volví a salir con mi lata de refresco y el cabello húmedo.

Ellos hablaban, lo normal.

-¿Neta tu abuelo dijo esas mamadas? Uh, qué ardido. -GAS ya estaba hablando de temas personales con él, aunque era muy difícil sacarle esas cosas.

-Se pasó un poco. -Adie no se reservó, estaba tragando una zanahoria con aderezo.

Me senté entre ambos, sin saber a quién debía hacerle compañía. Jalé mi bolsa para sacar los refrescos, unas papitas y una sala picante. También insistí en darle un poco de dinero a Adie por invitar la comida, pero GAS se adelantó a meterle un billete en su bolsillo y decirle que hoy él invitaba.

-¿Y de qué hablan? -Eché la salsa tranquilo, esperando no verme molesto.

-No sé, la verdad. -Adie se rió, fuera de contexto.

Comenzamos a comer en silencio. SGA siempre tuvo esa sonrisita extraña que deseaba no haber visto nunca, Adie ni se percató de ello, creo que no le dio importancia porque era muy poco de juzgar bajo la primera impresión.

Pero yo ya había tenido tantas malas experiencias de mi AMIGO EN PRUEBA, que estaba seguro de que si no la cagó cuando no estaba yo, la cagaría después.

La charla poco a poco dio frutos, alargándose respecto al instituto y la futura graduación de Adie, quien estudiaba casi al otro de la ciudad. El piso frío del apartamento se calentó con el vapor que emanaba el pollo desde su caja, y parecía sudar por el frío de las latas de refresco. Continué sintiendo frío y el sudor alrededor de mi cuello por enchilarme con la salsa habanero.

-¿Tú no comes picante, Adie? -Preguntó SGA, mordiendo uno de los chiles que teníamos en la nevera.

-No soy fan del chile. -Adie levantó sus manos.

Por fa, que no lo alburee.

-¿Ni el gordo? -Cerré los ojos cuando lo escuché. Le arrojé un manotazo a la pierna.

-No, ¿por qué? -Adie se emocionó por la pregunta, pensando.

No sé qué chingados pensó. Que le iban a dar uno raro de la India o cualquier tontería, pobrecito.

GAS se atragantó con el refresco. Estaba jugando ahora con Adie, y rogué por mantener mi paciencia. Nos señaló a ambos cuando sus risas se calmaron, su voz chillona fue en dirección al viento con un gritillo y volvió la vista para decir lo que le carcomía el cerebro.

Pendejo hablando pendejadas. Parte 2.

-¿Y ustedes qué son?

Mantuvo su sonrisa por varios segundos, esta fue descendiendo al ver que no hubo una respuesta por parte de nadie. Lo mirábamos atento, yo no quería voltear a ver al teñido ni quería que abriera la boca; mi único deseo era estar a solas con GAS y cortarle el pito porque seguro era más divertido.

-Amigos. -Adie respondió, palpando mi espalda.

Amigos.

-¿Qué? -Volteé a verlo, dándole un susto de golpe hasta lograr que me quitara la mano de encima.

Adie buscó con la mirada la puerta o cualquier ventana, pero no pudo escapar de mi mirada confundida. No lo sé, me vino a ver a altas horas de la noche, fuimos al baile juntos, hablábamos casi diario; comencé a creer que el equivocado era yo. No pude controlar mi expresión de clara decepción.

-Tiene sentido que no sean nada más -GAS le echó sal a la herida, con su dedo señalando al otro-. Este wey parece ocultarte algunas cositas. ¿O será que su sonrisa es su única expresión?

-Cállate, puñetas. -Lo tomé por el cuello de la playera.

-Es que wey, creo que es un alíen. Míralo, sigue sonriente. -Insistió mi compañero, detrás de mí solo podía imaginar a Adie sonriendo porque se sentía mal. No era bueno expresando molestia.

-Salgamos, ahora. -Decreté, tirando de su brazo.

Cerré la puerta sin saber qué decirle a mi invitado. GAS y yo nos sentamos en el suelo del pasillo, a beber las latas que sacamos mientras suspirábamos con el viento frío alrededor de nuestros pies.

Me sentía una mierda, era como acorralar a alguien en mi propio hogar. No iba a permitir que eso sucediera.

-Di algo. No te miento cuando te digo que ese tipo oculta algo. -SGA bromeó con sus dedos toqueteando mi hombro.

-¿Por qué haces eso? ¿Por qué tienes que decir cosas tan horribles?

Quitó la emoción de su rostro solo para sumirse en la lata vacía, sacudiendo su interior que no creaba sonido alguno. No quería tener una mala relación con mi compañero de cuarto, pero lo sentía difícil, no sabía cómo conectar con él o evitar que me causara problemas. Ni siquiera quería cambiarlo, solo evitar que me afectara.

-Me molesta que las personas limiten sus reacciones o no sepan cómo expresarse -suspiró, dejando resbalar su palma por la frente debajo de su cabello-. Parecen huevos enjaulados. ¿Por qué de a cajón tienen que ser neutrales cuando estamos en un sistema inhumano con el que ni siquiera se puede dialogar? Dios, está hecho por computadora, no es humano ni nosotros nos comportamos de esa forma ya.

-¿Y por eso presionas al resto para que reaccionen como se te dé la gana? -Espeté.

-Hey, no es como "se me dé la gana", es como ellos no sabían expresarse. Gritar, enojarse, llorar, todo eso es necesario -discutió, señalando mi pecho para hacerme retroceder pero no me moví ni un centímetro-. Sé más humano, Dios.

Empujé su pecho para callarlo. Pedí que se detuviera, con un claro "no voy a escucharte", porque al parecer solo obedecía ante un rotundo NO. GAS elevó la mano para permitirme el habla, decidido a escuchar lo que tenía que decir en contra.

Tomé aire porque no lo repetiría dos veces.

-¿No has pensado que tú también encasillas a las personas al creer que todos deben expresarse igual? -Cuestioné, acercando mis rodillas a mi pecho mientras miraba el exterior que el pasillo dejaba ver con su techo alto y las paredes que solo funcionaban de protección ante la caída.

-Eres Depresión, deberías expresarlo si no quieres que te vean como menos.

-¿Qué quieres que haga? ¿Que me emborrache, queme mi cocina, amenace con tirarme de un balcón? -Puse ejemplos de cosas que había visto a mi alrededor-. ¿O acaso quieres que me suicide? ¿Te hago una plana diciendo cómo me siento y me escribo una extensa novela que grite AYUDA? ¿Qué carajos quieres?

Bufó.

-¡Puedo publicarlo en Twitter! Puedo hablar con mis amigos y decirles "jaja, me quiero morir. Tengo pedos mentales y la neta sí, ahuevo, traumas". Si quieres me meto a un psiquiatra, en serio. Lo haré.

-Suena ridículo si lo dices así. -Se encogió de hombros.

-SGA, yo no puedo expresarme de la misma forma que tú. No sabes qué tan inhumano me siento cuando me fuerzo a hacer cosas que no van conmigo solo por tener la validación de otros.

Éramos huevos enjaulados, antes de siquiera conocer el exterior. Muchas veces no escapábamos de la primera prisión: el cascarón. Era más normal ver un ave furiosa dentro de la jaula, mientras otros se acostumbraban, y en ocasiones no podías expresarte ni rompiendo lo que te protegía. Yo no era alguien que peleara, que gritara, si lo comencé a hacer fue porque creí que era necesario pero no para mí.

No tenía porqué mostrarle a las personas qué tan mal me sentía solo para buscar que me entendieran.

-No quiero mostrar ese lado "humano" si significa no ser yo. -Le confesé, hundiendo mi cabeza en mis brazos mientras dejaba ir un largo suspiro.

-¿Qué sueles hacer cuando te sientes mal, entonces? -Curioseó.

-Sigo con mi día. No creo que sea distinto a escapar de casa o gritarle a mis amigos, solo prefiero no hacer nada.

-¿No te quieres morir?

-Quiero vivir, pero que no sea tan doloroso.

GAS y yo volvimos al interior, para disculparnos con Adie. Él dijo que todo estaba bien, trató de pedir perdón por no saber cómo reaccionar a lo que el otro dijo, pero le aclaramos que solo fue un malentendido y no tenía nada de qué disculparse.

Ser humano no significaba ser igual que el resto, o entrar en la normativa, tampoco era cosa única no encajar en el molde. Creo que todos se distanciaban de esto aunque fuera un poco.

-¿Les gustaría ir a una peda este fin de semana? La organizó mi clase, pero puede llegar quien quiera. -SGA tiró su invitación.

-Tengo mucho trabajo, aaaaah. -Adie se negó, echándose aire con su playera para quitarse el calor que le generó participar del chile.

El chile que te mantiene. Noooo, Cáncer me enseñó ese albur.

-Creo que puedo. -Acepté.

~•~•~•~

¿Por qué acepté?

Los días en mi diplomado de cerámica pasaron rápido hasta el fin de semana. Creamos cosas básicas como pequeñas tazas, que dejamos en el sitio en lugar de llevarlas a casa pues eran diseños muy básicos. Sentí que era mi escape de dos horas para centrarme en darle forma a algo, crear.

Aunque solo sirviera para beber.

Cuando terminé el sábado por la mañana unas tareas, fui arrastrado por GAS a comer, para esperar unas horas y ser transportado en su carro hasta el sitio de la peda. Era a las 7, pero llegamos casi a las 12 porque se detenía en cada sitio a saludar personas o a recoger cosas que pidió dos semanas antes; ni tenía buena percepción del tiempo. Hasta pasamos por su casa tres veces.

Nos resumíamos a haber llegado, vagar por el apartamento mientras sacudíamos un vaso y escuchábamos a desconocidos contar cosas muy sacadas de contexto. Daba media vuelta y encontraba charlas de infidelidad, y en el otro extremo una discusión sobre Naruto y Dragon Ball Z, que nunca vi ninguna y tenía poco interés.

Al menos la bebida está bien preparada.

-¿Cuánto soportas? -Preguntó SGA, dando cortos pasos para meterse conmigo al pequeño espacio debajo de las escaleras. No quería toparme con conocidos así que prefería no estar en los sitios más llenos-. Compitamos.

-¿Se te olvida que tú manejas?

-¿Se te olvida que puedo llamar a un chofer? -Estiró su sonrisa hasta achicar sus ojos claros.

-Dos botellas. No más.

Fumo más de lo que bebo.

Salió un momento para traer más vasos de alcohol, y los puso alrededor de nuestros pies para ir tomando lentamente. A lo lejos se escuchaba la música de baja calidad y los pasos rápidos de algunos que estaban de intensos, mientras nosotros sólo movíamos la cabeza a los costados siguiendo la melodía.

No me arrepentía de haber venido, aunque fuera tarde y no estaríamos allí más de una hora. Pero lo que sucedió fue algo de lo que me arrepiento.

-De tu suavidad, de ese vértigo en tu calma. -Tarareó GAS, dejé pasar mi disgusto hacia la música ya que no me afectaba el nada-. Antes de que sea muy tarde, amárrame con besos.

-Intoxícame, con tus caricias mojadas. Antes de que sea muy tarde...

Yo también canté un poco, tratando de olvidar con el alcohol en mi vaso las razones de mi disgusto. No podía evitar que las letras me gustaran, después de todo me expresaba antes gritando cualquier canción, lo extrañaba.

-Tienes voz de pito. -Se rió mi compañero, encimando su brazo sobre mis hombros.

-Lo sé. -Puse mi mano sobre él también, de puntillas. Me sentí feliz de haber podido cantar un poco.

La música hizo que reconocer los sonidos del ambiente se adormecieran un poco, pero las gotas pequeñitas de lluvia que comenzaron a caer afuera hicieron presencia lentamente. Levanté la mano para ocultar el foco sobre nosotros, entonces encendí mi celular para ver el clima y la hora.

1:30 am, y parece que esto no va a terminar.

-¿Está lloviendo...? -Juntó su mejilla a la mía, empujando con esto mi cabeza para pegarse a la pantalla.

-Sí, apenas comenzó... -Entré a la aplicación del clima, observando la pequeña nube de imagen acompañada de un relámpago.

Ahí se puso mal.

GAS arrojó un golpe contra mi teléfono, haciéndome gritar porque no había terminado de pagarlo. Me agaché para recogerlo pero su intento de huir borracho solo obtuvo que me pateara el estómago y se cayera conmigo igual que pinos de boliche alrededor de altos alumnos en la peda.

-¡¿Qué tienes, simio?! -Le grité, sosteniendo su cabeza que trataba de localizar la puerta.

-TRUENOS, soy el síndrome de adaptación generaaaaaal, NO, HUM, PUEDO ESCUCHAR TRUENOS. Ni siquiera uno, ¿entiendeeeees? -Habló claramente borracho, pero no dejó que jaloneara su ropa para detenerlo.

Perseguí a GAS hasta el exterior tras bajar numerosas escaleras en las que parecíamos poder tener un destino trágico, pero no hubo nada más allá de maldiciones por golpearnos los dedos meñiques en las esquinas. Escapamos del apartamento hasta estar en la calle cerrada junto a los otros vehículos estacionados que olían a nicotina.

-Lo siento, no vienes con, HUM, conmigo. -Le dio hipo, pero con su poca fuerza me empujó para que no subiera-, no debo manejar pero si te subes y me accidento valdrás verdura.

-Wey, los taxis ni siquiera me van a llevar porque estoy pedo -balbucí, nervioso ya que no permitían subir a menores de edad en esas condiciones, te pasaban a dejar a la maldita estación de policías.

-Mejor michi abandonado que michi tras las rejas o tieso, ni loco te llevo. -Dijo, el muy loco, encerrándose en el vehículo que apenas pudo encender por sus manos temblorosas. Bajó la ventana preocupado-. Ya está chipichipi, te vas a mojar. Lo siento.

-GAS, al menos escríbeme cuando llegues al dormitorio.

-No voy para allá. Voy a casa de mis padres, no se escucha nada en mi habitación.

Vi su carro blanco alejarse hasta el final de la calle que subía y bajaba hasta perderse con el resto de casas. No sabía ni dónde estábamos por las vueltas que dio para llegar, y mis datos se habían terminado como para averiguarlo. La preocupación de que se accidentara no me abandonó.

Caminar es la única opción, y ser navajeado probablemente sea un precio a pagar.

• • •

OHNO, OHNO.

Bueno, espacio para hablar sobre lo que significa expresar ciertas emociones.

"Ser muy expresivo y sincero", controlar el rostro, no divagar mucho, darte a entender sin problema. Realmente no sé cuál es el concepto que tienen sobre lo humano, porque al parecer mi personaje Inso es el más allegado a esa normalidad cuando yo nunca he sido capaz de expresarme como él.

Con esto quiero decir, que hay distintos tipos de personas, muchas veces no nos podemos dejar influenciar por lo que vemos, debemos hacer algo más que escuchar y hacerlo de verdad, no sólo pensar en qué responderemos. Hay personajes planos, mas no personas básicas, solo se expresan de forma distinta y eso no los hace inhumanos. Es denigrante forzarte a ser natural, al menos para mí ya que me parece anormal, pero cada quien lo puede ver como desee.

Ahora, volviendo al capítulo... DUDE, GAS Y DEP ESTÁN CREANDO UNA RELACIÓN RARA PERO ESTÁN APRENDIENDO.

¿Qué creen que pase con Dep en medio de la nada?

Ahora sí me despido, con mucho cariño. Espero tengan un increíble comienzo de semana y recuerden: CHINGUE A SU MADRE EL AMERICA.

~MMIvens.

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