Capítulo 13: Conoce el mundo.
Lo admito, pensaba de formas culeras. Creía que la vida consistía en superar a otros, ya saben, así fuera por alguna mamada en la que querían sobreponerse. Hasta que me di cuenta de que allá afuera el mundo es más grande, y habrán nuevos retos que eran exclusivos para uno mismo
'Che libro motivacional que me leí en la mañana. Me hacía sentir con mente de tiburón pero también tranquilo, pensando en lo mejor.
Decidí obtener las cosas con mi propio esfuerzo, no ganarlas por ser alguien quien no era. Y no me permitiría pensar en puterías, porque fallar en algo tan pequeño no era una opción para mí.
Cáncer.
Yo era alguien bastante realista, o al menos lo intentaba. Sabía que esforzarse en algo o no podía ser bueno o acabar muy mal, también que hacer cosas malas a veces me dejaban ileso y hacer algunas buenas me condenaba. No sé, me acostumbré con facilidad a esas chingaderas.
Pero a veces sí me gustaba motivarme, necesitaba un poco de ilusión basura para echarle las ganas como un campeón. Así fuera solo para chingarme 10 tacos, obvio.
-Son seis meses de trabajo en la ciudad y seis de pasear en el extranjero. Me gusta quebrarme el lomo para después pasarla bien.
Vita, era una mujer increíble la mera neta. Habló muchas cosas que pensé eran inventadas hasta que me enseñó sus fotografías en distintas partes del mundo, compartiendo culturas desconocidas para mí y saboreando platillos que jamás habría imaginado.
Se veía plena, contando sus experiencias y su crecimiento personal tras haberse dedicado a viajar por pasión. Cosas de mamadores.
-En serio, Cán hay tanto allá afuera. Tantos mundos por conocer y personas increíbles al igual que basura de seres humano. Me fascina viajar y verlo todo -continuó hablando, mientras yo aprovechaba a beber de mi juguito en el descanso y comer mi almuerzo-. No digo que quedarse en casa sea malo, al contrario, también me parece lindo, pero hay gente como yo que aunque suene muy de mamadores con lana: necesitas largarte de algún lugar para encontrarte.
-¿Te desestresó del sistema que usamos en el país, o qué pedo? -Interrogué, estaba muy interesado en el tema la verdad.
-Muchísimo, lo organizan distinto en cada lugar. En algunos hasta es legal el suicidio en caso de enfermedades muy dolorosas, aunque hay un largo juicio antes del suceso.
-De puta madre. -Me asombré.
El cuarto de descanso tenía casilleros alrededor y un pizarrón frente a la mesa. La pantalla colgada en la esquina siempre estaba en el mismo canal en espera de una telenovela. Vita era muy platicona, sus tenis blancos que se movían debajo de la mesa y sacudían el mínimo polvo de allí me causaban cierta inquietud.
Me levanté por una escoba para barrerlo. Dijo que mejor aprovechara a descansar pero mejor hacerlo antes que tarde.
Vita habló por varios minutos más, cada historia se volvía interesante y la cortaba para seguir con otra, sin darme un final. Concluía que yo debía verlo con mis propios ojos, me animó a viajar de igual forma en caso de que mis padres tuvieran las posibilidades.
-Yo acabo de volver, pero podrías venir conmigo dentro de seis meses o incluso hacer viaje en amigos -propuso, canturreando feliz como pavo de navidad. Recogí el polvo del suelo antes de echarlo en una bolsa-. ¿No te gustaría conocer la Aurora boreal?
-¿Esa madre que pinta el cielo? ¿La de las películas? -Asintió. Tuve un repentino fetiche por estar allí haciendo algo ilegal o cualquier cosa que pensara en ese momento-. Quisiera verla...
Podría decirle a mis padres, quizás salir un rato a no sé, conocer.
-Eres un chico inteligente. Capaz hasta encuentras nuevas oportunidades o cosas que hacer, con ingenio la armas. -Siguió alentándome. Parecía podcast-. Créeme que hasta podrías aprender otro idioma y hacerla de guía, eres carismático.
Volví a mi turno tras barrer. La limpieza comenzaba a conquistarme poco a poco, ya me gustaba ordenar por placer así que me la pasaba imaginando lo que debía hacer en cocina para que mi compañera pudiera cocinar más rápido en lugar de necesitar que me diera órdenes. Su síndrome no le dejaba responder preguntas complicadas, se trababa peor que sistema de Windows.
Era mi segunda semana en Donaldo. Ya habían pasado mis primeras clases en el curso general del instituto. Me habían enseñado cosas buenas para hacer mis trámites, sacar mi pasaporte, incluso habían guías en caso de que quisiéramos ir al extranjero. No lo había visto relevante hasta hablar con Vita, quizás podía darme más emoción que trabajar así toda mi vida.
-Se mamó Moreno, no le importó vestirse de papa pero ni baila y apenas respira. -Señaló a nuestro compañero afuera del establecimiento, mientras ella también comía unas papas fritas.
El chico moreno usaba de apodo Moreno, no sé porqué, ni hablaba, tampoco sabía su nombre y no me importaban sus jaladas.
Moreno estaba vestido de papa, sentado en la banca del exterior. No habían muchos clientes, la mayoría se iba al establecimiento de la siguiente cuadra. Era también comida rápida pero ellos se diferenciaban por una bonita estrella, y la verdad eran más ricas esas hamburguesas, pero McDonald's seguía siendo mi bebé preciado.
-¿Sabes en qué acabó la novela de las cuatro? -Ganser era muy platicona. La culera me regañaba por todo pero si no habían clientes se sentía sola pues no podíamos usar el teléfono en horario laboral.
Me senté en el suelo con mi trapo, me quité mi gorra y negué de forma educada al sacudir la cabeza. No quería ni recordarlo.
-La protagonista reveló que es hombre y supe que todo se fue a la chingada porque lo hizo frente a su sugar daddy -suspiré, recordando esa escena que no pude terminar-. Me dio tanta cosita pensar en lo que pasaría así que apagué la pantalla para nunca descubrirlo. A la verga, quizás la gerente sepa.
-Giros más épicos del anime. -Bebió su té helado, jugando con sus dedos sobre la barra.
-Oigan, pongan música, ¿no? -La gerente gritó al interior para animarnos por las bajas ventas. Era triste para ella no lograr destacarnos a diferencia de otros establecimientos de la cadena alrededor-. Solo hay movimiento en el autoMac pero está medio muerto el ambiente.
Chale, hasta se nos olvidó la música.
Ganser puso una lista de reproducción en su teléfono y se conectó al lugar. Me preguntó si yo quería escuchar algo pero le dije que cualquier cosa estaba bien, no era mi pedo la música, solo cantaba a lo menso cualquier cosa que sonara y entendiera después de 1 minuto.
-Y simplemente puedo decirte, que eres lo más bonito que he visto en toda mi vida. Y sé que nunca te lo he dicho... -Gan comenzó a cantar, mientras masticaba con la boca abierta. Casi siempre estaba tragando-. Oye, creo que viene Capgras a aquí...
Ella lo conocía, estudió en Savant hasta el año pasado. Debías estar muy pendejo como para no conocer al hijo del director. Me levanté tras dejar el trapo en el agua y sacudí mis manos, aproximándome a la barra para esperar a ver al rubio cruzar las puertas de cristal.
La última vez que vi a Cap fue hace como tres días, cuando lo invité a tomarse una cervecita en la banqueta de su casa, comer Cheetos, hablar de la vida; esas cosas. Le pregunté si quería beber así que salió solo para tomar la lata y volver a su casa, el mamón sí quería beber pero no conmigo, puta madre.
Plox, que hoy no esté medio cucu.
-Va a darle cáncer de pura chatarra que se mete -soltó, Gan, a los segundos cubrió su boca y volteó a verme con terror-. Me la jalé, ¿verdad?
-Me vale verga. -Me encogí de hombros.
Capgras entró, inspeccionó a los alrededores tranquilo antes de reconocerme. Estaba relajado, supe que no me acusaría de nada pues se acercó tranquilo hablando directamente sobre las clases de inglés y el examen que yo presentaría. No le presté mucha atención, recargué en mi palma mi mejilla para mirarlo atento. Su cabello estaba suelto.
-I want that. -Señaló un menú que aparecía en las pantallas, sin siquiera mirar a Ganser o especificar nada. Ella se irritó antes de volver al interior.
-¿Cómo estás? -Levanté la mano, esperando su permiso para tocar su cabeza. No reaccionó exaltado como otras veces, se limitó a agacharla un poco para que lo alcanzara-. ¿Te sientes mejor, zorra?
-Eh, dos tres. -Hizo señas con sus manos.
Hablamos sobre cómo repondría la materia, ya tenía un plan de estudio muy bien estructurado. Lo volvería a intentar, aunque fuera en vacaciones, centrarse en lo que más le fallaba. Le escuché contármelo con su forma extraña de meter el inglés en la conversación, pero estuvo emocionado todo el tiempo. Se le veía animado a diferencia de otros días.
-Oye, ¿no quieres viajar? -Balbucí de pronto, consiguiendo su atención-. Al menos una semana, en vacaciones de Semana médica. Quisiera invitar a mis amigos pero estaría mamalón que fueras.
-Yeah, but I'm not sure. -Lo pensó un poco.
-Wey, me gustas, creo.
Le confesé.
La neta no esperaba nada, me valía un chingo si a él yo no porque seguro solo le gustaba mi cara o mi pito, cualquiera de esas dos eran válidas.
A mí me agradaba igual, pero su persona no me parecía mal, era un buen tipo. Cambiaba más de pendejos que de calzones, pero eso no era relevante para mí, cualquier persona tenía el derecho de hacer lo que sus hormonas quisiera siempre y cuando fuera sincero.
-¡Cán! -Escuché el grito de Vita a lo lejos, evitando que Capgras respondiera.
Él se mostró serio, se apartó a buscar sitio para sentarse y yo perseguí a la jefa. Estábamos en problemas, ya había empezado la hora con más movimiento y la única alma presente era un rubio que pedía soda dietética aunque tragaba kilos de futuro cáncer.
Oír nuestra situación fue triste. Ella quería vender bien en su tiempo como gerente, pero era muy mala para idear cosas, solo se limitaba a atender y ver cómo la otra cadena se llevaba a todo el público. Teníamos buenos combos, los precios en esta zona igual estaban bien, pero la construcción del sitio no ayudaba. Lucía aburrido por fuera, se veía medio oculto y la gran M en la pared estaba cubierta por un árbol.
La avenida era famosa pero no nos favorecía en nada.
-No se preocupe, sé qué hacer. -Suspiré, tomando el pizarrón pequeño de su oficina.
Le pedí un plumón para escribir. Mi letra estaba media culera, pero ella le entendió, y me preguntó porqué rayos escribía eso. Aclaré que ya no me molestaba, que si ayudaba en algo era bueno, así que salí del cuarto para dirigirme al exterior mientras lo sostenía con ambas manos.
-¿Puedes llevarle el pedido a la me...? -Ganser se detuvo con la charola en sus manos, ambos en la barra-. ¿Qué vas a hacer con eso?
-Manipular a pendejos. -Me irrité.
"Tengo cáncer", fue lo que escribí en el pizarrón.
Cáncer de mama me había dicho que funcionaba bien, que ella hacía varios meses no conseguía levantar su exposición y se tragó su orgullo para pararse frente a todos con aquella leyenda solo para que se le acercaran a platicar o hacer preguntas, de paso fijarse en su arte. Necesitaba dinero, el arte era cada vez más irrelevante si no apelabas al sentimiento.
Éramos como animales en exhibición, pelear contra eso no era algo que buscaba. Me suspendieron días de la escuela cuando lo intenté, no volvería a hacerlo, era mejor no apelar a cosas que podían dejarte en prisión solo por opinar distinto.
Actuar como los demás y cumplir la etiqueta.
Antes de salir me puse la cachucha, y vi al Moreno vestido de papa apenas moviéndose como una hoja. Algunas personas pasaron en esos segundos, y me sentí extraño. Lo iba a hacer aunque no quería, iba a solo limitarme.
"No soy alguien a quien deban proteger", Depresión dijo algo así en su discurso. No denigró su condición pero tampoco le dio la importancia que otros querían darle en su vida, porque eso era personal, era para uno mismo, no para que el mundo te tratara en base a eso.
No apelé a la lástima toda mi vida, y darme por vencido con eso sería tan decepcionante ahora.
Puta madre, ¿qué me sucedía?
No cedas de esta forma.
Limpié con mi palma la pizarra, no salí, volví en mis pasos para preguntarle a Ganser si manejábamos ya el BTS Meal, y no me refería a solo las salsitas, también a las pinches bolsitas y cajas moradas que no habían llegado la semana pasada.
Se lo pensó dos veces antes de ir a revisar las cosas de hoy, y en efecto, estimados, allí estaban.
Nos miramos con astucia.
-Sácame la bocina, una impresora y la puta botarga de helado.
Nos pusimos a imprimir las imágenes de las photocards que encontramos en internet. Vita nos dijo que eso no estaba en nuestra zona y no sabía si era correcto, pero en la pizarra escribí que era solo un regalo del staff al no tenerlas en la región, así que solo las recortaríamos bonitas y las sellaríamos con mica.
Mandé al huevón de Moreno a sacar la bocina y bailar mientras elegíamos las canciones de la banda que pondríamos. Y entonces salí vestido de helado, aunque adentro Cap me veía sin entender un carajo, me tragué la vergüenza.
Vita dijo que soy ingenioso, no debería depender de algo tan mierda como lo que soy.
-Esmut laik buder, laik a criminal andacover. -Tarareé la canción mientras bailaba con la papa, animándolo a sacudirse más porque parecía una papa aguada sin sal.
-Gon' pop like trouble. Breakin' into your heart like that. -Pero el baboso cantaba bien, con flojera pero la armaba.
No tardaron en preguntarnos varios fanáticos si neta teníamos hasta la bolsita morada. Otros preguntaron si tenían un costo extra las imágenes que imprimimos pero mencionamos que era un regalito así que poco a poco se detenían siquiera a tararear las canciones. Ganser estaba dentro desesperada con Vita tratando de preparar los combos porque cada vez pedían más.
No era mentira que en la primera semana se acababa casi todo lo que era para el resto del mes.
Yo no podía cambiar mi condición, lo único que podía controlar eran mis emociones. Mi hermana me enseñó eso, la verdad extrañaba que viviera en casa, pues aunque siempre me sentí asustado de convivir con la tristeza que emanaba olvidaba los momentos felices que también vivimos.
Enfrentarme a cosas que no quería, siempre iba a ser así. Pero estaba en mis manos la decisión de cómo enfrentarme, y yo no era un cobarde ni poco insistente. Era un pinche tóxico con huevos, y con ganas de hacer las putas cosas bien.
El cáncer me la pelaba, McDonalds me la pelaba, y todo me la sudaba así fuera bailar vestido de helado con Capgras grabándome. Le dije que luego me enviara esa porno para distribuirla entre mis contactos y a ver quién se reía.
La neta, fui un chingón ese día. Tuve que volver al interior para ayudar con la limpieza, pero dejé en el campo de batalla a Moreno, quien bailaba con más soltura y al parecer era muy fan pues se sabía todas las canciones. El nopal al menos sí tenía ánimos de eso.
-¡Pásame otra charola, Cán! -Me gritó Ganser desde la cocina.
Crucé hacia la barra como correcaminos, sin ver la puta mesita donde ella ponía su almuerzo, hasta clavármela a un costado de mi estómago e irme de boca con esa chingadera. Me sacó más aire que cualquier niño mamado de la primaria, era fácil sobornarlos con una torta de pollo.
Me hice uno con el suelo, olvidando por completo levantarme para pasarle la charola. Quedé tieso.
-¡Cáncer, pásame la charola, por favor! -Me gritó Ganser-. AGH, VITA, PÁSAMELA TÚ QUE CÁNCER NO ME PELA.
Vita corrió para apoyarla, casi pateando mi cara al no verme tirado. Dije que estaba tomando una siesta, pero me pidió que al menos levantara la pequeña mesa y descansara un poco porque el calor de la botarga me había abochornado.
-Sostente de mí, chamaco, deja de tocar tu panza. -Insistió, jalando mi brazo.
Ah... verga, sí me dolió el putazo que me di.
-No estás tocando... Cáncer, ¿dónde tienes la mano? -Preguntó Vita, jalando con más fuerza. Levanté los ojos sonrientes sin saber qué decir-. Cán, ¿a quién le llamo? ¡Ganser, llama a su amigo o alguien, ¿sí?!
Pero ya me dolía desde hace como 6 meses, a la verga.
• • •
Ah.
AAAAAAAAAAH, no, nada que decir.
¿Ustedes tienen algo que decir?
Me voy, adiós, se la lavan. Procedo a desaparecer.
~MMIvens.
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