Capítulo 12: No he dormido nada.
"El que prospera, gana", pero te dicen igual que eso es mentira. Y cabe destacar que eso no aplica solo para las relaciones, sino para todas las cosas que estás por hacer.
En aquellos años pensaba que el mundo vería mi sufrimiento y me recompensaría, que si le seguía echando las ganas y siendo positivo solo cosas buenas vendrían a mí a partir de ese momento, sin esfuerzo de más.
Pero incluso podías esforzarte como idiota sin saber que todo eso daría trágicos resultados.
Insomnio.
Tenía el talento de decir pijudeces y obtener buenos resultados. Amigos, oportunidades, atención. Todo porque mi boca vomitaba más rápido que mi consciencia gritándome pendejo.
Cán Cuca: Te freseas. Ven al DonaldO este fin. Y responde, pinche perro estúpido.
Soy espejo y me reflejo. :)
Cán Cuca: Cosas que diría un pendejo.
Me reí del último mensaje. Él juraba que lo estaba ignorando, pero la verdad tenía otras cosas en la cabeza, no sé cuándo dejó de preocuparme no responder ni siquiera llamadas. Sabía que estaban allí pero no quería hablar de nada en particular.
El medio día en el instituto se volvía caluroso. Salí del curso general con el teléfono en la mano y en la otra un termo helado pegado a mi cuello para refrescarme. Mis compañeros se dispersaron por el césped en búsqueda de la sombra de los árboles para no continuar asándose como si fueran moscas tostadas.
Apagué mi teléfono sin responder su último mensaje y continué avanzando con el peso de mi mochila. Faltaba una clase del curso opcional y después una hora del servicio militar en la cancha pues no quería perderme una materia de la mañana. El horario estaba apretado.
-Ah. -El compañero SGA chocó contra mi hombro y el de otras chicas para correr antes que nosotros hacia los pasillos llenos de tableros. Rodé los ojos al recordar toda la mierda que decía en clase.
Lo perseguí con la mirada, envidiando su energía para correr como loco e incluso saltar. Yo con cada día despertaba más cansado y mis bailes piteros solo podían ser dos por día, a veces daba para uno. Bufé más acalorado, sacudiendo mi pata para que la hierba no se me pegara.
El tipo se detuvo, en efecto, frente a los tableros. El pasillo conectado al área verde por sus arcos en lugar de pared era el sitio perfecto para caminar en la sombra y sentir el soplo del viento, mientras te inscribías a algún club o diplomados. Iba a cruzar por allí hasta que el compañero giró un poco y dejó ver a Depresión que se retorcía sobre la pared.
Su pinche madre.
Me oculté tras un árbol por inercia, golpeando mis manos contra mi pecho para calmar mi posible taquicardia. No me lo había encontrado en el instituto, sabía que era inevitable no cruzarnos pero esperaba no fuera tan pronto. Me quedé allí clavado al suelo como si fuera una zanahoria enterrada, o un espantapájaros.
-Dios, no quiero topármelo después de la graduación... -Tallé mis manos contra mi rostro, tragándome el estrés que me generaba.
No dijo nada. Solo señaló y sentí que el mundo se me cayó.
No esperé a que se marchara, retrocedí en mis pasos y opté por caminar debajo del sol para rodear mi camino al salón que buscaba. No estaba al cien para cagarla de nuevo con cualquier pendejada que saliera de mi boca, la neta solo iría a terapia para corregir mi forma de hablar: puras mamadas decía.
Me caigo de la VERGARA a veces.
Subí varias escaleras antes de encontrar el sitio asignado, nos impartían el curso en el laboratorio. Nos sentábamos frente a la pizarra a escuchar a uno de los profes del diplomado y tomar notas, continuando con la introducción a la farmacología.
-Un fármaco es toda sustancia química capaz de interactuar con un organismo vivo. Esto no garantiza que no dañe el sistema al ser empleado, sobre todo si es en grandes cantidades o el uso a largo plazo, como cualquier cosa en exceso.
No vi a muchos tomar notas. Era lo básico a saber. El profe continuó haciendo dibujitos con el plumón indeleble mientras yo jugaba con mi goma de borrar. No teníamos mesas para echar cosas allí, las cargábamos todas.
Un grupillo de amigos a mi costado charlaban sobre burradas, reconocí a la rubia del curso general y me susurró para decir que estaban invitando a los de la clase a una peda, estaba a unas cuadras de mi casa y accedí de inmediato; agregó que podía llevar a quien sea, pero antes de seguir hablando se distrajo con sus amigos y quedé en el olvido.
-¿Qué es un medicamento? -Preguntaron al frente. Otro chico detrás de mí se levantó.
-Es un conjunto de sustancias destinadas a ser usadas en seres humanos o animales. Tiene propiedades para prevenir, diagnosticar, tratar o aliviar enfermedades -explicó la voz, evitando usar la palabra "curar" pues era tabú en nuestro mundo si no tenías algo como fiebre o no eras mayor de edad-. Los fármacos usualmente pasan por gran variedad de procesos en caso de que se usen en medicamentos.
Volví la vista al profesor que solo le pidió se volviera a sentar. Todos lucían muy serios respecto al tema aunque sus apariencias eran relajadas. Me sugestioné para ser el siguiente en hablar, sin importar qué fuera, había estudiado todas mis noches desde la graduación para esto; y, también había soñado con aprender del tema desde que entré a preparatoria pues quería hacer una carrera y trabajar en farmacoquímica.
-¿Qué dicen de la especialidad farmacéutica? -Apenas soltó eso yo levanté mi mano.
AAAAAAAAAH, no sé, di cualquier cosa seguro sale bien.
-Es el medicamento de composición e información definida, con forma farmacéutica. Es dispuesto y acondicionado a su venta en público -expliqué, nervioso, sacudiendo mis piernas por no saber si debía levantarme para hablarle-. Es el preparado completo que se vende en farmacias... y... eso.
-Ajá. Bueno -prosiguió sin volver a verme, atendiendo sus propias preguntas-, debo recordarles también que la farmacología es una ciencia en constante desarrollo, así que uno siempre debe estar actualizado sobre sus avances o reacciones adversas de los fármacos usados en el ser humano.
Me desconecté un segundo, no me llamaron ni por mi nombre, pero tenía sentido ya que desde el comienzo de las clases no nos dijeron que nos presentáramos. Extrañaba decir mis pasatiempos, mi color favorito, al menos mi apodo. Suspiré por lo extraño, volteando a mi lado para ver si podía al menos presentarme con la bolita chida.
-Viste en el taller de verano más principios activos para diagnosticar enfermedades, ¿no? -Un moreno de cabello lacio golpeteó el hombro de la rubia, no supe de qué hablaban pero ellos seguían pensando en el profesor-. Igual dieron una conferencia en el foro dos estudiantes de leyes para informar sobre los nuevos fármacos aptos para diagnosticar en ataques de pánico.
Ellos estudiaron desde antes...
-Ya me aburrió la clase, tomamos esta introducción hace como año y medio en el bachiller. ¿Recuerdas el laboratorio B? Ahorita ya lo cerraron. -Hablaron a mis espaldas. Al parecer la mayoría ya se conocía pues estudiaron en bachilleratos enfocados en ciencia de la salud.
Dios, eso es trampa.
Me estresé por no tomar más asignaturas en la prepa aparte de biología y anatomía. Fueron malos ratos así que no me di la oportunidad de hacerlo, no estaba viviendo la buena vida con mis "amigos", hasta mediados de segundo año cuando me abrí más con los chicos de la banda y decidí formar mi grupo.
Pero fueron momentos de recuperarme, no para estar estudiando a la verga. No la tuve tan fácil.
Si mis amigos estudiaran todo eso como ellos también me darían ganas de hacerlo.
Me sentí incómodo entre gente con más experiencia que la mía así que salí de la clase como saco de boxeo. Las manos me pesaron hasta para ponerme el uniforme militar, el atardecer también me rogó que tomara mi medicamento antes de ponerme bajo el sol y desestabilizar mi melatonina.
La señora de chongo con camiseta sudada nos puso a correr y a hacer lagartijas un largo rato. Me gustaba correr lejos así que aproveché mis piernas, me traté de distraer mientras tareaba cualquier canción.
Fue más impactante ver a tipos enormes e incluso una chica más delgada que yo correr al frente, mientras se gritaban cosas sobre el club de atletismo y otros mencionaban su entrenamiento personal.
-Qué mierda... -Dije entre dientes. Eran personas de 18 o 19, ¿por qué rayos eran tan atléticos? Ni que fueran altos.
Bajé la velocidad junto a mi voz que apenas cantaba ya. No le iba a echar las ganas ni de ahuevo, prefería llegar último con la excusa de que era muy malo antes de decir que me creía bueno.
Se mamaron, culeros, hasta el aire se me fue.
Traté de no transpirar, pero me detuve un segundo para apoyarme en mis rodillas y cerrar los ojos con fuerza, tenía la esperanza de que esto evitara que comenzara a marearme. Vi unos tenis rojos y una voz femenina decir que cantaba lindo, antes de rebasarme.
-Agh... -mordí mi labio, mirando mis propios pies sobre la pista café antes de centrarme en su línea blanca incapaz de seguir.
Una línea sin final, un eterno círculo, que me hacía sentir como hámster en una rueda que no llevaba a ningún lado incluso si el sol se ocultaba.
-No lo pienses, no lo hagas... -Me repetí antes de torturarme.
Canto del orto.
~•~•~•~
Llegué a casa a las 9 tras haber comido un hot dog afuera del instituto. Estaba de malas así que me tragué con los 10 varitos ese pito en pan con queso fundido y me compré unas papas para metérselo. Tenía más hambre pero me faltaba dinero.
Antes de abrir la puerta ya se podía escuchar bajito la batería de Sied como si probara algunas notas. Y un amplificador, supuse que era del bajo que comenzó a tocar Sonambulismo desde hace dos años o tal vez la guitarra de Híper. Nuestras prácticas siempre eran nocturnas.
-¡Inso! Vimos en el curso de música unas técnicas de voz para ti -habló Sied confiado recién me vio entrar, soltando sus baquetas para ir por su teclado mientras se tropezaba con los cojines sobre la alfombra-. Sonam, ¿me pasas mi libreta sobre la mesa? Quiero enseñar...
-Zafo, estoy cansado. -Me negué sin darle la oportunidad de terminar. La mera neta solo quería terminar mi tarea y recostarme, ya después tomaría una ducha pero ahorita todo me dolía.
Olí el queso derretido que se escapaba de la cocina, no había nada más que una barra para dividirla de la sala y el comedor. Era un espacio chiquito donde Híper preparaba la cena para los chicos. Me lanzó una sonrisa antes de señalar el comal.
-¿Quieres unas quesadillas? ¿O le pongo jamón a las tuyas? -Inquirió, antes de que yo ya subiera las escaleras.
-Me tienen hasta la madre las quesadillas.
Me hicieron el feo por hacer las mías de solo pollo.
-Verga, ¿qué te pregunté? -Som se confundió por mi hastío. Levanté la comisura de mis labios para enseñar mi colmillo y reparé en el camino a mi habitación, porque a no mimir, yei.
Abrí mi puerta, la música ya volvía a sonar abajo, una melodía que estábamos sacando en grupo y ahora solo estaban perfeccionando. Híper quería escribirla y como yo solo era intérprete pues equis, ya practicaría para cuando se confirmara la tocada que Sonan buscaba.
Entré a mi habitación, cerré la puerta y me recargué en esta, escuchando. Baja, un poco más alta, el olor a quesadillas y sus risillas que compartían información sobre lo que aprendieron hoy; estaban juntos, compartiendo sus conocimientos.
De repente el calor se hizo insoportable.
Dios, tengo que estudiar y estos parecen estar de fiesta.
-Oye, gracias por presentar mi trabajo por mí. -Sied agradeció, su voz chillona resonó en mi cabeza-. Me dijo que tenía mucho talento en privado. Pero también dijo que eres muy buen presentador y que Sonam es especial con su intensidad al dirigir.
-Sí, fue una clase chingona. La verdad no me arrepiento de nada, sé que pasaremos bien. -Respondió mi novio.
Ustedes se conocen desde como los 10 años, por el amor de los Doctores, obvio tienen talento.
Cuando la música reanudó supe que no podría ni descansar. Volví a abrir la puerta con frustración para gritarles que se callaran, o que ya dejaran de tocar porque era tarde y los vecinos se quejarían o una mamada así. Ya estaba cansado, solo necesitaba no afectar mi hora de sueño porque...
-AGH, NO HE DORMIDO NADA DESDE QUE NOS MUDAMOS. -Expresé, golpeando mi pie contra el barandal. Sus miradas debajo giraron entre ellos sin saber qué decir.
Ya, por favor... sólo quiero descansar hoy.
-Estamos estudiando, pinche pie grande. -Espetó Sonam. Estaba molesto.
-¿Estudiando? La música no es una profesión, carajo -admití fastidiado, el talento era solo un tiro a la suerte y habían tantos de esos que yo ni siquiera me destacaba-. ¿De verdad creen que se puede vivir de eso? El resto de ingresos viene de marketing o cualquier mamada, estúdienlo como algo secundario pero búsquense algo normal, no mamen.
-INSOMNIO. -Me gritó Híper, parándose detrás de ellos dos. Estaba furioso.
-¿De verdad debemos hacer otra cosa? -Sied cubrió su boca asustado por la idea, sus manos no paraban de temblar como si cargara vasos con agua.
Mierda, lo asusté.
-Lo siento, me voy a la cama. -Levanté mi mano y aparté el rostro antes de volver a encerrarme.
Apenas me arrojé sobre el colchón sentí el impacto de la cobija, que me regaló mi padre, tallarse contra mis mejillas, y mis dedos aferrarse a la almohada sabiendo que no podía lastimarla: era solo un objeto. La lámpara de mi escritorio estaba encendida así que parecía un cuarto iluminado por una vela artificial, o como si el sol recién saliera y no me dejara en la oscuridad.
Sentí que la línea blanca que solo llevaba a círculos sin fin se vino conmigo a casa, haciéndome creer que solo estaba corriendo sin llegar a ningún lado y ni siquiera siendo bueno para eso.
A veces me preguntaba, ¿qué estaría haciendo hoy si hubiera hecho algo? Porque nada podía ser peor que no lograr cosas diarias, ni siquiera lograba ser flojo, sentía que era productivo de forma inútil.
Si me hubiera quedado en esa clase.
-Si no les hubiera gritado ahorita. O si tan solo habláramos. -Balbucí, mi voz no se comprendía por la presión en la cama.
Si tan solo pudiera volver a la prepa y concentrarme en los estudios. O aprendiera a hacer algo más.
-Si hubiera superado el estrés del primer año antes. -Rechiné la boca, y aplasté con más fuerza mi cabeza, imaginando todas las cosas buenas porque las que me esforzaba y parecía esforzarme apropósito a fracasar.
Si te hubiera contado mis problemas en lugar de haberte besado. O si me hubiera despedido, o saludado esta mañana. Al menos me sentía menos presionado en ese tiempo...
Lo peor era saber que seguía allí acostado, quedándome con el hubiera en la boca, con otro problema sin resolver, con cosas que no me atrevía a decir y sentimientos que prefería encerrar esa noche antes de seguir con el día de mañana. No podía volver atrás, ni sabía si quería, tal vez terminaría por torturarme más.
No quiero ese dolor, demonios.
-Calenté el pollo de la comida... -Hipersomnio entró al cuarto sin encender luces, solo mirando el piso para llegar a mí con la poca luz del escritorio.
-No quiero comer... -Enterré más mi cabeza.
-Amor, tu mamá me trae en chinga para saber que andas bien -me informó, sentándose en la esquina de la cama mientras dejaba allí el plato. Peinó sus cabellos mientras se aproximaba a mi posición, tratando de acostarse-. Los chicos se hicieron bolita, les dije que saliéramos el fin a comer tacos en la playa y pasar la noche allá. Pero tú estudias y no sabía si querías...
-Vayan ustedes sin pedo. -Traté de entenderlo, necesitaban su espacio y yo también. Al menos era casa sola.
Mi novio se echó a mi lado para acurrucarse conmigo. Me rodeó con un brazo y me besó, mientras con el otro tiraba de mi cuello para que estuviéramos más cómodos. Estaba por cerrar los ojos hasta que oí su teléfono en la cama y se iluminó el buzón de mensajes.
-¿Es tu ex? -Le pregunté, cansado de que siempre tenía contacto con medio mundo.
-Eh, la Nancy, envía memes a veces. -Lo levantó para responder, mientras toqueteaba mi cara para que me apartara de la pantalla-. Ya, ya, no es como si te engañara. Sabes que siempre termino bien con las personas y seguimos siendo amigos.
No seas celoso, puta madre. Finge que no es ella y ya.
Híper apartó el teléfono y volvió a acostarse, mirándome frente a frente mientras jugaba con un mechón de mi cabello. Trató de sonreír pero se le veía más preocupado, incluso talló mi frente antes de hablar, como si fuera un pequeño niño incapaz de entenderlo.
-¿Qué tienes, Inso?
-No soy especial. -Le respondí, esperando que mi rostro no se viera tan feo por la repentina gana de chillar a lo cerdo.
Sentí que mis esfuerzos caían en un pozo sin fin, al que nunca podría llenar o siquiera ver lo que salía de allí. Solo echaba y echaba con la esperanza de que me diera resultados pero sin ver el fondo no sabía a dónde iban estos.
Hipersomnio me escuchó hablar de eso, y contarle que me sentía poca cosa rodeado de tantas personas que nacían con ese talento sin haber sufrido en el camino. Y yo no servía para lo mismo, como un imbécil que trabajaba con las patas.
-Ya he pasado tantas cosas, pero parece que nadie quiere recompensármelas. -Expresé sin comprender cómo funcionaba la ley de este universo.
-Inso, el que persevera no significa que logre algo increíble solo por esforzarse más que los demás -explicó con cierto tono de preocupación, sosteniendo mi mejilla-. Bro, a veces uno se esfuerza para tomar las peores decisiones sin saberlo, solo porque queremos el camino fácil. No significa que merezcamos todo lo bueno, e incluso si tomamos el camino difícil puede terminar mal.
-Es que no lo entiendo, todo lo que he hecho... -apreté la boca con dolor en ella, no quería tragarme mi saliva-. He hecho tanto para evitar lo peor. Escogí un buen curso, pero siento que ustedes avanzan y me alejo.
-¿Sabías que mi novia Nancy, la que me engañó, me ocultó el engaño por un mes disque porque no quería lastimarme? Se esforzó tanto -suspiró, cerrando sus párpados-. Ya a la chingada, cuando me enteré igual me destrozó. Pero ella podía elegir si fracasar bien o fracasar mal, porque igual la relación se iba a romper pero pudo evitar el dolor que me hizo sentir ese mes.
-No entiendo tu ejemplo, ¿soy tan tonto? Pinche vida.
-Inso, todas las decisiones conllevan esfuerzo, incluso si parecen tan sencillas como quedarse en cama y no comer. O dormir temprano, porque las consecuencias son fatigantes -aclaró, tratando de calmarme-. La vida es difícil, vivirla conlleva mucho esfuerzo, para todos. No significa que el que más se esfuerce esté destinado a ganar, o que tenga el derecho; solo hay que decidir qué puede dar buenos resultados de ese esfuerzo. También hay que aprender a renunciar a las cosas que no funcionan.
-¿Te ha pasado? -Traté de sostener su cara, apenas distinguiendo su cabello claro del fondo pues se difuminaba en la oscuridad.
-Siempre, nunca sabré en qué me estoy esforzando en vano hasta vivirlo. No me queda de otra. -Confesó, forzando su sonrisa-. No te tortures tanto por eso. Elige los caminos difíciles que al menos ves te lleven a buenos lugares. Y estarás bien, mi flaco.
-Ya no puedo. Y no quiero...
-Nadie quiere. Pero sé que eres alguien que continúa haciendo las cosas. Solo no te contamines, Inso, no minimices a los otros. Ellos también le están echando ganas.
• • •
AAAAAAAAAAH, INSO. ¿Qué piensan de él en este capítulo?
Insomnio tiene un fuerte complejo de inferioridad, cree que no es bueno en nada y que no se destaca. Siente que aunque hace lo mismo que todo el mundo y toma decisiones rápidas sigue siendo algo común. Incluso envidaba la buena personalidad de Depresión.
Híper es un chico bastante calmado, siempre le ha gustado hablar con las personas y aunque no es súper empático los analiza antes de hablar. Lo quiero mucho, aunque Inso apenas entiende una cuarta parte de todas las cosas que le dice.
¿Cómo andan? Disculpen la actualización tan tarde. Nos leemos luegooooo. <3 :)
~MMIvens.
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