Capítulo 23
—No puedo creer que iremos a desenterrar a una muerta—susurró Pietro, mientras acomodaba la mochila con algunas herramientas en su hombro.
Era la una de la madrugada y se nos ocurrió ir a investigar sobre ese cementerio, pero como también puede que recurramos a desenterrar a Lorna de su tumba. Cosas de todos los días.
MJ nos acompañaría.
—¿Y Clint? ¿El no vendrá?—pregunto Peter y negué.
—Digamos que esta ocupado en un asunto llamado Natasha Romanoff—dije con un poco de gracia.
—Y yo que pensé que era del otro lado—bromeó Pietro.
—MJ ¿No te estarán buscando en tu habitación?—le pregunto Ned.
—No lo creo, esas idiotas que tengo como compañeras no se dan cuenta de quien está en la habitación y quien no—informó ella.
—Yo sinceramente no puedo creer que apenas llevemos aquí un día y ya tenemos que ir a ser una excavación—hablo mi hermano.
—No seas exagerado—le dije dándole un golpe en la cabeza.
—Bueno ¿Listos?—pregunto Peter y asentimos.
Con cuidado salimos de la habitación, cada uno llevaba una mochila en sus hombros y también palas que tuvimos que robar de un cuarto de servicio. Cuando estábamos bajando las escaleras notamos que aún estaba la recepcionista, tuvimos que agacharnos y pasar como perros para que no nos viera.
Cruzamos la puerta de salida, corrimos como si de eso dependiera nuestra vida, pero había una reja que había que saltar para poder llegar al cerro, claro que si uno tenía la llave no era necesario trepar dicha reja pero como nadie tenía esa llave, nos tocó treparla.
O bueno sólo MJ y Pietro la treparon, ya de ahí eleve a los demás con mi poder, pero no controle del todo la gravedad y caímos al suelo, pero estábamos ya un poco lejos como para que escucharán.
Corrimos con los dos chicos, para después empezar o intentar subir el cerro que fue una misión casi que imposible, tuve que usar mi poder demasiadas veces, y también tuve que elevar algunas veces a los chicos.
Hasta que por fin llegamos hasta arriba del cerro, ahora podíamos notar con mejor claridad el letrero, con cuidado saque que el cristal de la mochila, a mi tacto cambio de color como también se hizo presente la luz, está vez señalaba a un panteón.
—Vamos—les dije y asintieron.
Con cuidado y con miedo de no caernos nos agarramos las manos, pues el cerro era enpinado y si no teníamos cuidado íbamos a rodar, aunque pensándolo bien es una mejor manera de bajar, si no fuera por las rocas que hay.
Tardamos en bajar, pero al fin lo logramos, el cristal cada vez tenía más intensidad y seguía señalando el mismo panteón.
Nos acercamos hacia ese panteón y la lápida decía: Lorna Dane.
—Es aquí—susurre.
—¿Es tan seguros de hacer esto?—pregunto Ned
—No tenemos otra elección—dijimos mi hermano y yo.
—Manos a la obra—asentimos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top