Comencemos por dónde procede: Kim Wren.
De ella se trata todo este alboroto. Sé que hay historias que es mejor no contar por un bien común, pero, los testimonios a veces son realmente necesarios, y que mejor testimonio, que el mío. Pues yo sé perfectamente qué ocurrió, cómo ocurrió y porque ocurrió. Prácticamente estuve ahí todo el tiempo. En ese entonces yo no sabía que una simple mentira pondría mi vida de cabeza, que esa pequeña mal interpretación cambiaría completamente mi aburrido libreto de película barata a una ganadora de un Óscar, pero todo era como una telaraña, cuando me di cuenta, esa pequeña mentira me llevo a otra, y esa a otra, y la otra a otra y así sucesivamente, se me había escapado todo de las manos.

Si, a este punto supongo que ya lo han adivinado y están en lo correcto. Yo soy la auténtica Wren, protagonista y viva voz que narrará esta inédita historia. Y si no lo habían adivinado, pues ya se los he dicho yo.

Sabemos que a menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd. Sin embargo, yo había cavado mi propia tumba, y en ella sólo había un corazón (para colmo, roto): el mío. Pero...¿De que manera debo comenzar a contarles? Podría empezar por el momento en que me encontraba encerrada con aquel chico que acusaban de "gay" y buscaba desesperadamente ayuda, o tal vez, el momento en que salí de ese restaurante chino con lágrimas inundando mis ojos, causando que el rímel se me corriera.

En realidad no importa desde qué punto empiece, el orden de los factores no altera el producto ¿Cierto?.

Al final yo seguía teniendo el título a: "La más zorra del instituto", siendo más Virgen que el aceite de oliva extra virgen.
Sin embargo, quiero ser ordenada y no causarles posible estrés al no darme a entender, así que comenzaré contando la historia desde el día en que se regresaba a clases después de las vacaciones de invierno.

El día en que todo el caos se desató en mi común vida.