7. Respuesta

Al despertar lo primero que hago es observar mi teléfono, el cual tiene cientos de mensajes, entre ellos se encuentra el video penoso de Melanie y Estefan. ¡Dios mío! La bomba finalmente exploto y me maldigo internamente por haberme creado una red de Instagram, la cual ni siquiera entiendo pero me causa bastante intriga.

Busco el área de mensajes, buscando el de Daniel pero solamente me dejo en visto, no dijo nada.

Dios mío y ¿si vio el video y ya no quiere nada conmigo? Talvez piensa que toda mi familia es una exhibicionista y ni siquiera me quiere ver de la pena que le provoco, la repugnancia que debe sentir ahora mismo de tan solo haber estado tan cerca mío.

No puedo siquiera mirarme al espejo, mi madre me obliga a levantarme e ir a la escuela, Gabriel no aparece por ningún lado así que supongo que me toca ir caminando, me pongo unas gafas de sol intentando no ser vista, pero es inútil porque la gente me mira y se burla, e inclusive está en una nota periodística —Bueno pero que rápido corren los chismes— pienso.

Al entrar por la puerta de preparatoria veo todo un altercado, Melanie corre tras de Estefan y el lleva sus ojos negros y en su mirada solo se lee la palabra venganza, me siento culpable y quiero explicarle a Melanie pero algo me detiene.

El calor de su mano choca con mi fría piel y es reconfortante, me toma de la cintura y cubre con su cuerpo el mío, cientos de flash atacan mi rostro haciendo un montón de preguntas.

—¿Qué opina tu hermano del video?

—¿ es verdad que MeLaNiE es la del video con tu hermano?

—¿Tu familia se dedica a la por****ia?

—Samantha no contestara ninguna de sus preguntas— exclama quien me tiene tan cerca de su cuerpo, cuando alzo la mirada para verlo mejor el me sonríe y guiña un ojo, sé que me he sonrojado, por el calor tan fuerte que mi rostro suelta.

Rápidamente Dan se quita su chamarra y me cubre con esta, llevándome hasta dentro de la escuela.

—No quiero estar aquí— digo y dan sonríe.

—Ojala tuviera poderes mágicos para llevarte hasta tu casa— el sonríe e intento hacerlo igual, pero recuerdo eso que Gabriel dijo, sobre cuando el supiera lo que soy en realidad se alejaría para siempre. —Perdona, sé que no es un bueno momento para bromas.

—No, tranquilo, está bien 

—Sobre el mensaje...— Comienza a hablar pero lo detengo antes de escuchar algo que dañe mi corazón.

—Tranquilo, no tienes por qué decirme algo. Entiendo si no quieres tener ningún tipo de relación conmigo después de esto

—¿Esto? ¿Cuál esto?— pregunta y lo observo confundida.

—El video de mi hermano, el escándalo que se está haciendo, es insoportable.

—No me importa el escandalo Samantha, solamente, lo único que me importa, lo que más me importa es que tú, tu, tú puedas estar bien— él me toma de la mano y la lleva directamente a su pecho, donde su corazón parece desbordarse —Esto es lo que provocas en mi cada vez que estas cerca de mí.

—Pero...— él no me deja hablar.

—Pero nada Samantha, tu eres todo para mi desde que te vi en el supermercado, desde aquella obra, no tengo ni la menor idea que es la melodía que dices.

—Es algo que no para de sonar en mi cabeza cada vez que estoy junto a ti.

—¿suena ahora mismo?

—Si

—y ¿que sientes cuando la escuchas?— pregunta acercándose a mí.

—Paz— respondo y el me besa, es corto y tranquilo, como en los doramas, mi primer anhelado beso.

—Espero siempre sientas paz conmigo y si no es así por favor infórmame, y prometo arreglarlo.

—esto significa que...

—Somos almas gemelas— lo observo y el me vuelve a sonreír —significa que soy tu melodía.

—¿lo eres?

—Solo si tú quieres que yo lo sea ¿quieres?

—No lo sé tengo que pensarlo.

—¿Puedo ser tu melodía?— pregunta Daniel y miles de mariposas se hacen presentes en mi estómago

—Sí, si puedes serlo— respondo y el me da otro pequeño beso.

—Mañana te llevare a que conozcas a mis padres.

—¿Tus padres?— pregunta Gabriel interrumpiéndonos —¿Tienes Padres Toledo?

—Todos tenemos padres— responde Daniel mirándome a mí y no a Gabriel.

—No creo que puedas— responde Gabriel mirándome a mí — y ahora mismo ella tiene que irse conmigo, despídete de tu amiguito Sam.

—No es mi amigo, es mi novio— Gabriel no me mira a mi si no que solo observa a Daniel, talvez es paranoia mía o algo así, pero lo observa como si lo conociera.

—Vámonos Samantha.

—adiós Danielito.

—Adiós Samantita.

—Si, si, si, bye, bye— dice Gabriel y Daniel se ríe, hago lo mismo y no sin antes darle otro beso a Dan, corro detrás de Gabriel quien se mira ansioso. No me deja leerle la mente, como si guardara un muy gran secreto.

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