Mi mente no puede dejar de pensar en el sueño, estoy tan ensimismada en eso que me olvide completamente de los demás y sus pensamientos, lo cual agradezco muchísimo, me cruzo con Melanie, ella me sonríe y yo le sonrió de vuelta, me da miedo que en cualquier momento vaya a explotar la bomba y no se ni como reaccionar.

—Tienes brillos en tus ojos— dice dan mientras me observa detenidamente.

Agradezco que los brillos que salen cuando uso mis poderes se queden en mis ojos porque hace parecer que me los puse a propósito.

—¿te gusta mi maquillaje?— le pregunto y el sonríe.

—Sí, aunque parece como si fueran lágrimas— responde mientras acaricia mis mejillas

—¿Qué tanto me miras?— le pregunto y él retira su mano.

—Soy bizco, no te veía a ti.

—No eres Bizco dan.

El solo se ríe y despide de mi directo a su clase, yo hago lo mismo. Todo el día simplemente pensando en el sueño con Dan, me cuesta poner atención y tengo que volver el tiempo varias veces. 

Un escalofrío recorre mi espalda y cuando volteo es Gabriel quien me mira intrigado, como si él fuera el que pudiera meterse en mi cabeza.

—¿te enamoraste de el?— pregunta con un aspecto serio, ni enojado, ni burlón.

—y si te dijera que si ¿pasaría algo?— respondo y el sonríe.

—Solo celos de hermano mayor, pero pasara cuando descubra que eres un fenómeno.

—¿Qué?— pregunto ofendida.

—Samantha nadie nos va a amar, nadie es suficiente para nosotros, somos unos fenómenos.

—Eso no es verdad.

—tan solo mira a Estefan, esta idiotizado por Melanie y ella solo jugo con el.

—Tú y yo sabemos perfectamente que eso no sucede así.

—A ¿no?— pregunta Gabriel divertido y se desvanece

Sus palabras provocan que algunas lágrimas se desborden por mis mejillas ¿acaso estará en lo correcto? Cuando Daniel sepa lo que soy me querrá lejos de su vida.

Melanie no sabe lo que somos, pero lo sabrá. Solo es cuestión de tiempo y Daniel lo sabrá también y después él se alejara de mí y todo será un dolor inminente que acabara conmigo en cuestión de días.

—Tienes brillos en tus ojos— escucho decir a Dan cuando me roba un beso en la frente.

—Oye— lo regaño y el ríe.

—Es mejor pedir perdón que pedir permiso— responde y me toma de la mano en dirección a afuera del insti —Hoy te llevare a tu casa-

—Pero...

—Ni un pero

—Pero Gabriel vendrá por mí.

—Pues nos escapamos de el— dice volviendo a tomar mi mano y haciéndome correr, como si fuera un perrito.

Corremos y corremos, hasta llegar al parque que está cerca de mi casa, el solo se ríe y me mira como Estefan mira a Melanie, como Papá mira a mamá.

—¿Qué tanto me miras Copper?— pregunta Dan y recuerdo su tonta contestación de la mañana.

—No te estoy mirando a ti, lo que pasa es que soy bizca— respondo y el me observa serio y acto seguido suelta una carcajada muy, muy fuerte.

— ¿Te habían dicho que eres muy bonita?— pregunta Dan de nuevo y niego con la cabeza.

—Me han dicho que soy un fenómeno, pero no que sea bonita— respondo y el acaricia mi mejilla.

—La mayoría somos fenómenos, créeme.

—Lo sé— respondo y él acerca su rostro al mío.

—No te muevas— dice Dan muy despacito —quiero intentar algo.

—SUELTA A MI HERMANA DANIEL TOLEDO— escuchamos ambos gritar a Gabriel y Dan solo se limita a robarme un suave beso en los labios y empezar a correr tomándome de la mano —CORRAN LO QUE QUIERAN ESCUINCLES, LOS ENCONTRARE.

Daniel ríe mientras corre y yo también lo hago, por alguna extraña razón no me aparto ni suelto su mano, solo dejo que me guie a donde sea que estemos huyendo.

—Llegamos a  su destino señorita

—Gracias Dan, por acompañarme

—Todo un placer Samantita— le doy un pequeño beso en la mejilla y me despido de él cerrando el portón de mi casa, Gabriel está en la entrada con una mirada enojada.

—¿Si sabes que eso no va a durar verdad?— pregunta Gabriel y hago caso omiso. —acéptalo Samantha, no fuimos creados para ser amados.

—Te equivocas Gabriel, tienes tanto miedo a enamorarte que nos dices eso a todos, atrévete a meterte con Daniel y veras de lo que soy capaz, no te tengo miedo.

Gabriel solo desaparece, no hace ni siquiera el mínimo esfuerzo por confrontarme o decir algo para defenderse porque sabe perfectamente que ya no soy una niñita, no puede manipularme, no hare lo que el quiere que haga, no más. Recuerdo lo que me hizo hacer con Melanie y me arrepiento profundamente, pero también sé que es necesario, es necesario para que Gabriel y Estefan puedan ser libres de Gamrel.

—¿Sam?— la voz de Gabriel irrumpe mis pensamientos

—¿Si?— respondo y el entra a mi habitación.

—Perdóname, por todo lo que te dije. No debo meterme en tus relaciones, debo confesar algo un poco grave— responde e intento leer su mente pero no puedo.

—¿Es muy grave?— pregunto y el asiente. —Bueno dime.

—Me enamore de MeLaNiE— responde y estoy segura que mi cara de sorprendida fue grande porque el me observa confundido.

—¿verdad que es muy grave?

—Algo, un poco si— respondo y el asiente.

—¿Qué debo hacer ahora?— pregunta e intento creerle pero algo dentro de mí me dice que no lo haga.

—Parar todo, dejar libre a Melanie.

—Sabes que no puedo hacer eso— contesta y recuerdo todo lo de lucia, cuando Gabriel hizo lo mismo.

Ella era novia de Estefan y Gabriel se enamoro, la engatuso y la convirtió en una como nosotros de formas no muy naturales y correctas.

No voy a permitir que eso vuelva a suceder, no permitiré que Gabriel lastime de esa manera a Estefan de nuevo, meter a Melanie en el juego es una cosa pero hacer eso, meterse con ella es bastante bajo.

—Debes renunciar a ese sentimiento, por el bien de Estefan.

—Tampoco puedo eso Sam

—Entonces no puedo ayudarte.

El desaparece de nuevo un poco molesto, pero es la realidad, no dejare que Estefan sufra de esa manera, recapacito todo, todo lo del sueño e incluso ese pequeño y corto beso con Daniel y sé que es el mi melodía, sé que lo es. Y no voy a hacer a un lado mi melodía, no dejare que se esfume.

Tomo mi celular y creo una cuenta de Instagram, busco a Daniel pero no me sale por ningún lado, así que busco la de la escuela ¡wuala¡ ahí está su perfil. Oprimo el botón seguir y mando el mensaje. "Estoy segura que eres tu la melodía" oprimo enviar y me refugio en las cobijas intentando dormir, esperando el ansiado día de mañana.