1. casualidades
Cuando me siento triste por las cosas malas que mis poderes me llevan a hacer o en este caso mi hermano me ha llevado a hacer, me gusta venir a el súper mercado y pasearme con el carrito tomar cosas que no comprare y luego dejarlo ahí abandonado y solo.
Las voces de todas las personas aquí me descontrolan así que decido tomar mis audífonos y subir todo el volumen hasta lograr poder ignorar a todo el mundo, siendo solo yo y mi música los que existimos.
Me paseo por el súper tomando una cosa de cada artículo, mientras comienza a sonar una canción pegajosa, es bonita más sin embargo no recuerdo nunca haberla descargado, llevo ya varios días escuchando esta canción así que es aún más raro darme cuenta que realmente en ningún momento conecte los auriculares a mi celular y la melodía ha hecho que me olvide completamente de todo lo que me rodea.
Cuando intento dar la vuelta choco con un carrito, el chico solo se disculpa conmigo y al alzar la vista para hacer lo mismo todo mi mundo se detiene.
—Discúlpame, soy tan imbécil que no me he dado cuenta que venias— me dice sin mirarme, permaneciendo con la mirada agachada.
—No, no te preocupes yo también venia distraída— digo sonriéndome y el hace lo mismo, me sonríe de vuelta.
—Soy Dan, Daniel, soy nuevo en la ciudad— extiende su mano y dudo en tomarla pero lo hago sin pensarlo
—Samantha Copper
—un gusto, así que ¿eres una Copper?— su pregunta me saca de mis pensamientos y recuerdo que nuestro nombre es bastante conocido ahora gracias a Estefan y su experimento.
—Sí, ¿me conoces?
—No, pero he oído cosas de ti— permanezco callada, decido no responder, también me planteo la idea de continuar mi camino e ignorarlo pero el abre la boca —He escuchado que actúas bien y que eres la mejor en química
—Oh eso
—Si ¿hay algo más que deba saber?— sé que eso es una invitación a platicar más de lo que ya lo estamos haciendo así que decido retirarme.
—Fue un placer conocerte Dan, mi familia me espera, hasta algún día— no espero a que se despida y dejo mi carrito ahí para salir corriendo cual cobarde, llego a casa en un solo instante.
Oh lo olvide querido lector, talvez no me conozcas pero soy Samantha Copper, la menor de tres hermanos, la princesa de la casa y tengo estos increíbles poderes gracias a una humana que se acostó con un ángel, en pocas palabras soy lo que se le conoce como una nephilim o algo asi.
Puedo leer mentes y se lo que estás pensando ahora mismo y no, no te gustas solo te estás haciendo ilusiones tu sol@ en fin, hablemos de mí y no de ti.
Puedo copiar cosas y acabo de descubrir que también personas y cosas materiales, es algo difícil de entender lo sé, pero es algo que tengo desde pequeña y no he podido desear no tenerlo, hablaría de mis hermanos pero esta historia es sobre mi ellos no tienen nada que ver con lo mío bueno eso creo yo y es lo que realmente espero.
—y ¿Estefan?— pregunto y Gabriel solo se limita a decir "no se" volteo hacia Lucia y ella responde lo mismo.
Ante su desplante de ignorarme decido levantarme en dirección a mi habitación, no es la más bonita pero es bastante cómoda, le pedí a mi madre traer una cama extra de la habitación de invitados para Melanie quien ha vivido con nosotros estos últimos días, tengo un ventanal lo bastante grande como para que sea la luz del sol la que me despierte todos los días.
La cama donde Melanie a dormido estos días esta desordenada y llena de ropa ¿Quién diría que una chica tan bonita sería tan desordenada? Comienzo a ordenar el desorden pero me encuentro con una ropa interior bastante llamativa parecida a mi telaraña de atrás de mi cómoda, no entiendo la necesidad de ponerse solo hilos ¿Cómo le hacen cuando menstrúan?
—¿Todo bien?— dice mi madre quien se encuentra en el marco de la puerta de mi dormitorio con una gran sonrisa y una mirada de tranquilidad que da un poco de miedo. Desde que Gabriel volvió la tranquilidad de mi madre me da bastante miedo
—Claro mamá— respondo y ella comienza a acercarse lentamente a mi.
—¿segura?
—¿Por qué no lo estaría?
—No dejes que sean tus hermanos quien te lleven a la perdición— me dice y recuerdo lo que sucedió hace unas horas.
—Mis hermanos no pueden tocarme, además de que ellos no saben con quien se meten— respondo dando golpes al aire y mi madre ríe —¿no quiero que lastimen a mi bebe?
Se a lo que se refiere, lo sé más que nadie. La asociación tarde o temprano vendrá a por Gabriel y si puedo hacer algo para que no se lo lleven de nuevo de nuestro lado lo hare, no dejare que vuelvan a tocar a mis hermanos.
Gabriel me ha dicho que ahora soy yo la más poderosa de la familia y que estoy en un riesgo inminente, deseo de corazón que nadie pueda lastimarnos y si Gamrel puede ayudar a protegernos a los tres hare todo lo necesario que se pueda para poder salvarnos a cada uno. Una peculiar melodía inunda mi cabeza de nuevo, me hace estar alerta, no tengo ni la más mínima idea de a que se deba.
—¿Escuchas eso mamá?— pregunto y ella niega con la cabeza.
—No cariño, ¿Qué es lo que debo escuchar?— pregunta confundida
—La melodía mamá ¿la escuchas?— ella vuelve a mirarme y niega.
—No mi niña, no escucho nada
—llevo días escuchando esa estúpida melodía
—El amor— responde ella dando manotazos al aire.
—¿El amor?— respondo con repugnancia y ella ríe
—Creo que ya es hora de dormir, parece que Melanie y Estefan no pasaran la noche aquí— dice mientras levanta con su mano una tanga y hace un gesto gracioso con sus cejas.
—¡por dios mama!— ella ríe y sale de mi habitación cerrando la puerta detrás de ella.
Me recuesto en la cama mientras pienso y escucho con atención la melodía, es tranquila, será ¿el amor? La pregunta precisa es ¿Qué es el amor? Niego con la cabeza y decido acomodarme para dormir mejor, por alguna razón la mirada del chico de hoy vuelve a mi mente, Dan ¿dan es un diminutivo de algún otro nombre? Danonino, Dios que hambre tengo, salgo de mi habitación y escucho unos extraños gemidos provenientes de la habitación de Gabriel, debe estar con Lucifer haciendo cochinadas, sigo mi camino ignorando los gemidos y concentrándome en la melodía.
Daniel, Daniel el travieso, Daniel el curioso, Daniel y la fosa de leones, mi historia favorita de la biblia, cuando en el libro de Daniel, tres amigos son echados a un caldero de fuego. Curioso nombre con un hermoso significado "Dios es mi juez, mi fortaleza" No quiero pensar en el chico bonito es casi posible que nos encontremos mañana en la escuela o en el transporte, aunque es aún más seguro que en la escuela ya que desde su regreso Gabriel se ha encomendado a la tarea de llevarme a la escuela.
A la mañana siguiente agradezco el hecho de que mi uniforme esta tan limpio como mi consciencia, odiaría llevar algo sucio al instituto. La sonrisa de Daniel se atraviesa por mi mente mientras esa estúpida melodía vuelve a sonar de una manera muy insistente —BASTA— grito y Gabriel entra a mi habitación rápidamente.
—¿Qué? ¿Qué pasa?— dice buscando algún indicio de crimen
—Es una estúpida melodía que no para de sonar en mi cabeza— respondo y el comienza a reír.
—Apúrate loquita— dice y sale de mi habitación riéndose de la escena que acabo de montar para su diversión.
De camino a la escuela Gabriel no deja de hablar de lo molesto que le resulta el hecho de que Estefan y Melanie no hayan llegado a dormir e incluso llego a sospechar en la alocada idea de que Gabriel este enamorado de Melanie o algo así, lo cual no es imposible pero si desubicado, decido ignorar sus pensamientos y platica súper llamativa e interesante y procedo a mirar por la ventana del auto, cuando mi mente comienza a divagar con la mirada y sonrisa de Daniel, ni siquiera se su apellido o dirección exacta.
Mi mirada se dirige al auto negro el cual parece una limusina, el vidrio de la ventana baja y un Daniel nervioso tronándose los nudillos se hace presente, su mirada y la mía se cruzan y el me sonríe con la mirada, me invade el pánico y procedo a esconderme tras la ventana, rogando a Dios no parecer una loca.
—Es ese el chico— pregunta Gabriel mientras rie.
—¿Cuál chico?— respondo y Gabriel vuelve a reír.
Decido ignorarlo, cuando llegamos a mi área del instituto ni siquiera volteo para despedirme de Gabriel solo camino adentro con la seguridad y los nervios a mil esperando cruzarme con Daniel
—Ella se ve como un sueño— escucho a la lejanía decir a alguien, la voz es claramente de alguien de quien he esperado ver toda la mañana. —Es la chica más bonita que he visto en mi vida— su voz vuelve a resonar en mi cabeza y al caminar por los pasillos llego al dueño de los pensamientos.
—Hola— le saludo y el voltea rápidamente
—Samantha— me saluda y sonríe.
—¿Cómo estás?— le pregunto y el sonríe.
—Bien y ¿tu?
—También estoy bien— él no deja de sonreírme, pero rápidamente cambia a un aspecto serio —¿todo bien?
—Si solo que, ¿escuchas la melodía?
*Gracias por leer, por favor dime que te esta pareciendo y que te gustaría saber en este nuevo libro, recordando que todo es desde la perspectiva de Samantha, no olvides votar *
xoxo <3
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