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-No lo defiendo, pero, ¿No crees qué exageraste un poco con él?—KyungSoo alzó la vista de los cuadernillos y frunció ligeramente el ceño mientras recordaba la tensa escena entre MinSeok y JongDae esa misma mañana.
KyungSoo y MinSeok cumplían con sus obligaciones como parte del consejo estudiantil en el salón de consejales.
—¿Lo estás defendiendo?—MinSeok preguntó mientras terminaba de apilar todos los cuadernillos en los que anteriormente acaba de escrir un reporte.
—Por supuesto que no, pero...
—Pero nada KyungSoo, el ni si quiera se tomó el tiempo de leer el reglamento y viene aquí a exigir un trato diferente solo porque es nuevo.
—Está bien.—KyungSoo asintió, comprendiendo la perspectiva de MinSeok. Antes de que pudiera decir algo más, MinSeok tomó los cuadernillos ordenados y los empujó suavemente hacia KyungSoo.
—Ya están todos sellados y firmados, ve y entrégalos, por favor.—Después de entregar los cuadernillos, MinSeok se levantó de su pupitre y salió del aula—Por cierto, hoy no me esperes, me quedaré hasta tarde.—Hizo saber desde el marco de la puerta.
—¿Sabes llegar bien solo a tu nueva casa? Si quieres yo-
—Si, no te preocupes, estaré bien.—Fue lo último que MinSeok dijo antes irse por completo.
—Por favor MinSeok, cuídate mucho...—Murmuró KyungSoo con sinceridad.
|•••|
Al finalizar las clases, con el atardecer sucediendo, MinSeok se encaminó hacia la dirección de la escuela. El color naranja del atardecer pintaba de tonos cálidos su piel así como a los pasillos de la escuela.
A medida que MinSeok se acercaba a la dirección, una sensación de malestar comenzó a crecer en lo más profundo de su estómago. Era todo lo contrario a las famosas "mariposas en el estómago". Los nervios se concentraban dentro de él y haciéndolo querer ir al baño.
Con cada paso que daba su malestar aumentaba, dentro de poco su corazón latía con fuerza. No eran nervios, era asco lo que lo ponía mal.
La ansiedad invadía todo su cuerpo y lo había hecho perder el control del mismo. MinSeok ardía y sudaba frío al mismo tiempo. Tenso frente la puerta, MinSeok respiró hondo y entro en la dirección.
—Llegas tarde.
—Perdóneme señor Zhang. Me entretuve firmando unos cuadernillos.
—No me interesa tu día.—La dura mirada de un hombre mayor que estaba sentado frente a él, lo examinó—¿Por qué sudas? ¿A caso estás volviendo a engordar? Tu y yo hicimos un trato-
—No es eso, no se preocupe, es el sol, sudé por el Sol.—Se apresuró a aclarar MinSeok—Pero ahora mismo iré a limpiarme, lo lamento mucho.
—No, ya no tengo tiempo, ven aquí.
—Si señor.
No muy seguro, MinSeok caminó hacia el señor Zhang, que posó su manos en las caderas de MinSeok. MinSeok solo se limitaba a poner su manos fruncidas en puños en el pecho del señor Zhang, mientras que el mayor acariciaba toda la espalda del joven con las llemas de sus dedos. Jamás pararon de besarse.
La excitación en ese tipo de momentos es una respuesta natural del cuerpo, pero MinSeok no podía evitar llorar del asco cada vez que sucedía. Se sentía sucio y culpable, el no estaba ahí con ese señor por gusto. ¿Entonces por qué le gustaban esos momentos aunque después se asqueara? Suponía que era hipocresía.
Bruscamente, aquel hombre tomó de los muslos de MinSeok y lo sentó en el escritorio que tenía detrás, tirando todas las cosas que habían encima, para después comenzar a frotar sus cuerpo.
Los húmedos besos y gemidos en la oficina remplazaron al silencio, también rechinaba la madera del escritorio por la presión que ejercían el peso de ambos cuerpos.
El rechinido de la madera del escritorio era prácticamente el mismo que el de la puerta, tanto así que ninguno de los dos notó que el sonido de la madera rechinante no provenía del escritorio sino de la puerta.
Hasta que el estrepitoso golpe de la puerta los hizo reaccionar y separarse. JongDae había caído al suelo al mismo tiempo que azotó la puerta, y ahí ambos hicieron contacto visual.
JongDae rompió el contacto visual del asco que le produjo ver a MinSeok jadeando. Bajó momentáneamente su vista al suelo, fijándola en su celular, no sabía si tomarlo y salir corriendo o solo disculparse e irse inmediatamente. Pero no había tiempo de pensar.
Muerto de la vergüenza y del pánico, JongDae salió corriendo de la dirección, se tropezó varias veces en los pasillos y chocó con varios alumnos, pero poco le importó. Ese día había sido el día más surrealista que jamás había vivido en vida.
JongDae no tenía cabeza ni cara para ver y hablar con nadie en ese momento, así que como pudo, regresó a casa solo sin GPS. Afortunadamente, pudo llegar a casa antes de que la noche cayera por completo. Hasta el momento, seguía tan afectado que al momento de introducir sus llaves en la cerradura se le cayeron varias al suelo a causa de sus temblorosas manos.
—JongDae me asustaste, pensé que alguien intentaba entrar. ¿Vienes solo? ¿Por qué no te regresaste con tu hermano?—HyoYeon abrió la puerta y dejó pasar a su hijo. Lo notó muy exhausto—¿Todo bien? Te estuve llamando varias veces, ¿Qué pasó contigo?
—Nada..., no quiero hablar de eso ahora.—Apunto de llorar, JongDae caminó hacía su cuarto hasta que el sonido de la puerta abriéndose lo tensó.
—MinSeok, bienvenido.
Horrorizado y con un nudo en la garganta, JongDae volteó hacia atrás implorando mentalmente que lo que estaban viendo sus ojos no era real.
De nuevo, ambos volvieron hacer contacto visual.
Un horrendo escalofrío recorrió toda la espalda de JongDae.
—Que bueno que llegaste a la misma hora que JongDae, ayer no pude presentarlos bien, así que antes de cenar, dejen lo hago.—HyoYeon tomó a ambos chicos del antebrazo y los paró frente al otro.
JongDae vomitó.
—¡Por Dios, JongDae! HyunBin, ayúdame con el trapeador. MinSeok lo lamento muchísimo. Vamos rápido a recostarte, en serio JongDae, ¿Qué es lo que te pasa?
|•••|
Murmullos y platos chocando con cubiertos en la cocina era lo único que JongDae escuchaba desde su cuarto, yacía recostado sobre su cama mirando al techo. Quería llorar, pero se sentía tan mal y agotado que ni las lágrimas salían.
En este mismo momento, MinSeok cenaba en la cocina de su casa con madre y hermana, después de lo que acaba de hacer, ¿Cómo podía sentarse a cenar y fingir que nada había ocurrido? ¿Qué tipo de persona su madre había metido a su casa? Tenía que decirle inmediatamente después de que terminara la cena.
En lo que esperó, JongDae tomó una ducha de agua helada para relajarse. Se sentía muy abrumado, no tenía su celular y nadie con quien hablar, tampoco podía dormirse en ese cuarto, no con MinSeok ahí. Tendría que salir en algún momento antes de que MinSeok entrara.
Aún mareado, JongDae se levantó de su cama directo hacia la puerta, pero antes de tan siquiera poder tocar la perilla, MinSeok entró en la habitación. Ahora, ambos yacían inmóviles frente al otro, de nuevo.
JongDae no le tenía miedo, le tenía asco, pero aún así no fue capaz de pasar sobre el y salir a delatarlo. Involuntariamente, volvió a su cama y se sentó a mirarlo con sus piernas en posición de mariposa.
Recapitulando, MinSeok, su nuevo hermano, hace no menos de nueve horas lo había tocado y humillado en público, lo que causó que lo acosaran y marginaran, para después encontrarlo besándose con un hombre mucho mayor en la dirección y que luego este actuara y fingiera como si nada había pasado.
Las palabras no le salían, así que solo podía mirar a MinSeok moverse. JongDae había tirado toda su ropa en el suelo, mientras que MinSeok se desvistió y colgó su ropa en el armario. JongDae había arrejolado en una silla su bolso con sus libros adentro, mientras que MinSeok había ordenó su horario y dejó su bolsa limpia en el escritorio. JongDae a duras penas pasaba sus materias, mientras que MinSeok se destacaba académicamente como un alumno de excelencia. Eran polos opuestos.
Pero por más buen alumno y limpio que fuera, MinSeok no cambiaría la mala y sucia persona que era, y en eso JongDae lo sobrepasaba.
JongDae no esperaba realmente que MinSeok le hablara de la manera más amenamente posible, pero que ni una sola palabra le dirigiera, era el colmo del cinismo. Si MinSeok lo iba a ignorar, JongDae iba obligarlo a hablarle.
—Mi madre me dijo que eres el presidente de tu clase y el encargado del instituto.
Ni siquiera volteó a verlo.
—Las apariencias a veces engañan, pero me pregunto: ¿Por cuanto tiempo podrás ocultar que no eres precisamente una blanca paloma?
No hubo respuesta.
—¿No hablas? O ¿Acaso te robaron las palabras directo de la boca?
MinSeok no iba a caer en sus provocaciones tan fácilmente, así que decidió salir de la habitación. Pero antes de que pudiera tocar la perilla, JongDae fue más rápido y le preguntó:
—¿Qué se siente besar a un hombre?-Dio en el blanco.
Victorioso, JongDae sonrió hacía el techo y posó la llemas de sus dedos sobre sus labios aún con la vista fijada en el techo-Se debe de sentir extraño los labios de otro hombre sobre los tuyos-
MinSeok interrumpió a JongDae abalanzándose sobre el en la cama y plantando sus labios contra los del rubio. Inmediatamente, JongDae comenzó a forcejear con MinSeok, pero este lo sometió una vez que lo tomó de los hombros antes de iniciar el beso. JongDae lanzaba patadas e intentaba quitárselo de encima, pero MinSeok dejaba caer todo su peso en el regazo de JongDae y sostenía fuertemente sus muñecas. Durante el beso, MinSeok metió en varias ocasiones su lengua en la boca de JongDae, y para este punto, JongDae ya había comenzado a llorar amargamente.
Por la desesperación, JongDae perdió toda fuerza y dejó de forcejear, lo que hizo que MinSeok aflojara su agarre e inmediatamente una vez que JongDae lo notó, con todas sus últimas fuerzas, arrojó a MinSeok lejos de el.
—Ahora que lo sabes, dime... ¿Qué se siente besar a un hombre?—Contrataco a su pregunta.
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