Cap. 2 "¿Donde están?"

- una semana - un chico pelirojo dio un golpe a un árbol, sus ojos estaban llenos de ira, de frustración - ¡UNA MALDITA SEMANA! - grito, dando otro golpe, esta vez cortando un poco la corteza de aquel árbol.

- ¡Ya lo se, Menma! - una chica peliroja dio unos pasos a su dirección - No tienes que recordármelo, ¡pero no podemos rendirnos!. Yo también quiero ver a Naruto-nii, lo encontraremos - soltó, en un hilo de voz.

- Narumi - Menma la llamo, ya no parecía estar molesto - ¿Porque se habrá ido?, ¿acaso hicimos algo mal?, incluso Shion se fue  - su pregunta la descolocó un momento, no lo esperaba.

- No lose. . . - ella nunca fue buena con las palabras, demostraba su afecto con acciones, el de los discursos emotivos era Naruto, sonrió ante ese pequeño recuerdo.

Naruto sermoneándolos todo el tiempo para que se siguieran esforzando, para que dieran todo de si, para que supieran que él estaba ahí, para ellos.

Se acerco más a su hermano y lo abrazo por la espalda.

- los vamos a encontrar -

- y regresarán a la aldea -






Tsunade Senju, sin duda era una de las Kunoichi's más respetadas del mundo.
Siempre tan decidida, con un carácter fuerte, la quinta Hokage sin duda era alguien totalmente admirada.

Pero ahora, ella se sentía como un total fracaso.
Su mejor alumna había abandonado la aldea, creyó que la había instruido correctamente, que sus ideales eran para bien.

¿Se había equivocado como sensei?, ¿en que había fallado?

La frustración no la dejaba descansar.

Sakura.

- Tsunade-sama - la voz de Minato la saco de sus pensamientos, estaban en medio de una reunión, no debía pensar en eso. Por ahora.

- Entonces, pasemos al tema de los ninjas renegados -

La Hokage apretó los puños al escuchar dichas palabras por Danzo. El ambiente se volvió más tensó.

- Ya a pasado una semana desde que desertaron, tus intentos de encontrarlos no están funcionando, Tsunade -

- ¿que propones? - su ceño se fruncio.

- Naturalmente, deben ir al libro bingo de inmediato - Koharu, miembro del consejo hablo severamente.

- el niño Kyubi sera el único al que se le exija regresar con vida, no podemos arriesgarnos a perderlo - esta vez fue el turno de Homura para hablar.

- cuando lo tengamos de vuelta, lo tomare bajo mi tutela - Danzo parecía muy seguro de sus palabras.

- No estoy de acuerdo - hablo Kushina molesta.
- Naruto se quedara con nosotros, con SU FAMILIA -

- No es tu hijo, nunca lo a sido, Kushina -

- hicimos una idiotez en el pasado, no volverá a ocurrir, no dejare que toques a Naruto, Danzo - había pasado mucho tiempo desde que no habían visto esa mirada en Minato, una mirada oscura, severa, incluso sentían como su sed de sangre se hacia presente.
Danzo le sostuvo la mirada, no dejándose intimidar.

- lo dejamos libre durante su vida, y ahora se va de la aldea, necesita estar encerrado para que no vuelva a pasar - Homura escupió con veneno, ganándose las miradas de odio de Kushina y Minato.

- eso estaría mejor -

- debieron haberle puesto una correa desde un principio -

- es una amenaza para todos -

- ahora el monstruo anda suelto, seria mejor que cuando regrese sea Danzo-sama el que deba  encargarse de él -

Los comentarios y susurros de parte de los civiles no se hicieron esperar, Tsunade estaba apunto de callarlos y correrlos de la habitación pero alguien había golpeado la mesa haciendo que el silencio regresara.

Todos los jefes de Clan estaban sorprendidos ante tal acto, pues Mebuki, no era de hablar de más, mucho menos de hacer tal acto.

- ¡Todos ustedes callen se! - sin duda ahora todos sabían que su carácter fuerte no eran solo rumores.

- ¡Que sabrán ustedes del mundo ninja!, claramente ninguno tiene derecho de opinar.
Ese "monstruo" como ustedes lo llaman, no es más que un chico con un peso bajo sus hombros, un peso que ninguno de ustedes podría soportar, viviendo con el odio por algo que él no pidió - sin más se puso de pie, la mirada severa que les dedico a los civiles les heló la sangre pero al voltear hacia los jefes de clan, esa mirada cambio a una más tranquila pero aun era sería.

- Me disculpó por interrumpir de tal manera, nosotros nos retiramos, no podemos opinar en temas que desconocemos del todo - hizo una pequeña reverencia y fue imitada por los demás civiles.

Comenzaron a marcharse, pero ella esperó para ser la ultima, una vez lo era, dio otra reverencia y pronunció un "permiso".

- Mebuki-san - la voz de Mikoto hizo que ella se detuviera un momento - su hija, Sakura-chan también deserto, ¿usted que opina de eso? - quería saber su opinión, necesita saberla, solo así, tal vez, ella también podía tomar una decisión.

- Sakura siempre fue muy apasionada y correcta, no entiendo porque tomo aquella decisión, pero - su mirada esmeralda se poso en Tsunade, la Hokage espero paciente a que continuara, estaba nerviosa y no sabia porque - sigue siendo mi hija, además de estudiante de Tsunade-sama, no les sera fácil dar con ellos.
Cuando se proponen algo no se detienen hasta obtenerlo - dio media vuelta - Los padres nos esforzamos para educar bien a nuestros hijos, pero ellos son los que tienen la decisión final, no nos queda más que aceptar y estar para ellos, de lo contrario, ninguno estará en paz - aquellas palabras eran demasiado ciertas, Mikoto, Minato, Kushina y Hiashi escucharon atentamente a la mujer.

No escucharon la opinión de una kunoichi, de un amigo o de un consejero, escucharon la opinión de una madre.

- Mi esposo dejo todas sus esperanzas en Sakura, decía que el futuro de la aldea estaba en su generación, y tenia razón - miro a todos sobre su hombro - no me preocupa el que ella se haya ido, me preocupa el porque.
Y sea cual sea el castigo que le esperé, ella lo tomara con gusto al igual que sus compañeros -

- ¿Cómo lo sabes? - preguntó Kushina, en un hilo de voz.

- Conozco muy bien a los cuatro - Hiashi puso total atención, ¿como es que conocía a Hinata?
- Y los cuatro tienen una forma de pensar muy similar. Tomaban sus responsabilidades muy en cerio y nunca huyeron cuando cometían un error.
No lo harán ahora -

Sin más que decir, Mebuki salio de aquella sala.

Tsunade sentía que al fin podía respirar tranquila.
Mebuki tenia razón, tal vez ella no fue la que fallo y Sakura tampoco.
Aun así, estaba confundida, ¿que es lo que querían lograr los cuatro?.

Hiashi pensó en las palabras dichas por aquella mujer, y recordó algo que no había notado.
Hinata siempre obedeció a todo lo que él le pidió, pero nunca se detuvo a pensar en lo que ella quería.
Hinata quería deshacerse del sello del pájaro enjaulado, pero, ¿porqué?.
Ciertamente no era el mejor padre, era más bien una especie de dictador para sus hijas.

Hanabi.

Hinata se había ido, pero, y ¿si Hanabi decidía hacer lo mismo?
¡No!, no soportaría perder a otra hija.
Debía cambiar, cambiar con ella, debía ser el padre que ellas merecieron desde un principió.

Mikoto sonrió débilmente ante las palabras de Mebuki, sin duda era una grandiosa mujer.
Bien, ya había tomado una decisión.
Confiaría en Sasuke, en que regresara y en que traería con él a sus hermanos.
Y si era necesario, ella compartiría el castigo que le impusieran a su hijo.

Minato y Kushina se tomaron de las manos fuertemente, ahora más que nunca debían pelear para que Naruto regresara a su lado, y protegerlo ante todo, incluso de su propia aldea.
Si para lograrlo ellos también debían convertirse en ninjas renegados, lo harían.
Por Naruto.
Por el hijo al cual le debían demasiado.

- Esta reunión término, pueden retirarse - Tsunade hablo calmadamente, algo muy raro en ella, pero aun así todos se levantaron de sus asientos y se fueron.

Mebuki Haruno.

Había causado un gran asombro en todos.
Pero algo más llamo la atención de los lideres de clanes, su apellido.

Haruno.

Solo conocían a alguien con ese apellido.

Kizashi Haruno.

Su compañero de academia, no era un ninja tan impresionante, nivel chunning, el había muerto por una enfermedad del corazón.
Mebuki, debería ser su esposa y Sakura su hija.
Ni siquiera sabían que era casado.
Su relación era solo de compañeros, siempre sonriente y amable. ¿Como es que había terminado con tremenda mujer? ¡Eran polos totalmente opuestos!






Un peliplata estaba sentado en el suelo del campo de entrenamiento de su equipó, porque lo seguían siendo, eran un equipo pasara lo que pasara.

- no es lo mismo desde que ellos se marcharon - la voz apacible del Tercer Hokage se hizo presente, caminaba dirigiéndose al Jounin.

- así es - se limito a contestar, no quería hablar con nadie.

- todo indica a que los colocaran en el libro bingo, no hay nada que yo pueda hacer -

- . . . lose -

- ¿tu sabrás algo? -

- Dije todo lo que se.
Kurama los tenia más vigilados de lo normal, y sin darme cuenta ya comenzaban a ocultarme cosas.
Debí sospechar cuando sus entrenamientos se volvieron mucho más excesivos, como si se estuvieran preparando para algo -
El silencio se hizo presente, al parecer Kakashi era uno de los más afectados, ya había perdido a su equipo en el pasado, pasar por lo mismo nuevamente era doloroso para él.

- solo nos queda buscarlos a toda costa, y rezar para que no estén en malos pasos, de lo contrario su castigó sera más grande - Hiruzen se retiro a paso tranquilo, solo cuando Kakashi estuvo seguro de que se había marchado saco una pequeña hoja y comenzó a escribir en ella.

"Parece que él concejo quiere colocar sus nombres en el libro bingo, tal vez sea cuestión de días"

Sin más dio dos aplausos al aire y de los arboles salio una bella ave color gris con el pecho blanco, Kakashi elevo una de sus manos a la altura de sus hombros y la ave aterrizo entre sus dedos.
Rápidamente coloco la pequeña nota en una de sus patas y dijo en susurros - llevalo a la princesa - ella despego sus alas y desapareció entre los cielos.

"Falta poco, para que también me una a su lucha"

Con ese pensamiento, Kakashi desapareció en una bocanada de humo.
Porque eran su equipo, y como equipo, no los dejaría solos.


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