Su mirada era fría y cortante, sin embargo, iluminaba la habitación con una sonrisa.

Sus acciones eran las más grotezcas y sin tacto, pero a pesar de eso, con un simple abrazo te inundaba en calidez infinita.

Tal vez el no era la persona más bonita en cuanto a los sentimientos, más tenía un parte de sí que no a todos mostraba, que aunque fuese extraño hasta para él, a la persona indicada llegaba a sorprender.

Sus emociones estaban enfrascadas en el más frío hielo, y ella tenía el pico y pala necesarios para por completo romperlo.