La enfermedad de Samay seguía sin cura alguna, ¿realmente estaba cerca de la muerte? Tal vez sí.

Desde hace un par de días, su guardaespaldas viajaba hacia España y aún seguía sin recibir un mensaje de su parte. Vaya amistad tenían entre sí.

Sus vendas ya estaban limpias, la sangre se mantenía seca desde que sus cicatrices llevaban una semana de existencia; éstas también eran causadas gracias a su enfermedad casi terminal.

Las blancas tiras recién lavadas eran sus fieles amigas y nunca se separaban, aunque habían días en que limpiaba dichas vendas para hacerlas parecer recién adquiridas. Si eres realista y sueles mirar muy bien, ella jamás te engañaría si dice aquella mentira tan infantil qué tal vez ni ella misma se puede creer.

Samay habla a veces de su vida, así que es una gran suerte que puedas saber pequeñas características de su existir.

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Actividad de clase.
Escrito sin letra O.
140 palabras mínimas. 146 escritas.