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Nombre del personaje: Oxygene (Pronunciación Oxigene). Mote: Oxígeno
Canciones inspiradas: Oxygène Jean-Michel Jarre (Exactamente la parte 4)
¿Nivel de spoiler?: Alto
Multiverso o universo al que pertenece: Multiverso A, universo Beta, código 270
Los pasos de seres ocupados con sus tareas diarias era lo más común en esa ciudad, en especial si poseías un cargo de gran importancia, como era el caso del grupo de exploradores, quienes ahora mismo caminaban por los pasillos largos de aquel reconocido edificio central donde solo los más valerosos y adecuados podían entrar. Habían excepciones, como el caso de aquella mujer de mirada perdida y triste que acompañaba a la líder para la sala principal.
—Espero que esté presente, porque sino me voy a cabrear —murmuró la mujer de rostro cabreado, cuyo parche en el ojo izquierdo era lo más llamativo en ella—. ¡Heila! Quiero que vayas a la sala de información y tomes los mapas, ¿entendido? Yo iré después por las provisiones.
—Puedo encargarme yo de ello —intervendría una voz robótica del cual la mujer, líder de ese grupo, conocía muy bien.
—Ve entonces, pero con cuidado, por favor —pidió, recibiendo una respuesta afirmativa de aquel ser robótico que rápidamente se pondría en marcha. La líder se giraría por un momento, viendo que Heila, la novata y recién integrada al grupo de exploradores, aun no se había movido—. ¡Vamos! ¡Muévete, Heila!
—¡Ah! ¡A sus órdenes!
Solamente se quedarían dos personas en medio del pasillo, caminando a un ritmo ligero mientras llegaban por fin al final de este, frenarían al ver que la puerta no se abría ante la presencia de la líder, desesperándola aun más.
—¿Qué ocurre? —preguntó la mujer de mirada triste, la única que no se alejó de la líder porque la misma lo pidió.
—Uno nueve, te voy a pedir un favor —habló seriamente la líder.
—¿Uno nueve? Ruby, mi nombre es...
—¡1941! Lo sé, pero es más fácil decirte por tus dos números —interrumpió irritada, recibiendo la mirada sorprendida de la más alta—. Quiero que ahora mantengas la boca callada, tengo que hablar con él porque es un malhumorado a veces, no le gusta salir a no ser que sea de su interés.
—Pero... ¿Tan importante es? —preguntó sorprendida.
Su respuesta no sería respondida al abrirse las puertas de golpe ante el sonido de una gran cantidad de aire siendo expulsada, Ruby, la líder, caminaría segura hacia el hombre cuya apariencia no mostraba por su toga que cubría gran parte de su cuerpo. 1941 iría detrás, dándose cuenta de que en esta nueva donde estaban, los colores más predominantes eran el negro y el gris, haciendo del lugar un sitio ciertamente tenebroso y oscuro.
Apenas habían muebles en la habitación, solo una mesa y una silla modernas donde aquel hombre normalmente se sentaría, aunque en este caso estaba mirando hacia la ventana que Ruby y 1941 podían ver de sobras de lo grande que era, perfecto para ver toda la ciudad desde lo alto, una ciudad avanzada tecnológicamente en todo sentido.
Poco a poco ese hombre se giraría hacia ellas, sorprendiendo a 1941 al darse cuenta de que en verdad tenía más rasgos femeninos que masculinos, al menos eso creía al ver que su cabello ondulado de gran cantidad y largura era decorado con una pequeña cinta. Cubría todo su cuerpo con aquella toga grisácea, aunque poco tardó en retirársela y dejarla encima de la silla, mostrando así su cuerpo. Heridas en sus brazos y su estómago eran vendados , sin miedo a mostrar lo que él tuvo que luchar por su puesto y reconocimiento.
—¿Para qué quieres mi presencia, Ruby?
—Ya sabes bien lo que está pasando en el maldito universo, Oxygene.
Se hacía llamar por Oxygene, pero solo unos pocos le llamaban por Oxígeno, un nombre gracioso que a él más de una vez avisó que no le gustaba, pero que aun así permitió que se lo dijeran, al fin y al cabo era casi lo mismo. 1941 no podía parar de fijarse en sus ojos negros cansados mirando hacia Ruby, caminando poco a poco hacia la líder hasta ponerse enfrente suya.
—Esos bichos...
—Anomalías y virus se llaman, Oxy, ya tienen un nombre —aclaró Ruby seriamente.
—Entiendo.
La altura era muy notoria entre ellos dos, Oxygene era por lo menos dos metros de altura mientras que Ruby era menos de metro cincuenta. El hombre llevaba solo una camisa blanca del cual no lograba cubrir su estómago, posiblemente lo llevaba así por estética propia o porque le gustaba mostrar las vendas que aun tenía puestas en su cuerpo. Mismo ocurría con sus pantalones negros, de los cuales tenían esas vendas, aunque no parecían curar unas heridas, sino más bien por moda que él mismo tiene.
—¿Y quién es ella? —preguntó mirando hacia 1941.
—Ella ha sido testigo del brillo, esa explosión que a muchos nos afectó —explicó Ruby—, de hecho, ella tiene el objeto que causó todo este problema.
—Ah, ¿en serio? —preguntó mirando de reojo hacia 1941—. ¿Y qué más?
—Nos ha explicado que fue testigo de todo y que cree poder encontrar una solución —respondió Ruby.
El hombre, curioso e interesado, caminaría poco a poco hacia 1941, dándose cuenta que ambos compartían la misma altura. Cara a cara, Oxygene se daría cuenta que aquella mujer de mirada triste, era en verdad alguien que sentía una culpa y arrepentimiento tan grandes que Oxygene no sabía como podía seguir con vida.
—¿De qué te culpas? —preguntó seriamente, analizando a 1941 de arriba abajo—. ¿Has matado a los Shefirdos acaso?
—¡¿Eh?! ¡¿Por qué dices eso?! —gritó asustada.
—Llevas la ropa de ellos, en específico la de los Shefirdos de mayor categoría —explicó Oxygene sin miedo alguno—, pero sé que no eres una, ni de coña, tienen el pelo mucho más distinto y la piel totalmente blanca. Dime, ¿los mataste?
—¡No! Yo solo quería ayudar a uno de ellos con su idea de crear un teletransportador, crear un sistema más fácil de transporte y no depender de las energías.
—Con las estrellas, ¿no? —preguntó Oxygene con la ceja arqueada mientras cruzaba sus brazos.
—S-Sí...
El hombre miraría el destello que aquella mujer portaba en sus manos, lo cuidaba como si fuera su mayor tesoro, no parecía querer soltarlo ni aunque la pagaran bien.
—¿Qué tiene de especial esa estrella? —preguntó Oxygene seriamente, viendo como la mujer miraba el suelo con dolor—. Normalmente las estrellas no duran en un planeta así como si nada, parece ser...
—Tiene una vida encerrada en ella —respondió seriamente, interrumpiendo a Oxygene—. La vida de un hombre que intentó cambiar el mundo, la vida de alguien que pienso salvar aunque me cueste la mía.
—Oh, entiendo —murmuró Oxygene, ciertamente sorprendido ante la respuesta de la mujer, aunque no era el único, Ruby miraba hacia 1941 con pena y sorpresa, aun le costaba procesar esa información—. ¿Es alguien que quieres?
—le amo, que es distinto —respondió molesta.
—Y quiero imaginarme que es un Shefirdos, uno más entre...
—Se llama Idax —interrumpió de nuevo, sorprendiendo por completo a Oxygene y que mirara a 1941 con más atención—. Él... fue quien me cuidó durante un largo tiempo mientras intentábamos avanzar con este plan. —Indicó hacia el destello con una gran pena—. Y se quedó ahí encerrado.
Ruby vio el temor en los ojos de Oxygene, y no era de extrañar, ese nombre, ese hombre, Idax, era conocido entre los Shefirdos, uno de los más importantes porque ayudó en todo proyecto y tuvo muchísimas ideas que lograron no solo avanzar a su raza, sino que también ayudó a los demás planetas, en especial a los enfermeros y a ellos, los exploradores. Le costaba creer que él tuviera una idea así, una idea que involucraba las estrellas y la magia, ¿es que no se daba cuenta? Trastear con lo que el universo te puede ofrecer es sinónimo de riesgo.
Pero por otra parte se lo podía creer, Idax no era alguien que se quedara de brazos cruzados, siempre tenía un plan, una idea, y siempre tenía que ponerla en marcha, sin importar que tan arriesgado o peligroso fuera. Oxygene conocía a ese hombre porque más de una vez se metieron en ciertos problemas para conseguir que esos planes se consiguieran.
Y que esa mujer estuviera enfrente...
—Ya tardaba en meterse en malditos problemas —suspiró mientras ponía su mano en los ojos, caminando hacia otro lado para mirar hacia la ventana—. ¿Segura que está encerrado ahí?
—Es mi única opción y respuesta —contestó 1941 arrepentida.
—Ya, entiendo —murmuró para luego soltar un suspiro largo—. Me imagino que querrás liberarlo, pero no puedes porque tu magia no es lo suficientemente buena.
—Y porque no quiero hacerle daño —añadió 1941 arrepentida.
—Claro, me lo imaginaba —contestó mientras la miraba de reojo, respirando profundamente para mirar a Ruby—. ¿Qué ideas tenías?
—Sabes que existen dos deidades que pueden ayudarnos.
Esa respuesta puso tenso a Oxygene.
—No, no me seas tonta, Ruby —pidió.
—El dios de las nubes es un mito que no sabemos si es cierto y encima es un planeta que nunca hemos encontrado, el planeta de los Tubulls —explicó Ruby, ignorando las palabras de su compañero—. Así que no nos queda otra que... ir a por Gamma.
—Lo que me faltaba.
Oxygene puso las manos en su cabeza, viéndose los cortes que también recibió en sus dedos, siendo vendados o curados por unas pequeñas tiritas. No le gustaba pensar que tendría que ir a ese planeta para pedirle ayuda a una diosa que no era muy bien conocida por sus acciones. Si querías algo de ella, le tenías que dar algo que le interesara.
—Son nuestras pocas opciones, Oxy —murmuró Ruby preocupada.
Aun pensando con las manos en su cabeza, suspiró pesadamente para mirar de reojo hacia ambas mujeres con un rostro serio y cansado. Quería ayudar, pensar que uno de sus compañeros de viaje estaba encerrado en esa estrella de cuatro puntas le preocupaba, pues no sabía que podría pasarle ahora mismo ahí dentro encerrado. Se dicen que las estrellas pueden dar un gran poder, volverte loco o simplemente cambiar por completo todo lo que te hacer como tal. De pensarlo, Oxygene se ponía muy nervioso, aunque no era el único.
—Bien, vale, iremos —murmuró irritado—, ya prepararé yo el intercambio justo.
—¿Y si no acepta? —preguntó Ruby.
—Pues... —Miró hacia 1941 por unos segundos, dudoso de si esa mujer realmente estaba dispuesta a darlo todo—. No nos quedará otra que luchar.
Curiosidades:
🠲Oxygene surgió al hacer un dibujo de la portada de la canción que veis arriba. Una calavera junto al planeta. Me gustó muchísimo la idea y de hecho tengo un dibujo (que no voy a enseñar aun porque son masivos spoilers) donde me siento muy orgullosa de como se ve ese personaje.
🠲Este personaje solo es mencionado por Miver en la historia de SubCódigo Alternativo, pues ellos dos se conocieron en su momento en esta historia del origen del todo.
🠲El álbum entero de Oxygène es para mi una gran inspiración sobre un viaje largo e inusual, a su vez que son canciones que me relajan mucho. La parte 4, aparte de ser una de las más conocidas por el autor, es de mis favoritas por lo bonita que puede sonar.
🠲Oxygene es un personaje MUY importante en mi historia, ya no solo por lo que ha hecho, sino por lo que es.
Y sin más, un capítulo corto en donde quería centrarme un poco en las descripciones.
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