Capitulo 1 | 2 parte

—No es posible-las palabras salieron como un susurro casi imperceptible, incluso para mi.

—¿Revi? – hablando de la princesa de Roma, es que acaso no debería ya estar en clases, o al menos camino a ellas, me gire sobre mis talones sin alejarme de la puerta para poder mirarla, Acaso también se había dormido, eso no podía ser cierto, ¿tendría que dejarla usar primero el baño? No es que antes hubieran tenido problema con ello, por lo general esta se levantaba lo suficientemente temprano como para no atrasarlo y si se quedaba dormida, lo cual en rara ocasión ocurría, a Revi no le importaba dejarla usar el baño primero, no era que realmente le importara el llegar atrasado, pero ahora, hoy, todo era distinto, mi ceño se frunció al verla aun en piyama y con los ojos somnolientos, ¿es que no sabía que hora era? Porque no estas abrumada como siempre te pones cuando no vas a la hora, joder, de seguro aun no reaccionaba, Carajo, si me quedo a esperar que reaccione debido a la situación conseguirá que la deje entrar antes de mi, pensar en eso me irrito he hizo que mi ceño se frunciera aún más, porque tengo que ser tan anciano para algunas cosas.

–No me pedirás que te deje usar el baño primero ¿no?-

Mi voz se escuchó bastante molesta para mi gusto, pero aun así no la modifique, estaba molesto, con ella, con el teléfono, con el sistema educativo, con los estúpidos horarios, con Cris y su estúpida apuesta, con todo.- porque lo siento, pero eso no va a ocurrir- su mirada se volvió sorprendida, pero antes de que tuviera oportunidad de abrir la boca y convencer a mi corazón de abuela que le diera el paso, entre en el baño sin siquiera voltearme cuando cerré.

Mientras me desvestía pude apreciar mi torso en el reflejo del gran espejo que acaparaba casi toda una pared, mujeres, aunque en el fondo no me molestaba del todo el poder tener un espejo de tal tamaño, el problema era el lugar en el que se encontraba. En ese momento mi estómago lanzo un rugido que me hizo sentir un poco de vergüenza, realmente tenía hambre, pero, esa fue mi segunda decisión al momento de meditar mi situación, Es mil veces mejor llegar con hambre a clases, que hacerlo sin haber tomado una ducha.

Para cuando salí del cuarto de baño no había rastro de Gemma en el pasillo, aunque se podía escuchar una leve melodía proveniente de su habitación, tengo que disculparme con ella luego de esto, mi paso se apresuró aún más estaba comenzando a estresarme por la hora otra vez, si bien mi ducha no había durado más allá de 10 minutos, el no saber con cuanto tiempo real contaba no me estaba ayudando en lo absoluto. Mi mano giro el pomo de la entrada a mi habitación y mientras me dirigía a tomar mi mochila que se encontraba sobre la silla del escritorio, busque con la mirada una vez más mi teléfono, y una vez mas no pude encontrarlo, supongo que en el fondo sabía que no sería tan sencillo hallarlo, así que nuevamente dirigí mi atención a la mochila que ya se encontraba a mi alcance, tome uno de los cuadernos del semestre pasado que se encontraban en el escritorio en lo que se suponía era una pila ordenada de cuadernos, pero vamos, que todos ya saben que el orden no es lo mío.

Luego de mi parada exprés a mi habitación me dispuse a bajar las escaleras, para cuando ya tenía un pie sobre el primer escalón sentí la puerta del final del pasillo cerrarse, ¿es que tiene tiempo para ducharse?, bueno después de todo Gemma está en la universidad así que no tiene un horario definido, o una real obligación de llegar a la hora, en fin creo que solo iré a por una manzana antes de irme, después de todo llegar con hambre a clases tampoco parecía una muy buena elección.

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