Epílogo

Seis meses después

Alejandra Cooper

Superar las heridas que Connor, Tomás y Emma dejaron en nosotros fue un proceso arduo. Durante esos meses, los cuatro tuvimos que asistir a terapia. Fueron tiempos difíciles, llenos de lágrimas y sentimientos encontrados, pero sobre todo, de superación. Nos esforzamos al máximo por seguir adelante.

Uno de los momentos más difíciles fue el juicio relacionado con Masón y Emma. La situación se complicó porque el juez parecía dudar de la veracidad del testimonio de Emma, argumentando que el abuso sexual en hombres era "algo poco común". Sin embargo, gracias a las pruebas presentadas, Masón logró ganar el juicio, y Emma y su padre fueron condenados a unos años de prisión.

En cuanto a Luka y a mí, nuestra relación se fortaleció. Cuando nos sentimos listos, fuimos juntos a una discoteca, tal como habíamos prometido. La pasamos increíble; fuimos los cuatro juntos, y recuerdo que me pasé de copas y probablemente me besé con Masón. Mis recuerdos de esa noche son vagos, pero supongo que fue una de esas cosas que pasan cuando estás disfrutando. Por cierto, la predicción que hice sobre algo ocurriendo entre mi mejor amigo y Christian se cumplió; comenzaron una relación hace un mes. Se ven tan felices juntos, como si el hecho de que se hayan conocido por medio de un "te odio, eres un idiota" hubiera sido perfecto. Me alegra verlos tan contentos después de todo lo que hemos pasado.

En cuanto a mí, me siento mejor que nunca. Ir al psicólogo resultó ser una decisión muy acertada. Me ayudó a recuperar mi amor propio sin necesidad de ningún hechizo. Mi relación con mis padres mejoró significativamente después de que les hablé sobre cómo me sentía acerca de su ausencia. También les conté parte de lo que pasé, y al final, se disculparon y se comprometieron a mejorar nuestra relación. De hecho, los veo más a menudo ahora. Y con Masón, nos hemos apoyado mutuamente y nos hemos dado la oportunidad de empezar de nuevo. De hecho, tengo una cita con él esta noche, y estoy muy emocionada por ello.

Es increíble cómo puede cambiar tu vida en unos meses. Recuerdo cuando tenía esa libreta en mis manos y comencé a escribir sobre mi chico perfecto, quien no resultó ser perfecto en absoluto. Pero eso no resta mérito a lo que me ayudó a descubrir. Así que sí, yo, Alejandra Cooper, agradezco la experiencia con Connor Stone por mostrarme de lo que realmente soy capaz.

—Alejandra, ya está aquí Masón —grita mi mamá desde la planta baja de la casa.

—Voy enseguida —le respondo.

Bajo lentamente la escalera, dándole un toque dramático al momento, como en las series de televisión, en el que la protagonista baja despacio para mostrar lo hermosa que está. Es un cliché, sí, pero uno que no deja de ser agradable.

—Te ves hermosa, Ale —dice mi mamá.

—Mi princesa, estás preciosa —comenta mi papá.

—Concuerdo con tus padres, definitivamente estás muy bonita, Ale —añade Masón con una gran sonrisa.

—Muchas gracias a todos —les digo sonriendo.

—¿Nos vamos? —me pregunta Masón.

—Vamos.

Dicho esto, salimos, no sin antes despedirnos de mis padres.

—Te quiero de vuelta a las nueve —dice mi mamá.

—Cariño, deja que se diviertan —interviene mi papá—. Vuelvan cuando les plazca, pero sin abusar.

—Los amo a ambos.

—Y nosotros a ti.

Masón y yo nos subimos a su auto. Cabe mencionar que su padre encontró un mejor trabajo, lo que le permitió comprar un coche nuevo. Recuerdo la felicidad en el rostro de Masón cuando recibió el auto.

—¿A dónde iremos? —le pregunto con una sonrisa.

—A donde el viento nos lleve, mi querida Alejandra —me responde con una sonrisa.

—Entonces, vamos con el viento.

Y así, llegamos al final. Soy Alejandra Cooper, y esta es la historia de cómo obtuve una libreta mágica y escribí sobre un chico que no era perfecto. Sin embargo, gracias a él, descubrí la verdad y me di la oportunidad de volver con mi verdadero chico perfecto. Muchas gracias a ti, lector o lectora, por leer mi historia. Espero que hayas disfrutado de Escribiendo a mi chico perfecto.

FIN