LUKA.

Era demasiado bueno para ser real. Sinceramente, había una parte dentro de mí que no quería que fuera mentira, que en realidad esos chicos hubieran llegado a nuestras vidas por pura casualidad y no por una libreta que nos roba mitad de nuestra vida hasta que cumplan su supuesta misión, por increíble que parezca. Pero es la verdad.

Lo que realmente me preocupa es Ale, porque puedo verlo en sus ojos: brillan solo con mirar a Connor en clase.

Tengo que hacer algo antes de que se encariñe con él.

Si llegara a apegarse a él, la cosa podría volverse peor de lo que ya es. Debo contarle esto, ahora mismo, por lo que me dirijo a su casa. Pero en el camino, una notificación llama mi atención. Al verla, quedo paralizado. Es... una publicación en el "Chisme Exprés", también conocido como el noticiero del Instituto Ángeles, y hay una imagen adjunta con la siguiente línea:

"Masón superado, una apariencia más que decente y lo que parece ser un nuevo interés amoroso. Vaya, vaya, nuestra querida Alejandra Cooper acaba de dar un giro de 180° de un momento a otro. ¿Qué opinas de esto?"

Abro rápidamente las imágenes y mis ojos se abren como platos. Son todas de ella junto a Connor, luciendo increíble. En una de estas, se están besando... ¡Carajo! Apago rápidamente mi celular y corro hacia el parque de las Flores. ¿Cómo sé que están allá? Bueno, no olviden que ahí conocí a cierto heladero con quien no he hablado debido a sus clases pesadas.

En el camino, solo pido con fuerza que las fotos hayan sido sacadas de contexto o, incluso, que sean falsas. Conozco bien a Ale, y no soportaría romper su ilusión. Aún recuerdo las cosas que pasamos, lo mucho que lloramos juntos, esas noches que tuve que motivarla a volver a comer, a bañarse. No pasarás por eso otra vez, Ale, no lo permitiré.

ALEJANDRA.

Sus suaves labios se despegaron de los míos y el sonrojo se apoderó de mi rostro. Tanto tiempo sin besar... ¿Acaso lo hice bien? ¿Mi aliento era fresco? Tantas dudas, pocas respuestas, y lo único en lo que podía pensar era en que debí haber comido una menta antes de venir.

Intenté bajar la mirada, pero él sostuvo mi rostro y con su pulgar acarició suavemente mis labios. Con una linda sonrisa me dijo:

—¿Te han dicho que tienes unos labios increíbles?

Negué suavemente con la cabeza.

—Vaya, eso me convierte en el primero —me guiñó un ojo.

—Su-supongo que sí —dije nerviosa.

—Eres tan lin...

Puse mi mano en su boca.

—Connor, si vuelves a decirme otro cumplido, creo que voy a morir de sobredosis de nervios y sonrojos.

—Lo siento —dijo cabizbajo.

—Tranquilo, solo sigamos leyendo. Necesito saber qué pasa con Meghan —le dije sonriendo.

—Me parece bien —dijo, para luego pasarme el libro y, de repente, acostarse en mis piernas.

—Oye, van a pensar que somos novios.

Connor me miró extrañado.

—Nos acabamos de besar en medio de un parque. Esto es nada comparado con eso —dijo con simpleza.

—Sí, pero ahí tenía los ojos cerrados.

—Bien, ya me levanto —dijo con una expresión de tristeza.

—Quédate, tonto. Al fin y al cabo, no estamos haciendo nada malo.

Al escuchar esto, la tristeza se esfumó de su rostro en menos de un segundo y yo no pude evitar sentir algo de ternura. Empecé a leer cada párrafo. Ahora que lo recuerdo, no les he hablado de la trama: trata de una chica venezolana que sueña con ser bailarina profesional y para ello tiene que recorrer un largo camino lleno de cosas inesperadas, como conocer el amor, y todo esto ocurre a través del baile.

—Meghan estaba estática. Lo que había estado esperando semanas finalmente había llegado, pero tenía miedo de ver lo que había en ese correo, pues lo que allí dijese afectaría su futuro drásticamente. Le tomó varios minutos, pero finalmente lo abrió, y lo que decía era...

—¡ALEJANDRAAAA! —el grito de Luka interrumpió mi lectura repentinamente y Connor se levantó.

—Luka, ¿qué ocurre? ¿Por qué gritas así?

Lo analizo con la mirada; se ve cansado, como si hubiera corrido un maratón, su pecho subía y bajaba.

—Tenemos que hablar —dijo finalmente.

—Connor, ¿me disculpas un momento?

—Sí, tranquila, no te preocupes —dijo sonriente. Pude notar que en su rostro también había algo de confusión.

Tomé la mano de Luka y lo llevé a un sitio algo apartado.

—¿Se puede saber por qué estás tan agitado y, por si fuera poco, llegas gritando como un loco?

Luka no me dijo nada, solo me miró a los ojos y me escaneó con la mirada.

—Las fotos eran reales —dijo en un susurro, y una pizca de emoción iluminó su rostro—. Alejandra, te ves hermosa, por Dios, mírate —sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas y con un rápido movimiento me abrazó fuertemente—. Estoy sintiendo tanto orgullo y felicidad en este momento.

Escuchar todo eso fue suficiente para que yo también llorara. Ambos pasamos por tanto, y ya todo estaba quedando atrás. Yo estaba cambiando después de tanto.

—Te amo, Luka, gracias por haber estado siempre ahí para mí, por haberme apoyado y ayudado a seguir adelante.

—También te amo, Ale. Eres una chica muy fuerte y valiente, te admiro, Cooper.

Ambos nos abrazamos por un rato más, hasta que recordé que dejé a Connor solo.

—Debo volver, Connor debe estarme esperando.

—Cierto, lamento haber interrumpido —dijo algo apenado—. Por cierto, vi fotos en el "Chisme Exprés" donde sales besándote con él. ¿Ya habían hablado? Y más importante, ¿te gusta él?

—Sí, tenemos días hablando. Tenemos muchísimo en común, como los libros y la música que escuchamos. Y en cuanto a lo otro, siento que sí, es complicado de explicar. Solo sé que hacía mucho que no me sentía así por alguien.

Noté algo raro en la expresión de Luka. Estaba preocupado, pero esto desapareció en segundos.

—Creo que deberías ir. No hagas esperar más al pobre.

—Hablamos luego, Luka —besé su mejilla para luego retirarme, pero antes de que eso pasara, escuché la campana del carro de los helados.

—¿André? —dijo Luka.

—Luka, cuánto tiempo. Lamento estar tan desaparecido, culpemos a las clases de cálculo y química —noté que desvió su mirada hacia mí—. Tú debes ser Alejandra, un gusto conocerte después de tanto. Soy André —me extendió la mano.

—También es un gusto —estreché su mano—. Luka me ha hablado mucho sobre ti.

—Espero que hayan sido únicamente cosas buenas —me dedicó una sonrisa—. Bueno, supongo que tengo que dejarlos, o mi jefe me matará si ve que no estoy trabajando —se rascó la nuca—. Por cierto, habrá una fiesta este fin de semana. Vendrán personas de mi instituto y del suyo. Sería una gran oportunidad para conocernos mejor.

—Suena un buen plan —dijo Luka—, pero como te dije, a Ale no le gusta salir mucho.

—Luka tiene razón —afirmé—, pero, ¿saben qué? Pienso que es hora de cambiar eso. Allí estaremos —le dije a André.

—Excelente, entonces nos vemos el sábado a las 09:00 PM. No falten.

Dijo esto y luego se fue. Luka dirigió su mirada hacia mí y su expresión decía claramente: "¿Quién eres y qué hiciste con mi Alejandra?"

—¿Debo tener miedo o estar feliz por esta nueva Ale?

Sonreí ampliamente.

—No hay ninguna Ale nueva, solo soy yo misma, despertando de la tristeza y dejando lo que fue en el pasado. Ahora solo quiero salir de compras y pasarla bien.

—En serio, estoy tan orgulloso. Hablamos luego, que hay alguien esperándote. Mañana será nuestro día de compras.

—Adiós, Luka. Te quiero.

Luego de despedirnos, volví con Connor y continuamos lo que estábamos haciendo hasta que cayó la noche y ambos tuvimos que regresar a nuestras casas. Él me acompañó hasta la mía y me despedí con un beso en la mejilla. Al llegar, noté que mis padres aún no habían llegado.

—Gracias por este gran día, Connor.

—A ti por venir, Ale.

Ambos nos despedimos con un abrazo y luego yo procedí a entrar a la casa y tumbarme en mi cama. Definitivamente fue un día lleno de muchas emociones.