✨ CAPÍTULO DIEZ ✨
ALEJANDRA.
El sábado era mi día de lectura, un día para estar en casa, con un libro en las manos y olvidarme del mundo. Sin embargo, después de mucho tiempo, hoy rompí esa rutina. Estoy en la ducha, cantando a todo pulmón canciones de Ariana Grande. No llego a las notas, pero lo intento. Y se preguntarán, ¿Ale, para qué te arreglas tanto? Bueno, primero porque soy una chica higiénica, y segundo, porque hoy es día de compras.
Mientras aplico un baño de crema en mi cabello y canto "Side to Side" moviéndome al ritmo de la canción, escucho una notificación en mi móvil. Con cuidado, trato de tomarlo sin mojarlo. Es un mensaje de Luka.
The Lukis: Alejandra, ¿piensas pasar toda la vida en el baño?
Yo: Te lo advertí, dije que iba a tardar un poco. O sea, ¡puedes creer que pasé mucho tiempo sin usar acondicionador ni crema capilar?
The Lukis: ¿Estás segura de que no te raptaron alienígenas y te cambiaron el cerebro? Pareces otra.
Yo: Luka, tanto Netflix te está haciendo mal. Simplemente era el momento de sanar y brillar de nuevo. Siempre pensé que el amor te daba brillo, pero también puede quitártelo. Ahora sé que el brillo lo pone uno mismo cuando decide quitarle poder a ese amor pasado, cuando decides centrarte en ti y quererte como nunca antes. Sí, el amor puede darte brillo, pero también puedes brillar con tu propia luz sin necesidad de un amor de por medio.
The Lukis: En serio, no tengo palabras para expresar el orgullo que siento por ti. No importa la explicación, estoy feliz de que Alejandra Cooper haya decidido brillar de nuevo.
Yo: Te amo, Lukita. Eres el mejor amigo que la vida pudo regalarme. Pensar que hace un tiempo casi te arranco los dedos con mi puerta.
The Lukis: Yo también te amo, espantapájaros. Y sí, cómo olvidar cuando casi pierdo una mano por ayudar a una extraña.
Yo: Me amas.
The Lukis: ¿Tengo otra opción? En fin, Alejandra, termina rápido de bañarte, por favor, que ya estoy considerando irme solo al centro comercial.
Yo: Tranquilo, ya estoy por salir.
Una vez enviado el último mensaje, dejo el teléfono en el lavamanos y enjuago mi cabello. Luego tomo una toalla, seco mi cuerpo y envuelvo mi cabello en otra toalla. Salgo del baño y voy directo a mi cuarto. Mi armario está lleno de ropa, pero ya no forma parte del estilo que quiero tener ahora. Quiero algo nuevo, algo que diga: "Oye, bitch, sobreviví a las pruebas de la vida y ahora volví más fuerte que nunca". Después de mucho pensar (unos veinte minutos), elijo un suéter colorido, un pantalón blanco y unos zapatos del mismo color. Tomo una de mis carteras y salgo rápidamente del cuarto a la sala, donde Luka está acostado en el sofá escribiendo en su teléfono.
—Estoy lista —anuncio—. ¿Con quién hablas?
—Con un amigo —responde, guardando el teléfono en su bolsillo. Qué raro, siempre me habla de sus nuevas conquistas o intereses. ¿Me ocultas algo, Luka?— En fin, ya era hora de que estuvieras lista. Ya me creció la barba de tanto esperarte.
—Te lo dije. En fin, creo que deberíamos irnos ya.
—¿Para qué? Si el centro comercial ya debe estar cerrado.
—Supéralo, Luka —digo saliendo de la casa.
—Tengo más bromas al respecto y te las voy a contar en el camino.
—Prefiero irme caminando —digo, molesta.
—Bien —responde, subiendo rápidamente al auto, encendiéndolo y arrancando velozmente, dejándome plantada como una tonta.
Volverá... Espero.
Los segundos se vuelven minutos y Luka no aparece. Me dejó abandonada frente a mi casa por no escuchar sus bromas sobre mi tardanza. Definitivamente, esto es muy Luka, pero juro que solo bromeaba. Sus chistes son molestos, pero muy en el fondo me hacen reír. Supongo que no volverá... O espera, ¡qué tonta! Olvidé que tengo teléfono. ¿Qué me pasa?
Tomo mi celular y lo llamo. Repica tres veces hasta que...
—Red flag —escucho tras la otra línea.
—¿Red flag?
—Que no escuchen tus bromas sobre tu tardanza, eso es muy red flag de tu parte.
—Luka, solo estaba jugando contigo.
—Eso dices ahora.
—Luka Hamilton, deja el drama, por favor.
—Ño —dice con voz de bebé, suena tan lindo.
—Sí, Lukita, por favor, no me dejes aquí.
—Di que soy divertido y que te hago reír mucho.
—¿Es en serio?
—Sip.
—Luka, madura.
—¿Sabes que puedo colgar y dejarte caminando, Alejandra?
Pongo los ojos en blanco. —Bien, eres muy gracioso, Luka, y me haces reír mucho. Listo, ahora ¿puedes venir por mí? No quiero caminar hasta el centro comercial.
No hay respuesta.
—Luka Hal...
El ruido de la bocina del auto de Luka suena detrás de mí, haciéndome sobresaltar.
—Suba, querida dama —dice Luka sonriendo.
—Idiota —digo subiendo al auto—. Te odio.
—Me adoras —responde imitando mi mensaje de la mañana.
—Sí, como sea. ¿Nos vamos?
—Abrocha tu cinturón. Nos vamos de compras.
Llegamos en menos tiempo del que tardé en la ducha. Y sí, eso lo dijo Luka. Si supiera lo difícil que es lavar y peinar el cabello largo... Como sea, lo importante es que ya llegamos y estoy emocionada por las compras. Tuve suerte de que mi mamá apoyara esto; ella piensa igual que yo: nueva Ale, nueva ropa. Además, escuchó de una familia venezolana que necesita ropa, así que donaremos mi ropa antigua a sus hijas.
Para iniciar las compras, Luka y yo nos dirigimos a una tienda llamada "Retro Chic". Como su nombre lo indica, está llena de ropa retro con toques modernos. Compramos algunas prendas y, por supuesto, modelamos un poco para elegir. Después de pagar, fuimos a otra tienda en busca de algo más moderno. No seguí un estilo específico, solo compré ropa que sentí que me quedaría bien y con la que me sentiría cómoda.
Después de unas horas, habíamos comprado bastante ropa nueva. Luka y yo estábamos agotados, así que decidimos ir a la feria del centro comercial a tomar algo para relajarnos. Luka pidió una gaseosa y yo una malteada de chocolate. Mientras tomábamos nuestras bebidas, hablamos sobre nosotros, sobre lo mucho que hemos evolucionado juntos. Este momento lo había imaginado muchas veces, pero llegó de una manera repentina. Supongo que no hay un momento exacto para intentar evolucionar. Admito que, en el fondo, quiero volver a casa, encerrarme en mi cuarto y leer hasta olvidar la triste realidad. Lo dije antes, leer es mi escape, pero no es sano. Es por eso que trato de reprimirlo, porque algo es seguro: ya no quiero volver a estar en esa cajita de cristal con miedo de que alguien me dañe de nuevo. El pasado es pasado, y ahora me muestro como una chica nueva, que se levantó de las cenizas.
Al terminar nuestras bebidas, ambos nos fuimos a nuestras casas. Luka me dejó en la mía, le di las gracias por el día de hoy, y él simplemente me dijo: "No me agradezcas nada, siempre quise salir contigo, y espero que hoy no sea la última vez". Obviamente, le aseguré que no. Ahora es que se vienen más salidas entre nosotros, y la más cercana es la fiesta de este viernes.
Al día siguiente.
Los lunes y los viernes ahora son mis días favoritos, y se preguntarán por qué. Pues, en mi colegio, los lunes y viernes no hay código de vestimenta; podemos vestirnos como queramos. Los otros días usamos uniforme. Para mi suerte, hoy es lunes, el día perfecto para mostrarme renovada y mejorada. Me levanté temprano para alistarme. Primero hice mi rutina de baño, luego me vestí con el outfit que planeé ayer en la noche: una falda negra, un suéter rojo, botas altas negras y un collar dorado. Después de vestirme, desenredé mi cabello y lo dejé suelto. Me hice un maquillaje suave, me puse mis lentes y finalmente me miré al espejo.
—Haré de este día, mi día.
Salí de mi casa y me llevé la primera sorpresa del día.
—¿Connor? ¿Qué haces aquí? —Esto me tomó por sorpresa. Él estaba frente a mi casa fumando un cigarrillo. Llevaba una chaqueta de cuero, una camiseta blanca, pantalones y zapatos negros. Se veía muy guapo, para ser sincera.
—Pasaba por aquí y pensé en recogerte —me mira de arriba abajo—. Estás muy hermosa, Alejandra. Aunque debo admitir que para mí siempre has sido hermosa —dice sonriente.
Me sonrojo ligeramente. —Muchas gracias, Connor. Tú también estás muy guapo hoy. Iría contigo, pero Luka dijo que pasaría por mí.
—Entiendo, entonces, ¿nos vemos en clase?
—Sí, ahí te...
—¡ALEJANDRAAAAAA! —escucho el grito de Luka a lo lejos. Giro y veo a Luka corriendo hacia nosotros. Su atuendo es muy lindo: una camisa de botones negra abierta con una camiseta blanca debajo, pantalones blancos y zapatos negros.
—¿Qué ocurre, Luka? ¿Por qué vienes corriendo como un loco?
—Venía a avisarte que llegaremos algo tarde hoy. Mi padre tuvo que llevar el auto al mecánico y el autobús ya nos dejó.
—¿Qué? Pensé que hoy sería un día sin retrasos —digo, algo cabizbaja.
—Tranquila, Alejandra. Connor, vuestro héroe está aquí.
Levanto la cabeza rápidamente. —¿En serio nos llevarás?
—Sí, para eso vine. Suban.
Luka lo mira de forma extraña, pero al final sube al asiento trasero del auto y yo me siento en el asiento del copiloto. El viaje es tranquilo, escuchamos música y Luka y Connor intercambian algunas palabras. No puedo evitar sonreír ante eso.
—Chicos, ya llegamos —dice Connor, y efectivamente habíamos llegado al instituto.
Connor y Luka se bajan del auto y yo empiezo a sentir nervios. Mi mente se llena de pensamientos al ver a todos esos estudiantes del instituto. Pero algo sucede: Luka abre mi puerta, me toma de la mano como siempre y me hala hacia él.
—Ya lidiaste con cosas peores y las superaste. Esto no es nada, Alejandra —susurra en mi oído, y no sé cómo, pero esas palabras me llenan de seguridad.
Así que, con determinación, tomo su mano y, junto con Connor, caminamos hacia la entrada del instituto. Todos nos miran y susurran cosas, pero yo simplemente sigo adelante con seguridad. Dije que haría de este día el mejor, porque hoy, lunes, yo, Alejandra Cooper, mandaré al diablo a todos los que me hicieron daño y mostraré mi nueva versión.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top