JENNA.

¿Han escuchado el dicho de "trabajar para vivir"?

Pues yo aplicaba el "Vivir para trabajar", ya que tenia tres empleos, que servían solo para darme un techo donde dormir, algo de comer y pagar una enorme deuda que tenia tras el fallecimiento de mi madre.

Podría decirse que con tres trabajos uno se puede volver loco pero en realidad mi organización era muy buena. En la mañana trabajaba en la cocina de una cafetería muy típica de aquí de Los Ángeles, también ayuda a meserear.

A partir de las seis de la tarde me iba a un bar de zona VIP, dónde era la bartender, el hacer cócteles se me daba espectacular, además las propinas por los clientes que me coqueteaban eran muy buenas.

Pero aún así debía tener un trabajo más, y puedo decir que el más rentable de todos. Lastima que solo me llamaban por temporadas.

Era edecán en una empresa muy famosa dedicada a esto, esta solo atendia eventos empresariales de gente poderosa, por lo tanto el nivel del personal tenia ciertos requisitos.

Lógicamente el requisito principal era tener un buen cuerpo, pero existían otros detalles. Como por ejemplo hablar mas de un idioma, entre mas idiomas hablaras, mas te pedían, tenias doble función, traductora y atender al cliente, también tenias que tener un nivel alto de educación para si algun cliente hacia una broma sofisticada pudieras reírte y contestarle al nivel, es por eso que la paga era buena. Mentes brillantes y cuerpos perfectos el paquete completo.

Pero aun así todo lo que ganaba era destinado a una gran deuda que adquirí con los años, cuando comencé la universidad, mi madre, mi única familia se enfermo de un cáncer muy agresivo, y nuestro seguro medico no cubría todos los gastos, asi que tuve que pedir préstamo tras prestamos para poder solventar los medicamentos de ella, tuve que dejar la universidad para conseguir el empleo de edecán, el que se decía mi novio en ese entonces le pareció repulsivo que trabajara en algo asi, pero no me importaba siempre y cuando mi madre tuviera lo necesario, tras un año de estar luchando con su enfermedad, el cáncer ganó, estuvo todo un mes hospitalizada y ahí mismo me dejo sola en este mundo, ahora solo me quedaba seguir trabajando para poder pagar los prestamos, además que le prometí que terminaría la universidad, pero a este paso ni en diez años terminaría de pagar.....

Habían pasado tres meses desde el fallecimiento de mi madre, yo seguía con mi misma rutina, no salía con amigos, ya que no los tenia sin mencionar que no tenia tiempo de socializar, mi departamento solo lo visitaba en las noches para dormir un poco y seguir, ese fin de semana me ofrecieron un gran evento en la compañía de edecanes

No sabía que asistir a este me cambiaría la vida por completo.

—Bien Jenna, te pagaran muy bien esto, debes mantener actitud positiva, aunque tu vestido sea solo un pedazo de tela que cubre solo lo necesario.

Era un vestido negro muy corto que sentía que si respiraba mal se me vería todo debajo de la falda, tenia descubierta la espalda y los tacones rojos sobresalían por lo alto, una mascada en el cuello para elegancia según ellos y el cabello totalmente recogido en una coleta, me veía muy pequeña al lado de las demás edecanes, mi ventaja era tener busto grande y el trasero "amasable" como decían algunos tipos, el manoseo era inevitable en eventos así, a veces no entendía como es que exigían tanta preparación, si a los tipos solo les importaba desnudarte con la mirada y tocar como pulpos tu cuerpo.

Cuando entramos a comenzar con el servicio, el humo de los puros inundaba el lugar, se escuchaban que ya estaban animados, supongo que cerraron un buen trato, la mayoría estaba hablando en inglés, y de principio no entendí muy bien el otro idioma, hasta que me acerqué a ofrecer la primera bebida.

— ¿De donde eres linda?

Aunque me costo reconocer un poco el idioma si sabia hablarlo, es uno de los mas complicados que había aprendido, el coreano.

—Nací aquí en Los Ángeles.

Sonreí mientras le servía un whisky, el me invito a sentarme aun lado, generalmente quieren que lo haga en sus piernas agradecí que no intentara tocarme

—No pareces americana.

—Soy mitad latina, mi padre era americano y mi madre mexicana.

—Ahora todo tiene mas sentido.

Hizo una seña tocándose los ojos, entendí que se refería al peculiar color miel de mis ojos

—¿Qué edad tienes?

—Descuide soy legal, tengo 21 años.

El empresario rio con gran fuerza.

—Aun así, eres muy joven, ¿Dónde aprendiste el coreano?

—En la universidad, tome clases de algunos idiomas, pero este aun no lo domino bien.

—¿Pues cuantos hablas pequeña?

—Ingles Fluido, Español Fluido, Japones avanzado, Coreano Intermedio, Muy poco mandarín y estaba comenzando con el Frances cuando deje la escuela, pero no es nada la mayoría de mis compañeras saben unos 5 idiomas con demasiada fluidez.

—Tus compañeras se ven de mucha más edad que tú.

—No mucho.

Sentí como me tomaron de la cintura y dejaron un beso en mi cuello.

—No acapares a la niña, quiero que me atienda un poco.

El aliento de ese hombre era mas de alcohol que otra cosa, pude sentir como me olía el cuello, estaba tratando de sonreír pero sentía algo de repulsión en este momento.

—Si nos permites estoy hablando con ella, espera tu turno.

El sujeto me dejo, yo seguía inmóvil pero algo asqueada, claro que no deje que se me notara en la cara

—¿Quiere algún tipo de botana?

—No, así está bien, déjalo, ¿ganas bien como edecán?

—Creo que algo, me sirve para vivir.

—¿Te interesaría ganar más?

A pesar de la pregunta, no lo dijo en un tono pervertido, otras veces me había ofrecido dinero por hacerles un oral y cosas así, pero el sujeto se escuchaba más como un negociante.

Me dio su tarjeta y me dijo que me vería en el hotel para desayunar, solo me menciono que le interesaba tenerme como escort para su compañía, pero nunca había hecho nada así, vender mi cuerpo de esa forma era algo que nunca me plantee, me dijo una suma aproximada de lo que ganaría al mes, y que podíamos llegar a un arreglo, deje la tarjeta en mi mesita de noche y la mire buen rato mientras comía un cereal.

"P.D Bang, Bit Hit entertamient"