24. Bicho malo nunca muere.

Por favor, lean la frase que se encuentra subrayada al final del capítulo, la que se encuentra detrás de un comentario que también tendríais que leer pero no os obligo, aunque es valioso, porque es información del libro :) Besos; muack

Ah, y al final del todo habrá un adelanto del siguiente capítulo :)

CAPÍTULO 24

BICHO MALO NUNCA MUERE

TORI

El pánico se apoderó de mí al ver a Bruno vivo y a esos hombres buscando a alguien en la fiesta. Podría ser yo esa persona, pero recordé lo que me dijo Aguijón Verde y mi piel se palideció. A pesar de que yo podría ser un arma poderosa para esa gentuza, su principal objetivo era matar a Alex... Y, lo siento, pero yo eso no lo iba a permitir.

Le dije a Aguijón Verde que no me acercaría mucho a Alex si los Escorpiones lo protegían, pero había dos motivos por los que ahora mismo iba a desobedecerlo e iba a ir a buscar a Alex para sacarlo de aquí. Primero, los Escorpiones no estaban aquí para protegerlo tal y como me dijeron. Y segundo, yo no di mi palabra en ningún momento. Nunca le prometí a Aguijón Verde que no me acercaría a Alex, solo se lo dejé saber. Si alguien quiere hacer un trato conmigo, primero tiene que asegurarse de que yo prometía cumplirlo. Por lo tanto, si no había ninguna promesa, yo podría hacerlo sin ningún compromiso.

A causa del temor, una pregunta no paraba de rondar por mi cabeza: «¿dónde estaba Archer en estos momentos?».

Sin embargo, pensándolo con más claridad, era mejor que lo hiciera sola. Archer podría ayudarme y protegerme de cualquier amenaza, pero ya había metido a mi hermano en este mundo y no quería entrometer a más personas. Ya no era solo por el peligro, ya que Archer sabía defenderse perfectamente —o eso creo—, sino porque era mejor que no confiara en nadie. Archer podría ser mi guardaespaldas, pero Aguijón Verde nos advirtió a mi hermano y a mí que no nos fiáramos ni de la policía. Cualquiera podría ser un aliado del proyecto Susac, ya que... ¿quién no querría formar parte de un ejército todopoderoso para dominar el mundo?

Miré hacia la dirección donde se encontraba antes mi hermano y vi que se encontraba tranquilamente hablando con Ayleen. No quería interrumpir nada, pero antes de irme en busca de Alex, tenía que avisarle para que se pusiera en alerta por si había alguna amenaza.

Ahora él estaba metido en este mundo y ya que sabíamos que él era otro de los niños con los que experimentaron, quizá fueran también a por él para que regresara al internado. No iba a permitir que le pasara nada, ni a Alex. Por eso mismo, hoy me tocaba trabajar como protectora. Me ponía ese nombre porque para ser superheroína aún quedaba mucho.

Hombres de negro a la vista.

Cuando vi que recibió el mensaje y que lo vio, guardé el móvil en el bolso y empecé a apartar a las personas que se entrometían en mi camino. Pretendía ir afuera para no estar al alcance de los ojos de esos hombres y para buscar a Alex. Él dijo que quería tomar el aire y no creo que estuviera ahí adentro.

Traspasé la puerta y mi móvil empezó a vibrar. Lo rescaté de mi bolso y descolgué rápidamente al ver que era mi hermano y para no llamar la atención de ellos con el ruido de la llamada.

—¿Qué diablos quieres decirme con ese mensaje, Victoria? —Louis me preguntó en la otra línea.

Ya no se oía el ruido de las personas alegres gritando y la música se escuchaba menos. Parece que ya no se encontraba dentro de la fiesta y afuera no lo veía, por lo que seguramente se hubiera ido al patio trasero donde yo me encontraba antes.

—He visto a los hombres de negro —le comuniqué mientras buscaba con la mirada a Alex—. Ah, y a Bruno.

—¿Bruno? Pero él...

—Está vivo —lo interrumpí.

—¿Dónde estás? —inquirió con un tono preocupado.

—Buscando a Alex —contesté mientras daba vueltas por la zona.

—¿Qué? Victoria, es peligroso —me advirtió.

—¿Peligroso? —sonó una voz más aguda y diferente a la de mi hermano, pero Louis la ignoró.

—No me digas —vacilé, ignorando también a la chica que posiblemente fuera Ayleen—. No voy a dejarlo solo.

Louis resopló en el otro lado de la línea.

—Está bien..., pero ten cuidado, por favor —murmuró, no muy convencido—. ¿Y Archer?

No me dio tiempo a responder, ya que alguien me tomó del brazo y me escondió detrás de unos muros. Esa persona me quitó el móvil de las manos y colgó la llamada. Lo miré furiosa, pero me calmé al ver delante de mis ojos a Alex, enfadado.

—¿Qué diablos hace aquí Zyon? —cuestionó cerca de mí y con el móvil aún en sus manos.

—¿Zyon? ¿Qué hace aquí? —repetí la pregunta, tontamente.

—Eso te acabo de preguntar, Watson —dijo entre dientes—. ¿Qué demonios habéis planeado hacer esta noche?

—¿Qué? Nada.

—Watson... —espetó y vi de reojo cómo sus músculos se tensaban.

—Bruno está vivo —le confesé de repente, ignorándolo.

—No me sorprende —escupió con el semblante serio—. Bicho malo nunca muere —citó, mirándome de pies a cabeza.

—Alex, voy en serio, joder —le quité de las manos mi móvil y lo guardé en el bolso, pero sin apartar la mirada de sus ojos—. Lo he visto a él y también a esos hombres.

—¿Eso quiere decir que hoy es el día en el que me vas a entregar? —cuestionó y tragó saliva.

—Si realmente trabajara para esa gentuza, a ti nunca te traicionaría de esa forma. No sería capaz de hacerlo...

Y estaba diciendo totalmente la verdad. Si mi historia de amor hubiera sido como la de Aguijón Verde, yo no hubiera sido capaz de entregar a la persona que amo a esos hombres. Aunque eso significara ser un enemigo de ellos... Prefería mil veces antes escapar con él de este mundo, que entregárselo a esa gentuza para que lo mataran y de esa forma no poder volver a verlo nunca más.

—Eso ya lo hiciste, Watson —desvió la mirada.

—Alex... —susurré, tomándolo de la barbilla para que me mirara de nuevo a los ojos.

—Watson, acaba con esto ya, por favor —me ordenó, aunque con tono suave, pues parecía afectado—. Me entregaré solo si no le haces nada a Zada, o a cualquiera de mis seres queridos.

—Yo no...

—No hace falta que sigas mintiendo... Ya lo sé todo —confesó, triste, y me quedé de piedra, ya que no sabía a qué se estaba refiriendo.

—¿Qué dices? —junté las cejas.

—Tenía esperanzas de que realmente fueras esa chica de la que me enamoré en su momento, pero... de nuevo, como siempre, acabo equivocándome y haciéndome daño a mí mismo —confesó y un nudo se formó en mi garganta.

—Alex, yo nunca...

—Joder, Watson, no sigas negándomelo. Dímelo ya. Eres una de ellos. Zada por fin me lo confirmó. Tú fuiste quien la secuestró para tenderme esa trampa... —dijo alzando la voz, interrumpiéndome.

Tuve que taparle la boca por si se enteraba alguien que estuviera cerca de nosotros. No quería que nadie escuchara nuestra conversación. Sin embargo, él me quitó de golpe la mano y me miró con mala cara.

—Lo sabía... —apretó los dientes dentro de su boca—. Eres de lo peor, Watson.

—¡Qué yo no fui! —grité en susurros y miré hacia los lados.

Lo último que quería ahora era llamar la atención de esos hombres con nuestra pelea matutina, la cual ya me cansaba.

—Claro, por eso Zada te vio más de una vez deambulando por los pasillos de ese almacén —confesó y yo fruncí el ceño, totalmente aturdida—. Incluso me dijo que alguna vez habló contigo.

Abrí la boca para decir algo, pero la cerré rápidamente. Su confesión me dejó helada por completo.

Zada me amenazó en los baños del instituto, pero pensé que me iba a dejar en paz después de mandar a la mierda a Alex. En cambio, me equivoqué. Esa chica quería que Alex me odiara con todas sus ganas por... No sé... Quizás eran celos... O porque ella no me soportaba y era una venganza por ser quien yo era.

No podría juzgarla, ya que realmente no la conocía, pero por cómo se estaba comportando, podría decir que era esa persona que quería a su chico solo para ella y que haría lo imposible para que no se lo quitara, como si fuera un maldito juguete. O, por otro lado, era "Vivian 2.0" y me odiaba tanto que lo quería lo más lejos de mí. Por ello, ella necesitaba recurrir a la técnica de la manipulación y las mentiras, como hizo Vivian.

—Tu silencio lo dice todo —volvió a hablar Alex con un hilo de decepción en su tono de voz.

—Mi silencio dice que estoy alucinando con las mentiras tan grandes que te está metiendo en la cabeza esa chica —solté sin más. No pude contenerme.

Alex soltó una carcajada y se mordió el labio mientras negaba con la cabeza.

—No sé cómo pude confiar en ti —expresó y su mirada se tornó triste.

—Alex... —susurré con la voz rota.

—No, Watson, Alex no... ¿También me negarás que hace unas noches por poco me provocas un accidente de coche? —cuestionó, acercándose aún más a mí—. Ahí ya no me puedes mentir.

Alex se encontraba tan cerca de mí que mi cabeza tocó los ladrillos del muro y tuve que levantar la mirada para mirarlo a los ojos.

—¿Qué dices? —pregunté, confusa.

—Hace unas noches te vi —comentó y yo junté las cejas, confusa—. Te encontré charlando con esos hombres. Me perseguisteis con las furgonetas, pero fallasteis. No lograsteis vuestro objetivo de capturarme o provocarme un accidente para matarme. Enhorabuena para mí podría decir.

—¿Esos hombres te encontraron? —pregunté, preocupada.

—No te hagas la tonta, Watson.

—Alex, imposible que sea yo la chica con la que te encontraste ya que yo no puedo salir de casa. Me tienen encerrada en mi habitación —le hice saber.

—Con cada mentira me decepcionas más —escupió y apretó su mandíbula.

—No es mentira —aseguré—. ¿Qué noche pasó eso?

—¿Y eso qué importa?

—Importa porque estoy cansada de que me culpes de algo que yo no hice, ¡joder! Yo no... Espera... —me callé por un momento, desviando la mirada de él, y Alex frunció el ceño—. Mi clon —recordé.

—¿Tu clon?

—Silba, silba, silba... —empecé a citar con la mirada perdida, ignorándolo—. ¿Cómo seguía la melodía? —me pregunté a mí misma y chasqueé los dedos.

—Al encantador caballero ella poseía —respondió Alex por mí.

—No, así no era —negué con la cabeza—. A la encantadora doncella ella poseía —lo corregí—. Espera, ¿tú también escuchaste esa canción?

—Sí... sonó en la radio, ¿qué pasa con eso ahora?

—Yo también la escuché, pero no en la radio —le comuniqué y él juntó sus cejas, confuso—. La estaba cantando mi clon. Es como un canto de sirena para atraerte a... la trampa.

—¿De qué diablos me estás hablando, Watson?

—La chica que tú viste hablando con esos hombres no era yo —empecé a explicar y vi que él iba a replicar, pero le puse la mano en la boca para que no me interrumpiera de nuevo—. Aunque parezca raro, tengo un clon y esa misma chica fue creada por ellos, o eso creo. Quizá también fue a ella a quien vio Zada en aquel almacén. O... aún peor... quizá fuera ella quien secuestró a Zada... —miré a la nada de nuevo.

Cada vez todo me concordaba más y tenía aún más claro que yo no fui quien secuestró a Zada —lo recordara o no—. No obstante, no sabía por qué esos hombres vieron la necesidad de crear una persona igual que yo. ¿Para utilizarla como un agente espía? Quizá. No sé.

—No sé cómo puedes tener tanta imaginación... —murmuró, separándose de mí, como si le diera asco estar cerca de mí.

—Ojalá solo fuera producto de mi imaginación, Alex —mascullé y me mordí el labio para reprimir esas lágrimas que querían abandonar mis ojos.

Nos quedamos un rato en silencio, mirándonos a los ojos, los cuales ambos los teníamos llorosos.

A pesar de todo, sabía que Alex estaba luchando consigo mismo para creerme, pero, por otra parte, no quería dejarse vencer y traicionar de esa forma a Zada. Ella era su amiga y siempre estuvo ahí para él, mientras que yo le hice trizas el corazón por culpa de la confusión del señor Gerard.

«Victoria, ¿dónde demonios estás?», la voz de Aguijón Verde sonó en mi cabeza.

Miré hacia los lados en su búsqueda y me di la vuelta para mirar detrás del muro con disimulo. Cuando lo hice, me asusté al encontrar a Louis y a Ayleen enfrente de nosotros.

—Me habías asustado, mongola —dijo Louis, mirándome.

—¿Yo? —cuestioné, señalándome con el dedo índice y abriendo un poco la boca.

Pero si fue él quien me asusto presentándose aquí de la nada.

—Me colgaste la llamada —me recriminó con el móvil alzado en el aire.

Me giré para mirar a Alex con mala cara. Él fue quien me quitó el móvil y colgó la llamada. Alex se encogió de hombros.

—¿Qué haces aquí? —lo miré primero a él y luego a Ayleen, quien estaba observando la escena con el ceño fruncido.

—No pude evitar venir a buscarte cuando supuse que esos hombres te habían secuestrado —decretó Louis con un tono entre preocupado y enfadado.

—Estoy bien, tranquilo. Ahora tenéis que esconderse —les ordené, incluso a Ayleen, quien ahora estaba en peligro solo por estar cerca de Alex y de mí.

—¿Tenéis? —cuestionó mi hermano con una ceja levantada—. Dirás tenemos.

—Tenéis —lo corregí—. Y tú —me dirigí a Alex—. Aunque no confíes en mí, vas a tener que hacerme caso si no quieres que esto acabe en un caos. Te quedarás aquí y protegerás a mi hermano y a tu amiga, ¿entendido?

—No voy a dejar a Zada ahí adentro con esos hombres, ni a Dexter —se negó Alex e hizo amago de querer entrar en la fiesta—. Tengo que ir a por ellos.

Tomé a Alex del cuello de su chaqueta vaquera y lo estrellé contra el muro, impidiéndole que hiciera cualquier tontería. No sabía de dónde había salido esa fuerza dentro de mí para poder con Alex.

—Ya me encargaré yo de traerlos aquí sanos y a salvo, ¿vale? —le hice saber.

—¿Tú? Ni de coña —quiso soltarse de mi agarre pero yo ahora tenía la suficiente fuerza como para que no se pudiera ni siquiera mover.

—¿Me podéis explicar qué demonios está pasando? —preguntó Ayleen y los tres la miramos, pero la ignoramos.

—Alex, entrar ahí adentro puede ser la muerte para ti —le recordé, mirándolo.

—Y para ti también, Victoria —intervino Louis.

Lo miré y no dije nada por unos segundos. Solté a Alex, quien se acomodó la chaqueta y suspiré.

—Esconderse, por favor —les repetí—. Ahora vuelvo.

Antes de escuchar replicar a mi hermano o a Alex, caminé a paso rápido hasta la puerta de la entrada de la fiesta y me adentré en la nave. La música volvió a instalarse en mis oídos y las luces de la discoteca iluminaban poco la zona. Busqué con la mirada a Zada y a Dexter, pero había demasiadas cabezas y apenas podía ver las caras de las personas.

Mientras me metía entre la gente, también buscaba con la mirada a Aguijón Verde. Alex me dijo antes que vio a Zyon, quien seguramente vino con Aguijón Verde. Entonces, ambos vieron también a los hombres de negro y Aguijón Verde, preocupado, quiso saber dónde estaba cuando no me encontró dentro de la fiesta. Sin embargo, no encontraba por ninguna parte a Aguijón Verde.

Aunque ahora que lo recordaba, yo también podía llamarlo. Bueno, no sabía cómo funcionaba y no podía controlar ese supuesto poder, pero por intentarlo no iba a perder nada. Simplemente tenía que pensar en Aguijón Verde y recitar las palabras en mi cabeza.

«Fiesta. Afueras de la ciudad. Hombres de negro. Bruno. ¿Dónde estás, Ag?», le envié ese mensaje a Aguijón Verde. Solo esperaba que lo recibiera, ya que aún no sabía controlar este poder, ni siquiera si realmente lo tenía activado.

Seguí buscando a Zada y a Dexter mientras apartaba a las personas de mi camino. Había tanta gente que costaba caminar. Un chico que estaba bailando bastante animado, como si estuviera en un festival, me empujó sin querer y choqué con una persona. El chico de cabello castaño se giró y al ver su cara, me quedé congelada en el sitio.

—Oh... Victoria, me alegro mucho de volver a verte —manifestó Bruno y esbozó una de sus típicas sonrisas, la cual ya no me enamoraba, sino que me acojonaba.

Di unos pasos hacia atrás para huir de él, pero Bruno me tomó de la muñeca y me retuvo cerca de su cuerpo.

—No, no, no, tú no te vas a ninguna parte —susurró cerca de mi oído, dándome escalofríos—. Tú y yo tenemos asuntos que resolver, bonita.

Bruno colocó mi mechón rebelde detrás de mi oreja. Hice un movimiento brusco para apartar sus sucias manos de mi piel.

—Agr, tan fiera como siempre —enseñó los dientes como si fuera un león pero a la vez sonreía—. Por eso siempre me encantaste.

—Tú a mí me dabas asco —escupí con rabia e intenté zafarme de su agarre.

—No decías lo mismo cuando gemías mi nombre —me volvió a agarrar y apretó sus manos en mi muñeca para demostrarme que él podía conmigo.

Alguien apartó a Bruno de mí con un empujón. Giré la cabeza para identificar a esa persona. Christian se mostraba a mi lado furioso.

—¿Qué decías, Brunito? —cuestionó Christian.

—Christian Moore, ¿en serio quieres pelea? —vaciló Bruno, acercándose a él.

—Desde el primer día quise partirte esa estúpida sonrisa —manifestó Christian con rabia.

—Sabía que estabas enamorado de mí —Bruno rio, haciéndolo enfadar aún más.

Christian elevó su puño y se lo estrelló en la cara, alertando a las personas que estaban bailando en la pista.

—De tu culo estaba enamorado —dijo Christian y le propinó otro puñetazo en la cara.

Bruno alzó su mano para limpiarse la sangre que salía por su boca y volvió a sonreír. Se acercó a Christian y ambos empezaron una pelea. Quería detenerlos para que Christian no se metiera en ningún lío y para que no le pasara nada. Bruno venía con los hombres de negro y Christian, por mucha fuerza y carácter que tuviera, no iba a poder con ellos. Sin embargo, yo no podía hacer ya nada, ya que intervinieron otros chicos para separarlos y si me metía en la pelea para alejar a Christian de ahí, podría acabar bastante mal.

Algunas personas huían de la fiesta mientras que otros se unían a la pelea, formándose un increíble escándalo.

Miré hacia la derecha y vi a Zada hablando con dos hombres de negro en una esquina. Mis alertas se encendieron dentro de mí al verla en peligro. Corrí hasta ellos y me puse delante de Zada, evitando de esa manera que ellos pudieran hacerle daño.

—Zada, corre —le ordené con la mirada clavada en esos hombres, quienes sonrieron al verme—. ¡Zada! —grité cuando me di cuenta de que ella no movió ningún pie.

Me giré y ella me estaba mirando con el ceño fruncido.

Entonces, uno de esos hombres me rodeó con sus brazos y me retuvo contra su pecho. Hice resistencia para poder escaparme de él pero me tenía bien sujetada. El otro hombre se acercó a mí con una jeringuilla en sus manos y tenía intención de inyectármela en el brazo. Seguramente era un calmante para dormirme.

En cambio, Aguijón Verde apareció en ese mismo instante detrás de él y lo tomó del cabello para estamparlo contra la pared, dejándolo inconsciente. El hombre que me sujetaba me soltó y se enfrentó a Aguijón Verde, quien con una sola mirada lo revoleó por los aires —utilizando la telequinesis— e hizo que se estrellara también contra la pared.

El individuo de la jeringuilla se levantó del suelo y se la clavó en el brazo a Aguijón Verde, quien lo miró con rabia y se quitó la jeringuilla del brazo, la cual no le hizo ningún efecto. Aguijón Verde se acercó a él lentamente y le hizo una técnica de judo. Tomó con la mano izquierda la manga derecha del individuo y con fuerza dio la vuelta a su contrincante, colocando la mano de este en la espalda y estrellándolo de nuevo contra la pared para noquearlo.

—¡Victoria, vete de aquí ya! —me ordenó a voces Aguijón Verde.

El otro hombre reaccionó y ahora iba a por Aguijón Verde. Sin embargo, Zyon llegó justo en ese momento para ayudarlo. Entonces, le hice caso y corrí en busca de Zada, quien había huido.

Vi a Daryl de lejos con una chica algo más mayor que nosotros observando con temor las peleas de la fiesta y me acerqué a ellos con paso rápido.

—¿Sabes dónde está Zada? —le pregunté a Daryl.

—La vi antes saliendo de la fiesta.

Giré la cabeza a la puerta de la salida y corrí hacia ella. La abrí y me acerqué al grupo que ordené antes que se escondieran, quienes no me hicieron caso. Ahora se encontraban entre ellos Dexter y un chico de cabello largo y negro, pero no estaba por ninguna parte Zada, ni... Alex.

—¿Dónde está Alex? ¿Y Zada? —les pregunté—. ¿Y por qué no estáis escondidos?

—Alex fue a buscarte —Louis me respondió a la primera pregunta—. No pude detenerlo.

—Cabezota... —murmuré para mí misma.

—Y respecto Zada, aquí no ha llegado —volvió a hablar Louis.

Iba a volver adentro para buscarlos, pero la respuesta de Dexter hizo que no moviera los pies del sitio:

—Antes vi a Alex hablando contigo —me comunicó y yo junté las cejas— y seguidamente salió corriendo de la fiesta. ¿No te acuerdas?

—¿Qué? Conmigo no ha hablado ahí adentro en ningún momento.

—Pues eras tú —insistió Dexter—. A no ser que fuera una chica bastante parecida a ti y me haya confundido.

«Mi clon...», pensé.

—¿Me puedes explicar qué diablos está pasando? Porque tu hermano no quiere decírmelo y estoy desesperada —me atosigó Ayleen.

La ignoré por completo, puesto que tenía la mente en otro lado. Mi respiración se aceleró aún más al notar que Alex podría estar en peligro. No sabía dónde estaba ni él ni Zada y me estaba poniendo bastante nerviosa. Sentía que toda la responsabilidad caía sobre mí y que no estuvieran todos aquí a salvo me ponía mala.

Algo se encendió dentro de mi cabeza y unas imágenes se proyectaron en ella. Primero apareció el hermano de Alex. Luego, esos hombres de negro, un almacén, un bosque... Y por último, un barranco. Esas escenas me dieron escalofríos, ya que me estaban dando a entender que Daniel podría haber sido secuestrado por esos hombres para tenderle otra trampa a Alex y capturarlo más fácilmente.

La piel se me palideció en ese mismo instante y salí corriendo en busca de Alex. Los gritos de Louis llamándome resonaban por el lugar, pero no podía detenerme ahora y perder el tiempo explicándole que iba a ir a un lugar peligroso para salvar a Alex.

Mis alertas se encendieron nada más pesar que Alex podría estar en riesgos y no podía evitar echarme las culpas, pues si yo hubiera estado seguramente él no hubiera hablado con mi clon. Ella quizá le comunicó que tenían retenido a Daniel y para Alex ese niño era muy importante. Puede ser una estrategia para atraparlo y que realmente no hubiera secuestrado a Daniel. Sin embargo, las imágenes que se proyectaron en mi cabeza me decían que realmente tenían a Daniel y si eso era verdad, esas personas no tenían corazón.

No tenía la protección de Aguijón Verde ni la de Zyon y seguramente esta vez ellos no podrán estar presentes para salvarme, como el día de la explosión. No obstante, no podía permitir perder más tiempo para esperarlos. Alex necesitaba mi ayuda y yo iba a ir a salvarlo.

Estaba corriendo por la calle mirando cada nave de las afueras de la ciudad para encontrar aquella que se mostró en mi cabeza. Mas una nueva imagen, que esta vez era más bien una escena en movimiento, surgió en mi cabeza. Era Alex y estaba corriendo por un bosque. Unos ladridos retumbaron en mis oídos. Alex estaba escapando de unos perros que lo perseguían. Seguramente esos hombres los hubieran mandado para que lo capturasen. Cada pisoteada de Alex resonada en mi cabeza como si fuera eco, hasta que dejaron de sonar. Pude ver en mi mente como Alex se resbalaba y caía por un barranco.

Abrí fuertemente los ojos y empecé a buscar una nave que tuviera a su alrededor o cerca un bosque. Corrí por la zona, preocupada por Alex.

«Como le haya pasado algo...», sollocé en mi interior.

----Información importante a continuación-----

¡Holaaaaa! ¿Qué tal? Yo bien, menos cuando me entero de que Alex está en peligro y quizá pase algo malo :) Okno JAJAJAJA no doy spolier. 

Tengo una mala noticia. Esto ya esta acabando... 

*Nezla se va a llorar a un rincón*

 Pero... 

*Nezla se limpia las lágrimas y grita de a emoción*

Solo se ha terminado la primera parte del segundo libro de la Saga, porque sí, la historia esta vez estará dividida en dos volúmenes. Esta primera parte se denomina: Uvarovita. Y... como es obvio, viene una segunda parte, titulada... La verdad. Esto de dividir el libro en dos partes se me acaba de ocurrir ahora y quizá los nombres sean cambiado. 

¿Por qué he decidido dividir el libro? En verdad es por dar emoción y tensión jaja. Tan solo quedan dos capítulos de esta primera parte y habrá un parón en la historia, ya que tengo la época de exámenes a tope y hasta julio no podré publicar. En julio, aún no sé la fecha, será publicada la segunda parte en este mismo libro.

En la segunda parte habrá muchísimo drama... Solo puedo decir que escribí un capítulo con música triste (para darle emoción y realismo a mi cabeza) y lloré escribiendo la escena.

Yo soy una persona muy sensible y con los libros lloro con facilidad en las escenas tristes, ¿y ustedes? Si es así, lo siento por vosotros.

Solo he de decir que preparar pañuelos y pistolas, porque a partir de la segunda parte la tensión perdurará y cada capítulo tendrá un matiz importante.

Ahora... ¿Tenéis dudas sobre algo?

-¿Le pasará algo a Alex? ¿Y a Daniel?

-¿Tenéis alguna teoría armada en vuestra cabeza?

-¿Estáis preparado para lo que viene en segunda parte?

-¿La clon de Tori dará muchos problemas?

-¿Victoria y Alex estarán bien en algún momento?

-¿Qué pretenden los del Proyecto Susac?

Os leo :)

¡Hasta la próxima!

Atte: vuestra Nezla, gracias por todo <3

<Adelanto siguientes dos capítulos>

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