Capítulo 25 (Esta noche voy a verte)


Miraba con con fastidio esa escena, quería salir de su auto para hacerle frente a esa situación que comenzaba a incomodarlo.
En su vida jamás había experimentado esa sensación de molestia, hasta ahora.

Si bien tenía que controlarse, el simple hecho de ver a Camus en sus brazos despertaba las ganas de querer bajar y quitárselo de encima.

Estuvo por hacerlo cuando las palabras de su amiga Fluorite resonaban en su cabeza "Te atrae ó realmente lo amas" Era un hecho que si, lo aceptaba; se había enamorado de él.

Las dudas comenzaban a invadir aún más sus pensamientos, si bajaba y le quitaba a Milo de encima, había dos opciones, una de ellas era que Camus agradezca haberlo salvado de esa situación ganándose aún más el desprecio de Milo y la segunda era que terminara viéndose como un idiota cuando no sabe realmente si Camus le corresponde.
Era un tema muy complicado, es por ello que tenía que saber si su belleza escarlata también lo ama ó solo se dejan llevar por sus más profundos deseos... Un amor de un rato.

No tuvo opción más que seguir manejando después de que el semáforo marcó el  color verde.
Nuevamente colocó sus manos en el volante para poder avanzar, antes de irse dirigió su mirada a ese par pero lo que observó fue muy desagradable.
Camus correspondía aquel beso que se volvía más profundo cuando su belleza escarlata colocó sus brazos en el cuello de su pareja.

Aún más molesto siguió manejando, definitivamente hoy no era su día.


Tenía que conformarse con aquellos besos que le daba su pareja. En el fondo imaginaba que se trataba de Degel.

Simplemente se le había hecho fácil dejarlo todo a la imaginación, eso no estaba bien y de eso era consiente, estar con alguien más y pensando en otra persona.
Ahora que lo pensaba... ¿Aún lo amaba?

Se había enamorado de Milo por qué desde un principio se había portado a la altura con él, romántico y caballeroso, capaz de dar todo por el amor que le profesaba.

Pero no entendía porqué conforme pasaba el tiempo aquella persona cálida y de buenos sentimientos había cambiado a tal grado de querer controlarlo totalemente en su vida, inclusive en sus entregas pasionales.

Cuando conoció a Degel aquella ocasión quien iba tomado de la mano con Kardia, no pudo evitar perderse en aquello iris de tonalidad violeta, fascinantes con el reflejo de la luz y aquella expresión seria y firme como él.
Dos desconocidos que solamente cruzaron unas cuantas palabras pero el contacto que lo hizo estremecer fue cuando los dos estrecharon las manos al despedirse.
Sintió una corriente recorrer su cuerpo desde los pies a la cabeza.

Tenía que pensar muy bien las cosas como se lo había dicho Mu, no puede estar jugando con los sentimientos de los dos.
Aún guardaba parte de ese sentimiento por Milo como recuerdo de aquella persona que fue con él desde un principio, pero también comenzaba a necesitar a Degel porqué le ha brindado toda su total atención y confianza.

Ambos rompían lentamente aquel beso, al abrir lentamente los párpados estaba en su realidad, a quien besaba era nada menos que Milo.

— Lo siento Milo, tengo que regresar a casa —   Después de decir esto se soltó de los brazos de su parej, tomó su mochila que descansaba en el suelo y salió corriendo dejando solo a su pareja.

— ¡Camus espera...! — Comenzó a seguirle los pasos, sin embargo ahora lo perdía de vista poco a poco entre la multitud de las personas que pasaba a lado de él, pero se dio cuenta que Camus tiró un pequeño papel que se había salido de su pantalón.

Dejó de seguirle los pasos y se agachó para tomarlo. Estaba perfectamente doblado, comenzó abrirlo lentamente para ver de que se trataba.

Si necesitas ponerte en contacto conmigo mándame un correo, ya lo tienes...
Intentaré contestarte lo más pronto, mensajes o llamadas solo si hay alguna emergencia.
No quiero que nos involucremos en problemas con los demás y sobre todo lo hago porqué no me perdonaría si algo malo te fuera a pasar...

— ¿Qué?... ¡Camus! — Apretó molesto aquel papel mirando con enojo aquella dirección que había tomado su pareja — ¡Qué carajos estás haciendo!

Estaba por tomar el camino que lo llevaría a la casa de Camus para que le explicara de que se trataba aquel papel, pero después trató de tranquilizarse y de pensar mejor las cosas.

No, no puedo llegar así... Tengo que saber primero que estupidez está haciendo.

Guardó ese papel arrugado en su bolsillo y tomó su camino para llegar a su casa, necesitaba idear cómo le haría para averiguar aquello que esconde Camus.


Miraba a través de la ventana mientras bebía otra copa de vino.
Esperó a que su celular sonara ó que comenzara a vibrar anunciando un mensaje de Camus pero no fue así.
Tenía la esperanza de que se comunicara con él y que le dijera realmente lo que pasaba.

— Seguramente debe de estar muy ocupado con Milo — Susurró con desgano, tomando todo el vino que le quedaba en su copa.

Cuando se lo terminó dirigió su mirada a la botella de vino, tenía muy poco. Molesto caminó hasta el mueble donde guardaba las botellas de bebidas alcohólicas, aún tenía algunas, después de pasar su mirada por cada una de las botellas dejó de buscar cuando se encontró una de whisky.

— Qué más da.

Tomó aquella botella que había llamado su atención, nuevamente se acercó hasta donde había dejado su copa, destapó la botella de whisky y volvió a servirse un poco más.

Cualquiera que lo viera juraría que ese no es el intachable profesor de física que se da a respetar ante todos, verlo perdido en el alcohol por algo que lo había afectado de tal manera que necesitaba borrar de su mente aquella escena que presenció.

— Y tu con él... Seguramente debe de estar disfrutando de todo lo que no pude hacer en mi ausencia.

Otro trago más le dio a su copa, ahora sentía que su cabeza comenzaba a darle vueltas. Apoyando sus manos sobre los muebles se fue a sentar al sillón.
Se sentía muy cansado, lentamente cerró sus párpados cansados después de dos semanas estar en un curso que lo terminó agotando, quería llegar y disfrutar de pasar el tiempo a lado de su belleza escarlata pero no fue así.

Se perdió en el mundo de los sueños  intentando no pensar en lo que presenció en la tarde...

No sabía cuanto tiempo se la pasó durmiendo, el sonido de su celular vibrando interrumpió su sueño.
Trató de mirar la hora de su reloj de mano, apenas y podía distinguir los números, eran las diez de la noche.
Rápidamente tomó su celular que se encontraba conectado para terminar de cargarse, esperanzado que fuera una mensaje o alguna llamada de Camus, pero solo se trataba de notificaciones sin sentido de las redes sociales.

Molesto aventó su celular lejos de él, se levantó del sillón y tomó su abrigo que tenía colgado en el perchero, seguido de las llaves de su auto.

— Llevo dos semanas sin verte, no es fácil fingir que estoy contento... Estoy cansado de no estar contigo... ¡Esta noche voy a verte!

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Buenas noches personitas bellas, como había dicho antes, dos capítulos de esta historia, y ahí les dejo a un Degel borracho 😅.
Ahora si a retomar las demás historias, les mando un gran abrazo, los quiero 💖💖💖

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