Capítulo 12 (La cena)
Cuando la clase terminó, Degel le hizo una seña a Camus para que lo esperara unos momentos antes de que se fuera.
Shaka y Mu se acercaron a Camus para avisarle que lo esperarían a la salida y así poder regresarse juntos como siempre lo hacían.
Todos los alumnos se habían salido ya, Camus se acercó con cautela al escritorio para saber que necesitaba Degel.
Aunque trataban de controlarse no podían, Degel depositó un beso en el dorso de su mano.
— Aunque quisiera no puedo evitarlo, eres irresistible Camus — Le susurró en un tono de coquetería.
Camus dirigió su mirada a los alrededores, esperando que no hubiera alguna mirada de los demás estudiantes curiosos y rápidamente se acercó para darle un beso, uno ligero donde apenas y acercaron sus labios.
— Si no puedes evitarlo, yo mucho menos Degel.
El profesor le sonrió y mientras guardaba sus papeles en la maleta hablaba con él.
— Camus, solo te quería preguntar si al rato puedes quedarte a cenar, me gustaría que te quedaras como aquella vez... Si es que puedes claro.
— Mis padres no están, así que no tengo inconveniente, te veré allá en tu casa — Respondió Camus feliz con esa oportunidad.
— Está bien, entonces nos vemos — Después de decir esto tomó su mano y besó el dorso de esta.
Ambos salieron del salón como si nada estuviera pasando, Degel tomó camino hasta el estacionamiento y Camus para la salida de la escuela, sus amigos ya lo estaban esperando.
— ¿Porqué siempre te quedas con Degel?— Cuestionó Mu con curiosidad, aquella ocasión Camus solo le dijo que están viendo lo del concurso.
— Quiere ayudarme para el concurso — Contestó tratando de verse lo más tranquilo posible.
— Serás el orgullo de la escuela Camus... Es genial la oportunidad que te dan — Respondió Shaka colocando su mano sobre la espalda de su amigo.
El joven galo aún no se sentía con la confianza de decirle sus amigos sobre la relación prohibida que llevaba con Degel, quizá por ahora no.
Los tres solo se rieron y se fueron caminando rumbo a sus casas.
Aunque a Camus se le olvidó el detalle de esperar a Milo...
Como era de esperarse, Aioria y Milo salieron con un buen reporte por andar causando disturbios.
El director desaprobó completamente sus actos y los mandó suspendidos una semana.
Los habían dejado salir media hora después de la hora de la salida normal.
Aunque Milo estaba molesto, no sabía que decirle a Kardia ante ese suceso.
— ¿Que piensas Milo? Te noto molesto — Cuestionó Aioria mirando como su amigo apretaba sus puños.
— ¡Cómo no estarlo si Degel se entromete! De no ser por él, yo no tendría un reporte y suspensión! No sé como lo tome Kardia cuando regrese de trabajar.
— Sólo dile que tu no ocasionaste el problema, solo te defendiste y Degel quizá entendió mal las cosas — Al decir esto Aioria alzó los hombros — Por fortuna solo tienes a tu hermano pero yo... No se que decirle a mi padre, seguramente va enfurecer cuando le diga.
— Ya parece... Sísifo es tranquilo contigo dudo que se moleste, además tu madre Sasha es un amor contigo Aioria — Respondió Milo mientras caminaban a la salida, sin embargo notó que Camus se había ido además de que ni un mensaje fué capaz de mandarle — ¡Camus! — Gritó.
— Milo es evidente que Camus no te esperaría, ya es tarde.
— Si, en eso tienes razón... ¡Pero mínimo me hubiera mandando un mensaje!
Milo guardó su celular molesto a su bolsillo nuevamente
— Shaka me dijo que Camus ha estado estos días un poco distraído por lo del concurso, así que debe ser por eso— Contestó el castaño con tranquilidad.
Milo hizo una mueca molesto, no le quedaba de otra pero quizá era cierto y ahora que lo pensaba, Camus no le ha platicado muy bien sobre el concurso.
Ya hablará con él, además de que no le ha mandado fotos tal y como le gustan...
La tarde llegó, Camus dejó todo listo en su casa. También le mando un mensaje a sus padres para cerciorarse que no fueran a regresar como la otra vez de imprevisto.
Esta ocasión si llevó su celular cargado por cualquier cosa que llegara a pasar.
Salió de su casa y caminó para llegar a la casa de Degel.
Degel preparó todo para la cena, se le ocurrió hacer unos platillos franceses acompañados de un buen vino.
Se tomó la molestia de arreglar perfectamente su mesa con un pequeño ramo de rosas en en el centro... Obviamente son para Camus, del mismo tono de su cabello y de sus uñas.
Después de unos minutos sonó el timbre, Degel respiró profundo y se arregló su camisa. Caminó hasta la puerta y abrió lentamente.
— Ya estoy aquí Degel — Saludó Camus entrando.
Degel cerró la puerta y le colocó seguro, prefería ser precavido para que nadie más llegara a interrumpir.
De manera repentina tomó a Camus de la cintura y lo atrajo a él, besándolo con mucha ternura.
Camus colocó sus brazos alrededor de su cuello y correspondió ese beso con la misma intensidad.
— No sabes lo difícil que es controlarse en la escuela y frente a los demás — Susurró Degel entre esos cálidos labios de los cuales ya era adicto.
— Si te soy sincero lo que ambos vivimos es un sueño Degel, jamás había experimentado una sensación tan bella — Respondió tomando su rostro con suavidad, adoraba verlo directamente a esos ojos violetas que lo han cautivado.
— La cena está lista, vamos a la cocina — Después de decir esto Degel tomó de la mano a Camus y se dirokigieron a la mesa.
Camus se llevó sus manos a la boca asombrado, Degel se había tomado la molestia de arreglar bien el lugar, se veía simplemente espectacular.
— Degel esto es bellísimo, no pensé que harías una cena parecida a los restaurantes más elegantes.
Degel lo fué guiando hasta su lugar en la silla, después él se sentó lado, comenzó a servir un poco de vino en las copas.
— ¿Tomas vino Camus? — Cuestionó mientras dejaba caer el contenido de aquella bebida en la copa.
— Si, lo hago porqué luego mis padres deben salir a cenas importantes con sus clientes y me veo obligado a tener que probarlo — Respondió mientras le recibía la copa a Degel.
— Si hay algo que me sea adictivo ese eres tú Camus — Le respondió con coquetería.
— Y yo pienso igual Degel — Levantó la copa al aire — Salud.
Degel hizo lo mismo, después dejó la copa en la mesa e invitó a Camus que comenzara a probar de los alimentos.
Entre cada bocado que probaban, Degel comenzaba a platicarle el porqué lo había citado en su casa.
— Camus, hay un detalle sobre el concurso.
— ¿Qué pasa?
Degel dejó a un lado su plato y después entrelazó sus dedos sobre la mesa — Tus padres esta mañana pasaron a la universidad, avisaron que no podrán acompañarte, por lo tanto surguió la idea de que vaya otro acompañante contigo.
Camus quien estaba bebiendo un poco de vino, se asombró, dejó la copa de manera repentina en la mesa — Pero ¿Quien irá conmigo? Los demás maestros no me inspiran confianza.
Degel esbozó una sonrisa y extendió su mano para que Camus colocara la suya — ¿Quién crees que irá contigo? — Después de decir esto se levantó de su silla aún tomando la mano de Camus.
— ¿Tu irás conmigo? — Preguntó con asombro mientras sentía como Degel lo acercaba a él.
— Así es, yo iré contigo... Pero antes de irnos tendré que ausentarme dos semanas. Tengo que ir a un curso y no podré verte en esos días hasta el día del concurso.
Camus al escuchar eso que no podrían estar juntos dos semanas comenzó a sentirse triste — Solo no demores mucho... Te extrañaré — Susurró tocando su rostro.
— Te prometo que cuando vayamos a tu concurso nadie nos interrumpirá — Al decir esto Degel tomó el mentón de su amado y comenzó a besarlo con más intensidad, explorando más allá de sus labios...
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Bueno dejé otro capítulo más ahora si mi alma descansa 😅 espero que les guste... Los quiero 🥰🥰🥰🥰🥰
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