Capitulo 9
Wanda Maximoff se caracterizaba por ser una chica reservada y poco abierta con los demás, en parte todo lo que ocurrió a lo largo de su corta vida le daban motivos para ser así. Sin embargo, que haya tenido un ataque de depresión y, por consiguiente, intenciones de querer quitarse la vida ya era bastante exagerado. Ella creía que sus poderes habían sido los causantes de todas sus tragedias, y aunque un poco influyeron en éstas, tampoco es que no podía vivir su vida por culpa de sus dones.
Sin esperarlo, recibió bastante apoyo y consejos de alguien de quien menos esperaba, el recién llegado al equipo de los vengadores, Peter Parker. Así es, un novato adolescente le demostraba, con palabras y acciones, que incluso en las peores situaciones se podía salir adelante, aunque por el momento ella dudaba seriamente de aquella posibilidad.
¿Y que decir del hombre araña?, ni bien llegó a las instalaciones y ya presenció tendencias suicidas de una de los miembros del grupo. Antes de su charla con la bruja ya le habían comentado que ésta era un poco inestable y que no se encontraba en su mejor momento, pero no se imaginó tener que detenerla antes de que siguiera acuchillándose y convertirse en un despojo viviente y ensangrentado.
Pero, por otro lado, no sintió que haya ayudado a la sokoviana solo por compromiso, él realmente quería que se sintiera mejor y facilitarle ver la vida desde otra perspectiva. Además, debía admitir que la chica era atractiva, sus ojos verde claro, su cabello largo y castaño, más el resto de sus rasgos faciales y físicos, sin dudas era hermosa.
Ambos habían terminado de participar de la reunión, que por cierto no fue tan calma como se esperaba.
Flashback
- Adelante, pueden comenzar a contarnos - inició Carol, de brazos cruzados.
Todos estaban sentados en los sillones de la sala, excepto Sam y Scott, ellos estaban de pie, a un lado de uno de los sofás. El hombre hormiga mantenía una expresión neutral, pero el soldado estaba serio. El resto se preguntaba que estaba sucediendo, mirando preocupados los brazos vendados de Wanda.
- Bueno, lo que pasó fue.... - iba a empezar a narrar Peter, pero fue interrumpido por la sokoviana, quien se le adelantó.
- Fue un ataque de depresión, sólo eso, él no tuvo nada que ver - dijo la bruja sin más, refiriéndose al arácnido con lo último.
- ¿De verdad?, ¿tú te hiciste esos cortes en los brazos? - preguntó Hope, en estado de Shock.
Wanda asintió con la cabeza. Todos los presentes se miraron entre ellos, no esperaban una acción así por parte de la muchacha, por lo menos no de tal gravedad.
- Que extraño, antes jamás tuviste ese comportamiento Wanda - comentó el profesor Hulk.
La chica sólo desvió su mirada, se sentía un poco avergonzada por lo que había hecho. Encima ante el nuevo miembro de los vengadores, menuda bienvenida de su parte, cualquiera que la hubiera visto ya hubiera salido corriendo, tildándola de psicópata. Afortunadamente, Peter fue comprensivo con ella y no la trató como un fenómeno con problemas de depresión.
- Supongo que siempre hay una primera vez - dijo Carol procesando la situación.
- Por suerte Peter estaba en la base para socorrerte, sino quien sabe lo que hubiese pasado - argumentó Sam colocando sus manos sobre el respaldo de uno de los sillones.
- Lamento haberte tratado así antes chico, fui bastante desmedido - se disculpó Bucky, mirando al arácnido. Éste aceptó las disculpas.
- No hay problema señor Barnes - dijo sin resentimientos.
Tras aclarar lo sucedido, Scott decidió hablar.
- Ésto es preocupante, no podemos dejar que Wanda vuelva a pasar por algo como esto - advirtió, todos estaban de acuerdo.
- Pero, ¿qué proponen que hagamos?, no podemos descuidar nuestros deberes como vengadores - dijo Hope, sin un plan en mente.
Los héroes cruzaron miradas unos con otros, hasta que Carol tomó la palabra.
- Por el momento continuaremos con las misiones, pero alguien se tendrá que quedar en el complejo junto a Maximoff, para prevenir cualquier accidente - comenzó a explicar la rubia.
- No necesito niñero - comentó molesta la bruja haciendo un puchero y cruzándose de brazos, cada vez se sentía más como un bicho raro.
- Lo sabemos, pero tenemos que evitar que vuelvas a tener otro ataque de depresión y quieras cortarte hasta desangrarte - argumentó la capitana seriamente. No quería llegar hasta este punto, pero a pesar de que la sokoviana ya era una adulta, sus altibajos mentales sólo ponían en peligro al equipo, y más aún a ella misma.
Carol Danvers solía mostrar una faceta ruda y muy seria, por lo que era muy complicado descifrar sus verdaderos sentimientos, pero en el fondo ella estaba muy preocupada por la salud mental de la muchacha escarlata. En un principio imaginaba poder liderar a todo el grupo de héroes en las misiones y poder mantener la paz en el mundo, sin embargo los últimos comportamientos de la castaña iba en contra de sus pretensiones. Como una de los líderes, debía tomar decisiones difíciles, y ésta, además de serlo, le dolía profundamente.
- Como digas - soltó la bruja haciendo un bufido, en clara señal de estar desaprobando la elección de la mujer espacial.
- Perdónanos Wanda, pero es por tu propio bien - agregó Sam, de acuerdo con la postura de Danvers.
Los demás miembros aceptaron la propuesta de la rubia, pero no quería decir que no les dolía. El primer grupo de los vengadores se fundó y estableció como un grupo encargado de mantener la paz en el planeta, pero nadie imaginó que evolucionaría hasta ser casi como una familia. Cada miembro era muy importante para el resto, y Wanda Maximoff no era la excepción.
Cuando todo parecía estar sentenciado, Peter quiso decir algo más.
- No te preocupes Wanda, yo aún debo seguir entrenando y preparándome para ir las misiones, así que no estarás sola, te lo prometo - aseguró el arácnido. La castaña se sonrojó un poco, dejando levemente de lado el enojo que sentía tras la conversación. Para su suerte, ninguno se dio cuenta de esas marcas semi-rojas que adornaron sus mejillas.
- Si, gracias, lo tendremos en cuenta Peter - afirmó Carol, dando por terminada la reunión. Tras lo dicho, todos se levantaron de sus asientos y fueron camino a sus dormitorios. No había que olvidar que recién volvían de una misión en Europa, por lo que el cansancio era evidente.
Fin del Flashback
Todos los vengadores ya se encontraban en sus habitaciones, pero no todos dormían. Maximoff se encontraba leyendo una revista, sentada en su cama, a juzgar por lo hablado en la reunión de hace unos momentos, su lista de actividades se iba a ver notoriamente recortada. Para empezar, no podría salir del complejo, o por lo menos no en soledad, y dentro de la base tendría que haber siempre alguien presente y con un ojo puesto sobre la bruja, vigilando que no haga nada peligroso. Dios, se sentía más prisionera que nunca, podría jurar que prefería la muerte antes que este tipo de vida.
Su mente volvió a la realidad al notar una voz en la puerta, que estaba semi-abierta. El hombre había movido levemente la puerta para dejarse ver. Era el hombre araña.
- Hola - saludó tímidamente el castaño.
- Hola, ¿pasa algo? - preguntó con curiosidad Wanda, bajando un poco la revista para mirar al arácnido.
- No, nada en realidad, sólo quería saber como estabas luego de lo que se habló hoy - comentó Peter. Se lo veía bastante preocupado.
- Creo que es evidente como me siento, siempre tendré ojos encima que estén viendo lo que hago - dijo con molestia la chica escarlata.
El muchacho entendía a lo que se refería, y poniéndose en el lugar de la chica, también lo consideraría incómodo. Por el momento no iba a tener un solo instante de libertad, vigilarla para garantizar su seguridad era una medida correcta, pero el exceso de vigilancia resultaba muy pesado de sólo imaginárselo.
- Yo.... lo siento Wanda, no pensé que sería así - lamentó el trepamuros cabizbajo.
- No importa, ya está - asumió la bruja.
- Aunque parezca que te estén complicando la vida, en realidad ellos se preocupan por tu bienestar - aseguró Peter.
- Si, me imagino - respondió irónicamente la sokoviana, volteando sus ojos.
- No, es en serio, el asunto es que la capitana Danvers lo estableció para que, a largo plazo, estés bien y no vuelvas a cometer alguna estupidez como la de hoy - argumentó el arácnido, muy seguro de sus palabras.
- Me cuesta creerlo sinceramente - dijo Wanda, dejando la revista sobre una mesita cercana y cruzándose de brazos.
- Eso es por que piensas que tu vida no vale nada, pero no es así, tú nos importas a todos, a mí, por eso no queremos que te hagas daño de nuevo - afirmó Peter.
La muchacha se sonrojó un poco ante éste último comentario, había dicho que ella era importante para él, y no llevaban ni una semana como compañeros de equipo. Sin dudas Peter Parker sabía empatizar con los demás en poco tiempo.
- Gracias, supongo - dijo la sokoviana, aún sonrojada.
- De nada..... ya es tarde, mejor la dejo descansar, buenas noches señorita Maximoff - dijo Peter, para después caminar y alejarse del cuarto de la chica. Ésta se quedó pensativa, ojalá que lo que le dijo el joven de Queens sea cierto, sino realmente perdería la cabeza.
Al día siguiente
Eran las 1:30 pm y Peter salía del instituto, bajando a paso veloz los escalones que descendían hacia la calle. Había sido un día entretenido, había cursado sus asignaturas preferidas, química, matemática y educación física. Ahora se retiraba para dedicarse a su otra labor, la de ser el hombre araña. Su vida no iba a cambiar mucho, seguiría alternando entre ser un héroe justiciero y un adolescente normal, la única diferencia es que ahora iba a vivir con los vengadores. Aún así, era mucho que procesar, visitaría a su querida tía de vez en cuando, cuando antes vivía con ella, pero bueno, cuando las responsabilidades tocan la puerta, hay que atenderlas, ¿verdad?.
Tras salir del instituto se dirigió hacia el callejón donde siempre dejaba su mochila escondida y se colocó su traje de spiderman.
Listo para la acción, salió del lugar disparando una telaraña hacia un poste, comenzando a balancearse por la ciudad. Podía sentir la brisa del aire chocar suavemente contra su cara, cosa que siempre le resultó placentera, más la adrenalina y la velocidad que alcanzaba al moverse de un lado al otro con tal frenesí. Definitivamente, ser el hombre araña era uno de sus disfrutes más grandes.
Pasaron 2 horas en las que el castaño se la pasó deteniendo asaltos y ayudando a la policía a lidiar con los delincuentes de la ciudad. Decidió tomar un descanso, sentado sobre unas escaleras contra incendios de un edificio cercano, no sin antes comprarse un hot dog en un carro de comidas, situado en el parque.
'' No hay nada como estar de nuevo en casa '' pensaba mientras masticaba el ultimo trozo de su comida. Al terminar, estiró sus extremidades para retomar su trabajo. Despegó de un salto del edificio donde se encontraba y volvió a balancearse por encima de las calles de Nueva York.
Tras unos minutos de buscar incansablemente, al fin pudo dar con algo para hacer. Luego de observar una escena en la que habían presentes 4 tipos armados con varas de hierro acercándose a una chica indefensa, decidió intervenir. Aterrizó sobre un saliente, analizando rápidamente la situación. Para Peter, existían dos clases de crimines, los clásicos donde se enfrenta la policía contra los ladrones, y los abusivos, donde algún mal viviente amenazaba a su víctima totalmente desarmada. Éstos últimos eran los que más sacaban de casillas al arácnido. Había que ser muy sinvergüenza para intimidar a alguien con un arma.
'' Miserables '' se dijo a si mismo.
En la escena, un par de hombres se acercaban a paso lento hacia la joven.
- Entréganos el bolso, y no te haremos daño - advirtió uno de los delincuentes.
- Venga, no nos hagas esperar - añadió el segundo criminal.
La chica temblaba un poco, pero se animó lo suficiente como para plantarles cara a los malhechores.
- ¡Déjenme en paz, por favor! - gritó la muchacha, en un desesperado intento por salir de la situación. Tuvo suerte de que el hombre más cercano sólo llegó a amagar con golpearla, ya que los 2 sujetos que estaban detrás habían sido derribados por el superhéroe, captando su atención al instante.
- ¿Saben que robar está mal, verdad? - preguntó de manera burlona Spiderman.
Ambos hombres armados giraron sus cabezas para notar de donde provenía la voz. Efectivamente pudieron ver al tipo en mallas que se encarga de reducir los índices del crimen en la ciudad, de sus manos habían dos hilos de telarañas, donde los fierros de los otros tipos estaban pegados.
- ¡Lárgate de aquí insecto! - soltó el rufián que amenazó al principio a la chica, inclinando su arma en dirección al héroe.
Peter disparó una red hacia la mano del sujeto, arrebatándole el objeto afilado, para después darle una patada en su pierna, seguida de otra directa al rostro. El criminal salió volando hacia una de las paredes del callejón, chocando violentamente contra ésta. El otro sujeto se quedó indeciso, pensó en correr y escapar de allí, pero spidey decidió aún más rápido su suerte. Le asestó un par de puñetazos en la cara al hombre, para finalizar con una patada al mentón, dejándolo inconsciente en el proceso.
- Si, la próxima vez lean la constitución, leyes son leyes - habló irónicamente el castaño, volviendo su atención hacia la joven.
- Gracias por ayudarme, Spiderman - dijo la chica asombrada por las habilidades de Peter.
- No tienes nada que agradecer, para eso esta tu buen vecino - contestó el muchacho.
Por increíble que parezca, el héroe había bajado la guardia, cosa que le podría haber costado caro, ya que uno de los primeros hombres que presuntamente noqueó se puso de pie a duras penas. Estaba por golpear al arácnido con su arma, pero no tuvo éxito. Peter, sorprendido, rotó su cabeza, seguido de su cuerpo, para ver que estaba pasando, la punta de lo que parecía ser una espada había atravesado al sujeto por la espalda.
- Ja, sólo los mejores como yo pueden atacar por la espalda, no tú, basura humana - habló la figura detrás del moribundo ladrón.
El hombre de rojo removió la katana del cuerpo, dejando caer al delincuente a su muerte.
- Gracias, señor..... ¿samurai? - dijo sin saber como expresarse el castaño.
- ¿Samurai?, ¿cómo te atreves?, ¿qué tal mercenario destripador de malos?.... o mejor ¿sujeto salvador de arañas con tendencia a descuidarse? - eran las preguntas retóricas que hacía el desconocido.
- No me lo recuerdes, estaba viendo si la señorita estaba bien - siguió el dialogo el arácnido.
- Como sea - decía el sujeto disfrazado de rojo y negro mientras limpiaba la hoja de su espada con un pañuelo y guardaba el afilado elemento en una de sus vainas de su espalda - ¿de verdad no me reconoces, nunca has leído mis cómics? - preguntó indignado y a la vez un poco triste, por lo que se podía apreciar detrás de su máscara.
- Me temo que no, señor espadachín - negó Peter observando detenidamente el uniforme y los accesorios del mercenario.
- Ay estos jóvenes, lo que les falta por aprender...... soy Deadpool, y el público me ama, ¿no es así? - preguntó a la nada el hombre de rojo, haciendo fuerza con sus brazos y cuerpo en una clásica pose de físico-culturismo. Se quedó esperando a una arenga o ronda de aplausos, que obviamente no llegó.
Tanto Spiderman como la joven miraron extrañados la situación, sin entender cómo habían llegado a ésta.
- ¿Éste tipo está bien de la cabeza? - preguntó por lo bajo la chica al trepamuros.
- No tengo idea, pero me ha dado una mano con los ladrones... bueno en realidad me salvó de haber recibido un buen golpazo - reconoció Peter tras meditar sobre su error de bajar la guardia.
- En fin, espero que estén bien, no hagan cochinadas mientras no estoy, suerte y hasta luego - se despidió el mercenario bocazas corriendo y apartando a los demás ciudadanos de su camino.
Los dos jóvenes quedaron con una gota estilo anime detrás de sus cabezas, habían presenciado un momento de lo más extraño, pero a la vez gracioso. No muchas veces aparecía un sujeto armado hasta los dientes para salvar al héroe de ser golpeado y presumir de su gran hazaña para salir a toda velocidad de allí minutos después.
Peter observó su reloj que tenía debajo del traje, viendo que habían pasado 3 horas durante su patrulla.
- Muy bien, estás a salvo, espero que tengas un buen día, hasta otra - saludó el muchacho de Queens trotando y lanzando una telaraña hacia un edificio cercano.
- Muchas gracias hombre araña - llegó a escuchar el castaño una vez en el aire.
Se balanceaba con destino al complejo de los vengadores, debía cumplir con sus tareas del instituto, además de estar al tanto de lo que ocurría en la base.
Mientras tanto, en el cuartel.
- ¿Estás segura de ésto?, aún es muy pronto como para que el nuevo participe en éste tipo de misión - opinaba el nuevo capitán América sobre lo que se avecinaba.
- Si, entiendo, pero es la única manera de que consiga experiencia como héroe y sepa de que se trata ser un vengador - respondía la capitana Marvel cruzada de brazos.
Los dos fijaban sus ojos y veían con detalle todos los datos que habían logrado conseguir los vengadores antiguos, expuestos en un par de pantallas provenientes de unos proyectores de la sala.
Una nueva misión estaba a punto de dar inicio....
Hasta aquí el capítulo, ojalá el asunto de la pandemia les sea leve y se lo estén pasando bien al leer este fic.
¿Que creen que sucederá a partir de ahora?, ¿podrá Wanda recomponerse de su crisis mental?, ¿estará listo Peter para abordar desafíos mayores junto a los vengadores?.
Les dejo un saludo y mucha suerte, ¡hasta la próxima!.
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