《Faltante》

Tal vez la suerte en la noche ésta a su favor puesto llega totalmente cuerdo, ileso y sin que le falte alguna pieza de su cuerpo. Llega a la pequeña isla que poco a poco ha ido encogiendo por que sus orillas han sido quemadas por el mismo dragón dorado que habita en el castillo.

Embarcó en la costa. A su alrededor se escucha la completa tranquilidad, tanto silencio le da miedo, ha de admitir.

Tomó los dos costales. Suspira fuerte. Retoma un camino, profundizando se en aquel lugar que hace mucho tiempo era su aldea. Su pueblo. Y ahora, a pesar de que si bien aún hay algunas casas y demás, parecen estar opacas, sin vida alguna por que no hay ser humano que les de luz y calidez junto a la familia.

En breve piensa sobre el tema de la familia. Tener una. Pequeños niños siendo su adoración junto a su futura pareja que despozara. Se promete ser comprensivo con ellos y no ser tan estricto como su padre.

Intenta no pensar mucho en eso pues sabe que ahora solo debe concentrarse en su misión.

Poco a poco se va a costumbrando al peso que carga, maldiciendo por lo bajo por no ser mas fuerte y teniendo que dar un descanso de cinco minutos cada cierta distancia justa para su cuerpo.

La luz de la luna no está en todo su esplendor, por lo que la oscuridad es su mayor problema en esos momentos. Su vista están obsoleta en la penumbra como cualquier ser humano corriente y normal que haya conocido. Por eso saca de sus cosas un candil.

Con la poco iluminación que hay, lo alista para que por el pico se encienda una llama que será la luz en esa enorme penumbra. Por cualquier cosa traía aparte algunas velas extras.

Siguió su camino con dificultad, su objetivo ahora es llegar al castillo. Y otra gran suerte suya es que no está tan lejos como se imagina.

Su mirada curiosea con su alrededor. Recuerda que desde muy pequeño le ha temido a la oscuridad y peor si esté se encuentra solo. Aunque al crecer, ése miedo ya no parece afectarle como antes. Si bien, siente algunos escalofríos al aventurarse en un lugar donde ningún alma pasea y sólo hay una llama de fuego para protegerse del frío y la penumbra, una llama que se puede extinguir si el viento se vuelve fuerte y violento.

— ¿Qué pienso? Mi mayor miedo y preocupación debe ser el dragón. — se dice así mismo como ánimo. Piensa que lo peor que puede suceder le no es quedarse en la inmensa oscuridad, de lo que verdad debe preocuparse es de encontrarse con esa bestia dorada anticipadamente.

Espera que esté durmiendo en el castillo. Lejos de él por el momento.

Mientras camina alerta de cualquier peligro fuera de sus planes, se pone a pensar en la posibilidad que nunca ha visto algún otro dragón de otra especie cerca de la isla. Tal vez se aplique la teoría que leyó en otra ocasión en el libro de su tío Ford.

"La posible razón por la que ningún otro Dragón entre a su 《territorio》 sea por que le tienen respeto y miedo. Lo cual puede ser bastante asombroso pero aún más intimidante."

El Pines asegura que el recorrido hasta el castillo —mientras planeaba el como atrapar a la bestia de escamas doradas para proseguir y matarla—, es algo de varias horas.

Pero la adrenalina y el fuerte deseo de al fin acabar con todo eso persiste en su pequeño cuerpo. No le permiten dormir. Primero necesita cumplir su cometido.

Un breve descanso es lo que ocurre, toma  agua puesto su garganta comienza a secarse.

Sigue su camino.

Rumbo a lo desconocido.

[...]

Le cuesta trabajo saber que hora es. Puede dar un juramento y decir que son las tres de la mañana aproximadamente.

Según las estrellas, la luna y como se mueve el viento es que puede jurarlo.

Hace rato que se dio un descanso, comió algo ligero para que no le cayera mal a esas horas. Un poco de arroz con verduras y agua tibia es una buena elección.

Frente suyo al fin se haya aquel castillo que custodia el monstruo con alas. Poco a poco empieza a tener sueño pero no es algo que no pueda soportar.

Prácticamente se encuentra ya en la enorme puerta del castillo.

Desde hace tiempo se hallaba en territorio enemigo.

Escucha el sonido chirriante de la enorme puerta abrir se por lo que con prisa y nervios se esconder en un arbusto cerca de la ventana del castillo. Observa con cuidado y sigilo como la puerta abre paso al temible dragón dorado.

Enorme. Alas y cola larga. Colmillos filosos. Apariencia terrorífica. Corpuloso como cualquier otro dragón que muestra fuerza y poder. Y gran suerte es la del muchacho pues parece que la bestia no se da cuenta de su presencia.

Observa como el dragón inicia su vuelo lejos de ahí. Aprovecha la ausencia para comenzar con el nuevo diario que le regaló su tío Ford. Escribe la primera curiosidad de la bestia dorada que es; se despierta muy temprano. Posiblemente sale a cazar el desayuno.

—Está es mi oportunidad. — murmura el de orbes chocolatosos con un ligero toque de azul electrizante.

Entra al enorme castillo. Lo examina con detenimiento y lo mas rápido posible pues no sabe cuanto ha de tardar en volver. Y espera que sea el tiempo suficiente para llevar a cabo su trampa para capturarlo y después proseguir a darle fin a los días y noches del dragón.

Y también su motivo o razón principal, hacer sentir orgulloso a su padre.

Afuera el cielo poco a poco va cambiando su color a uno menos oscuro, dando a mostrar que la luna se irá y el sol ocupará su lugar. Dentro de algunos minutos mas pero eso no quita el hecho de que siga siendo temprano.

Sinceramente le llevó más tiempo de lo que pensó, después de todo el castillo es una zona totalmente nueva y tiene que hacer que todo encaje perfectamente, moldeando la trampa al estilo del lugar. Y si bien consigue terminar pero eso no evita que tenga bastantes nervios por todo lo que hizo y que fallará. Aunque al final termina justamente a tiempo. Apenas termina de darle un último arreglo a la trampa escucha a lo lejos un cuerpo aterrizando en la entrada.

De inmediato se esconde detrás de unas cortinas que cubre una de las tantas ventanas del lugar. Ni siquiera se atreve a mirar, sólo a esperar el sonido de la trampa cuando este activada.

Escucha apenas unos leves ronquidos y gruñidos tan cerca. Sus manos sudan y su pequeño cuerpo tiembla por los nervios y admite, el miedo plasmado en su cuerpo. Oculto en esa tela roja tratando de que ni su respiración se oiga. Pues jura que la bestia podrá ser capaz de escuchar algo tan silencioso como eso.

-"No respires."- como si de un siseo se tratase escucha aquello creyendo ser su propio subconsciente.

¿Será cierto eso?

Por un momento su mente vaga por otro lugar. Su hogar. Probablemente todavía su padre y hermana siguen durmiendo como osos. Él suele ser el que se levanta más temprano de los tres. Para preparar un desayuno agradable. Un sentimiento familiar invade su pecho. Quizás no ha pasado ni medio día desde que los vio pero, le es inevitable no extrañar los.

Escucha algo moverse, metálico y sonoro, un fuerte y sorpresivo rugido de la bestia Dorada. Aquello lo saca de sus pensamientos y se pone alerta. Apostando que se activo y suerte suya el dragón no se había dado cuenta de su truco. Pues ha escuchado que la bestia tiene suma inteligencia y audacia por lo que de verdad le sorprende que haya funcionado.

Abre un poco la cortina para que sus orbes chocolates con un ligero azul electrizante observan como el dragón está inmóvil. Capturado por esas gruesas y resistentes cuerdas.

Sólo comprueba que su plan ha funcionado. Pues lo tiene preso entre esas redes sin la oportunidad de escapar. Sonreí levemente y sale entre las cortinas. Busca entre sus reservas un cuchillo hecho de un metal muy duro, resistente y casi inrrompible. Un regalo de su padre cuando tenía catorce años.

Lenta, y temerosamente se acerca al furioso dragón que está en derrumbe por su trampa. Sus pasos son temblorosos, traga grueso en busca de más aire en sus pulmones.

¿Ya he mencionado lo nervioso que está? Pues lo vuelvo a decir.

Rodea el enorme cuerpo, observando cada detalle de esté. Sus escamas que lo cubren parecen ser hechas del mismo oro más codiciado del mundo, aquel que los piratas desearan obtener. Tan brillante y hermoso. Sus largas uñas de color carbón que parecen incluso más afiladas que su propio cuchillo. Por suerte la forma en que está atado hace imposible que pueda mover tan siquiera sus garras. Y su respiración lo aterra más. Sus alas aplastadas por las misma red.

Llega hasta adelante. Aprieta sus labios listo para dar el siguiente paso con su corazón latiendo rápido. Sólo quiere comprobar algo en especifico.

Ahí lo tiene. La mirada del gran dragón que parece ver a través de su débil e ilusionada alma. La sorpresa abarca en el Pines. Lo que le llama la atención son esos ojos que tienen similitud con una serpiente. Por su larga y delgada línea negra como el color de un agujero negro. Pero su iris combina con sus doradas escamas. No miente, asegura que la bestia si tuviera la oportunidad lo carbonizaría y mutilaría despedazando cada parte de sus órganos.

Sin mas tiempo que perder pues quiere hacerlo rápido y sin arrepentimientos...

¿Arrepentimientos? Ni siquiera podrá considerar aquello una posibilidad. En su sangre ésta escrito y destinado asesinar a la especie que fueron los responsables de una guerra sin fin. ¿Cierto?

Tiene planeado clavar le primero el arma en su cuello, y después más a bajo.

Alza aún con nervios y adrenalina el filoso metal listo para perforar la escamosa y gruesa piel del dragón.

—Al fin podré matar a uno... — comenzó a decir preparado. — Es tu fin... — calla cualquier jadeo y su mirada se intensifica más cada vez más, o menos inseguro de lo que va hacer.

La mirada de lo que se puede considerar en la actualidad un reptil enorme, no despeja su vista del muchacho. Observando cada detalle del chico. Su mirada no es de súplica alguna, sólo de una paciente. Paciente para esperar que ya le llegue su fin.

El dragón no quiere morir tan pronto en manos de alguien tan joven o de una especia tan simple y destructiva como un ser humano. Siempre son personas más adultas, robustas y de un físico más fuerte los que van al castillo para acabar con su vida frente a frente sin mencionar que siempre vienen en manda. Nunca se imaginó que un chico tan joven y poco desarrollado de su cuerpo como los otros guerreros fuera a derrotarlo. Y el solo. Pero sabe aceptar su derrota. Cuando el fin llega aunque se le dificulte un poco.

Sigue esperando el momento en que su alma dejará su cuerpo. Le molesta estar apretado por esas cuerdas lastimosas.

Y lo que parece ser un instante, cubre sus ojos con sus párpados al momento en que el arma del castaño desciende a su cuerpo, para aterrizar en su piel. Pero su sorpresa es aún mayor al no sentir dolor alguno pero si el sonido de las cuerdas romperse. Por lo que abre los ojos en busca de una explicación y sólo percibe como el joven le está desatando de esas cuerdas. Algo totalmente increíble e ilógico para el dragón y para el contrario.

Dipper se sintió extraño ante la mirada de rendición de la enorme bestia. Simplemente no tuvo la capacidad y la suficiente emoción para quitarle la vida al ser dorado. Se arrepiente por que de verdad no puede...Llega a decepcionarse un poco de si mismo.

No entiendo por que sus manos actuaron, mandados por su corazón quien le decía lo correcto. No pudo o no se atrevió a tal acto despiadado. Con el pensamiento que si los dragones son tan malos por quitar vidas... ¿Acaso el debe serlo también? ¿Matarlo?¿A pesar de que posiblemente luego el mismo dragón lo asesine a él por haber entrado a su territorio, tenderle una trampa y casi matarlo? Que estúpido suena eso, pero la idea de quitarle la vida a una criatura tan... Solitaria tampoco le agradaba. No se siente en la necesidad de hacer aquello, tal vez ni lo piensa, así como cuando huyó de casa para ir ahí. Sintió que con esa breve conexión que tuvo con los llamativos ojos del dragón fue como si lo hipnotizarán para no hacerle daño. Algo rápido y poco duradero pero, fue suficiente para cambiar el destino del dragón y no asesinarlo.

Por que de cierta forma, el dragón dorado le recordaba, quizás un poco a él. Ambos son tan solitarios.

Ahora el arma que le iba a servir para terminar con la vida de la criatura dorada, le sirve para ayudarle.

Si alguien de la aldea lo viera, salvando un dragón algo que nadie jamás ha hecho, seguro se burlaran de él. Sería tan humillante pero aun así... Lo hace.  Sus dedos le tiemblan, por la inseguridad y el miedo de lo que le hará el dragón una vez libre por completo de esas cuerdas. Rogando que en el fondo su adversario le agredeciera y tuviese piedad de él por muy difícil que fuera.

La criatura está quieta, casi estática y ciertamente con una mirada de confusión en su rostro. Sigue sin entender por qué el humano le ha salvado. Duda demasiado de que sea por lástima o piedad, ellos no son así y mucho menos con los de su especie. Aunque ahora tiene una oportunidad pues... Piensa que el humano debe pagar por osar no sólo a entrar a su territorio, también por estar apunto de matarlo aunque admite que fue un humano muy listo y valiente, pues jamás se percató de la increíble trampa que le tendió y el solo. Aunque todavía sigue sin creerse que lo esté dejando libre, aún así le hará pagar.

Pero admite que es un humano sorprenderte. A pesar de que ya será aquel su último día. Él no es un dragón piadoso.

¿Será está ocasión una excepción?

El Pines apenas termina de desatar le las cuerdas y alejarse minimamente de la criatura que, ya siente los agarres flojos y débiles, pudiendo mover sus otros miembros del cuerpo. Apenas eso sucede, se pone en posición rápido siendo algo brusco causando que el chico se caiga por detrás soltando un quejido de leve dolor y sorpresa al aire.

Dipper alza su vista para observar como él dragón se posiciona frente suyo en busca de algo, posiblemente hacer lo que él no hizo, asesinarlo. Traga en seco y su miedo regresa pero al triple. Quizás si debió matarlo. Ahora morirá de bocadillo de la bestia y todo por su propia culpa, por haberse acobardado, retrocedido, impidiendo a sí la muerte del animal. Se siente tan estúpido. Sus padres y los otros tienen razón, el mismo es una total decepción, una humillación.

Las lágrimas quieren salir, derrumbarse ahí mismo enfrente de su próximo asesino. De su "enemigo natural".

¿Alguna vez has llorado  sólo por ser... tú?

Él está apunto de hacerlo. Se siente una escoria. Algo con tan poco valor y ve su muerte como algo que a nadie le importara aunque...

Su hermana y sus tíos podrán ser la excepción.  Y todavía se siente peor por querer llorar en su muerte, piensa que ni siquiera en su propia muerte puede mostrar valentía hasta el final...

Él Dragón se acerca lo suficiente para sentir la respiración del contrario entre cortada y que esté a su vez, sienta la suya, caliente y que le causa aún más miedo. Estando enfrente de la criatura, todo parece ser una pesadilla de la que quiere desaparecer.

El dragón nota el pequeño cuerpo temblando de miedo.

"Sin duda es diferente". Piensa la bestia para sus adentros admirando ciertos rasgos del pequeño saco de carne humana que tiembla. La bestia se pregunta muchas cosas. Como,¿por qué los ojos de ése chico son diferentes a los demás? Reflejan miedo, compasión, decepción y algo misterioso. Tienen un tamaño y color algo atrayente. Como el color del cacao, un profundo café brilloso con un ligero lienzo de un azul como la propia tormenta. Algo fugaz pero intenso. Como un rayo de la misma tormenta, algo que pocos pueden apreciar.

"Existen muchas teorías sobre los dragones, una de ellas dice sobre que algunos dragones pueden controlar el clima."

Todas las miradas que ha apreciado de los humanos al verlo reflejan venganza, odio puro, rencor, repulsión, desesperación y a veces miedo. Pero ése chico no... Sólo miedo pero no odio o repugnancia.

Ahora es el dragón quién no puede despejar su vista de esos ojos intensos y únicos del castaño. Y el chico puede aprovechar eso como una distracción y salir de ahí o lanzarle algo. Pero simplemente se queda quieto. La criatura lo sigue mirando incomprendido y con... Interés.

"¿Por qué no me mataste?". Sigue preguntándose aquello. Abre su hocizo enseñando sus temibles dientes, desprendiendo aún más un aire caliente por sus fosas nasales. Intimidando aún más al indefenso chico de cabellos castaños. La criatura se pregunta si, ¿serán tan suaves como se ven? ¿Alguna vez podrá acariciarlos?

Quizás en otra vida donde ellos no están destinados hacer enemigos como lo dicen las leyes naturales. Aunque, las leyes están para romperse ¿no?

Pero él no tiene compasión por ningún ser humano aunque esté le cause una sensación de curiosidad e intriga. Por que se ve tan diferente a los otros que han intentado asesinarlo, ya que esté ha sido el único en llegar tan lejos y al final librarlo aún sabiendo las consecuencias pues ahora él puede acabar con su joven vida. Tal vez, sólo tal vez si hayan humanos que sean buenos y consientes de la situación, que quieran cambiar esas costumbres. Dejar las cosas en paz. Ojala los hijos del muchacho sean como él... ¿Cuantos años tendrá? Se ve muy joven para ser padre.

¿Por qué es que no puede asesinarlo? ¿Por qué sólo le gruñe al chico y se da la vuelta para intentar Ignorarlo? ¿Por qué le... Dejó ir?

¿Por qué siente que de alguna forma pudo haber sido lo mejor?

Cómo si algo, a partir de esa acción vaya a mejorar algo en sus vidas. En sus historias.

El humano también posee confusión en sus ojos. Nunca antes había estado tan cerca de una dragón, cara a cara y menos de la muerte.

Se espera que algo cambie.

"Quizás no todos ellos sean igual de malos... ". Piensan las dos de especies diferentes.

Por que puede que ellos sean los primeros en destruir esa barrera que sus progenitores construyeron entre los humanos y las criaturas como los dragones.

Los primeros en intentar quizás de hacer un contacto que no sea visual o para matarse entre ellos. O eso podrán creer algunos, puesto la historia de por qué los humanos odian tantos a los dragones no ha sido bien contada.

Por que hay algo que ha sido oculto ahí, un faltante.











Fin de la cuarta parte.

Ayer durante la noche hasta las doce me vino la inspiración y escribí esté capítulo. Me llevó dos horas por lo que estoy satisfecho. :)

:v probablemente tarde en actualizar.

Recen pos los tacos si gustan.

¡Hasta el próximo capítulo!

Fecha de publicación: sábado 21 de octubre del 2017.

Hora de publicación: Entre las 3:52 y 4:00 de la tarde.

Parte:

4

Apenas estamos iniciando....

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