Revancha
Ruby abrió los ojos de golpe, pero no se movió por un buen rato. Con mucho cuidado, removió la cabeza de Kitten de su pecho, y se puso de pie. La noche era tan clara que había más estrellas en el cielo de las que hubiera visto en su vida.
Se fijó en cada uno de sus pokemon. Todos dormían plácidamente, sin problemas. Eso quería, por eso luchaba. Solo Kitten y Brainy podrían tener una idea de qué iba a hacer esa noche.
—Espero que no se despierten antes que vuelva— pensó.
Con mucho cuidado de no alterarlos, salió del círculo que habían hecho alrededor de la fogata, agarró su mochila y se marchó hacia el sur. Les había costado muchos problemas salir de ciudad Malvalona, pero no habían resuelto todos sus asuntos ahí.
Cuando supuso que ni siquiera Fiercy podría oírlo, sacó su bicicleta de su mochila y comenzó a andar. En media hora llegó a los límites de la ciudad, y media hora después se detuvo ante la dirección que había estado buscando. Parecía un bar para adultos, pero Ruby sabía qué se ocultaba realmente detrás de sus paredes y su música fuerte.
Se llevó la mano al cinturón para sentir el frío de su cuchillo. Era todo lo que necesitaba. Luego se plantó delante de la doble puerta, la abrió de una patada y entró antes que se cerrara por el rebote. Solo algunos se percataron de esto, pues la música estaba muy fuerte.
De inmediato lo paró un guardia enorme y musculoso.
—Este no es lugar para chiquillos, chiquillo.
—Entonces que no sea para nadie
El guardia sintió un ligero empujón en el centro de su pecho. Al principio pensó que el muchacho había querido pegarle, por lo que sonrió y miró hacia abajo. Sin embargo, al hacerlo se dio cuenta que de pronto había aparecido una empuñadura metálica, pero su hoja estaba escondida ¿Pero dónde estaba escondida? Entonces el tipo cayó en la cuenta que el resto se encontraba dentro de él.
—¿Cuándo...
Pero antes que pudiera continuar la frase, Ruby quitó su cuchillo de su pecho. La sangre salió a chorros, junto con un olor inmundo. El guardia, desconcertado, cayó sin salvación ante los pies del muchacho.
Ruby pasó hasta el centro de la sala principal. Todo estaba oscuro, con luces de colores exóticos yendo y viniendo. Había varios sillones esponjosos por todo el lugar, formando grupos circulares o cuadrados y con irregulares intensidades de luz. Tal y como esperó, en esos sillones había tanto hombres adultos como pokemon hembra, algunas incluso con aspecto tan infantil como Kitten. Los hombres y los pokemon conversaban íntimamente, se tocaban, se abrazaban, se besaban y en ciertos lugares estratégicamente escondidos pasaban a mayores.
—Parece que tengo mucho trabajo— se dijo.
Advirtió que algunos hombres lo habían visto matar al guardia, y le habían ido a avisar al camarero. Inmediatamente el chico sacó su cuchillo, corrió hacia el mostrador, saltó sobre él, apuntó su cuchillo hacia el camarero y comenzó la masacre.
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Varias horas más tarde, Cops apareció en el mismo lugar. Eran las 9:37 de la mañana. La gente comenzaba su trabajo, los pokemon limpiaban las casas de sus dueños, y los policías intentaban comprender quién había podido cometer tal masacre en aquel bar.
Cops pateó un tablón quemado.
—¿Quién más crees que pudo haber sido?— alegó, molesto.
—Señor, no es bueno que se agite— le recordó uno de sus subordinados— Su pulmón aún está delicado.
—¡No me importa que mi pulmón sea la princesa de los champiñones! ¡Quiero la cabeza de ese chiquillo en mi plato, y lo quiero ya!
—Pero señor, aún no se han encontrado pruebas de la identidad del culpable— contestó el joven.
—Incendió el lugar. Siempre hace lo mismo ¿Qué más quieres?
—Pues...
—Además, él ha estado rondando esta ciudad por un par de días, ya.
Cops caminó un poco a través de los restos del bar. Era impresionante, pero a pesar de que hubiera sido quemado casi por completo, se veían claramente marcas de sangre y cadáveres humanos por doquier. Eso solo podía significar que ese chiquillo había entrado y asesinado a todo el mundo antes de prender fuego al bar.
—¿Pero por qué?
—/—/—/—/—/—
—Smoky— lo llamó Brainy— ¡Smoky!
—¡Despierta, pedazo de inútil!— le gritó Fiercy, y le dio una patada.
Smoky agarró el pie de Fiercy y giró sobre sí mismo para arrojarla hacia el otro lado.
—Lo siento, pero odio que me despierten a golpes— alegó— ¿Qué quieren?
—¡Ruby desapareció!— exclamó Brainy.
—Maldito Smoky— reclamó Fiercy, sobándose el poto.
—¿Cómo que desapareció?
Smoky miró al lugar en donde había visto a Ruby por última vez, pero no lo encontró ahí. Luego miró a su derecha, a su izquierda, atrás, pero no estaba por ningún lado.
—Rayos ¿Y hace cuánto desapareció?
—¡No lo sabemos, idiota!— exclamó Fiercy— Cuando desperté, ya no estaba.
—Quizás sea mejor que vaya a buscarlo por el aire— sugirió Birdy.
—Espera, no lo hagas— lo detuvo Kitten.
Todos la miraron, consternados.
—¿De casualidad tú sabes dónde está?— le preguntó Smoky.
—No estoy segura... pero podría haber vuelto a Ciudad Malvalona.
—¡¿Qué?!— saltaron todos.
—¿Pero por qué haría algo así?— alegó Brainy.
Kitten apretó los colmillos.
—Ruby me pidió no decirles nada. Lo siento.
Smoky se puso de pie.
—Entonces no nos digas, pero eso no significa que nos vamos a quedar aquí. Yo voy a buscarlo ¿Quién se suma?
—Voy contigo— aseguró Fiercy.
Brainy se les acercó sin decir nada.
—Yo me adelantaré— anunció Birdy— Podré verlo más fácil desde arriba.
—Esperen— alegó Kitten— Ruby no quiere que vayamos. No lo hagan.
—Tú te puedes quedar aquí, si quieres— le aseguró Smoky— Pero no nos pidas que no hagamos nada. Es nuestro amigo.
Esto dejó a Kitten sin palabras. Smoky, Brainy y Fiercy comenzaron a caminar hacia el sur, y Birdy despegó para adelantárseles.
—¡Esperen!— exclamó Brainy de repente.
—¿Tú también?— alegó Fiercy— Si escucho esa palabra de nuevo...
—No es eso. Siento a Ruby cerca. Vamos.
Todos, incluyendo a Kitten, corrieron de regreso por la ruta 111, hasta que lo encontraron al doblar en una roca enorme. Caminaba normalmente, como si nada, sin embargo sus ropas estaban cubiertas con el mismo color que su nombre.
—¡Ruby!— exclamaron todos al acercársele apresuradamente.
—¡Oh! ¡Hola, niños! ¿Durmieron bien?
Los pokemon lo miraron de pies a cabeza, algo inseguros.
—¿A dónde fuiste, Ruby?— le reclamó Smoky.
—A resolver unos asuntos pendientes. Disculpen no avisarles.
—¿Y no pudiste pedirnos ayuda?— se quejó Fiercy.
—Pues...— se rascó la cabeza— Todos estaban dormidos, y no quería despertarlos. Además, no era un asunto muy difícil de resolver ¡Y miren!— de su mochila sacó varios cubos de colores— ¡Traje pokecubos! ¿Quién quiere uno?
Todos lo miraron en silencio, sin saber qué decir. Entonces el entrenador depositó una mano sobre la cabeza de Kitten, y le sonrió.
—De acuerdo, de todas maneras se los iba a decir algún día. Fui a liberar unos cuantos pokemon del bar en el que maltrataban a Kitten.
—¿Entonces...— inquirió Kitten.
—Todos están muertos, y tus compañeros están a salvo en el sistema.
—¿Qué compañeros?— quiso saber Brainy.
Ruby necesitó un momento para meditar.
—Pues... ya se los explicaré luego. Ahora sigamos, que tenemos una región qué conquistar.
—/—/—/—/—/—
Juntos, siguieron subiendo la pendiente de la montaña hasta que se encontraron con una hilera de rocas enormes que les impedían el paso.
—¿Qué haremos ahora?— inquirió Smoky— Son muy altas para atravesarlas.
Ruby palpó una con la mano.
—Podríamos usar a Birdy para llevarnos a todos— propuso Fiercy.
—Pues Brainy y Kitten están bien, pero no sé si pueda contigo— contestó él.
—¿Me llamaste gorda?
—¿Qué crees?
Fiercy saltó sobre Birdy para atraparlo, pero este se escabulló y la esquivó.
—¡Ven aquí!
—¡Jaja! ¡Gorda!
—¿En qué piensas, Ruby?— le preguntó Brainy, indiferente al alboroto de sus compañeros.
—Nunca lo he intentado, pero...
Respiró hondo, separó un pie del otro y arremetió con todas sus fuerzas a la roca. Esta se trisó bajo su puño, se despedazó y finalmente se volvió polvo. Todos lo quedaron mirando con la boca abierta.
—Qué increíble que un movimiento tan débil parezca ser tan poderoso— observó Ruby.
—¿Débil?— repitió Smoky— ¿Cómo que débil? ¡Destrozaste esa cosa entera! ¡Y era mucho más grande que tú!
—Sí, pero su potencia es solo de 40.
—¿Qué es eso de potencia?— inquirió Smoky.
Ruby abrió la boca, pero en eso Brainy lo paró.
—¡Espera, espera! No se trata de algo tan bizarro como lo que nos explicaste el otro día ¿No?
Ruby se echó a reír, y negó con la cabeza.
—Sigamos caminando, les explico en el camino.
Desde ahí Ruby se dedicó a hablarles sobre la Potencia, la Precisión y la complicada fórmula que determinaba el daño directo de un ataque en una batalla pokemon.
Un par de horas después, llegaron a un cruce de caminos. El de la izquierda continuaba subiendo por un sendero verde, tranquilo y lleno de vida. El de la derecha era la entrada a un desierto cuyos límites no se veían bien por las poderosas tormentas de arena.
—Creo que mejor vamos por la izquierda— sugirió Ruby, a lo que todos asintieron.
Cuando cayó la noche y volvieron a acampar, Brainy se acercó a Fiercy.
—Alguien nos sigue— le espetó.
—¿Tú también lo has sentido?— se sorprendió ella— Tus poderes sicóticos están cada día más fuertes.
Brainy sonrió.
—Supuse que tú lo escucharías, solo quería confirmar mis sospechas.
—¿Y puedes leerle la mente a nuestro amiguito?
—Pues... más o menos. Está muy lejos, pero puedo sentir inseguridad y algo de rencor.
Fiercy se encogió de hombros.
—Eso no acorta la lista de sospechosos. Podría ser cualquier persona de Hoenn.
—Pues tú no puedes hacer mucho más con tus orejotas— reclamó Brainy.
—Oye, no pretendía ofender. En todo caso, vamos con Ruby.
Brainy asintió, con lo que ambas se acercaron a su entrenador y le avisaron sobre su descubrimiento.
—Ah, sí— dijo sin mucha preocupación— Creo saber quién es, pero es inofensiva.
—¿Quién es?— saltó Brainy.
Ruby sonrió, divertido. Pensó por un momento su respuesta, hasta que dio con una solución que le gustó.
—No les diré. Tarde o temprano lo sabrán.
Ambas se miraron, curiosas.
—¡Dinos, dinos, dinos, dinos, dinos...— insistieron, hasta que Ruby se echó sobre el suelo para dormir. Al final no lograron sacarle ninguna otra palabra sobre el asunto.
—/—/—/—/—/—
A la mañana siguiente se levantaron y comenzaron su viaje otra vez. Se encontraron con un par de personas en el camino, a quienes aprovecharon de asaltar. No pasó nada fuera de lo común hasta que comenzaron a subir una ladera de piedra.
Después de subir por las escaleras de piedra, se encontraron con otra bifurcación en el camino: Por la izquierda una cueva oscura y de muros rojizos les anunciaba una calurosa caminata, mientras que por la derecha un teleférico lleno de personas de uniformes rojos les indicaba un paseo con vistas preciosas.
—¡Vamos por el teleférico!— exclamó Kitten.
Ninguno le reclamó después de dos días de caminar, por lo que se pusieron en marcha hacia el teleférico, pero fueron bloqueados por dos hombres uniformados, simplemente parados en la entrada.
—Permiso— dijo Ruby.
—Lo siento, el teleférico está cerrado— indicó uno de los hombres.
—¿Por qué?
—Es...— miró al otro, como preguntándole con la mirada— confidencial.
—¿No será que lo quieren para ustedes solos?— alegó Ruby.
—Vete de aquí, niño— le ordenó el hombre, a la vez que le dio un empujón de advertencia.
—Supongo que no hay de otra— Ruby se limpió el polvo de su camisa— De todas formas, me gustan sus disfraces ¿A ustedes no, niños?
Sus pokemon sonrieron al comprender a qué se refería Ruby. De inmediato noquearon a los dos tipos, y se acercaron al grupo de personas uniformadas repartiendo golpes y dientes como perros furiosos.
Uno de los sujetos que se había subido al último vagón vio esto desde arriba, y se alarmó.
—¡Ese tipo es del equipo Aqua!— supuso de inmediato, por lo que llamó a su jefe— ¡Jefe, nos atacan! ¡Los del equipo Aqua quieren subir a través del teleférico!
—¡Detenlos!— le ordenó su jefe, por el otro extremo de la línea.
—¡No puedo, jefe! ¡Yo ya me subí, y estoy muy alto para saltar!
—¿Y qué quieres que haga?
—¡Corte la energía, rápido! Solo así evitaremos que suban al volcán.
—Pero te quedarás atrapado— observó el jefe.
—¡No importa, jefe! ¡Todo sea por el equipo Magma!
—Muy bien. Mantenme informado de la situación.
Nada más finalizar la llamada, el teleférico se detuvo. Más o menos al mismo tiempo, Ruby terminó de noquear al último de los muchachos uniformados.
—Oye, Ruby. Parece que no podremos subir por aquí— le hizo ver Kitten.
—¿Qué? Entonces sí había algo mal— Ruby miró al tipo al que había golpeado— Rayos ¿Por qué no nos lo dijeron? Se habrían ahorrado una tremenda paliza.
Lo soltó sin mucho remordimiento, y miró a su alrededor. No quedaba nadie de pie, excepto él y sus pokemon.
—¿Y qué hacemos ahora?— inquirió Birdy.
—Tendremos que ir por la cueva, obviamente— Smoky se encogió de hombros.
—No tan rápido— los detuvo Ruby.
Todos se giraron hacia él, pensando por un momento que tendría un plan para reactivar el teleférico.
—¿Qué sucede?— inquirió Smoky.
—No nos podemos ir sin robarles nada ¿O sí? Digo ¡Miren sus ropas! ¡Son fenomenales!
Todos se golpearon la cara. A veces no había forma de comprender a Ruby.
De esa forma terminaron disfrazados del equipo Magma, sin siquiera saber qué significaba la "M" en el pecho de la chaqueta.
—¡Oh, yeah! ¡So cool!— Ruby comenzó a bailar en su lugar— ¡Miren mi traje nuevo!
—Ya vámonos— alegó Smoky, rojo de la vergüenza.
—/—/—/—/—/—
Un par de días más tarde, después de atravesar calmadamente las rutas 111 y 112, y detenerse de cuando en cuando para comer, entrenar y robar a los ilusos entrenadores pokemon, Ruby y sus amigos se encontraron en un camino cubierto de una capa gris: Pasto gris, tierra gris, incluso los árboles y el cielo eran grises, como en una película antigua.
—¿Qué es esto?— inquirió Birdy.
—Es ceniza— observó Ruby al verla caer— Ese volcán debe estar muy activo para lograr algo como esto.
—¿No es peligroso quedarse aquí?— supuso Brainy.
—No. Para los científicos, es fácil saber cuándo un volcán hará erupción. Los terremotos, tsunamis y tornados son mucho más devastadores. Sigamos.
Más calmados, los pokemon comenzaron a caminar por la hierba alta. Al hacerlo se dieron cuenta que removían la ceniza en las plantas, y por tanto dejaban una estela de pasto verde en contraste con el gris del ambiente.
De esa forma comenzaron a jugar, dibujando figuras en el pasto. Todos corrieron por casi una hora, felices de la vida, hasta que Brainy, Fiercy y Kitten se pararon en seco, en distintos lugares.
—¡Ruby!— exclamaron, repentinamente alarmadas.
Este solo alcanzó a girarse hacia ellas, cuando un Graveler se le arrojó a toda velocidad por un lado, y un Machoke corrió a embestirlo por el otro.
Ruby no alcanzó a reaccionar, pero Birdy sí. Lo agarró de los brazos con sus garras y lo elevó en el aire antes que los pokemon lo alcanzaran. Entonces el Graveler y el Machoke chocaron entre sí, dañándose en gran medida el uno al otro.
—Esos no eran pokemon salvajes— observó Ruby— ¿Quién está ahí? ¡Muéstrese!
Sus pokemon se prepararon para recibir otro ataque sorpresa, pero no fue necesario. Desde ambos lados del camino aparecieron un hombre y una mujer, y se acercaron a Ruby de forma despreocupada y altanera.
—Hola, Ruby— lo saludó Brawly— Cuánto tiempo.
—¿Te acuerdas de mí, chiquillo?— le preguntó Roxanne.
—Ah, vaya— Ruby sonrió— pero si son el dúo de perdedores ¿Qué los trae por aquí?
—Insúltanos cuanto quieras, niño— Roxanne sacó una pokebola— Pero me llevaré ese Certificado mío que tienes en tu chaqueta.
Brawly sacó también una pokebola.
—Yo te gané antes, tú me ganaste después. No me gustan los empates, así que vine para decidir quién es el mejor ¿Qué dices?
—Hagan lo que quieran— Ruby miró a sus pokemon— Niños ¿Quién se siente listo para una tarde de ejercicio?
—¡Yo!— exclamaron todos.
—¡No somos ejercicio!— alegaron los ex líderes de gimnasio.
Sacaron a todos los demás pokemon que llevaban consigo. Por el lado de Roxanne aparecieron un Kabuto, un Onix y un Nosepass, el mismo de antes. Y por el lado de Brawly fueron liberados un Meditite, un Hitmontop y un Hariyama, su pokemon favorito.
—Muy bien— Ruby hizo unos cálculos rápidos antes de comenzar.
—¡Todos, ataquen a Ruby!— exclamaron Roxanne y Brawly.
—¡Kitten, Rayo Hielo contra Onix!— entonces tuvo que saltar para esquivar un golpe de Hitmontop— ¡Brainy, Birdy, ocúpense de los pokemon de Brawly! ¡Smoky, Fiercy, defiendan a Kitten!
Brainy atacó al Hitmontop que intentaba golpear a Ruby, y a su lado Birdy la protegió de Meditite y Hariyama. Kitten atacó al gigantesco pokemon que era Onix con su Rayo de Hielo apenas aprendido vía MT, y se quedó impactada al verlo retorcerse de dolor y caer ante el frío de su ataque. Entonces Nosepass se lanzó contra Kitten, pero Smoky saltó con arrojo para defenderla. Luego Kabuto intentó lanzarle un potente chorro de agua a Smoky, pero este fue bloqueado por Fiercy, lo cual le dio tiempo suficiente a Smoky de rodear a Kabuto y noquearlo desde un lado.
Ruby corrió hacia donde se encontraba Brawly, pero sorpresa, el Machoke del principio se levantó a pesar de sus lesiones, listo para enfrentarlo. Inmediatamente le lanzó un Golpe Karate, que le llegó a Ruby en el hombro.
El entrenador se aguantó el grito de dolor, y aprovechó el instante en que Machoke tenía la guardia baja para darle el último golpe en la cara y terminarlo.
—¡Eres mío, Ruby!— vociferó Brawly al verlo débil, eufórico al sentir su victoria.
Saltó sobre Ruby para derribarlo, sin embargo este logró eludirlo y conectarle un Golpe Roca entre las costillas tan fuerte que lo hizo retorcerse en el suelo por un rato. De ahí no faltó más que un buen golpe en el cuello para noquearlo definitivamente.
Ruby pensó en dejar su guardia baja, pero en eso oyó los pasos acelerados de otro pokemon acercándose. Al alzar la vista se encontró de pronto con un Graveler, el mismo del principio y tan machucado como el Machoke.
El Graveler corrió, se hizo una bola y comenzó a rodar a gran velocidad hacia el muchacho. Ruby pudo intentar esquivarlo, pero en vez de eso se quedó quieto y esperó hasta el momento justo, cuando el pokemon saltó para impactar en su cara.
—¡Ahora!
En ese momento golpeó al Graveler con todas sus fuerzas, y lo mandó directamente de regreso hacia Roxanne. Antes de poder hacer nada, su propio pokemon la embistió con una fuerza brutal y la derribó de un golpe.
Se produjo un gran silencio por un momento, hasta que Ruby se echó a reír.
—Ustedes sí que no han mejorado en nada. Vamos, niños. Todos lo hicieron muy bien.
Los pokemon de Ruby se reagruparon y se curaron mutuamente las heridas. Luego registraron a los ex líderes de gimnasio para robarles todo su dinero, pokebolas, unas cuantas pociones y bayas.
—¿No los vas a matar?— se extrañó Smoky— Digo, los dos podrían volverse realmente fuertes.
—Sí, y nos volveremos a encontrar con ellos— le aseguró Ruby— Les dejaremos vivir por varias razones, la mayoría de esas razones son buenas para Pokemon Gijinka, así que no te preocupes.
Smoky asintió. Sabía que en ese momento Ruby no le diría cuáles eran esas razones, pero estaba seguro que algún día sí las entendería, y que probablemente le encontraría la razón. Ruby siempre tenía la razón.
—¡Ahora vamos! En el mapa dice que hay un pueblo cerca de aquí. Ahí descansaremos.
—¡Sí!
—/—/—/—/—0—\—\—\—\—
Graveler, el pokemon Roca:
—Peso: 105 kg
—Altura: 1 m
—Observaciones:
- Rueda y rueda. Si encuentra un obstáculo, rueda sobre él en vez de evitarlo
- Se alimenta de piedras. Le gustan más las que están cubiertas de musgo
...
Machoke, el pokemon Superpoder:
—Peso: 70,5 kg
—Altura: 1,5 m
—Observaciones:
- El cinturón que usa en verdad le resta fuerza, para controlar su poderoso cuerpo.
- Nunca se cansa (Nota del escritor: ¡Mentira!)
- Es tan fuerte que puede levantar a un luchador de sumo con el dedo
- Puede levantar un camión con una mano
...
Equipo de Ruby:
1._ Combusken: Mr. Smoky. Naturaleza Gentil
2._ Mightyena: Ms. Fiercy. Naturaleza Audaz
3._ Kirlia: Ms. Brainy. Naturaleza Impaciente
4._ Swellow: Mr. Birdy. Naturaleza Valiente
5._ Skitty: Ms. Kitten. Naturaleza Audaz
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