La Impotencia de Niveles Bajos


Ese día, Pokemon Gijinka se despertó temprano. Después de un tiempo viajando, finalmente llegaron a la ruta 118, sin siquiera ser vistos.

Pronto se toparon con el ancho río que desembocaba en el mar. El agua no era precisamente cristalina, dado que traía toda la tierra y la mugre que el río arrastraba a su paso desde la montaña.

—Pareciera como si fue ayer que planeábamos cruzar este río— comentó Smoky, contento.

—Siento lo mismo— confesó Kitten— Y fue hace casi un mes. El tiempo puede pasar muy rápido.

—Okey, todos a sus pokebolas— Ruby le dio una palmada en la espalda a Beauty, la cual saltó de la sorpresa— Te toca nadar de nuevo.

—Sí— contestó en un tímido tono.

Era un hermoso día, y el relajante sonido del agua corriendo quitaba todo el estrés que alguien podría llevar. El pasto era verde y radiante como en casi todo el resto de Hoenn, los pokemon y sus amos infantes jugaban cerca de la orilla, libres de pensamientos de opresión y desigualdad. La mente de Ruby se perdió tanto en ellos que, cuando se dio cuenta, ya se encontraba al otro lado del río.

Seguidamente sus pokemon volvieron a salir de sus pokebolas y comenzaron a caminar. Entonces el muchacho se fijó detenidamente en ellos. Todos charlaban animadamente y se hacían bromas, tal y como habían hecho antes de la batalla contra Norman.

—Supongo que Cloudy ya no anda en sus mentes todo el tiempo— se dijo, contento.

Brainy caminaba junto a él. Por detrás de ambos, Fiercy, Kitten y Birdy se hacían reír con bromas de mal gusto, mientras que Smoky y Beauty conversaban animadamente sobre nada en particular. Ruby advirtió que Beauty frecuentemente bajaba la mirada desde los ojos de Smoky, y se enredaba los dedos entre el pelo, nerviosa.

¿Es eso lo que creo que es?— le preguntó a Brainy en su mente, mas no recibió respuesta alguna —¿No estás leyendo mi mente?

La miró para asegurarse. Brainy caminaba tranquilamente a su lado, parecía disfrutar alegre del paisaje. Ruby recordó que Brainy podía desconectarse de su telepatía, sin embargo era algo para lo que necesitaba concentrarse ligeramente. Se preguntó si habría ido mejorando hasta convertirla en una habilidad pasiva.

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Después de un par de horas de risas y calma, Brainy se paró en seco. El resto del grupo se detuvo un segundo después, y se voltearon a verla.

—¿Ocurre algo?— inquirió Ruby.

Pero por la cara atónita de su Gardevoir, comprendió que no hacía falta preguntar.

—¡Es Jaws!— exclamó ella.

—¡¿Jaws?!— exclamaron los demás, consternados.

—¡Jaws! ¡¿Te refieres a que está por aquí cerca?!— preguntó Fiercy, emocionada.

—No es solo él, también están Robin y... alguien más— agregó ella— Es alguien que conocemos, pero no me acuerdo quién.

Pronto todos comenzaron a buscar un punto anaranjado a lo lejos, o una figura femenina, sin resultado hasta que Brainy apuntó hasta arriba de una ladera. Ahí se encontraban un grupo de individuos, tan lejos que no lograban distinguir cuántos eran o si eran humanos o pokemon.

—¡Muy bien, vamos!— exclamó un ansioso Ruby.

Pokemon Gijinka comenzó a acercarse al grupo sobre la ladera con un trote ligero, en silencio para sorprender a sus amigos, sin embargo mientras más acortaban las distancias, más lograban ver que algo andaba mal; Jaws no se veía por ningún lado, y Robin conversaba con un hombre que se hacía familiar. Ruby se preguntaba qué era eso tan raro en el aire, cuando Brainy lo llamó.

—¡Jaws y Robin no están bien! ¡Ese hombre es peligroso!

—¡¿Qué?!

El muchacho se giró nuevamente hacia el grupo sobre la ladera, y en ese momento reconoció al dichoso hombre. Su corazón se heló de terror por un momento al recordar la vez anterior que se habían encontrado, pero en un instante se sacudió ese miedo y lo cambió por una explosión de ira al imaginarse lo que aquel sujeto era capaz. Inmediatamente aceleró el paso hasta su máxima velocidad, seguido de cerca por sus pokemon. Fue más o menos en ese momento que el hombre abrazó a Robin con todo su cuerpo y luego se giró hacia el muchacho.

—¡STEVEEEEEEEEEEEEEEN!— vociferó Ruby mientras corría hacia ellos.

Smoky lo agarró por la cintura a él y a Brainy, y saltó la ladera de tres metros de alto sin esfuerzo. Fiercy y Kitten escalaron en un par de segundos, mientras que Birdy afirmó a Beauty de las axilas con sus garras para elevarla. En un parpadeo todo Pokemon Gijinka se encontró frente al campeón, su equipo, Robin y Jaws.

—¡Ruby!— exclamó Robin, entre alegre y desesperanzada— ¡Aléjate de él! ¡Huye!

Mas Ruby no se detuvo ni siquiera a mirarla. Apenas aterrizar en la zona alta, corrió directamente hacia Steven para arremeter su cara con un combo, sin embargo el campeón lo bloqueó con una mano, sin mucho esfuerzo.

—Jajaja— rió este— ¡Qué energía!

Pero Ruby no se rindió con eso. En un instante rodeó a Steven y lo atacó por la espalda con un Golpe Roca, sin embargo el campeón agarró la muñeca de Ruby antes que pudiera concretar el golpe y le torció el brazo con un solo movimiento, inmovilizándolo.

—Oye, oye. Tranquilo, Ruby. Eres el único que quiere pelear aquí— le hizo ver Steven.

—¡Entonces ríndete y muérete!— alegó el chico.

Sin esperar a su respuesta, golpeó el brazo de Steven con la mano que le quedaba libre, zafándose de su agarre. Acto seguido se agachó e intentó hacerlo caer con una patada a las piernas, mas al impactar no logró mover ni un centímetro al campeón.

Ruby se paralizó ante la fortaleza de su contrincante. Ninguno de sus ataques surgía efecto, y se estaba quedando sin ideas. Steven, sin embargo, lo dejó descansar en el suelo en vez de contraatacar, y levantó su mirada para encontrar a su Metagross y a su Aggron conteniendo sin muchos problemas a los seis pokemon del terrorista. Ruby intentó levantarse, pero entonces Steven le cortó el paso con una pierna, y le hizo entender con la mirada que solo podía mirar.

Smoky atacó al Aggron con una patada Ígnea, mientras que Brainy lo distraía con un Psíquico y Beauty preparaba un Surf para arremeterlo por la espalda. Sin embargo, el enorme pokemon de acero afirmó el pie de Smoky en pleno vuelo, sin importarle el intenso calor que atrapó su mano, y lo arrojó violentamente contra Beauty. Luego se volteó hacia Brainy, la cual reaccionó atacándolo de nuevo con un Psíquico, mas lo único que logró fue que el Aggron volteara la cabeza por un momento, como si le molestara un mosquito, antes que este la alcanzara y la dejara fuera de combate con una Garra Dragón.

Por su parte, Birdy, Kitten y Fiercy combatían contra un tranquilo Metagross. Kitten y Birdy lo atacaban con Fintas y Golpes Aéreos, por lo que Fiercy aprovechó de hacer un agujero en la tierra para sorprender a su contrincante desde abajo. Sin embargo, el Metagross advirtió sus intenciones, y con toda calma golpeó el suelo con fuerza, quebrándolo y generando grietas por doquier.

—¡Fiercy!— gritó Birdy, consciente de lo que un Terremoto significaba para un pokemon debajo de la tierra.

La Mightyena salió disparada desde una de las grietas, voló un par de metros y aterrizó magullada. Intentó levantar su cabeza, pues no podía concebir ser derrotada tan fácilmente, pero luego de un par de segundos luchando contra su cuerpo malherido, se desmayó.

Birdy se giró hacia Fiercy, atónito, y luego hacia Kitten. Esta también había recibido gran parte del Terremoto, pero aún se mantenía más o menos en pie. Birdy quiso correr hacia ella para asistirla, pero en ese momento el Metagross los golpeó con una de sus enormes garras de acero, con tanta fuerza como un meteoro. Kitten y Birdy volaron disparados por el impacto, hasta chocar contra el suelo a varios metros de distancia.

Ruby miró todo esto con impotencia y rabia, junto a Robin. Para cuando terminó la pelea, Steven comenzó a aplaudir con flojera, sin preocuparse del ritmo ni del sonido de sus palmas.

—¡Maravilloso!— comentó, eufórico— ¡Tus pokemon dieron un espectáculo maravilloso!

—¡No te atrevas a burlarte de ellos!— rugió Ruby

—Ah, pero no me estaba burlando, mi amigo— entonces se agachó para verlo a la cara— Me pareció que tus pokemon son impresionantemente fuertes, y muy inteligentes también. Hacía mucho que no veía un trabajo en equipo tan espectacular ¡Fue maravilloso!

Ruby miró perplejo a Steven. Ya no parecía el sujeto que se veía en revistas o en los periódicos, el elocuente y simpático hombre que parecía tener todas las respuestas. No. Steven se veía emocionado, más de lo que debería, y eso era lo que más inquietaba al chiquillo.

—¿Sabes?— continuó el campeón— Por mi cargo debería ejecutarte aquí mismo ¿No crees? Tantas vidas inocentes que has eliminado por tu causa egoísta, tantas personas que han sufrido tus fechorías y bla, bla, bla.

—¡¿Causa egoísta?!— reclamó el muchacho.

—Pero...— Steven levantó un dedo para indicarle que no había terminado— Estoy dispuesto a dejarte vivir a ti y a tus pokemon con una condición ¿Mmmmmmh?

Ruby lo miró sorprendido. Steven sonrió, aunque se contuvo. Había estado esperando ese momento por más del que admitiría jamás, mucho menos a Ruby. Debía jugar sus cartas bien, o todo habría sido en vano.

Finalmente, luego de un largo rato de miradas fijas, Ruby apretó los dientes y bajó su cabeza en señal de rendición.

—Te escucho.

Robin frunció el seño, alarmada ante la idea de que su hermano usara a Ruby como a uno de sus tantos juguetes. Recordó las palabras que le había dicho unos minutos antes, de que Ruby era "la pieza más importante de su juego".

Steven sonrió, y acercó su cara a la cara de Ruby para darle un efecto más dramático. Le gustaban los efectos dramáticos. Ansioso, abrió su boca para revelarle cuál era la condición que lo dejaría vivir, cuando en ese momento Ruby levantó su mirada y emitió una luz tan intensa que obligó al campeón a cubrirse los ojos. Entonces el muchacho aprovechó para darle un cabezazo con todas sus fuerzas en la nariz, rompiéndosela, para luego levantarse y continuar golpeándolo.

Sin embargo el Metagross advirtió que su entrenador se encontraba en peligro, y sin perder el tiempo, apuntó hacia el criminal, enterró sus garras en el suelo, se cargó de energía y disparó desde sus fauces un poderoso Hiperrayo.

Ruby no se dio cuenta del ataque hasta que fue muy tarde, mas Robin sí lo vio a tiempo, y con todas sus fuerzas empujó al muchacho hacia un lado. El proyectil de energía pura impactó directamente en el torso de Robin, con lo cual liberó una pequeña explosión y un ruido ensordecedor que dejó un pitido en los oídos de todos.

Cuando todo terminó, los tres humanos se encontraron en el suelo. Los pokemon de Steven, en cambio, se encontraban de pie, rodeando a Ruby y listos para atacarlo si realizaba algún movimiento en falso. El muchacho, paralizado de la impresión que le causó el Hiperrayo, se tardó unos instantes en sacudirse su estupor y mirar hacia Robin. La muchacha había caído unos metros lejos de él, mas desde ahí pudo ver sin problemas unas horrendas heridas. Robin no se movía, no respiraba, nada.

—Robin...— la llamó, desesperanzado— ¡Robin! ¡Robin!

Pero entonces el Metagross hincó una de sus puntiagudas garras de acero contra el cuello de Ruby, listo para atravesarle la garganta.

—Silencio— le ordenó.

Ruby, impotente, comenzó a llorar. Se había prometido a sí mismo nunca volver a experimentar ese sentimiento de impotencia, de nunca volver a presenciar la muerte de un amigo, pero ahí estaba otra vez.

—Pero Robin...— masculló.

El Metagross, fiel a su palabra, levantó su garra para atravesarle la cabeza a Ruby, pero en ese momento la voz de su maestro lo detuvo.

—Tranquilo, Metagross— le ordenó Steven, el cual se había levantado y se inspeccionaba la nariz sangrante— Los niños lloran por naturaleza. Nunca le impidas a un niño llorar.

—¿Estás bien?— le preguntó Metagross a su maestro.

—Yo sí, por supuesto que estoy bien. Soy el campeón— luego se giró hacia donde se encontraba su hermana, sin inmutarse— ¿A nadie se le ocurrió ir a asistir a Robin en vez de capturar a Ruby? Cielos, chicos. Ustedes sí que son malvados.

Sin esperar ni un segundo más, Steven corrió hacia su hermana y la examinó.

—Sus heridas son graves, pero está respirando y tiene pulso— observó en voz alta— Necesito llevarla a urgencias. Todos vuelvan a sus pokebolas. Skarmory, ya sabes qué hacer.

Sin rechistar, los pokemon de Steven se introdujeron cada uno en su propia cápsula, excepto por el ave de acero, el cual dejó de prestarle atención a Ruby para pararse de espaldas a su entrenador, en posición de partida, como si se encontrara en una carrera.

Entonces Steven levantó a Robin en sus brazos, y se acercó a Ruby. Su nariz chorreaba sangre, pero a él parecía no importarle. Ruby, por su parte, se sentó en el suelo y observó atento al campeón y a su hermana.

El Hiperrayo había hecho su ropa girones y había dejado al descubierto su pecho plano, mas pronto Ruby reparó en un detalle extraño; el pecho de Robin no era completamente plano, sino que musculoso. A pesar de su constitución delgada, podían verse perfectamente los pectorales marcados en su piel. Ruby se extrañó de ver a una chica con pectorales, con lo cual otra posibilidad entró en su mente, tan extraña y bizarra que nunca la había contemplado.

Steven siguió el curso de su mirada y le sonrió.

—Ah, sí. Supongo que no te lo ha dicho. Robin es un hombre, es mi hermano pequeño. Aunque prefiere que lo traten de "ella" en vez de "él"— hizo una pausa para ver la reacción de Ruby. Tal y como había pensado, el muchacho lo miraba atónito— Como sea, tendremos que despedirnos por ahora, pero confío en que llegarás sin problemas al Alto Mando.

Sin decir más, se dirigió hacia su Skarmory para montarlo, sin soltar a Robin de sus brazos, y despegó para elevarse rápido como el viento sobre las montañas.

Ruby se quedó en su lugar, sin saber qué hacer. Transcurrió casi un minuto ensimismado hasta que se sacudió la cabeza y recordó que sus pokemon se encontraban lastimados a su alrededor.

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*Nota: Para los que no saben, este fanfic lo escribí hace varios años. Creo que en ese entonces no entendía bien el concepto de persona trans. No recuerdo haber tratado a Robin muy mal o negar su género, pero es posible que haya escrito algo de tal forma que no sea adecuada para el día de hoy. No lo digo para quitarme toda crítica al respecto, solo quiero que sepan que he aprendido mucho sobre el tema en todos estos años. Quizás algún día revise este fanfic. Si lo hago, la manera en que se trata a Robin será uno de los puntos claves en los que me fije.

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