La Bitácora de Zafiro
Zafiro se sentó donde estaba. Le sangraba la nariz y la sien. Por un momento había pensado que Ruby la asesinaría ahí mismo, pero no lo había hecho. En vez de eso la dejó con palabras confusas y mucho dolor.
Entonces sus pokemon se le acercaron, también lastimados. Se fijó en el cielo, ya anochecía ¿Cuánto rato había estado dormida?
—¿Está bien, señorita?— le preguntó Mashtomp.
Ella lo miró con toda la rabia que le había producido Ruby, y lo pateó en la cara.
—¡¿Cómo crees que estoy?! ¡Por tu culpa estoy así! ¡¿Qué clase de pokemon son ustedes, que no me pueden defender?! ¡Me dan asco!
—Lo siento, señorita— se apresuró a disculparse el Marshtomp— Yo... yo no quise...
—¡Claro que no quisiste, pedazo de...— pero entonces recordó las palabras de Ruby, y se detuvo.
"...tú no eres muy distinta de mí"
Esas palabras resonaban en su cabeza como un martillo intentando clavar una idea dolorosamente oxidada. Se llevó una mano a la frente, adolorida.
—Claro que soy distinta de ti, maldito engendro— musitó. Luego se fijó en sus pokemon— Vamos, caminen.
Ninguno se atrevió a preguntar a dónde, por lo que caminaron por media hora hasta que Zafiro se dio cuenta que no tenía un destino verdadero.
Su padre había muerto, pero de todas formas podría volver a casa a vivir una vida normal, y entonces... ¿Entonces qué?
No, no quería hacer eso ¿Qué iba a pasar si Ruby se convertía en campeón? Alguien debía detenerlo... pero claramente ella no podría. Nunca había podido, y había muchos otros entrenadores más fuertes y talentosos que ella dispuestos a enfrentarse a Ruby. Ella no necesitaría preocuparse de él, nunca más.
—Volvamos a Ciudad Malvalona— dijo.
Y dado que ella y sus pokemon habían estado caminando hacia el sur, tuvieron que volver sobre sus pasos hacia el norte.
Zafiro decidió quedarse en ciudad Malvalona por unos días ¿Quién sabe? Quizás hasta podría entrenar un poco más y volver a desafiar al líder de gimnasio.
Pero antes que se diera cuenta, otro gran incendio había sido producido por el terrorista, esta vez nada más y nada menos que en la casa del líder de gimnasio eléctrico: Wattson. Zafiro se sorprendió tanto que escupió su café por la nariz.
—¡¿Cómo?!
Dedicó los siguientes minutos a leer minuciosamente el artículo en el periódico. Pronto se enteró de cómo Ruby había irrumpido con una camioneta robada en una fiesta que celebraba en ese momento el anciano, y que con sus pokemon atacó a todos los presentes.
Sin embargo la noticia no se quedaba ahí, y relacionaba las pasadas aventuras de Ruby con la última.
"En las tres ocasiones, el terrorista ha robado violentamente el Certificado de Líder de Gimnasio de las víctimas", aclaró el periodista "De esta forma, no es raro suponer que su objetivo sea vencer a todos los líderes de gimnasio. Lo que todos se preguntan es: ¿Por qué?"
Eso mismo se preguntaba Zafiro. En verdad, hasta el momento no se había detenido a pensar por qué Ruby vagaba por Hoenn. De alguna forma escapar de la policía parecía excusa más que suficiente.
¿Pero por qué iba por Hoenn desafiando a los líderes de gimnasio?
No, Zafiro sí lo sabía. Ruby siempre le decía lo mismo, cada vez que se encontraban. Solo que ella no había querido escuchar.
—Salvar a los pokemon...— musitó Zafiro para sí, ahí en la mesa del café en que se encontraba— Qué tontería más grande, sacrificar vidas humanas por pokemon.
Mas eso no iba a ser lo último que escuchara sobre Ruby, pues poco después apareció otra noticia: Un asalto en el casino, casi en las narices de la policía. Cuando todos pensaron que no podía ser más escandaloso, apareció a la mañana siguiente un bar incinerado con todos sus ocupantes masacrados. Los rastros de ADN confirmaron de inmediato y sin lugar a dudas que el culpable era nada más y nada menos que el lunático muchacho líder de la organización criminal conocida como Pokemon Gijinka.
Después de leer esto último, Zafiro llegó a una conclusión: Ruby debía ser detenido, sin importar qué. Quizás ella fuera muy débil, pero si entrenaba duro, estudiaba todo lo que se podía saber acerca de batallas pokemon y preparaba una trampa lo suficientemente meticulosa, podría detener a Ruby.
Se paró de la mesa en donde estaba, decidida. Ya no se trataba de vengar a su padre, sino de proteger su amado Hoenn de aquel invasor. Inmediatamente sacó a sus pokemon, y les comunicó su decisión. Estos, como siempre, asintieron sin rechistar, pero entonces ella recordó algunas de las duras palabras de Ruby.
—Y...— vaciló por un momento— ¿Están de acuerdo?
Mashtomp, Slugma y Lombre se miraron, sorprendidos. Era la primera vez que Zafiro les preguntaba su opinión, y les olía a prueba.
—¡Sí, señorita!— exclamaron, más enérgicos que antes. Eso seguramente los salvaría del castigo que Zafiro les tenía preparado ¿Cierto?
Pero ella simplemente asintió de vuelta, y los devolvió a sus pokebolas. Ningún entrenador acostumbraba dejar libres a sus pokemon por demasiado tiempo, incluso los más cariñosos y mimadores.
—/—/—/—/—/—
Bitácora de Zafiro:
Bien. No sé cuánto tiempo sobreviva, y a veces dudo que logre hacer lo que pretendo. Estoy lidiando contra un tipo peligroso, por eso comenzaré a escribir este diario. Intentaré más que nada anotar mis estudios acerca del sujeto en cuestión: Ruby, líder de Pokemon Gijinka.
Ruby ha demostrado ya ser un entrenador pokemon competente, pero no le molesta usar métodos sucios para obtener sus victorias. Aun peor, apalear y matar a la gente no parecen ser conductas que le produzcan remordimiento alguno.
Precisamente por eso he decidido comenzar esta bitácora. De esa forma, si no salgo viva de mis estudios sobre Ruby, al menos alguien podrá usarlos para enfrentarlo, alguien más fuerte que yo.
[...]
Día 1:
—12:54:
No pretendo relatar mi historia con el terrorista, así que solo voy a decir que vi lo que hizo en ciudad Malvalona, y que decidí seguirlo. Parece que Ruby está detrás de los líderes de gimnasio, y el gimnasio más cercano a Malvalona es el de Lavacalda, por lo que me dirigí hacia allá después de comprar algunos utensilios que podrían facilitarme mi tarea. Entre ellos, unos binoculares, antiparras, y este cuaderno y lápiz.
Salí en mi bicicleta lo más rápido que pude, pensando en toda la distancia que debería recorrer para alcanzarlo, pero para mi sorpresa lo encontré alrededor de una hora después de partir.
Me sorprendió encontrarlo tan rápido. Hace más de medio día que se marchó de Malvalona y no está demasiado lejos. Supongo que no tiene miedo de que lo encuentren... ¿O quizás es parte de su plan ser encontrado? No podría asegurar nada, no sé cómo su mente retorcida trabaja.
[...]
—14:21:
Hasta ahora no ha mostrado nada nuevo. Camina tranquilamente por la ruta. Si no fuera un asesino en serie, diría que es el chico más tranquilo en la tierra.
Quizás lo que me llama más la atención de él es que mantiene a todos sus pokemon fuera de sus pokebolas. Es extraño de ver, pero supongo que es normal para ellos. Ninguna de sus mascotas parece querer huir, tampoco.
[...]
—14:37:
Ruby se dio vuelta y se quedó mirando a donde estaba yo por un buen rato, más de lo que uno se quedaría esperando algo que no puede ver. Sé que es imposible que me detectara a esta distancia y dentro de mi escondite, pero tengo miedo. Mis manos tiemblan, quizás se note en mi letra.
[...]
—18:04:
Me aburrí de seguirlo a cada paso, así que aposté a que continuaría caminando sin apuros y me marché un rato a entrenar a mis pokemon. Los tres tienen un nivel muy bajo para ir siquiera contra uno de los pokemon de Ruby, y eso me preocupa. Marshtomp es el más fuerte de mi equipo. Con cierto entrenamiento, podría derribar a ese Combusken. Hemos practicado muchas tácticas contra ataques de fuego. No hay tantas otras relaciones de tipo entre nuestros pokemon.
[...]
—18:33:
¡Ruby destrozó una roca con sus manos! Y no era solo una piedra chica ¡Era una roca más grande que él! ¿Cómo pudo hacer algo así?
Tengo la idea de que Ruby puede ser en verdad un pokemon disfrazado de humano. He oído historias de regiones lejanas sobre pokemon cambiando de forma, incluso imitando la figura humana para confundir a la gente. No me extrañaría que él fuera uno de esos pokemon.
[...]
—19:49:
Llegaron hasta una bifurcación en su camino, en la entrada del desierto. Decidieron marchar por la izquierda, como me temía. Se dirigen hacia el teleférico, desde donde se puede llegar a Lavacalda.
[...]
Día 2:
—11:21:
Es atroz. Parece que Ruby asalta a cualquier persona que vea en el camino, sin importar su edad o género. No debería extrañarme, aún me duelen algunas partes del cuerpo gracias a la tunda que me dio hace unos días.
[...]
—12:05:
Ruby se acerca cada vez más al teleférico. Ya no queda mucho para su encuentro con Flanneary. Ella es muy buena luchando, y ninguno de los pokemon de Ruby tiene ventaja sobre los de ella. Me pregunto si ella podrá detenerlo.
[...]
—12:32:
Rayos, parece que el teleférico está en mal estado... ¿Pero esto no es algo bueno? Por un lado esperaba ver cómo Flanneary le daba una paliza a Ruby, pero por otro me alegro que sus malvados planes se obstaculicen de alguna manera.
De todas formas estaba tan enojado por esto que apaleó a todos los tipos que esperaban tranquilamente a que se reactivara el teleférico. Pobre gente, no se merecía eso. Para más remate Ruby les robó sus uniformes a varios de ellos, y después se puso a bailar para humillar más a sus víctimas. Me pregunto si habrá un límite para su maldad.
[...]
Día 3:
—19:26:
Nada qué reportar, en verdad. Parece que Ruby deambula alrededor del Monte Cenizo para buscar una ruta alternativa. Será tonto, hubiera sido mucho más rápido esperar a que el teleférico se reactivara. En fin, como dije antes, es bueno ¿Cierto?
[...]
Día 4:
—16:38:
Me impresiona la forma en que entrena con sus pokemon. No llevan simplemente un entrenamiento duro, sino que todos parecen querer hacerse más fuertes, incluso el mismo Ruby. No recuerdo haber visto a ningún entrenador antes mantener una pelea con sus pokemon, y menos vencerlos tan fácilmente como él lo hizo ¿Quizás yo tendré que entrenar de la misma forma? Lo anotaré por aquí y estudiaré una forma de subir el nivel de mis pokemon. Fui una tonta, nunca se me ocurrió que él se esforzara tanto en volverse fuerte. A este paso nunca lo alcanzaré.
[...]
—20:41:
¡Ruby se ha estado paseando por horas con el pecho descubierto! No debería molestarme, después de todo hace mucho calor por aquí, pero... ¿Por qué tiene que mostrar sus músculos a todo el mundo? ¿Por qué el malo tiene que ser tan sexy? Creo recordar un programa sobre asesinos en serie que vi hace unos años. Según las estadísticas, lo asesinos tienden a ser personas muy atractivas.
Pero eso no significa que cambie de opinión ni nada. Es solo información sobre el sujeto en estudio, en serio.
[...]
Día 5:
—11:53:
Parece que llegamos a la ruta 113. Desde aquí podré vigilarlo más de cerca, gracias a la ceniza que cae. Es un lugar perfecto para analizar cómo reacciona ante climas extraños.
[...]
—12:35:
¡Ruby apaleó a dos líderes de gimnasio! Me costó un poco reconocerlos, pero sus caras son muy famosas en Hoenn. Eran Roxanne y Brawly, líderes de los gimnasios de roca y lucha, respectivamente. Ruby ya los había enfrentado a ambos por separado, y los había vencido a ambos. Me cuesta trabajo pensar que haya derrotado a los dos al mismo tiempo.
[...]
—13:47:
Después que Ruby se fuera, me acerqué a los líderes y traté sus heridas lo mejor que pude. El señor Brawly se despertó entremedio y hablamos un poco. Le conté sobre mi misión, y él me relató cómo había llegado hasta ahí, y que ya no podía ejercer como líder.
Claro, sin algo que lo certifique como líder de su gimnasio, no puede dar medallas ni enfrentar a retadores bajo el nombre de líder. Es algo triste.
Es un buen hombre. Me agradeció ayudarlo y me deseó suerte. Espero enfrentarme a él algún día, de retador a líder de gimnasio.
[...]
—19:24:
Seguí el patrón de entrenamiento de Ruby. Es muy distinto a como yo lo hacía (como me habían enseñado). Se supone que un pokemon gana experiencia de combate al pelear y ganar una pelea. Pero Ruby los ejercita como si fueran humanos. De cuando en cuando se enfrenta a ellos en batallas, pero lo hace más por diversión que cualquier otra razón.
Así que hoy no hubo peleas para mis pokemon. Los hice correr, levantar rocas pesadas, escalar muros, esquivar proyectiles y resistir golpes por tres horas seguidas. Terminaron agotados, pero no tanto como antes. Me pregunto si esta forma de entrenar dará resultado.
[...]
Día 6:
—10:39:
Ruby entró en Pueblo Pardal como si nada. Parece que la gente aquí es muy ignorante del resto del mundo para darse cuenta que entre sus calles pasea un asesino en serie.
Espiándolo desde afuera, alcancé a ver que pagaba por quedarse una noche en el Centro Pokemon. Creo que puedo ir a entrenar un poco más por hoy.
[...]
Día 7:
—12:13:
Salió del pueblo, le robó a unas cuantas personas y se marchó a una casa en el campo. Más entrenamiento para mí.
[...]
Día 8:
—12:31:
Ya me estoy cansando de seguirlo. He aprendido a imitarlo para llegar a ser tan fuerte como él, pero de identificar sus debilidades no he hecho progresos. No sé, quizás esto de investigar no es para mí. A veces me parece que estoy perdiendo el tiempo.
Me enfrenté a varios entrenadores mientras Ruby permanecía en la casa. Antes apenas podía contra uno, y si le ganaba tenía que correr de inmediato al Centro Pokemon más cercano para curar a mis pokemon cuanto antes. Ahora, sin embargo, los vencí a todos rápidamente. Estoy mejorando, pero aun no le llego a los talones a Ruby.
No quiero pensarlo, pero en verdad pareciera que esto es el resultado de entrenar como lo hace él. Al parecer es más inteligente de lo que pensé.
[...]
—12:51:
¡Casi me ve!
Estaba tan concentrada en pelear contra los entrenadores en el camino, que en medio de una batalla oí su voz llamando a un tal "Birdy" o algo así. Tuve que tirarme al suelo y esconderme entre la hierba alta antes que asomara su cabeza. Parece que no captó mi presencia.
[...]
—13:42:
Veo que tiene un nuevo pokemon ¡Y nada menos que un Swablu shiny! ¡Maldito! Yo siempre he querido un Swablu y un pokemon shiny ¡Y él tiene los dos en uno! ¡Cuánto lo odio!
Dejando eso de lado, parece que quiere continuar su camino por el sendero montañoso. Creo que se dirige a la Cascada Meteoro. Es un lugar extraño. Yo ya pasé por ahí, pero no tengo muchas ganas de volver. Supongo que no hay de otra.
[...]
—14:02:
Ruby intercambió un par de palabras con sujetos vestidos de rojo y azul, nada que me importe. Después asaltó a un señor de bata blanca, seguramente un doctor. Pobre doctor, no pude hacer nada por él, excepto pedirle silencio cuando me vio pasar tras su asaltante.
[...]
—14:23:
Ruby y sus pokemon saltaron sobre esa pendiente deslizante que tiene esta cueva. Nunca entenderé qué es ese líquido ni cómo llega ahí, y probablemente no quiera saberlo. En fin, no soy tan tonta como para saltar ahí tras él. Si hubiera sido un poco más cuidadoso, se habría fijado en el camino de escaleras que hay al lado. Solo necesita caminar un par de minutos extra.
[...]
—14:45:
Ya estoy llegando al fondo de la cueva. Creo que pude verlo junto a sus pokemon, apilados a los pies de la pendiente. Será tonto...
—/—/—/—/—/—
Zafiro dejó de escribir, pues algo llamó su atención; flotando sobre su cabeza, un Lunatone cargaba como si nada a un Delcatty, para luego depositarlo en medio de la plataforma en donde la entrenadora se encontraba.
—¿Estás bien?— le preguntó el Lunatone al Delcatty.
—Sí, creo que solo perdí el conocimiento por un momento. Gracias por ayudarme.
Zafiro echó a reír, sin poder contener su emoción. Los dos pokemon notaron su presencia gracias a su risa, y se levantaron de inmediato. El Lunatone retrocedió, temeroso, pero el Delcatty se preparó para defenderse.
—Siempre quise un Skitty como mascota— admitió Zafiro— Pero no importa si ya estás evolucionado. Te deseo de todas formas.
—Tú debes ser Zafiro ¿No es cierto?— inquirió el pokemon.
—¿Eh? ¿Cómo sabes mi nombre?
—Vaya— el Delcatty se cruzó de brazos— He oído varias historias de ti, sobre todo de Birdy. Lamento decirte que legalmente ya pertenezco a un entrenador, y aunque fuera salvaje, preferiría morir antes que servir a alguien como tú.
—¡¿Qué?!— Zafiro sacó una pokebola, de la cual apareció Slugma— ¿Quién te enseñó a hablar así? Se supone que seas linda y cariñosa.
Pero Kitten le mostró la lengua.
—Púdrete, no sirves para nada.
—Oye, me estás hartando ¡Slugma, usa Lanzarrocas!
El Slugma arrojó varias rocas hacia Kitten, y para sorpresa de Zafiro, esta no las esquivó. Simplemente fue apedreada ligeramente, pero se mantuvo de pie.
—¿Eso es todo? Necesitarás mucha más fuerza para hacerme frente. He estado entrenando muy duro desde que me uní a Pokemon Gijinka.
—¡Esa organización es malvada! ¡Ruby es un enfermo mental y lo sabes!— alegó Zafiro— ¡Slugma, usa... — dirigió su mirada hacia su pokemon, pero este ya no estaba concentrado en la batalla. Solo estaba ahí parado, mirando al pokemon enemigo como si fuera un cuadro en un museo— ¡Slugma, reacciona!
Pero nada ocurrió. Zafiro, iracunda, arrojó su siguiente pokebola sin molestarse en entender qué ocurría con su pokemon.
—¡Lombre, usa Sorpresa!
Inmediatamente el Lombre avanzó hasta Kitten y golpeó su cara con ambas manos, pero en ese momento se paralizó donde estaba, retrocedió un poco y se quedó ahí parado.
—¡Rayos, no! ¡Lombre! ¿Tú también?
Pero Zafiro no obtuvo respuesta. No lograba entender qué les pasaba a sus pokemon, y solo tenía uno más para hacerle frente a esa Delcatty. Sin pensarlo demasiado, arrojó su tercera pokebola.
—¡Marshtomp, usa Placaje!
Obediente como siempre, Marshtomp embistió al enemigo sin rechistar. Con el impacto Kitten cayó de espalda.
—¡Bien!— exclamó Zafiro— ¡Te tengo!
—¡Ay! Me dolió— alegó la pokemon.
Inmediatamente, para la sorpresa de la entrenadora, sus tres pokemon acudieron en ayuda de la enemiga.
—Lo siento mucho, no quise hacerlo— se disculpó Marshtomp.
—Déjeme ayudarla, señorita— se ofreció Lombre, extendiéndole una mano para levantarla.
—¿Estás bien? Ese último golpe se vio feo— observó Slugma.
—Ah, ahora estoy un poco mejor. Gracias, chicos.
Zafiro se quedó paralizada, mirando cómo sus pokemon hacían todo lo posible por fraternizar con Kitten.
—¿Pero qué... ¡¿Qué creen que están haciendo, panda de inútiles?!— les gritó— ¡Acaben con ella! ¡Ahora!
Sus tres pokemon la miraron consternados, y luego regresaron la vista hacia Kitten. Ella sonrió, y les acarició sus cabezas.
—Pero tres caballeros como ustedes no lastimarían a una dama como yo ¿O sí?
Los tres negaron con la cabeza al mismo tiempo.
Zafiro no podía más. Primero Ruby, y luego sus pokemon se sublevaban contra ella. Después de todo lo que les había dado, de todo lo que se había sacrificado por ellos. No podía soportarlo, simplemente no podía.
Avanzó a grandes zancadas hacia Kitten, apartó a sus pokemon a manotazos y se plantó frente a ella.
—Se acabó. No quería hacer esto, pero si te vas a burlar de mí y mis pokemon, voy a tener que luchar como el estúpido de tu entrenador sabe hacerlo— cerró sus puños y los levantó a la altura de su cara— Humano contra pokemon.
—Por fin— alegó Kitten— Me sorprende lo cobarde que puedes llegar a ser.
—¿Cómo que cobarde? ¡Tú no has hecho nada más que recibir golpes!
—Sí, he resistido los ataques de tus tres pokemon, mientras tú te escondes detrás de ellos y les exiges mucho más de lo que tú podrías llegar a hacer. Despierta, Zafiro— miró a los tres pokemon, juntos a una distancia prudente, temerosos de lo que pudiera pasarle a la Delcatty— Tienes tres compañeros muy simpáticos, y que se preocupan por ti a pesar de tus estupideces. Pero eso no durará para siempre. Algún día se cansarán de ti, tal y como Birdy lo hizo.
—¿Cómo te atreves a hablarme así en frente de mis pokemon?— reclamó la muchacha— ¿Quién te crees que eres? ¡¿Ah?!
—Soy Ms. Kitten, miembro de Pokemon Gijinka, y un pokemon libre que sigue a su entrenador por voluntad propia. Y ellos...— apuntó hacia arriba, con lo que Zafiro advirtió a decenas de Lunatone y Solrock flotando alrededor, dispuestos a atacarla si hacía un movimiento brusco— son los guardianes de esta cueva. Te aconsejo irte en paz, si no quieres enfrentarte a todos nosotros.
Zafiro apretó los dientes. Realmente consideró la segunda opción, pero finalmente regresó a sus pokemon a sus pokebolas y se marchó corriendo antes que los pokemon salvajes intentaran hacer algo contra ella.
Ya sabía que Ruby se dirigía hacia el Monte Cenizo, lo había oído cuando él le sacaba información al profesor Cozmo. Para su fortuna, Ruby era un forastero que no conocía el pasaje secreto que llevaba a la cima del volcán desde la Cascada Meteoro. Muy poca gente sabía que existía, y mucha menos lograba encontrarla.
Ahí terminaba el seguimiento sobre Ruby. Tal y como Zafiro previó, ni siquiera sus tres pokemon pudieron contra un solo pokemon del criminal al que pretendía derrotar, pero eso no fue lo que más le dolió. Eran las palabras de Kitten las que se quedaron con ella por más tiempo, y con más fuerza.
—/—/—/—/—0—\—\—\—\—
Solrock, el pokemon Meteorito:
—Peso: 154 kg
—Altura: 1,2 m
—Observaciones:
- Se piensa que es de origen extraterrestre, más específicamente del sol
- Al girar, libera mucho calor y luz
- Se dice que puede leer la mente
- Se alimenta de energía solar
...
Lunatone, el pokemon Meteorito:
—Peso: 168 kg
—Altura: 1 m
—Observaciones:
- Se piensa que viene del espacio, pero esto no se ha podido comprobar
- Entra en mayor actividad en épocas de luna llena
- Fue descubierto 40 años antes de la línea temporal en el juego
- Duerme a sus enemigos con solo mirarlos
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top