El Camino que nos Trajo Aquí (2/2)


Nací en Kanto, pero mis padres murieron en un derrumbe cuando yo era muy chica, así que pronto tuve que mudarme donde mi abuelo, a pueblo Lavacalda.

Me gustaría decir que viví felizmente con él y el resto de los ancianos del pueblo, pero no es del todo cierto. Crecí como una chica problema, en el colegio era la líder negativa, la que hacía que las otras niñas se sintieran tristes y la que les quitaba los novios a quienes me cayeran mal. Le di muchos problemas al pobre de mi viejo, pero él me aguantó, a veces con mano dura, a veces con compasión. No fue hasta que me hice grande que comprendí cuántos problemas le causaba.

A modo de disculpa, o de pago, comencé a ayudar en el gimnasio. Ah, sí. Mi viejo era el antiguo líder, por si no sabían. Bueno, comencé a ayudarlo a limpiar, a darles de comer a los pokemon, a asistir a los aprendices y ese tipo de cosas, y pronto me convertí yo misma en una aprendiz.

Después de que me volví adulta, la relación con mi viejo comenzó a florecer. Comencé a verlo sonreír de formas que no había visto antes, e incluso su cuerpo se volvió más fuerte, y las enfermedades lo aquejaron menos. Él fue un maestro duro, pero excelente. Era un entrenador pokemon imparable, tanto que cuando Norman apareció, todos decían que era un hijo perdido de mi abuelo.

En fin, al ser una aprendiz en el gimnasio del viejo, comencé a mirar al fuego y al calor de otra manera. Realicé varias expediciones a la boca del volcán, incluso aprendí a crear fuego.

[...]

Para sorpresa de todos, Flannery apuntó con su boca hacia arriba y exhaló una pequeña bocanada de aire, que se incendió apenas salir de sus labios para se convertirse en llamas.

[...]

Poco a poco este asunto de las batallas pokemon pasó a gustarme. Como aprendiz del líder, ascendí en los puestos en menos tiempo de lo que se quema una hoja. Mi abuelo estaba orgulloso, lo hubieran visto, incluso hablaba en las cenas sobre su "apasionada sucesora" y me presentaba a sus amigos con el pecho inflado. Rayos, me encantaba verlo así...

Y de pronto murió.

Mientras investigaba el monte Cenizo, el viejo se tropezó y cayó por la ladera, o al menos eso decía el informe policial. Cualquiera que conociera a mi viejo habría sabido que eso era casi imposible, porque él nunca tomaba ese tipo de caminos peligrosos.

Por supuesto que pensé que había algo raro, pero de todas formas acepté lo que me dijeron como verdad, al menos hasta que encontré cierta investigación que había estado realizando el viejo, un proyecto secreto del gobierno, llamado "Cable Link".

Aun así, intenté no prestarle atención. Mi abuelo había muerto, fin del asunto. Tal y como todos esperaban, me volví líder de gimnasio y comencé a asistir a las reuniones de los líderes, y ahí lo conocí, a ese demonio llamado Steven Stone.

Al principio pensé que era un tipo con el que podía llevarme bien. Era calmado, pero podía tomar decisiones y trabajar bajo presión. Hablaba muy bien frente a un público, y sin importar mucho lo que dijera, te podía convencer de casi cualquier idea. Pero luego, gracias a mi nuevo puesto importante, comencé a enterarme de los oscuros negocios que rondaban al campeón, hasta que obtuve prueba de que él había dado la orden de matar a mi abuelo. No había sido un accidente, sino un asesinato.

Eso no pasó hace mucho, quizás unos dos años. Desde entonces me he estado preparando a mí, a mis pokemon y también a mis aliados. Sin embargo, me di cuenta que Steven me vigilaba. Él sabía de lo que yo era capaz y había previsto que yo me enteraría de lo de mi abuelo, y por lo mismo comenzó a vigilarme desde las sombras desde que nos conocimos.

Tenía que desaparecer. Tenía que abandonar el puesto de líder de gimnasio para preparar mi venganza, pero no tenía cómo. No podía simplemente renunciar, pues entonces Steven habría podido matarme sin problemas.

Y de pronto, como caído del cielo, oí la noticia de cierto chiquillo que iba por Hoenn derrotando a los líderes de gimnasio y quitándoles sus certificados, y también de cierta organización de científicos con ciertas actividades oscuras, relacionadas con la actividad volcánica. Inmediatamente conecté los puntos, y comencé a jugar mis cartas.

Primero apareció Ruby, a quien le entregué mi certificado de líder. Luego contacté con el equipo Magma y les pedí unirme a sus tropas porque... razones importantes. Ellos me creyeron completamente, sin pensar que buscaba un escondite mientras encontraba la forma de conseguir poder, lo suficiente como para que ni el mismísimo campeón pudiera hacerme frente.

Nunca esperé encontrar esa fuente de poder en uno de los planes del equipo Magma. Magno me dio su confianza, y en cuanto me reveló que iban tras Groudon, supe que ese iba a ser mi carta de triunfo...

Solo que las cosas no salieron como lo esperé. Groudon tomó el control de mí por un buen tiempo. Desde que me agarró para llevarme con él hasta que terminó la batalla, permanecí en un estado de trance casi total. Y cuando todo terminó y por fin logré controlar ese poder, Steven lo capturó con una simple pokebola.

Esa había sido mi mejor oportunidad para vengarme, y la eché a perder... no. Ni siquiera fue una oportunidad. Todo fue parte de los planes de Steven, desde el principio. Él sabía de Groudon, lo estaba esperando, yo solo se lo entregué.

—/—/—/—/—/—

Flannery terminó su relato con la cabeza gacha, apesadumbrada.

—Entonces... ¿Te nos vas a unir?— supuso Ruby.

—¿Me dejarías hacerlo? ¿Después de usarte como una excusa?

Ruby no supo si eso era una broma o si lo decía de verdad. Era cierto que lo había usado, pero ¿Podía enojarse por eso? Además, siempre que ella aparecía, algo interesante ocurría... y de pronto recordó aquel beso, y se sonrojó.

—Po... po... por supuesto— contestó, desviando la mirada.

Con eso, Flannery lo tomó por los hombros. Ruby la miró, ella se veía muy seria.

—¿En serio?— inquirió.

—¡Claro!— insistió el chiquillo, un poco nervioso.

—¡Ruby!— exclamó Flannery— ¡Te podría besar en este momento!

—¡No es necesario!— gritaron Zafiro, Robin y Brainy, la última separándolos antes de que algo más pasara.

Ruby se rascó una mejilla, completamente rojo. Brainy aprovechó su cuerpo delgado para sentarse entre él y Flannery, por si acaso.

—Pues... me alegra contar con tu ayuda— concluyó el muchacho de forma diplomática.

Entonces Robin levantó su mano.

—¡Ahora yo! ¡Yo quiero contar mi historia!

Ruby y sus pokemon se sorprendieron.

—¿En serio?— se extrañó Ruby.

—Todos lo están haciendo, yo solo quería ser popular— se excusó Robin— ¿No puedo?

—No, no. Digo, sí, por favor— se apresuró a corregir el joven— Me encantaría escuchar tu historia de principio a fin.

—Sí, me da un poco de vergüencita— admitió la muchacha— pero todos lo están haciendo, y yo también quiero ayudar a derrotar a Steven, así que me sentiría peor si no siguiera el juego.

—/—/—/—/—/—

Yo nací en Hoenn, en ciudad Férrica. Fui el segundo hijo del presidente de Devon S.A. y hermano de Steven Stone, el actual campeón.

[...]

—Espera, espera— Zafiro tuvo que detenerlo con un gesto de las manos— ¡¿Qué?!

—¿Tú eres hermano de Steven?— se extrañó Cops.

—¡¿Y eso es lo que te impresiona?!— alegó Zafiro— ¿Eres hombre?

Robin se tomó los bordes del vestido con las manos.

—Sí, te puedo mostrar.

—¡NO ES NECESARIO!— gritaron Ruby y Zafiro al mismo tiempo.

—Yo sí quiero ver— admitió Flannery.

—Bueno, no lo hago, pero no me interrumpan— contestó Robin, un tanto ofendida.

—Pero yo quiero ver— alegó Flannery.

[...]

Como iba diciendo, nací con la mala suerte de tener lazos familiares con esos dos hombres. Desde niño siempre tuvimos muchas comodidades, gracias a las riquezas de mi padre, pero es no hizo mi vida más tolerable.

Steven me lleva tres años de ventaja, y muchos de sus logros los alcanzó en su temprana adolescencia. Él siempre fue el orgullo de papá, no como yo, que no me interesaba en pokemon ni en finanzas, ni en nada de lo que papá quería que me interesara.

Desde pequeño supe que quería ser mujer. No me gustaba tener pene, no me agradaba la idea de que cuando grande me salieran pelos en el mentón y que no podría usar vestidos o ropa linda. En ese tiempo no me agradaban mucho los hombres, al menos los adultos.

Mi papá se decía que no era más que una fase por la que estaba pasando, pero muy en el fondo temía a la realidad, así que me obligó a pasar por varios tipos de entrenamientos de distintas artes marciales. Desafortunadamente para él, lo único que consiguió fue darme herramientas para defender mis ideas a golpes.

Por un momento pensé que todo iría bien, que papá se olvidaría del asunto y cedería, que mis amigos y mi querido hermano me apoyarían, pero no fue así. Papá había soñado con que Steven y yo lo sucediéramos como jefes de la compañía desde que nací, y cuando vio que sus deseos no iban a ser cumplidos, y que yo no pensaba cambiar en absoluto, me desterró. Para mi sorpresa, Steven y mis amigos lo apoyaron a él, y a mí me apuntaron con el dedo y me trataron de enferma.

Durante cuatro años vagué por el mundo, visitando distintos países y regiones. Aprendí mucho sobre pokemon, sobre movimientos y sobre la vida. Evitaba regresar para no tener que enfrentarlos, pero la sensación del rechazo siempre quedó grabada en un rincón de mi mente, como un diablillo que disfrutaba humillarme.

Así que hace más o menos un año decidí que había tenido suficiente, y que iba a regresar a mi tierra natal, para atar los cabos sueltos. A veces, en mi viaje de vuelta, pensaba que quizás mi familia había recapacitado de lo que me habían hecho y que me pedirían disculpas, y que todo sería como antes... pero no podía estar más equivocada. Steven me capturó y me trató como a un criminal antes que a su hermana, y quien era mi mejor amiga en la infancia, me... me violó para satisfacer sus deseos de antaño.

Pero antes de eso, casi apenas llegar a Hoenn, lo primero que fui a hacer fue visitar a mi padre. Él sí estaba arrepentido, él sí deseaba una segunda oportunidad, pero mientras me hablaba en la habitación del hospital, me di cuenta que... bueno, puede parecer raro, pero me di cuenta que no podría fingir quererlo después de todo lo que hizo. Odiaba lo que había sido, y no estaba dispuesta a soportar encontrarme con ese lado de él una última vez, así que lo maté.

Ahora me estoy preparando para asesinar a mi hermano mayor. Será muy difícil, pero creo que puedo lograrlo, y creo que tengo más probabilidades que cualquiera de ustedes.

—/—/—/—/—/—

Cuando Robin terminó su relato, Ruby recordó las extrañas circunstancias en las que la había encontrado en aquella isla.

—Entonces, cuando tú y ese grupo de Wynaut se desmayaron...

—Ah, estaba practicando— aseguró la muchacha— Es una técnica muy complicada que aprendí de un chamán, en un país lejano. Estaba tratando de recordarla, pero parece que necesito practicar un poco más para usarla por completo.

—¿Y en qué consiste?— preguntó Zafiro, curiosa.

—Es una canción— comentó Robin, no muy animada.

—¿Y hace algún efecto?— supuso Ruby.

Robin le sonrió con tristeza.

—Sí, tiene un efecto muy extraño, pero no te lo puedo decir, a ninguno de ustedes, o puede que no logre cantarla por completo en la batalla.

Ruby miró a Brainy para preguntarle mentalmente sobre el efecto de la canción, y por qué Robin quería mantenerlo en secreto, pero la chica se le adelantó.

—Brainy estará de acuerdo conmigo— afirmó— ¿Cierto, Brainy? Después de todo, es mejor que ir golpeando enemigos y esperar vencerlos con fuerza bruta.

Brainy apretó los labios, complicada.

—Robin tiene razón— concordó al final— Lo siento, Ruby, pero no puedo decirte de qué se trata. Tú sigue entrenando, aún con ese movimiento de Robin, vamos a necesitar una enorme fuerza para sobreponernos a nuestros enemigos.

Ruby miró a Robin, ligeramente molesto por el secretismo.

—Está bien, como quieran, solo intenten no ponernos en riesgo ¿Sí? No podemos darnos el lujo de caer dormidos en medio de la batalla.

—Descuida— le espetó Robin, con una sonrisa cordial.

Ruby decidió relajarse. Confiaba en sus amigos, solo que no saber lo que planeaban limitaba sus opciones. Entonces miró a Cops, el cual parecía meditar con los brazos cruzados. Todos lo miraban, en silencio.

De pronto este levantó la mirada, extrañado del silencio, y se dio cuenta que todas las miradas se posaban en él.

—¿Qué?— inquirió, consternado.

—Te toca— le indicó el chiquillo— Tienes que contar tu historia.

—¿Qué? No le debo ninguna historia a nadie

—Oh, vamos— lo incitó Robin— ¿Después de que todos contamos nuestras historias? Hazlo por los viejos tiempos.

—No me hables como si fuéramos amigos— alegó Cops— sobre todo tú.

Entonces el Azumarill y el Sceptile aparecieron desde su espalda.

—Por favor— le rogó el Sceptile, con ojitos de cachorro.

—¡No me mires así!— bramó el agente de policía.

—No seas un mal perdedor, Cops— bromeó Ruby.

—¡Yo no perdí contra ti! ¡Te digo que perdí el conocimiento por agotamiento!— alegó, y lo decía porque no recordaba nada después de intercambiar unas pocas palabras con Ruby, cuando se encontraron en la playa.

—Te vencí con estas dos bellezas— Ruby levantó sus puños para burlarse aun más.

Cops tuvo la intención de levantarse a estrangularlo, pero en ese momento sintió la mano de Zafiro posada en su pierna. Él la miró, consternado, y ella le mostró una sonrisa amable.

—Por favor, me gustaría escuchar quién eres y qué buscas— le espetó ella— Luchamos juntos por mucho tiempo, pero no sé nada de ti.

Cops ensombreció la mirada, no como amenaza, sino porque no podía negarse ante las amables palabras de Zafiro. Hasta donde él veía, ella era la verdadera líder de todo ese grupo, y ella debería ser la siguiente campeona. Después de todo, esa simple jovencita había liderado en medio de una batalla a cientos de personas que apenas conocía. Había sido su inspiración para seguir peleando y su guía, y se había ganado el respeto de Cops.

—De acuerdo— contestó a regañadientes.

—/—/—/—/—/—

A ver, mi historia. Nunca había pensado en contar mi historia ¿Por dónde podría empezar?

Supongo que tendría que explicarles por qué me convertí en un policía, podríamos partir de ahí... Sí, creo que eso será suficiente.

Cuando era niño, fui tomado como rehén por unos terroristas que habían estado atacando la región. Eran profesionales, y no era la primera vez que actuaban, por lo que la policía tenía que manejar el caso con extremo cuidado. Esos criminales eran capaces de cualquier cosa con tal de demostrar una idea, incluso sacrificarse a ellos mismos.

No recuerdo mucho, solo que pasé mucho miedo por mucho tiempo, por más del que podía soportar. Tengo la vaga imagen de una señora a la que le volaron la cabeza frente a mí, o algo así. Pensé que moriría, o más bien, estaba seguro que iba a morir. Pero entonces la policía apareció desde un rincón, y con tácticas y protocolos, redujeron la amenaza con eficiencia.

Desde ese momento supe que quería unirme a la policía, quería ser uno de los héroes que me había rescatado. También surgió un enorme odio por los criminales de todo tipo. Comprendí que esos terroristas querían cambiar la sociedad, pero que las leyes estaban por una buena razón, y me di cuenta que cualquiera que no siguiera las leyes debía pagar.

No estoy obsesionado con ninguno de ustedes, mocosos, es solo que no soporto que ningún terrorista ande suelto mientras yo pueda hacer algo para evitarlo.

Hace algún tiempo Ruby me capturó en una de sus pokebolas, como si fuera un pokemon, y eso me mandó a su sistema de almacenamiento. En ese lugar me encontré con este Treecko, y también con el campeón, para mi gran sorpresa.

Stone se veía calmado, su forma de hablar era suave y educada, pero no podía sentirme tranquilo junto a él. Algo muy adentro me decía que tenía que salir corriendo, durante todo el tiempo que permanecí a su lado. Aun así, es el campeón, y cuando me dio una misión especial para mí, no pude negarme. Me pidió que buscara a Ruby y a Robin, y que se los llevara. Sin embargo, en cuanto atrapamos a Robin entre ambos, me dijo que ya no necesitaba a Ruby, y me dejó libre. Nunca entendí qué quería con Robin, hasta ahora. Aún no entiendo qué quería con Ruby.

Y ahora... he estado recapacitando mucho sobre Stone. Él es el campeón, mi rey, pero de todas maneras es un criminal. Tal pareciera que le gusta ver sufrir a la gente, y no puedo soportar eso. Les ayudaré a vencerlo, pero luego los llevaré a todos a la cárcel, incluyéndome, y pagaremos por nuestros crímenes como se debe.

—/—/—/—/—/—

—Entiendo— comentó Ruby, cuando advirtió que Cops había terminado.

Zafiro y Robin lo miraron con cierto miedo.

—¿En serio nos vas a arrestar?— preguntó Zafiro.

—Es mi deber. Ya estoy incumpliendo por no arrestarlos ahora mismo, pero mientras Stone siga en el poder, nada más importa.

—¿Sabes? Podría nombrarte jefe de policía de mi nuevo gobierno si nos ayudas— le sugirió Ruby.

—Eso es nepotismo y soborno ¿Estás tratando de sobornarme?

Ruby se encogió de hombros.

—Mira, no puedo gobernar una región si estoy encerrado— le espetó.

—Eso podrías haberlo pensado antes de convertirte en un terrorista— observó Cops.

—¿No quisieras trabajar con nosotros?— le sugirió Zafiro— Necesitaremos a alguien tan recto y fuerte como tú para hacerse cargo de los nuevos criminales ¿No te parece?

Cops la miró con sorpresa. En cierto sentido, tenía razón.

—Lo... lo pensaré— gruñó al fin.

Ruby aplaudió lentamente, contento.

—Muy bien, ya se ha hecho tarde y mañana volveremos a entrenar. Todos a dormir.

—/—/—/—/—/—

Varios meses atrás, en la lejana región de Johto, un muchacho que aún no sabía que desafiaría a toda una nación se encontró con una carta, entre la pila de documentos de su difunta madre.

Examinó la carta con curiosidad, luego la abrió. Lo que encontró dentro cambió su forma de ver el mundo por el resto de su vida:

"Hijo mío" decía "Quizás no lo recuerdes, pero cuando eras un niño muy pequeño, te nos perdiste una vez que fuimos al safari. Tu padre y yo te buscamos por todas partes, las autoridades sonaron la alarma, vinieron policías, bomberos y militares de toda la región a ayudarnos, lo hubieras visto. Cuando por fin te encontramos, estabas jugando con un grupo de Sunflora. Te veías muy feliz, inocente entre los pokemon. Los Sunflora quisieron tomarte en brazos para entregarte a tus padres, pero tú no querías irte. Tu padre lo tomó a mal, creo que pensó que los Sunflora intentaban hacerte daño, así que fue a patearlos para espantarlos, pero tú rápidamente te paraste y fuiste a proteger a tus amigos. Como esperarás, todos nos quedamos muy sorprendidos, no tendrías más de dos años cuando pasó. Hubieras visto a tu padre, estaba tan confundido que no sabía qué hacer.

Ruby, no te tomes esto a mal, pero creo que nunca he estado tan orgullosa de ti como en ese momento. Supe que ibas a ser un gran hombre cuando crecieras.

Puede que esta sociedad esté construida en base a los pokemon, pero al mismo tiempo los tratamos como basura. Espero que entiendas que está mal. Pokemon y humanos tienen muchas diferencias, pero también muchas similitudes. No tenemos derecho a tratarlos como inferiores tanto como ellos no tienen derecho a hacer lo mismo con nosotros.

Ruby, espero que pienses, que analices todo por todos los ángulos que tengas. Desconfía de las aseveraciones sin respaldo y lucha por tu felicidad. Por mi parte, he mirado ambas caras de la sociedad y la he declarado podrida. No voy a vivir en un país en donde los pokemon y las personas no se consideren iguales. Ese es mi legado, por favor, no lo ignores.

Te quiere:

Mami"

—/—/—/—/—0—\—\—\—\—

¿Qué les pareció? Entre batalla y batalla, me gusta calmar el ambiente con capítulos más relajados. Sobre todo para los lectores que vengan luego, que leerán todo de corrido.

¿Quién es su entrenador favorito de la tercera generación? A mí siempre me gustó Flannery (si no se nota) ¿Quizás el de ustedes es un líder de gimnasio? ¿O alguien del alto mando? Me encantaría saber.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top