¿Cuál es ese Pokemon?


*Aforrar: Golpear muy fuerte.

Ruby y los demás se quedaron mirando a Cops con estupefacción, aunque solo él y Kitten lo conocían en persona.

De pronto el agente dio un paso hacia ellos, con lo que Ruby no dudó un instante. Corrió, saltó sobre sus pokemon y se plantó entre ellos y el policía, dispuesto a defenderlos a toda costa.

—No se esperaba un ataque tan repentino— pensó a toda velocidad.

Inmediatamente apretó la mano en un puño y lo lanzó con todas sus fuerzas hacia la mandíbula de Cops, pero a este le bastó con un movimiento de sus manos para neutralizar su ataque y arrojar al chico al suelo.

—Creo que no te quedó claro: La última vez tuviste suerte, y solo viviste porque me dediqué a jugar contigo. Hoy he venido a matarte, te lo digo porque no me gusta matar sin advertirle a la gente. Es de mala educación.

Sin pensarlo dos veces, le mandó una potente patada en la cabeza ante la mirada atónita de sus amigos. Ruby gritó un momento, hasta que se apagó. Se formó una pausa cargada de tensión.

—No...— musitó una horrorizada Brainy— Ruby...

—¡Él es! ¡Es Cops!— lo reconoció Kitten, saliendo de su estupor— ¡Rápido, protejan a Ruby!

Cops se inclinó para saltar hacia Kitten y callarla de un golpe, pero en ese momento fue obligado a retroceder por un ataque Psíquico de Brainy. Se llevó una mano a la cabeza, medio atontado, pero en un segundo se la sacudió para que no volvieran a tomarlo desprevenido. Entonces Smoky saltó sobre él, dejando caer una lluvia de patadas voladoras que Cops bloqueó con sus brazos mientras retrocedía. Fiercy se arrojó hacia su cuello para arrancárselo de un mordisco, mas él se protegió y la mandó contra sus amigos.

Al verse sobrepasado en número, decidió ganar terreno para enfrentar debidamente a sus contrincantes; luchar contra pokemon era peligroso, y solo un principiante cometería la insensatez de hacerlo sin una clara ventaja o una estrategia infalible.

Finalmente se marchó hacia las escaleras, esquivando y corriendo de los ataques de los pokemon de Ruby. Mientras tanto, Robin lo sujetaba en sus brazos, examinándolo detalladamente.

—Ruby...— lo llamaba— Ruby, despierta.

El aludido apretó sus párpados, adolorido, hasta que consiguió abrirlos.

—¡Ruby, tus pokemon fueron a pelear contra ese tipo!— lo notificó Robin.

—¡¿Qué?! ¡Niños!

Ruby se sentó inmediatamente, y se levantó dispuesto a echar a correr en el acto para acudir en su ayuda, pero el dolor de la patada de Cops lo retuvo un momento más.

—¿Estás bien?— le preguntó Robin, preocupada al verlo llevarse una mano a la cara.

—Sí, me han dado golpes peores. Vamos, rápido.

Abrieron la puerta para salir, pero en eso oyeron ruidos de numerosas y rápidas pisadas en el pasillo, acercándose a ellos.

—¿Qué son...— quiso preguntar el entrenador, pero pronto dedujo de qué se trataba— ¡Los policías! ¡Vienen hacia acá!

Robin miró a Ruby, perpleja. Vio en sus ojos el deseo enorme de ir a ayudar a sus pokemon, por eso la desconcertó un poco al hablarle.

—Voy a enfrentarme a ellos ¿Estás conmigo?

—¿Qué? Sí, por supuesto... ¿Pero no quieres ir con tus pokemon?

Ruby negó con la cabeza.

—Tendrán que esperar.

Robin apretó los dientes, culpable. Todo ese embrollo había sucedido porque ella le había pedido asistirla en el incendio, y eso la hacía sentirse mal. Solo esperó que no ocurriera nada que no pudiera revertirse.

De repente, desde la puerta aparecieron una pila de policías armados con palos, cascos y escudos. Los muchachos no los esperaron para comenzar, y derribaron al primero con una patada doble tan potente que lo mandó hacia sus compañeros.

—¡Tápate los ojos!— le ordenó a Robin.

Sin esperar a que los policías se dieran cuenta de su estrategia, un potente Destello irradió desde su cuerpo, con lo que encegueció temporalmente a varios de sus enemigos.

Robin saltó sobre ellos, derribándolos y desviando sus ataques con movimientos tan suaves que parecía tener un campo magnético a su alrededor. Ruby le robó a uno su bastón y a otro su escudo para repartir golpes como mejor pudo, hasta que reventó toda su fuerza contra la cabeza del último oficial.

Miró en todas partes, agitado. Robin parecía esperarlo, a unos pasos de distancia. Sonreía muy satisfecha. Ruby calculó, por la posición en que estaba ella, que había vencido al doble de enemigos que él. Sin embargo no tenía tiempo para avergonzarse de su masculinidad.

—Vamos con los niños— indicó.

—Claro.

Ruby arrojó el escudo al suelo, y junto a Robin corrió a través de las escaleras hasta que se terminaron en el techo del hotel. Ahí mismo los seis pokemon libraban una encarnizada lucha contra el agente Cops. Smoky y Fiercy lo mantenían a raya con patadas y mordiscos, mientras Birdy y Cloudy volaban alrededor para atacarlo por sorpresa. Brainy y Kitten lanzaban sus ataques a distancia, intentando no atinarle a alguno de sus amigos.

Pero no todo iba bien. De pronto Cops agarró a Cloudy de la cara al verla abalanzarse sobre él, y la azotó con toda su fuerza contra el piso.

Smoky y Fiercy aprovecharon para arremeterlo con toda su fuerza, pero el agente previó esto, por lo que consiguió escabullirse entre ambos, agarrarlos de las piernas y arremeterlos con toda su fuerza contra el piso.

Birdy, colérico, se dirigió hacia él mientras endurecía su ala hasta darle una densidad propia del acero, sin embargo Cops lo vio venir, y sin problemas se inclinó hacia atrás en un ángulo imposible para eludirlo. Ante la mirada atónita de Birdy, Cops se giró rápidamente antes que este retomara el vuelo, lo asió de la cola para acercarlo y le lanzó un tremendo combo hacia la cara. Habría impactado de no ser porque Ruby lo interrumpió embistiéndolo.

Cops rodó en el suelo, pero de un movimiento se puso de pie y miró a su nuevo contrincante.

—Ruby. Me alegra que estés bien— le espetó.

—Que lo quieres matar, que te alegras que esté bien...— recalcó Fiercy, adolorida a un lado— ¡Decídete!

Cops se irguió, pausando la batalla un momento. Smoky, Fiercy y Cloudy se recuperaban lentamente de los golpes recibidos, mientras los demás rodeaban a su enemigo sin bajar la guardia.

—Los malvados como él no mueren tan fácil, ni tan rápido. No deben, su sufrimiento sería demasiado pasajero— abrió y apretó las manos varias veces, ansioso, aunque su rostro y su voz no mostraban expresión alguna— Te voy a hacer sufrir, Ruby.

El aludido se preparó para pelear, pero entonces el brazo de Robin se interpuso en su camino.

—Déjamelo a mí, Ruby. Él es muy fuerte.

Durante un segundo pensó en impedírselo, pero de pronto se le ocurrió una idea.

—¿De qué hablas?— reclamó él— Nadie va a pelear con ese tipo. Niños, nos largamos de aquí.

Aprovechando el momento de paz, Ruby devolvió a todos sus pokemon a sus pokebolas. Estos hubieran protestado y escapado de sus cápsulas, pero las últimas palabras de su entrenador les indicaron que planeaba algo.

—¡Ahora!— exclamó Ruby.

Este saltó a la altura de la cara de Cops para atacarlo con un puño, sin embargo contraatacar un golpe así no resultaba problema para el agente. Con una mano lo detuvo, mientras que con la otra se preparó para arremeter sus costillas. Tan distraído estaba con Ruby que no se dio cuenta cuando Robin se acercó desde el otro lado y le aforró con todo el poder de su muñeca en la zona entre la boca y la nariz. Su cabeza fue impulsada hacia atrás con tanta fuerza que arrastró el resto de su cuerpo por el aire, obligándolo a retroceder unos pasos. Su nariz comenzó a sangrar abundantemente, cortando por un instante su respiración.

Resistiendo el dolor, volvió su mirada hacia sus contrincantes, pero al hacerlo advirtió que estos se marchaban a toda velocidad hacia el lado contrario del techo. Maldijo por lo bajo antes de dispararse hacia ellos con sus fuertes piernas, pero apenas logró retomar el equilibrio, ellos saltaron hacia el abismo que tenían delante.

Cops corrió a toda velocidad hasta el borde, y desde ahí miró atónito cómo los jóvenes caían. Ruby sacó uno de sus pokemon durante el viaje, un Kirlia, y con las habilidades de este detuvieron lentamente su caída hasta que fue depositado con suavidad en el suelo.

—Excelente, Brainy.

La aludida sonrió. Le gustaba cuando Ruby la felicitaba, pero no podía quitarse una duda de la cabeza.

—¿Cómo supiste que podría lograrlo?— inquirió.

—¿De qué hablas?— Ruby pareció muy extrañado— Te conozco. Eso es todo.

—Qué lindos son ustedes. Casi me dan ganas de tener un pokemon— confesó Robin.

—¿Y por qué no buscas uno? Dijiste que prefieres ser su amiga a darles órdenes ¿No?— Ruby miró a Brainy, la cual reposaba sobre su cabeza— Eso está bien ¿No?

—Claro.

—Para nada— admitió la muchacha— Puede que no lo parezca, pero puedo ser muy cruel con quien no me sigue el paso. Seguramente los abandonaría después de unos días.

Ruby y Brainy se extrañaron, pero no dijeron nada más al respecto.

Entonces los demás pokemon salieron de sus pokebolas.

—¿Qué hacemos ahora?— inquirió Smoky— Cops seguramente no se va a rendir con eso.

—No— Ruby miró hacia arriba, al edificio. Ya no se veía a nadie asomando la cabeza— Tenemos que movernos rápido. Robin ¿Qué necesitas para sacarnos de aquí?

—Hacer una llamada— puntualizó— Solo una llamada y podremos irnos tan rápido que ningún policía podrá seguirnos, pero para llamar necesito ir al Centro Pokemon, y que nadie me moleste mientras se hace la transferencia.

—Suena como que una distracción te vendría de perlas— Ruby golpeó su puño contra su palma, y al instante sus pokemon imitaron su gesto.

—Mientras más seamos, más podremos entretener a la policía— aseguró Smoky.

—Entonces yo entraré por atrás— indicó Robin.

La chiquilla dio unos pasos para alejarse, pero se detuvo un momento, y se giró.

—Ten cuidado, Ruby...

Se quedó un momento quieta, como si quisiera decir algo más, pero al final se giró y se marchó solo con eso. Ruby se la quedó mirando un rato, ensimismado.

—Ruby— lo llamó Smoky, pero su entrenador no contestaba— ¡Ruby!

—¿Ah? Ah, sí. Vamos a hacer la distracción.

Se adelantó al grupo, sonriendo a pesar de que se encontraban en una situación desfavorable. Sus pokemon avanzaron detrás de él, un poco preocupados por su actitud.

Pero no podían hacer nada al respecto. Ruby estaba enamorado, y al parecer Robin también. Smoky se preguntó si eso cambiaría en algo las cosas.

De pronto doblaron una esquina, y el Centro Pokemon apareció detrás de la calle que tenían al frente como un coloso que espera a los guerreros que vienen a desafiarlo. Las decenas de policías que rodeaban el edificio no tardaron en localizar a Ruby. Uno de ellos apuntó hacia Pokemon Gijinka con un dedo y un grito, y todos los demás dejaron lo que estaban haciendo para sacar sus pokebolas y palos, y correr hacia ellos.

—Manténganse juntos, niños. Iremos en línea recta— anunció Ruby.

—¡Sí!— contestaron los demás, y se prepararon para correr detrás de su entrenador.

Varios Skarmory, Geodude y Vigoroth aparecieron a su alrededor, arrojados por las pokebolas de los policías. Intentaron atacarlos, pero los miembros de Pokemon Gijinka simplemente los evitaron o los atacaron desde ángulos inesperados para continuar corriendo inmediatamente después. No iban ahí a pelear, solo a distraer. Y para lograrlo necesitarían conservar su energía cuanto pudieran.

—/—/—/—/—/—

Robin esperó detrás de unos arbustos a que los policías que vigilaban la entrada trasera recibieran la notificación de que Ruby el pirómano había aparecido justo al otro lado del edificio. Entonces se marcharon a toda prisa, todos ellos, con lo que ella tuvo libre acceso al edificio.

Rompió una ventana sin que nadie la viera, entró en una especie de bodega, se deslizó hacia la puerta, corrió a través del salón principal y llegó al PC a toda velocidad. Ahí, sin perder tiempo arrancó el auricular y marcó un número que sabía de memoria. Luego esperó impaciente durante tres tonos, hasta que alguien contestó desde la otra línea.

—¿Qué?— alegó una voz femenina de muy mal humor.

—¡Hola, soy Robin!

—¿Qué?... ¡¿Qué?! ¡Robin! ¿En verdad eres...

—¡Lo siento, no hay tiempo! Estoy en una situación delicada.

Hubo una pequeña pausa.

—Después de todos estos años...— murmuró la mujer al otro lado.

—¡No hay tiempo!— la apuró Robin.

—Okey, cuéntame

—Necesito un pokemon que sepa usar Vuelo.

—¿Qué? Pero...

—¡Es de vida o muerte!

—¿Sabes que es ilegal usar Vuelo si no tienes la medalla necesaria?

—¡Es de VIDA o MUERTE!— repitió.

—Argh...— suspiró la mujer— De acuerdo ¿Pero lo necesitarás por mucho tiempo?

—Solo un viaje.

—Como quieras, pero después vienes y me cuentas qué está pasando. Hace años que no sé nada de ti.

Robin sonrió.

—Por supuesto, Winona.

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Ruby y sus pokemon fueron cercados por un muro de policías con varios pokemon de tipo roca. Unos cuantos Geodude, Aron e incluso un par de Nosepass se alistaban para lanzárseles encima, luciendo sus rocosos músculos a la luz de los faros. Ruby quiso escapar por detrás, pero más policías le cerraron el paso, acorralándolos.

Entonces todos se detuvieron un momento, justo cuando una risa femenina comenzó a oírse. Roxanne, montada sobre su fiel Nosepass, se abrió paso entre los policías para ver a Ruby de cerca.

—¡Estás perdido, Ruby! Te conviene rendirte, o estos oficiales podrían incluso matarte si ven que te comportas de una manera muy peligrosa.

Roxanne parecía la mala de una caricatura, pero no lo decía por humillar más al muchacho. Al fin y al cabo quería lo mejor para su ciudad, y perder las vidas de esos valientes policías habría sido un golpe duro tanto para Férrica como para ella misma.

El muchacho miró a todos a su alrededor, luego a Roxanne, y finalmente a sus pokemon.

—Niños— los llamó, con lo que todos se voltearon a verlo— Hay veces en la vida en que es mejor aceptar que hay cosas imposibles en la vida. Recuerden que no siempre podrán tener todo lo que quieran, no siempre podrán ganar. Hay veces en que es mejor rendirse...— sus pokemon sonrieron, sabiendo cómo terminaría ese discurso— Pero hoy no es uno de esos días ¡Ataquen!

Tomando a algunos policías por sorpresa, Pokemon Gijinka arremetió contra ellos con todo su poder; los que podían lanzar rayos de algo, lo lanzaron, mientras que los que combatían de cerca saltaron sobre los policías que tenían más a la mano para comenzar a abrirse paso a base de golpes. Ruby repartió tajo tras tajo, cortando las gargantas de sus enemigos con su cuchillo ensangrentado. Los pokemon roca intentaron frenar a los terroristas, mas Smoky retuvo a la mayoría de ellos con potentes patadas.

—¡Maldito seas!— blasfemó Roxanne— ¡Nosepass, usa...

Pero antes de terminar la frase, el pokemon sobre el que se encontraba sentada recibió un Golpe Roca en la cara, de parte de Ruby. Se inclinó peligrosamente hacia atrás, hasta que no logró soportar su propio peso y se desplomó de espaldas sobre unos cuantos policías.

Entonces Ruby saltó sobre ella, sentado, y le acercó su cuchillo a la garganta.

—¿No te das cuenta, Roxanne?— le preguntó, reprimiendo una risa malvada— Eres mi juguete. Allá en el campo te dejé vivir porque sabía que vendrías tras de mí otra vez. Por eso mismo te dejaré vivir hoy, y mañana, y nunca te librarás de mí.

Le agarró la cara con fuerza, y con la otra le acercó el cuchillo para hacerle una marca. Roxanne miró la punta del arma con terror, mientras se acercaba. Ella no podía hacer nada para evitarlo, estaba totalmente inmovilizada.

—¿Cuando eras niña no marcabas tus juguetes para que los demás supieran que eran tuyos?— volvió a preguntarle, acercando más y más su cuchillo— Yo siempre dibujaba una "R", bien grande y profunda.

Roxanne estalló en un grito de terror, con lo que Ruby lanzó una carcajada y saltó para matar a dos policías que acudían en su ayuda. Luego se alejó riendo, enfrentándose a todos sus enemigos con una cara de enfermo mental insuperable. La ex líder de gimnasio se levantó para no ser pisoteada en medio de la confusión, pero de ahí no se pudo mover en un buen rato, horrorizada por la experiencia que había vivido. Se tocó la cara, sin marcas ni heridas. No fue hasta mucho después que se preguntó si Ruby en verdad quiso dibujarle una "R" con su cuchillo en primer lugar.

—/—/—/—/—/—

Ruby y sus pokemon se reagruparon cerca del estacionamiento junto al Centro Pokemon. Los policías reunidos eran demasiados para pelear contra todos en un día, incluso para ellos.

—¿Cuánto más va a tardar Robin?— alegó Fiercy, tras escupir un pedazo de cuello.

—Llegará, tranquila— contestó su entrenador, concentrado en el hombre que se dirigía hacia él con un palo sobre la cabeza.

Rápidamente, mientras el policía atacaba, Ruby sujetó su mano activa y lo pateó en la pierna en la que se sostenía para derribarlo y quitarle el arma. Pronto fueron rodeados otra vez, más rápido de lo que habían esperado. Las patrullas continuaban apareciendo, trayendo consigo a varios policías más. Ruby no quería desalentar a sus pokemon con malos pronósticos, pero a cada minuto perdía más las esperanzas de que salieran de ahí.

Y de pronto todo empeoró.

Ruby golpeó a un par de sujetos para noquearlos, pero en vez de caer al suelo como todos los demás, fueron apartados con una fuerza brutal hacia los lados por dos poderosas manos. El dueño de esas manos era un agente alto, de pelo corto, cuerpo atlético y mirada penetrante: Cops.

Ruby lo miró estupefacto por un momento, pero luego se sacudió la cabeza. Claro que Cops iba a aparecer, ningún hombre era tan persistente como él.

Cops no dijo nada, solo se quedó mirando un rato a Ruby, y luego subió sus manos a la altura de su cara, listo para pelear. El muchacho hizo lo mismo, preparándose para lo peor.

Pero en ese momento un rayo de plasma violeta brillante impactó con fuerza en el pecho del agente Cops, haciéndolo retroceder. Ruby miró hacia atrás, desde donde había venido el ataque, y apreció a un majestuoso pokemon volador de cuerpo esbelto y alas esponjosas aterrizando junto a él. A su espalda llevaba a una muchacha de apariencia inocente, la cual se le acercó con mirada decidida.

—Devuelve a tus pokemon a sus pokebolas, rápido— le indicó Robin.

Ruby no necesitaba preguntar por qué. Aprovechando la estupefacción y el miedo de los policías a ser atacados por ese pokemon, regresó a todos sus amigos a sus pokebolas.

Entonces Cops se levantó de un salto, irritado.

—Serás maldito— gruñó con odio, avanzando hacia él con toda intención de matarlo— ¡Te voy a...

Pero antes de que pudiera acercarse más, Robin le mandó una patada tremenda debajo del esternón. El agente Cops se paralizó por un momento, y luego cayó de rodillas, sin poder respirar. Entonces, ante la mirada atónita de todos, Ruby arrojó una pokebola a Cops.

El agente fue absorbido mientras intentaba ignorar el dolor, pero no lo logró, ni menos escapar de la cápsula. La pokebola se agitó con bravura, pero al final se quedó quieta, y una luz en el centro indicó que fuera lo que fuera que estaba dentro, había sido capturado.

Todos se quedaron en silencio al ver cómo el agente Cops había sido vencido y encerrado. Unos cuantos policías, más avispados que el resto, intentaron acercarse a la pokebola para sacarlo de ahí, pero esta se desvaneció antes que pudieran conseguirlo, pues ningún entrenador registrado tenía permitido llevar más de seis pokemon consigo.

—¡Ahora sí! ¡Vámonos!— exclamó Ruby.

Sin perder tiempo, la Altaria agarró a Robin y a Ruby de sus espaldas con sus garras y los elevó en el aire con una facilidad tremenda. Seguidamente giró y comenzó a marchar hacia el oeste para despistar a los policías, pero pocos se atrevieron a perseguirlos después de lo que había ocurrido esa noche.

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Pokemon de Ruby en el PC:

—Seviper

—Beautifly

—Roselia

—Muchos otros

—Agente Cops

...

Stefan Cops, el pokemon policía:

—Tipo: ¿?

—N° Pokedex de Hoenn: ¿?

—N° Pokedex nacional: ¿?

—Peso: 82,6 kg

—Altura: 1,87 m

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