Capítulo 25
Jimin entró en la sala de espera con el cuerpo tenso y el corazón pesado. Temía enfrentarse a sus propios pensamientos, pero ya no quería postergarlo.
A pesar de su apariencia pulcra y serena, su interior era un completo caos, el cual lo estaba consumiendo de a poco. Por ese motivo, decidió que era hora de empezar a reconstruir las piezas.
La puerta del consultorio se abrió y la psicóloga, una mujer de mediana edad con mirada cálida y gesto tranquilo, lo invitó a pasar. Su aroma a cítricos flotó sobre él, revelándola como omega.
—Así que eres Park Jimin. Nayeon me ha hablado sobre ti —le dijo, señalándole que se sentara—. Mi nombre es Son Chaeyoung.
—Es un placer conocerla —el omega dedicó una reverencia antes de acomodarse en el sillón de la oficina.
—Bueno, Jimin, quiero que estés cómodo en esta sesión, así que puedes tomarte tu tiempo. No tenemos prisa.
La había contactado gracias a Nayeon, que le pasó el número de una de sus colegas, que trabajaba en el grupo de voluntarios que se encargaban de la interrupción ilegal del embarazo en omegas.
Jimin se removió nervioso, agradeciendo internamente la suavidad en su tono. Se frotó las manos, tratando de relajarse, pero aún sentía esa incomodidad clavada en su pecho. ¿Por dónde empezar? Había tanto que contar, tantas emociones que no sabía cómo ordenarlas en su cabeza.
—No sé qué decir —admitió después de un largo silencio.
La psicóloga sonrió, comprensiva.
—Empieza por donde te sientas más cómodo. Lo que creas que es más importante para ti exteriorizar en este momento.
Jimin respiró hondo y comenzó a hablar, aunque su voz salió más baja de lo que esperaba.
—Perdí a mis cachorros —dijo, las palabras eran un susurro, como si admitirlo en voz alta le pesara—. Hace poco más de un mes.
La psicóloga lo observó con atención, sin interrumpirlo, permitiéndole continuar.
—Me ha sido... muy difícil aceptarlo —agregó, su mirada cayendo al suelo—. Y siento que no me di el tiempo o el espacio para procesarlo como debería.
Chaeyoung se inclinó un poco hacia adelante, mostrándole su atención plena.
—Perder a tus cachorros debe haber sido devastador, Jimin. Es natural que te sientas abrumado. La pérdida de alguien, o en este caso, de ellos, es algo que no se puede superar con rapidez. Cada persona lo vive de manera distinta, y está bien que te tomes tu tiempo para entender cómo te sientes.
Jimin asintió, pero el nudo en su garganta se mantuvo firme.
—Intenté ser fuerte, sobre todo por mi alfa, por Taehyung. Él... no lo ha tomado mejor que yo —confesó—. Estaba inquieto, preocupado por mí, intentando ser atencioso. Pero sus actitudes sólo hacían que me sintiera peor, al borde de romperme. Y culpable por las decisiones que necesitaba tomar.
—Supiste reconocer esa sensación de agotamiento, de sentir que no puedes más. A veces, tratar de ser fuerte por los demás nos impide procesar nuestro propio dolor. Cuéntame un poco sobre cómo te sientes al respecto.
Jimin se mordió el labio inferior, buscando las palabras.
—La realidad es que estaba atrapado en un tipo de relación que no era lo que deseaba, y aguantaba todo sólo por los cachorros. Era la vida que Taehyung quería. Él es un alfa increíble, me ha cuidado en todo momento, pero... creo que me estaba perdiendo a mí mismo. Necesitaba tiempo para asimilar las cosas a mi manera sin sentirme asfixiado.
»Entonces decidí romper con él, darnos un respiro, a pesar de lo peligroso que podría ser por el vínculo que mantenemos —le enseñó la marca que se escondía bajo su camisa—. Quería retomar mis estudios en la universidad y estoy haciendo el trámite para comenzar. Vendí la casa de mis padres para pagar un apartamento pequeño y me mudé hace poco. Eso hizo que me aleje de él.
La psicóloga lo escuchaba, asintiendo.
—Parece que estás buscando un cambio, después de todo lo que has pasado. Es muy valiente de tu parte tomar esas decisiones, Jimin. ¿Cómo crees que te sentirás al dar esos pasos?
—Aliviado, supongo. Al menos al principio —respondió—. También tengo miedo. No quiero lastimar a Taehyung, ni a mi lobo. Minnie, mi lobo, sigue necesitando a su alfa, y sé que tanto Taehyung como su lobo también están sufriendo por la pérdida. No quiero que se sientan abandonados.
Chaeyoung se tomó un momento para considerar lo que Jimin decía.
—Es un conflicto interno muy normal, dadas las circunstancias. Por un lado, necesitas espacio para sanar y, por otro, sientes una gran responsabilidad hacia tu pareja y tu lobo. ¿Has hablado con Taehyung sobre cómo te sientes, sobre tu necesidad de espacio?
—Sí, se lo dije. No lo tomó bien al principio. Luego pareció entender, aunque sé que es difícil para él, porque su instinto alfa le dice que debe hacerse cargo de mí... Siento que eso me asfixia. Quiero mi independencia. Yo era una persona autónoma antes de conocerlo, quería ganarme mi lugar en el mundo, no vivir a la sombra de alguien más, como terminó resultando.
—Buscar esa independencia y querer recuperar parte de tu vida anterior requiere de mucha voluntad —dijo Chaeyoung, sonriendo—. Y parece que tienes claro que este espacio que demandas no es solo para alejarte de Taehyung, sino para reconectar contigo mismo y con Minnie.
—Sí —respondió Jimin—. He estado perdiendo la conexión con Minnie desde que todo esto pasó. Él quiere consuelo, quiere seguir adelante y volver a gestar cachorros, pero yo... no sé cómo hacerlo. Quiero sanar, y creo que el primer paso es encontrar un lugar donde pueda estar solo, pensar. Supuse que lo principal era empezar terapia para el duelo, así podría asimilarlo con ayuda profesional y aquí estoy.
—La terapia para el duelo puede ser muy útil, Jimin —dijo Chaeyoung—. Fuiste muy valiente al venir aquí y debes sentirte orgulloso por dar ese paso. La pérdida que has experimentado es profunda, y tomarse el tiempo para trabajar en ella puede ayudarte a encontrar las herramientas necesarias para sobrellevar mejor el dolor.
Jimin apretó las manos sobre su regazo, sintiendo un leve alivio al haber compartido sus pensamientos.
—Pero, ¿es egoísta de mi parte querer alejarme? Taehyung me ha dado todo... y me siento culpable por querer separarme de él, aunque solo sea por un tiempo. Es como si lo estuviera traicionando y no me importara todo lo que ha hecho por mí.
Chaeyoung lo miró con dulzura, entendiendo lo que estaba pasando.
—No es egoísta querer lo que necesitas para sanar, Jimin. Estás atravesando un momento muy difícil, y a veces, para poder estar bien con los demás, primero tenemos que estar bien con nosotros mismos. Tomar espacio para trabajar en ti mismo no significa que no ames a Taehyung o que lo estés abandonando. De hecho, puede ser una manera de fortalecer tu relación a largo plazo, porque estarás volviendo a ti mismo y a tu lobo, lo que, a su vez, mejorará la conexión con él.
Más tranquilo, Jimin soltó un suspiro que no sabía que estaba conteniendo. La idea de que no era egoísta al ponerse en primer lugar le brindó una sensación de alivio que no esperaba sentir.
—Supongo que tienes razón... pero es tan difícil. Taehyung ha sido mi apoyo, y siento que le estoy fallando al necesitar alejarme. Aunque sé que, si no lo hago, terminaré resintiendo todo. No quiero que eso pase y guardarle resentimiento por no haberme dejado ir.
El silencio se instauró por un momento, dándole a Jimin tiempo para procesar, mirando a través de la ventana próxima.
—Recuerda que has sufrido una pérdida grande —volvió a hablar la psicóloga, con un tono agradable—. Cuando pasamos por momentos de duelo y de transformación, a veces parece que nunca volveremos a ser quienes éramos antes. Eso no significa que no puedas encontrar una nueva versión de ti, una que tal vez sea aún más fuerte y sabia por lo que has vivido.
Jimin jugueteó con sus dedos, terminando por concentrarse en el anillo de compromiso sobre su dedo anular. Le dio algunas vueltas y dijo:
—Me preocupa eso. Cambiar. No quiero perderme en el dolor, pero tampoco quiero ser alguien completamente indiferente al recuerdo de mis cachorros.
—Cambiar no significa perder tu esencia —respondió la psicóloga con calma—. De hecho, muchas veces, después de atravesar una experiencia difícil, volvemos a conectarnos a un nivel más profundo con quienes somos realmente. Puede que te descubras con nuevos matices, con una perspectiva diferente. No dejarás de ser Jimin. Al contrario, puedes descubrir una versión de ti más plena, más completa, que ha aprendido a lidiar con el dolor y la pérdida, que también se ha dado el permiso de sanar.
El omega asintió lentamente, con sus pensamientos tomando un rumbo mucho más estable al tener consejos que podría aplicar.
—No lo había pensado de esa manera —murmuró—. Supongo que estuve tan enfocado en lo que perdí que no pensé en lo que puedo ganar a través de todo esto.
Una sonrisa y un asentimiento de Chaeyoung le demostraron que tenía razón.
—Exactamente. Será difícil, no hay duda. Y va a llevar tiempo. Ya has dado el primer paso al decidir que quieres darte el espacio para procesar tus emociones. Son señales de que estás en el camino correcto.
»Lo que necesitas ahora es paciencia. El duelo no tiene un tiempo específico. Habrá días en los que sientas que te comes el mundo y otros en donde la más mínima cosa te hará llorar sin parar. Es un proceso y debes vivirlo un día a la vez. Deja que las cosas se desarrollen a su propio ritmo, que fluyan.
Jimin apretó los labios. Sabía que necesitaba dejar de preocuparse tanto por el futuro, pero era difícil. La incertidumbre lo asustaba, y no estaba seguro de cómo avanzar sin la idea de que estaba lastimando a alguien en el camino, incluyendo a Minnie.
—Lo entiendo —dijo finalmente.
—Tu bienestar debe ser una prioridad, Jimin —continuó Chaeyoung—. Taehyung también tendrá que lidiar con sus propios sentimientos, y, si bien su deseo de protegerte es natural como alfa, también necesita respetarte y apoyarte en este proceso. El hecho de que se sienta herido ahora no quiere decir que lo que estás haciendo esté mal. Estás tomando decisiones por ti, por tu salud mental y emocional, y eso es algo que con el tiempo él sabrá entender.
—Es difícil dejar de sentirme responsable por todo —admitió.
—Siempre es un buen momento para empezar a trabajar y centrarse en uno mismo primero. Creo que, a medida que te des el espacio para transitar tu duelo y aprender de él, te darás cuenta de que irás ganando una mayor fortaleza.
El omega se tomó un momento para asimilarlo, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, la pesada carga que llevaba sobre los hombros se hacía un poco más liviana. No era un alivio completo, pero era el inicio que necesitaba. Poder dejar atrás un capítulo y poder abrirse a escribir uno nuevo.
—Gracias —dijo con timidez—. Me siento... un poco más en paz.
—Me alegra mucho oírlo —sonrió Chaeyoung, encontrando al pequeño omega más relajado a comparación de cuando comenzó la sesión—. Estoy aquí para acompañarte, así que no dudes en buscarme cuando sientas que necesitas apoyo. Recuerda, Jimin: este camino es tuyo, y tienes el derecho de recorrerlo a tu propio ritmo, de la manera que creas que es adecuada y te funciona. Nada de apresurarse.
El omega asintió.
Haría lo que Chaeyoung le aconsejó: tomarse un día a la vez, concentrarse en sus metas e intentar cicatrizar las heridas emocionales que no se dio el tiempo de cerrar. Aunque sabía que tenía un camino largo por delante, esta primera consulta le dio muchas esperanzas.
Taehyung estaba de pie frente al ventanal de su oficina, contemplando la ciudad sumida en una tranquila quietud. Era temprano, demasiado temprano para estar en la empresa, pero no podía quedarse en casa. La ausencia de Jimin era demasiado palpable, insoportable.
A pesar de que su agenda estaba repleta de reuniones importantes y decisiones que no podían posponerse, nada lograba despejar de su mente la imagen de Jimin alejándose, esa última mirada antes de que el omega cerrara la puerta del departamento tras de sí, arrastrando una valija con sus cosas.
La sensación de abandono se instaló en su pecho a partir de ahí, sintiéndose como una carga en su espalda, un recordatorio constante de que había fallado. Como alfa, como pareja, como guardián.
Suspiró, cerrando los ojos por un momento.
—No debimos dejarlo ir —le dijo a su lobo.
Desde que el omega se despidió, estuvo batallando con la idea de buscarlo para convencerlo de algún modo de que regresara. Se culpaba y culpaba a su lobo por no haber hecho más para retenerlo.
—Fue su decisión —respondió Tae en su mente, calmado—. Jimin necesitaba alejarse de nosotros. Si considera que es la manera en que podamos volver a estar juntos en el futuro, no debemos cuestionarlo.
—¿Acaso no percibes cómo se siente? Nos necesita. ¡Nosotros deberíamos estar con él, no permitiendo que afronte esto solo!
El alfa tensó la mandíbula, sus garras apretando el borde del escritorio.
Tenía la territorialidad en la sangre, siempre tan impulsivo que no podía entender el razonamiento de su lado animal. Se suponía que para el lobo todo se reducía a instinto: cuidar, poseer, controlar. ¿Por qué su lado animal se mostraba tan sereno ante la ausencia de su pareja? ¿Acaso no había sido siempre el primero en reclamar a Minnie?
Tae comprendió en el último tiempo que el amor era más que eso. Jimin no era un omega cualquiera, alguien a quien podían simplemente atar a su lado por la fuerza. Era un omega con voluntad propia, con sus propios sueños y deseos, y aunque le dolía hasta los huesos que los apartara, no podían forzarlo a quedarse. Sólo terminarían por empujarlo más lejos, enviándolo directo hacia el peligro, como en anteriores ocasiones.
Por eso debía permitirle llevar su vida como le plazca, hasta que quisiera regresar. Lo apoyaría a través de la marca, enviándole sentimientos amorosos a Minnie, llenos de ánimo, para que el vínculo se mantuviera. Ese fue el acuerdo al que llegaron. Como lo amaba, lo dejaba ir.
—Sin nosotros, estará solo y débil. Es nuestra responsabilidad protegerlo —Taehyung se dejó caer en la silla tras su escritorio, bufando.
—No es tan simple. Él cree que esto es lo mejor. Necesita sanar, no ser obligarlo a estar donde no quiere, con el recordatorio constante de lo que no pudo tener.
—Como alfa, deberíamos cuidarlo. ¿O es que lo has olvidado?
Para Taehyung, ser alfa era sinónimo de ser "protector". Siempre fue una parte crucial de su identidad, no solo como pareja de Jimin, sino también como líder, como empresario. Desde el primer momento de la revelación de su segundo género, su instinto guió todas sus decisiones. Pero ahora, se encontraba enfrentando un desafío que no podía resolver con su fuerza o con su poder.
Jimin no necesitaba de su protección; necesitaba tiempo, libertad, convertirse en el omega que quería ser.
Abrió los ojos, enfocando nuevamente su atención en el ventanal. La ciudad empezaba a despertar, pero él seguía atrapado en ese limbo emocional, incapaz de avanzar o retroceder. No era el dolor de perder temporalmente a Jimin lo que lo desgarraba, sino la incertidumbre de no saber cuándo regresaría a él.
—Cuando esté listo, volverá —le dijo su lobo, tomando la responsabilidad de intentar razonar con él.
—¿Y si no vuelve? —preguntó Taehyung, cerrando los ojos y reprimiendo la ola de angustia e inseguridad que ese pensamiento despertaba en él.
—Tiene que volver. Lo hará.
En lo más profundo de su corazón, una pequeña parte de ellos sabía que no había garantías. Taehyung tendría que respetar la palabra de Jimin, sin importar lo difícil que fuera. Lo único que podía hacer era esperar y confiar en que, algún día, volverían a estar juntos.
A partir de entonces, no permitiría que el escurridizo omega se escapara de entre sus brazos.
Jimin parece tomar el control de su vida, pero a Taehyung le cuesta. Está tan cerrado a su naturaleza alfa que no entiende por qué Jimin hace lo que hace, no le permite a Tae que se lo explique y tampoco enfrenta su propio dolor. Qué difícil va a ser esto para él, teniendo que aceptar en algún momento que tu omega no te necesita 😔
Muy buena semana para ustedes, bellezas! Valoro mucho los comentarios y críticas que me dejan para poder mejorar y cada votito suyo siempre es bienvenido. Me motivan mucho a seguir. Cuídense y manténganse hidratados, nos encontramos la otra semana 💕😘
-Neremet-
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