Capítulo 15
Taehyung estaba en medio de una reunión importante de negocios en un salón. Había explicado uno de sus nuevos proyectos frente a varios inversores y muchos de ellos parecían interesados en aportar el capital necesario para el desarrollo. Eso lo hizo muy feliz, pues fue algo en lo que estuvo trabajando arduamente durante semanas.
Conversaba animado con un conocido chaebol, un hombre entrado en años con empresas en el rubro de la metalurgia, cuando lo sintió de golpe.
Fue una sensación sorpresiva, como una fuerte patada en el estómago, que le robó el aliento por unos segundos. Se cuerpo se dobló a la mitad y se le escapó la copa de champán que sostenía en una mano, estampándose en el suelo con un ruido que llamó la atención de los allí presentes.
–¿Se encuentra bien? –le preguntó el anciano, preocupado.
El dolor desapareció tan pronto como llegó, dejando a Taehyung aturdido y confundido. Volvió a respirar de forma apresurada, recomponiendo su expresión. Se enderezó y sacudió su traje gris de tres piezas, salpicado de champán.
–Estoy bien –tranquilizó al hombre, mientras tres camareros se apresuraban a limpiar el suelo y ofrecerle su ayuda–. Discúlpeme, necesito un segundo.
Se apartó del anciano, recobrando su espacio personal. Sacó el teléfono celular de su bolsillo y, sin pensarlo demasiado, terminó marcando el número de Jimin. Tenía la corazonada de que algo no iba bien y aquel malestar casi siempre se relacionaba con el pequeño omega.
Estaba acostumbrado a que Minnie jalara del vínculo temporal por capricho cada vez que quería verle. Creyó que quizás tenía algo que ver con aquel episodio. ¿Le habría ocurrido algo a Jimin?
Los tonos se sucedieron hasta que su llamada fue enviada directamente al contestador. Aquello le pareció raro. Park siempre contestaba las llamadas. Tenía su teléfono encima todo el tiempo respondiendo mensajes de sus clientes. Lo intentó dos veces más y el resultado fue el mismo: buzón de voz.
Marcó el número de Namjoon, impaciente. Salió del salón de reunión y se desajustó la corbata. El calor subió por su cuerpo, junto con una repentina ansiedad por no dar con Jimin.
–Señor –respondió su chofer del otro lado.
–Deja mi auto en la recepción y rastrea el número de Jimin.
La línea se colgó del otro lado. Para entonces, Tae ya había confirmado sus peores sospechas: Jimin estaba en peligro.
La sangre formó un charco a su alrededor y estaba en proceso de coagulación.
Su cuerpo yacía de lado, agonizante, con un lateral de su rostro en contacto con el suelo. Estaba entumecido, sentía frío en las extremidades y no podía moverse. Su visión era borrosa, no sabía si a causa de los golpes, la inflamación en sus pómulos o las lágrimas que brotaban sin parar.
Le dolía respirar. Cada bocanada implicaba la lacerante sensación de agujas incrustándose en sus pulmones.
Tenía la espalda destrozada por las patadas que tuvo que aguantar. En la parte inferior de su abdomen, próximo al lugar donde estaba uno de sus riñones, la puñalada de Seokjin era la causante del preocupante charco de sangre que arruinaba el suelo de su sala.
No tenía idea de cuánto tiempo llevaba ahí, en la misma posición. Sólo estaba seguro de que el sol había hecho todo el recorrido hasta casi ponerse, porque la única franja de luz natural que penetraba en la estancia le brindaba una muy ligera sensación de calor y cosquilleo sobre el vientre.
Estaba asustado por la profundidad de la herida. Teniendo en cuenta que los simples raspones ya lo ponían a lagrimear, lo que podía hacer una navaja era infinitamente doloroso. Le escocía la piel en ese sector como si le hubiesen apoyado un hierro al rojo vivo encima de la piel, y la sangre manaba más profusamente con cada inspiración, brotando vaporosa de los confines de su interior.
No dejaba de pensar en su cachorro.
Jimin lo protegió tanto como pudo, soportando durante una hora entera la brutal paliza por parte de los tres hombres, llegando al punto de perderse en la inconciencia.
Cada vez que la voluntad de Jimin abandonaba su cuerpo, era Minnie quien tomaba el control. Por eso es que, al encontrarse en semejante condición, no dudó en llamar a su alfa con las escasas fuerzas que le quedaban, esperando que fuera suficiente para contactar con Tae. Luego de imponer toda su fuerza en el llamado, luchó con el sopor que le invadía por la falta de sangre, sabiendo que una vez que sus ojos se cerraran, su cuerpo entraría en estado de shock y eso sería muy malo para el cachorro.
La voluntad de Minnie estaba a punto de ceder cuando escuchó el frenado chirriante de las ruedas de un auto, seguido del sonido de puertas abriéndose y cerrándose y pasos apresurados en su jardín.
El rostro de Minnie se crispó en llanto por la felicidad tan pronto como percibió el envolvente aroma a café de su alfa. Había llegado a socorrerle, estaba salvado.
–Alfa... –susurró apenas. Moduló cada sílaba como si estuviera borracho.
Se encontró con la mirada entre asustada e iracunda de Tae. El cuerpo del alfa se desplomó a su lado, con una ráfaga de su aroma más ácido por la furia de ver a su omega en tan lamentable estado. Sus manos temblorosas palparon la herida de Minnie, y éste hizo una mueca de dolor.
Un segundo alfa entró en la estancia.
Namjoon se tomó el atrevimiento de apartar a su jefe del omega pues, al no saber bien qué hacer, le estorbaba.
–Practicaré los primeros auxilios mientras llega la ambulancia –le aclaró Namjoon a Taehyung, viendo que un gruñido posesivo comenzaba a crecer en su pecho por la cercanía con su omega herido–. Necesito que se controle y me dé espacio. Entrará en shock si no detengo el sangrado.
Por primera vez, Minnie distinguió la forma y color de ojos del chofer cuando se quitó las gafas de sol. Eran de un curioso verde oscuro, como el musgo. Una sonrisa cálida se extendió en los labios severos, y aquel simple gesto tranquilizó al omega. No tenía idea de que una sonrisa cambiara tanto el rostro de una persona.
–Todo estará bien –le prometió el alfa, observando la gravedad de la puñalada en el vientre ajeno al mismo tiempo que tomaba con suavidad su delgada muñeca derecha para controlar el pulso, guiándose por el tic tac de las manecillas de su reloj de pulsera.
Luego de eso, Namjoon abrió un pequeño botiquín metálico que traía consigo, sacando del interior un par de guantes de látex, que se colocó de inmediato y un rollo de gasas, que fue amontonando hasta conseguir un paño de forma rectangular. Lo posó sobre la herida de Jimin y le advirtió que dolería, pero que era por su bien.
–Señor –llamó a Taehyung, que gateó a su lado–, necesito que presione aquí para detener el sangrado.
El alfa tomó el lugar de Namjoon y presionó el paño con firmeza, sintiendo cómo absorbía la sangre hasta empaparse y mojar sus manos. Minnie no pudo evitar soltar un chillido, abrumado por el dolor. Taehyung rechinó los dientes, nervioso.
–Sálvalo, Namjoon. Y salva a nuestro cachorro. Te lo ruego –le pidió a su chofer, con lágrimas juntándose en sus ojos y las manos temblándole por la impotencia.
–No se preocupe –asintió el otro alfa, tomando una jeringuilla y cargándola con el líquido del interior de un frasquito de vidrio–. Ánimo, mi señor. Presione con más fuerza –le indicó.
Taehyung lucía abatido. Sus pantalones y sus manos estaban manchados con la sangre de su destinado y fue dominado por el pánico. Lo destruiría que la vida de las dos personas a las que más atesoraba en el mundo se esfumaran delante de sus narices porque no tuvo la valentía de cuidar de ellos como debería haber hecho. La culpa pesó con toda su furia sobre sus hombros.
La piel del omega estaba perdiendo el color sonrosado tan bonito que le había visto en otras ocasiones y los ojos de Minnie ya no le miraban. Estaban fijos en un punto muerto.
–Minnie, aquí estoy. No te voy a dejar ir –le habló con suavidad–. Dile a Jimin que aquí estoy para él también, ¿sí? Sean fuertes. Necesito que sean fuertes para mí, ¿pueden hacer eso?
Los ojos carentes de expresión de Minnie se giraron en cámara lenta, hasta por fin enfocarse en los de Taehyung. Sus labios se movieron, pero Taehyung no pudo distinguir las palabras.
Se acercó para poder escucharlo mejor y las palabras del omega lo dejaron helado:
–Jimin... no está.
–¿Cómo que no está? –se alarmó. Su pecho dolió, le falló la respiración.
–La conexión... se... rompió.
Miles de cosas pasaron por la cabeza del dominante en ese momento. ¿Cómo que se rompió la conexión con Jimin? ¿Jimin había desaparecido? ¿Perdió la conexión con su cuerpo?
Necesitaba respuestas, aunque no era lo más adecuado que Minnie gastara sus fuerzas al hablar.
–Permiso, señor –le pidió Namjoon. Tenía la jeringa en una mano y con la otra, hizo a un lado el paño–. Haré una sutura provisoria hasta que lleguen los médicos de la ambulancia. El hospital está a veinte minutos de aquí. Si lo dejo como está por más tiempo, no tendrá oportunidad.
–Haz lo que tengas que hacer –accedió Taehyung, dando el consentimiento.
Namjoon se encargó de anestesiar la zona, cuyo sangrado se detuvo un poco por la presión ejercida previamente, y luego procedió a coser la herida de forma profesional.
–Por favor no se duerma, señor Park –susurró Namjoon, viendo que los párpados de Minnie querían cerrarse–. Su cachorro y su alfa dependen de que se mantenga consciente.
–Namjoon tuvo formación médica en el ejército. Él te salvará, mi amor –habló Taehyung, acariciando con suavidad la cabellera despeinada de su omega para hacerle notar que se mantenía ahí para él, sin caer en cuenta que sus manos estaban empapadas de sangre y dejaban un resaltante rastro carmín sobre las hebras rosadas.
Minnie luchó. Su alfa acudió a él como le pidió, así que debía poner de su parte, mantenerse despierto hasta que la ayuda llegara.
Ver el dolor escrito en el rostro de Taehyung fue su motor. El alfa mimó su cabello y le obsequió una mirada llena de amor. Minnie pudo ser testigo del cariño que destilaba el dominante, como si fuera el centro de su vida.
–Al...fa... –susurró, en un tono muy bajo como para oírlo. No obstante, el oído desarrollado del alfa identificó su llamado y le sonrió.
En ese tiempo, Namjoon pudo terminar con las suturas, garantizando la sobrevivencia del omega. Era todo lo que podía ofrecer desde su experiencia.
Afortunadamente, la ambulancia no tardó en llegar, avisando de su presencia con la ensordecedora sirena.
Namjoon recibió a los médicos apenas salieron del vehículo, les informó del estado general del omega y de su intervención quirúrgica y dejó que se encargaran a partir de ahí. Pero el dominio de Taehyung se cernió sobre el cuerpo herido, reclamándolo como suyo instintivamente a través de un gruñido grueso.
Los médicos eran una alfa y un omega bastante jóvenes, que retrocedieron ante la amenaza del dominante, poniéndose tras la camilla para establecer distancia. Entonces el chofer intervino, tratando de comunicarse de manera paciente con Tae. Le explicó que los doctores necesitaban poner a salvo a Minnie, que no lo iban a lastimar y que, si lo deseaba, podía ir en la ambulancia con él para no dejarlo solo.
Taehyung pudo someter a su lobo a duras penas, siendo Tae demasiado territorial. Se apartó para dejar que los especialistas manejaran el cuerpo pálido de su destinado y sufrió con él al ver su dolor por el movimiento de alzarlo para asegurarlo en la camilla.
Antes de salir detrás de Minnie y los médicos, el dominante miró con fijeza y seriedad a Namjoon, y le pidió algo que sólo podía confiarle a él:
–Encuentra a los responsables de esto. Tengo que hacer un ajuste de cuentas después de asegurarme que Jimin estará bien.
A su chofer se le escapó una sonrisa a medias.
Hacía mucho tiempo que el comandante Kim Namjoon no recibía una orden. Tenía trabajo sucio que hacer, con personas por investigar y era la parte que más le emocionaba de trabajar para Taehyung. Sobre todo, disfrutaría aún más porque se volvió algo personal en cuanto osaron tocar al omega de su jefe, una vez más.
"Esa gente aprenderá de una vez por todas", pensó, luego de tomar el botiquín y colocarse de nuevo los antejos de sol.
Jimin fue apuñalado. Minnie no puede contactar con Jimin. El bebé corre riesgo. Se viene la venganza de Taehyung. Dios mío, cómo es posible este sucesooo? 😭😭 (yo poniendo mi mejor cara de sorpresa y tragedia)
Originalmente no estaba programado este drama, pero no puedo evitar ponerle picante al asunto. No me odien porque yo les amo mucho 🙊💜💕
-Neremet-
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