8.- Libre
Una vez que la orden anterior quedó bloqueada, Ravi se desplomó inconsciente. Con cuidado TaekWoon lo tomó entre sus brazos, era importante sacarlo de allí y tratarlo a la brevedad posible.
Salió y subió con velocidad, en los pisos superiores el fuego comenzaba ya a hacer presa de casi todo a su alrededor y aún había personas que salían corriendo de los cuartos, la mayoría humanos que chocaban y tosían por el humo.
―Ese maldito, debió ordenar que se destruyera todo para limpiar evidencias, ―gruñó con molestia mientras se dirigía a la salida.
No bien había dado algunos pasos por el pasillo otra criatura se interpuso en su camino.
―¡Hey tú! No puedes llevarte la comida del maestro, ¿él me ha ordenado llevárselo así que entrégamelo ahora.
El rostro de TaekWoon se crispó ligeramente al escuchar cómo llamaban a aquel chico simplemente como "comida". Sin embargo tuvo oportunidad de desquitar su furia pues en cuanto la criatura contraria se acercó a él le asestó una fuerte patada que terminó lanzándolo contra la pared opuesta hasta casi atravesarla, antes de que pudiera recuperarse Leo pasó justo encima de su pecho, aplastando para siempre su corazón.
En su camino hacia arriba tuvo otros dos encuentros similares que terminaron con el mismo resultado.
Ya en la planta baja se encontró a Ken, quien sostenía a un muchacho castaño con quien al parecer discutían. En cuanto se acercó el chico miró a Ravi y luego a TaekWoon con suspicacia.
―¿Ves? Te dije que lo traeríamos, ahora vámonos, por favor. ―Ken sonaba desesperado.
―Mírame, ―pidió TaekWoon al humano, quien lo hizo con cierta reticencia.
―Eres el que lo había mordido antes ¿no es así?
TaekWoon asintió levemente sin destrabar sus miradas, luego le habló con la misma voz de mando que a Ravi.
―Debemos irnos ahora, tu amigo necesita cuidados y YongGuk podría tener algún secuaz aún leal que quiera venir por él. ¡Nos vamos ahora!
Aún en el caos que los rodeaba TaekWoon ni siquiera tuvo que alzar la voz, pudo percibir como su orden rompía la que anteriormente le había dado el otro vampiro.
Hongbin se apoyó en Ken para que pudiera ayudarlo a moverse y salir del hogar en llamas. Los coches policiales y de bomberos ya se apelotonaban enfrente para intentar controlar la situación y, se movieron con bastante rapidez, ninguna de las cuatro figuras pasó desapercibida a los ojos del capitán de policías de la ciudad.
Avanzaron con prisa hasta que llegaron al hogar de Leo y Ken, donde el primero recostó a Ravi de manera cuidadosa en una de las habitaciones de invitados de los niveles superiores; inmediatamente Hongbin se acercó a revisarlo.
―¿Eres médico? ―preguntó Leo con la misma pasividad de siempre.
―Algo así, estudié enfermería y me encargaba de cuidar de todos los chicos en el lugar, aunque sobre todo de Ravi dada su... condición.
―Ya veo, bien dime qué necesitas para ayudarlo.
Hongbin se quedó pensativo por algunos momentos, ¿en verdad aquel vampiro quería ayudarlos? Temía que se tratara de alguna trampa, pero parecía que aquel era aún más fuerte que YongGuk, lo suficiente para atreverse a confrontarlo, así que, quizá lo mejor era aprovecharse de él por el momento.
Así que en lugar de quejarse o algo simplemente comenzó a darle a Leo el listado de los distintos instrumentos y sustancias que necesitaría para poder curar a Ravi.
Mientras TaekWoon memorizaba todos aquellos nombres se dio cuenta que el humano se detenía el costado cada cierto tiempo, aunque no dijo nada.
―... y con eso será suficiente, con eso puedo ayudarlo sin la necesidad de ir a un hospital.
―De acuerdo, lo traeré todo. Ken, ve por suficiente comida para que puedan alimentarse hoy y mañana durante el día.
>Volveremos de inmediato, no salgan de aquí pues este es el lugar más seguro para ustedes en este momento.
Hongbin asintió y luego de algunos segundos ambas criaturas desaparecieron, al quedarse prácticamente sólo se dedicó a observar todo a su alrededor. Era una habitación limpia y hasta cierto punto elegante, con los muebles ornamentados de colores obscuros, sin embargo todo el lugar se sentía bastante impersonal.
Intentaba también procesar todo lo que había ocurrido, había sido demasiado rápido, un momento estaba tranquilo revisando a uno de los nuevos reclutas y al siguiente le llegaba la alarma de abandonar su hogar y buscar un refugio hasta que YongGuk se pusiera en contacto con uno. De inmediato se había dirigido por su amigo solo para ser interceptado por aquel bello vampiro pelinegro que nunca había visto antes y que al parecer estaba bastante nervioso.
Pasados alrededor de cinco minutos pudo escucharse algo de ruido fuera de la habitación, luego de lo cual Ken entró al cuarto cargando varias bolsas de comida preparada.
―He dejado lo demás en la cocina, así por la mañana o tarde podrán prepararse lo que quieran, por lo mientras creo que esto te gustará, al menos los otros clientes parecían disfrutarlo.
Mientras hablaba iba dejando sobre la mesa varios tazones con arroz, fideos y otros guisos varios. Poco después Leo también regresó y le dio todos los instrumentos médicos que le había pedido.
―No... habrán robado todo esto ¿verdad?
―No tal cual, no podemos hacer la transacción como tal y menos en estas circunstancias, pero dejamos el dinero suficiente para compensar lo que hemos tomado y un poco más. ―explicó el vampiro de los ojos verdes.
Hongbin se quedó mirando la comida algunos momentos así como los instrumentos médicos.
TaekWoon se acercó de pronto a Ravi y acarició su cabello blanco, apartándoselo de la cara, aunque el humano no mostró la menor reacción.
―Lo entiendo, pero no necesitas desconfiar. Anda, sana a tu amigo y recupérate tú también.
Luego de hablar se acercó y tomó la playera del humano castaño, levantándola de golpe. Tal como esperaba había allí un fuerte golpe que ya comenzaba a marcarse en su costado.
Hongbin se asustó, intentó quitar el agarre del vampiro con un manotazo, y aunque el dolor que sintió por el impacto le indicó que era inútil, TaekWoon lo soltó antes de que lastimara realmente.
―Por favor, cúrate tú mismo y a Ravi, mañana en cuanto caiga la noche te explicaré todo ¿de acuerdo?
Hongbin se quedó mirándolo algunos momentos, pensativo.
―Por qué no vuelves a utilizar tu voz de mando.
―No es algo que quiera hacer, no es bueno jugar con la voluntad de los humanos. Además ¿cómo podrías confiar en nosotros si sólo hiciera eso? Prefiero exponerte la verdad: ni tú ni Ravi están en condiciones para andar por la calle y, aunque de Día YongGuk no pueda atacarlos directamente, es muy probable que tenga esbirros humanos que los estén buscando.
La voz de TaekWoon era baja y tranquila, obligaba a Hongbin a ponerle atención y a pensar en sus palabras. Era cierto, Hongbin conocía muy bien a los servidores de su antiguo captor como para saber que estarían buscando a Ravi para llevarlo con él, era importante evitarlo.
―De acuerdo, lo haré. Tal como comentas es nuestra mejor opción. ¿Estás seguro que estaremos bien durante el día?
TaekWoon asintió, pero fue el otro vampiro el que sonrió emocionado.
―En este lugar está la biblioteca de los muertos, no hay mejor lugar para defenderse de uno de los nuestros.
Hongbin no sabía a qué se refería con eso de "biblioteca de los muertos", pero decidió que le preguntaría una vez que le explicaran todo lo demás. Debía ocuparse de lo importante.
―La puerta de enfrente es otro cuarto igual a este, si necesitas descansar ahí podrás hacerlo con mayor comodidad .
Ambas criaturas dieron la vuelta para dirigirse a la salida, cuando Leo ya abría la puerta Hongbin les llamó.
―Emm... ah, muchas gracias, a los dos.
―No es necesario que las des. Por cierto, puedes decirme Leo, y él es Ken.
―Bueno, Leo, Ken, soy Hongbin y en serio les agradezco que nos salvaran.
Leo salió sin decir nada más, aunque Ken le dedicó una amable sonrisa antes de cerrar la puerta tras de sí.
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