3.- Esclavo

Wonsik disfrutaba de la luz del sol sobre su piel, no solo era la tibieza que le transmitía, también la seguridad: mientras el sol estuviera allí ningún maldito chupasangre vendría a molestarlo.

Había una ligera presión sobre su mano izquierda, lo cual indicaba que le habían tenido que poner una intravenosa de nuevo. Abrió los ojos, en efecto ahí estaba la aguja incrustada en la vena de su mano izquierda. 

Suspiró con pesadez, algunas veces los "amigos" de YongGuk podían llegar a ser algo extremos, aunque esta no era ni de cerca la peor de las veces que lo habían utilizado de alimento, sí se acercaba al top.

­―Hey, al fin despiertas amigo, ―sonó la voz alegre de Hongbin mientras entraba a la habitación

―Hola... ¿Ha pasado mucho tiempo?

―No, tranquilo. Te saqué de ahí poco después de la media noche, y no ha pasado demasiado tiempo desde que amaneció. ¿Tienes hambre?

―Creo que estoy lleno, ―bromeó, señalando la intravenosa en su mano.

―En ese caso descansa, revisaré rápido las heridas y te dejaré descansar.

Con ayuda de un pequeño algodón con alcohol Hongbin retiró el pequeño parche que había pegado sobre su brazo derecho, una vez libre podían verse los dos pequeños hoyos sobre la piel, uno de los cuales parecía rasgado.

Bañó ambas heridas con la ambarina sustancia antiséptica y cicatrizante antes de volver a cubrirlas con una nueva bandita. Wonsik solo veía adormilado toda la operación, agradeciendo mentalmente el que su amigo estuviera ahí para él.

Para cuando Hongbin pasó a la herida en su muslo Wonsik ya estaba dormido de nuevo. El menor se alegró, Ravi necesitaba descansar luego de lo que había pasado; en ocasiones como esa se lamentaba no poder hacer algo más por su amigo.

Se apresuró a terminar de curarlo para que pudiera seguir descansando, sabía que el sol le ayudaba así que dejó las cortinas abiertas, lo cubrió solamente con la ligera sábana blanca y lo dejó dormir.

Sin embargo en cuanto anocheció la presencia de YongGuk llenó el lugar pocos instantes antes de que entrara al cuarto.

­―Despierta, mi delicioso Ravi, que hoy tenemos un invitado muy especial al que debemos complacer ­―dijo acercándose a la cama.

Sin embargo antes de que llegara a ella Hongbin se interpuso en su camino.

­―Por favor, es demasiado pronto, Ravi-hyung aún necesita recuperarse....

­―¿Te atreves a contradecirme? ­―Le interrumpió el vampiro gruñendo.

­―No, no es eso, es solo qué...

­―¡Entonces quítate!

­―Sólo un día más, por favor. Dale otro día de descanso y estará como nuevo.

­―Será mejor que no me obligues a quitarte Lee Hong Bin.

Dio un amenazante paso hacia él, pero ambos fueron interrumpidos.

­―¡Basta! Lo haré, ­―Ravi se había levantado y se arrancó la intravenosa del dorso de la mano, sabiendo que el aroma distraería a YongGuk.

En efecto así fue, YongGuk pasó de largo a Hongbin y se acercó para tomar la mano lastimada, pasó su lengua varias veces por la herida antes de cerrarla.

―Levántate y date la vuelta, ―ordenó YongGuk, a lo que Ravi obedeció.

YongGuk tomó sus brazos, acomodándolos a su espalda hasta que casi alcanza a tocarse los codos, con lo que Ravi tuvo que estirarse y sacar el pecho. La criatura trabó las muñequeras entre ellas en esa posición.

―Muy bien, ahora ven conmigo ―dijo dando media vuelta para salir del cuarto.

Antes de seguirlo Wonsik le dedicó a Hongbin una mirada para indicarle que estaba bien, que no se preocupara. El saber que lo tenía le ayudaba a enfrentar lo que fuera que se acercaba.

Era algo difícil caminar descalzo y con las manos atadas así a la espalda, a pesar de lo cual se apresuró a seguir al otro hasta un gran cuarto de elegantes maderas y varios sillones a lo largo de las paredes.

Antes de que pudiera reaccionar YongGuk tomó el collar de Ravi y lo jaló hasta obligarlo a mirarlo.

―Escucha bien, esta reunión es muy importante para mí, así que no hablarás ni te quejaras, te entregarás completamente a lo que sea que él te pida ―ordenó con su grave voz de mando―. Ahora ve y espéranos sentado ahí.

Ravi obedeció sin tener mayor posibilidad, fue a sentarse al lugar indicado mientras esperaba. En cuanto se quedó sólo volvió a luchar contra la sujeción de las muñequeras, aunque de nuevo no hubo nada que pudiera hacer.

No pasó mucho tiempo antes de que YongGuk volviera con su acompañante, Ravi se puso de pie para recibirlo sin embargo en cuanto lo vio se quedó inmóvil.

Se trataba de otro vampiro, eso era seguro, con su piel sumamente blanca contrastando con el cabello tan negro que caía en elegante desorden hasta casi sus mejillas, llegando incluso a cubrir parte de sus ojos.

Eran estos ojos lo más distintivo de la criatura, pues aunque todas las criaturas que Ravi conocía tenían los ojos violetas, los de él eran de un brillante color verde, igual de sobrenaturales que los otros. El distintivo, además del color, era que mientras todos lo miraban siempre con hambre y deseo, esta criatura lo miró con una curiosa seriedad que parecía casi inocente.

Se percató entonces que lo estaba mirando directamente y sin saber muy bien por qué se avergonzó, así que bajó la vista, notando el traje azul rey con detalles en negro que portaba, todo su ser denotaba no solo elegancia sino poder. Se atrevía a creer que un poder incluso mayor que el de YongGuk.

―Este es mi pareja, y como puedes ver es especial, es por eso que quiero entrar a los tomos antiguos, creo que podría descubrir más sobre él.

Wonsik difícilmente hacía caso a las palabras de YongGuk, ni siquiera cuando lo llamo "mi pareja", estaba demasiado distraído analizando al recién llegado. El otro tampoco parecía dedicarle mucha atención, miraba directamente a Ravi y conforme se acercaba el humano pudo sentir la presión de su poder.

―Si no me crees puedes probarlo... aunque te diré una cosa Leo, si me dejas investigar lo que busco, podrías alimentarte de él cada vez que lo desees.

Algo en la esencia del recién llegado cambió, una intensidad que hizo a Ravi caer de rodillas. Leo había llegado justo frente a él y también se arrodilló, en ningún momento había dejado de mirarlo, analizando quizá su comportamiento.

Una de sus manos se movió entonces hasta cubrir parte de su mejilla, lo que le hizo levantar el rostro hasta observarlo, de manera que se perdió de nuevo en aquellos intensos ojos verdes. Pudo sentir como el pulgar frío de la criatura acariciaba sus labios con suavidad, logrando que los abriera un poco.

Sin soltarlo inclinó su rostro hasta esconderlo contra el cuello de Ravi.

―Solo será un pequeño sorbo ¿de acuerdo? ―susurró en su oído.

La mano se movió hasta rodearlo y sintió su aliento avanzando desde su oído pasando por su cuello y hasta su hombro, para ese momento Wonsik ya tenía la piel toda erizada y su respiración se había acelerado. En definitiva, aquella era una ocasión totalmente diferente a la que vivía de manera usual con las otras criaturas.

Por fin los labios se posaron sobre su piel, aun en medio de la confusión que lo dominaba Wonsik anticipó el dolor que acompañaba siempre a las mordidas.

En cuanto los delgados colmillos penetraron su piel un fuerte ramalazo de placer sacudió todo su cuerpo, arrancándole un leve gemido que no pudo contener. Aquello era totalmente inesperado y Wonsik ni siquiera pudo reaccionar mientras aquellos labios se movían sobre su piel con una succión tan delicada como erótica; jamás había sentido nada por el estilo y estaba a merced del placer por completo. Sólo pudo recargar la cabeza en el hombro contrario intentando no perderse ni explotar en mil pedazos, cosa aún más difícil cuando la lengua húmeda del vampiro se pasó varias veces por su sensible piel.

Y aunque cuando terminó, el vampiro de ojos verdes no lo soltó hasta que logró estabilizarse un poco. 

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