28.- Extra HyukBin (+18)

Salieron de la casa de Leo pensando a dónde ir, al final terminaron por ir al departamento de Hyuk, que no estaba tan lejos y les daría la suficiente privacidad para poder hablar.

Una vez que llegaron Hyuk se apresuró a sacar dos botellas de cerveza para poder platicar a gusto, con ellas ambos se sentaron en la pequeña sala, aunque una vez de frente Hyuk no supo qué decir, estaba nervioso.

—Así que aquí es donde vives, parece bastante confortable.

—Lo es, aunque un poco solitario... —se avergonzó de pronto al pensar lo que había dicho, para ocultarlo bebió un largo sorbo de su bebida.

Hongbin sonrió ampliamente, logrando que el menor se sonrojara aún más.

—Si aún opinas como al inicio, podemos arreglar eso.

—¡Sí! Aún siento lo mismo por ti.

—Me alegra escuchar eso, pero Hyogi, debo advertirte que jamás he tenido una relación así, por lo que deberás ayudarme a aprender.

Aquella aseveración logró que Hyuk tragara duro, mientras su corazón se aceleraba peligrosamente, ¿Cómo podía el mayor ser tan tierno y sexy al mismo tiempo? Si seguía así terminaría perdiendo el control.

—Eso es lo menos importante, hyung lo que quiero es estar junto a ti.

—Perfecto, entonces olvida los nervios que está todo solucionado.

De nuevo aquella sonrisa que volvía loco a Hyuk, aquella que había admirado durante todo el tiempo que había pasado a su lado. Antes de pensarlo mejor dejó la botella vacía sobre la mesa y fue a sentarse al lado de Hongbin.

—Hyung... —fue lo único que alcanzó a decir antes de que sus labios se encontraran.

En un inicio fue un beso lento, casi tierno, como si ambos fueran tanteando el terreno o no terminaran de creer que, por fin, aquello estaba ocurriendo.

No pasó demasiado tiempo mientras la intensidad comenzaba a subir, ambos disfrutaban bastante de aquella sensación y ahora no había motivos para refrenarse. La espalda de Hongbin se fue resbalando hasta que terminó acostado sobre el sillón con Hyuk de nuevo sobre él.

Se separaron un momento sólo para poder respirar, momento que el menor aprovechó para arrancar la playera de Hongbin, de quien no solo la cara sino también el pecho estaban sonrojados debido al intenso latir de su corazón.

Hyuk volvió a inclinarse, aunque esta vez sus labios se dirigieron al oído y al cuello de Hongbin, disfrutando de la manera en que el mayor temblaba ante sus atenciones, soltando pequeños gemidos que quedaban atrapados en su garganta.

Cuando utilizó sus dientes en esa zona tan sensible logró que el castaño arqueara su cuerpo, esta vez sin poder contener el gemido que escapó de su cuerpo. Las manos hábiles de Hyuk acariciaban el cuerpo de Hongbin hasta arrancarle la razón, dejando que solo fuera sensaciones y placer.

De pronto se levantó un poco para mirar la cara de éxtasis que tenía Hongbin, en cuanto lo hizo tomó una decisión y se levantó de un salto.

—Vuelvo en dos segundos, —y echó a correr hacia su cuarto.

En efecto, solo un instante después había vuelto a su lado, con un pequeño contenedor y una cajita en sus manos. Le enseñó al mayo el tubo, "Lubricante en gel, con anestésico" se leía, la cajita era de condones.

Al ver todo esto una parte del raciocínio de Hongbin regresó a su cerebro dominado por hormonas.

—Hyuk... yo...

El menor dejó sus recientes adquisiciones y se sentó al lado de Hongbin de nuevo, preocupado.

—Lo siento Hyung, si esto es demasiado rápido....

—No, no es eso, en realidad, yo —Hongbin seguía bastante sonrojado y tartamudeó.

—¿Que ocurre, Hongbin-hyung? Puedes decirme lo que sea,

Hongbin respiró profundo, sin fijar su vista en el contrario habló con un susurro.

—Jamás he estado con nadie en ese sentido.

—¿En verdad? ¿Y todos esos vampiros?

—Ellos no pueden hacerlo, su medio de placer son simplemente las mordidas. Te dije que jamás he estado en una relación como esta.

Por algunos momentos Hyuk bajó la mirada, notando el cuerpo despierto de Hongbin se convenció de lo que el mayor quería. Pronto su mirada pasó de ser preocupada a ser más parecida a la de un depredador.

—No necesitas preocuparte, mi tierno Binnie, te enseñaré todo lo que necesitas saber, sólo confía en mí ¿de acuerdo?

Hongbin respiró profundo, las palabras de de Hyuk habían viajado directamente a su entrepierna, alimentándolo aún más. Sí, en verdad lo deseaba y confiaba en Hyuk lo suficiente como para entregarse.

—Sólo, se gentil.

Hyuk casi perdió el control ante aquella frase, se movió para volver a besarlo con intensidad mientras se colocaba entre sus piernas, una vez ahí comenzó a bajar sus atenciones poco a poco hasta llegar a aquella zona que necesitaba tanta atención.

Hongbin jadeó con fuerza al sentir cómo su sexo era liberado de su pirisón de tela, por algunos momentos se cubrió la cara, avergonzado de que Hyuk viera directamente aquella zona, sin embargo en cuanto el menor comenzó a utilizar su mano y su boca a ritmos iguales cualquier inhibición que pudiera tener quedó destruida.

Era una sensación tan novedosa como intensa, el vaivén de Hyuk, la húmeda sensación de su boca cálida, todo aquello arrastraba a Hongbin, no podía hacer mucho más que sujetarse con fuerza a la tela del sillón para evitar salir volando.

Ni siquiera pudo darse cuenta del momento en el que Hyuk se estiró para recuperar el pequeño contenedor, de un momento a otro la caricia en su sensible entrada se sumó a toda la vorágine de intensas sensaciones que lo embriagaban.

Instintivamente abrió aún más las piernas, para darle al menor cualquier espacio que pudiera necesitar para seguir otorgandole aquel placer tan delicioso. Solamente cuando por fin un dedo se coló en su interior fue que sintió un ligero malestar en aquella zona, sin embargo se veía opacada por todo lo demás.

—Relájate Hyung, solo será un momento.

Hyuk introdujo un poco más su dedo, girándolo y doblándolo un poco para encontrar el punto más dulce de su Binnie, todo esto sin descuidar el trabajo de su mano izquierda, luego de algunos instantes así logró encontrar el punto justo.

El cuerpo de Hongbin de pronto se vio atacado por un ramalazo de placer que casi le hizo ver estrellas mientras el placer explotaba con una fuerza inusitada, y el masaje de Hyuk no se detenía, logrando así que su orgasmo se convirtiera en un sube y baja de placer.

Cuando recuperó el conocimiento, Hyuk ya jugaba con tres dedos en su interior pero no había rastro alguno de dolor o molestia, solo el eco del placer vivido. Solo entonces Hyuk lo soltó para deshacerse de la ropa que aprisionaba, mientras el castaño observaba aun con los ojos nublados.

El pelinegro se apresuró a colocarse el preservativo para luego situarse de nuevo entre las piernas de su hyung, tomó sus tobillos para subirlos al mismo sillón, de manera que quedaba totalmente abierto y expuesto ante él, era en definitiva la imagen más exquisita que había presenciado jamás.

Utilizando una mano como guía comenzó a entrar en Hongbin, atento a cualquier signo de dolor que demostrara su mayor, tuvo que utilizar cada gramo de autocontrol que tenía en el cuerpo para no entrar de golpe. Aun cuando tocó fondo esperó algunos momentos más, dando a Hongbin la oportunidad de acostumbrarse a su tamaño.

—Si... sigue, no, pares —rogó entonces Hongbin con la respiración entrecortada.

La sonrisa de Hyuk fue entonces todo menos inocente, salió casi por completo antes de volver a enterrarse, apuñalando sin piedad la próstata de su mayor una y otra vez. Los gemidos de Hongbin eran ya incontrolables, mezclados con gruñidos y jadeos de ambos creaban una sinfonía, aunados al choque de las pieles húmedas.

Hongbin se sujetaba con fuerza a la espalda y los hombros del contrario, al grado de dejar líneas rojizas en su pálida piel, el ritmo crecía a la par que lo hacía su placer y pronto el castaño volvió a alcanzar a Hyuk en la orillas del abismo.

El último empujón fue escuchar al pelinegro gemir su nombre con la voz ronca por el placer, gracias a lo cual el éxtasis volvió a recorrer su cuerpo en explosivas oleadas, los espasmos que aquello causó lograron que Hyuk cayera a su lado, aún con su nombre entre sus labios.

Pasaron varios minutos antes de que ambos pudieran recuperar el control de sus cuerpo y mentes, aún con la respiración agitada Hyuk salió con todo el cuidado que pudo, a pesar de lo cual Hongbin se quejó ligeramente.

—¿Estás bien Binnie?

—Demasiado bien —ronroneó mientras se recostaba con cuidado en el mismo sofá.

Creía que si se paraba sus piernas temblarían hasta hacerlo caer, así que se quedó ahí aun mientras el menor terminaba de limpiar todo. Regresó después con una manta para acurrucarse contra Hongbin y cubrirlos a ambos.

Aunque el mayor ya estaba dormitando para ese momento, abrazó con fuerza a su Hyuk contra su pecho.

—Gracias Hyogi, te amo —susurró antes de quedar profundamente dormido, por lo que no pudo notar la gran sonrisa que iluminaba el rostro del menor hasta que también se durmió.

FIN

Noviembre 2020

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¡Fin! Y así terminamos nuestro segundo libro de la saga ¿Qué les pareció? Espero que la hayan disfrutado.

En verdad, muchas muchas gracias a todos los que leyeron y comentaron esta historia, siempre me hacen muy feliz.

La próxima semana comenzaremos con Servicio Feérico, que tendrá como protagonistas a Super Junior. Y como surgió otra idea, tal vez haya un cuarto con EXO, pero aún no estoy 100% segura, les iré avisando.

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