23.- Extra HyukBin

Hongbin intentaba curar y vendar la herida del menor, afortunadamente no parecía ser tan grave a pesar de ser un golpe en la cabeza. Se sentía asustado, preocupado y, sobre todo, culpable.

La tienda no quedaba muy lejos y no era la primera vez que salían aunque fuera de noche, aunque sí la primera que lo hacían sin la compañía de Ken. A pesar de eso se había confiado, a su lado iba Hyuk y llevaba su arma consigo así que se sentía seguro.

Y creyó que lo iban a lograr cuando ya solo faltaban un par de cuadras para regresar a la casa, estaba tan ansioso por probar su nuevo juego que aceleró el paso y jaló un poco al menor para que se apurara.

Todo había sido divertido hasta que el gruñido sofocado de Ravi los silenció, seguido por aquel maldito sonido vibrante de la electricidad. Apenas estaba levantando la vista mientras Hyuk ya desenfundaba su arma, sin embargo antes de que ninguno de los dos pudiera reaccionar otra de aquella sombras negras apareció detrás y de un golpe sordo en la nuca tiró al menor.

Hongbin se arrodilló junto a Hyuk mientras notaba cómo el cuerpo laxo de Ravi era llevado por la misma criatura vestida de negro que lo había inmovilizado. Notó el arma de Hyuk en el suelo pero para cuando la había levantado ya todo había terminado y estaban solos en la calle oscura.

Maldijo para sus adentros mientras llevaba a un Hyuk aún semi inconsciente hasta la casa, donde las dos criaturas ya los esperaban. Esperaba que Leo les regañara por haber salido solos, él mismo se reñía mentalmente, pero en cuanto le contó lo que había pasado este desapareció con la intención de buscarlo.

Ken debió de irse a acostar pero sólo después de que llamaran a N para pedirle que acudiera con ellos.

Estaba terminando de vendar la cabeza de Hyuk mientras pensaba en todo eso que había pasado, de pronto sonó el timbre de la puerta, lo que ocasionó que Hongbin brincara en su lugar.

Hyuk rió momentáneamente mientras le acariciaba el brazo.

―Tranquilo Kong, sólo es N. ―Antes de que se levantara el menor lo tomó de la nuca para pegar su frente a la contraria―. Tranquilo, todo saldrá bien, recuperaremos a tu amigo y acabaremos con todo esto.

Hongbin se abrazó con fuerza a él, no dejaba de temblar y, aunque intentaba contener las lágrimas le era bastante difícil.

―Hyuk, lo lamento, yo sólo...

El menor aprovechó la posición para darle un ligero cabezazo, mala idea en realidad pues aumentó su propio dolor pero sirvió para silenciar a Hongbin.

―No te atrevas a decir que fue tu culpa, porque yo podría decir lo mismo de mi falta de reacción.

―Pero eso no...

―¿Lo ves? La culpa de lo que ocurrió es de aquellos malditos que hicieron esto y nada más, es por eso que les haremos pagar una vez que los atrapemos ¿de acuerdo?

―De acuerdo, ―suspiró el mayor.

Se levantó por fin para abrir la puerta al capitán de la policía, al cual volvió a narrarle todo lo que había ocurrido, esta vez más calmado y con la ayuda de Hyuk.

―Ya veo. Bien, movilizaré a los muchachos para buscarlos, aunque creo que los encontraremos hasta la próxima noche.

―¿Hasta la próxima noche? ―preguntó Hongbin preocupado.

―Claro, por lo que me han contado Leo no podrá salir y dudo mucho que Ravi quiera salir dejándolo sólo así. Así que hasta que caiga la noche los dos saldrán juntos y podemos encontrarlos, de todas formas llamaré a otros oficiales para que estén atentos buscándolos. ―Se levantó para comenzar a llamar por su celular.

Hongbin se derrumbó contra el respaldo del sillón y cerró los ojos, de pronto sintió a Hyuk recargándose contra él, al bajar la vista se encontró con el pequeño semi recostado en su pecho.

―No te martirices Kong, te aseguro que todo saldrá bien.

―¿Cómo puedes asegurarlo?

―Porque sí, ―contestó con simpleza para luego dedicarle una gran sonrisa contra la que el castaño no pudo hacer nada―. Supongo que aunque te recomiende ir a dormir no me harás caso ¿verdad?

―No podría dormir ni aunque quisiera. Prefiero ayudar en lo posible, así que iré a preparar algo de café, ¿quieres algo?

―Te ayudaré, ―antes de que pudiera levantarse Hongbin lo tomó de los hombros.

―Tranquilo, tú necesitas recostarte y descansar, porque en el momento en que el dolor de cabeza empeore, te marees o te den náuseas, me tienes que decir para ir al hospital.

Hyuk hizo un puchero con los labios.

―Estoy bien, no necesitas preocuparte.

―Como sea, debes hacerme caso, soy tu mayor y tu ahora tu sanador―le sacó la lengua antes de moverse a la cocina.

Hyuk se quedó mirando al mayor mientras se escabullía, ni siquiera se dio cuenta cuando N se había acercado.

―Tu mayor, tu sanador y tu siguiente pareja ¿no es así? ―se burló en su oído para evitar que Hongbin alcanzara a escucharlo.

―¡Cállate! ―gruñó molesto, dándole un almohadazo para evitar que notara su rubor.

―Tranquilo, te conozco bien y creo que Hongbin es una buena opción. Además, sospecho que no tengo que recordarte que cuides la parte laboral antes de inmiscuir lo personal.

―No, no tienes que hacerlo. Ya lo hablamos y acordamos no hacer nada hasta que acabe toda la misión.

―¡Sabía que podía confiar en mi bebé! ―lo molestó revolviendole el cabello como usualmente hacía.

Hyuk lo apartó de un manotazo tanto por el enojo como por el dolor que le causó su movimiento.

―No te golpeo sólo porque eres mi jefe, ―amenazó el menor.

―Y porque me amas, ya lo sé. Como sea, debes ser un niño bueno y hacer caso a tus mayores.

Antes de que Hyuk pudiera cumplir su amenaza N también huyó a la cocina mientras sacaba de nuevo su celular. Les esperaba bastante trabajo para ese día.

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