10.- Esclavo
De nuevo esa caricia, aún en entre sueños podía sentirla: una mano amable que acariciaba su rostro alejando las pesadillas. Había intentado despertar para poder descubrir a su dueño pero le era imposible.
Cuando por fin logró abrir los ojos la luz del día dominaba el elegante cuarto en el que había estado durmiendo, tardó un poco en ubicar dónde estaba mientras los recuerdos de lo que había pasado en su escape volvían a su mente.
Se incorporó hasta quedar sentado, el movimiento llamó la atención de Hongbin y de otro chico junto a él.
―Hey, hermano, ¿cómo te encuentras?
―Cansado, pero he dormido demasiado, ¿qué ocurrió? ¿Quién es él?
―Tranquilo, te lo iré explicando todo. Él es SangHyuk, es un oficial de policía y está aquí para cuidarnos
El joven se acercó y le tendió la mano con una sonrisa, parecía más un chico travieso que un policía pero Ravi no se iba a quejar.
―Mucho gusto, puedes decirme solamente Hyuk.
―Ravi, ―se presentí, estrechando la mano ofrecida―. Hongbin, ¿qué ocurrió con el otro... el de los ojos verdes?
―No te preocupes, Hyuk sabe lo mismo que nosotros, no necesitas cuidar tus palabras. En cuanto a Leo, esta es su casa, es muy probable que él venga cuando caiga la noche.
―Leo... ―repitió en voz baja Ravi, se hizo el cabello hacia atrás en una repetición inconsciente de la caricia que había sentido antes.
―En realidad, ha venido a verte varias veces mientras estabas dormido. Y nos trajo aquí para mantenernos seguros de YongGuk o de alguno de sus... esbirros, es la palabra que él usa.
―¿Y cómo te sientes? ―preguntó Hyuk entonces.
―Estoy mejor, gracias. En realidad, estoy demasiado acostumbrado a esto ―susurró, más un pensamiento para sí mismo que una frase para causar pena.
―Bueno, pues ya no más ―dijo el menor con seguridad―, nos encargaremos de esos malhechores y tanto tú como Hongbin podrán volver a ser libres.
Hongbin sonrió y le revolvió el cabello, molestándolo. Se acomodó en una de las sillas y procedió a contarle todo lo que había ocurrido, el cómo habían escapado de la casa de YongGuk en llamas gracias a Leo y a Ken, los habían llevado a esa casa y habían "comprado" muchas cosas para ellos, así como la primera visita de N.
Luego de esto, Leo y Ken le habían contado sobre su encuentro con YongGuk y el plan que habían hecho para ayudarlos.
―No entendí muy bien, pero Leo tiene acceso a cierta información que YongGuk quería, para eso te había utilizado pero Leo lo engañó para poder sacarnos, y aunque su plan no funcionó al final logró hacerlo. Ahora tanto la policía como otras criaturas lo buscan y nosotros permaneceremos aquí mientras lo atrapan.
―Y... ¿les dio alguna razón para ayudarnos?
―Bueno, no, en realidad Leo no habla casi nada ―rio ante el recuerdo―, y aunque dijo algo acerca de su responsabilidad, tengo mis propias teorías.
Su sonrisa burlona no presagiaba nada bueno, aún así Ravi se atrevió a preguntar.
―¿A qué teoría te refieres?
―Está claro que le gustas, que siente algo por ti aunque no sé qué tanto amor puedan sentir los vampiros... El punto es que Leo te quería salvar, y cómo tú se los pediste me ayudaron a mí también.
Ravi suspiró, recordando aquel primer encuentro con ese Leo, en efecto era diferente al resto, pero se negaba a creer que algún vampiro pudiera sentir algo parecido al amor. Le habían dejado claro que sólo podían sentir hambre y voracidad.
―Lo más probable es que solo quiera mi sangre, igual que el resto ―susurró con amargura.
―No estoy del todo seguro, ha venido a verte un par de veces mientras dormías, y aunque todo su ser exuda, ―se quedó buscando las palabras para describirlo―, una especie de frío poder, contigo es diferente, lo he visto acariciarte y parece muy tierno.
Ravi solamente negó con la cabeza.
―Como sea, ¿qué pasó después?
―Bueno, luego de un buen rato regresó HakYeon con Hyuk y nos lo presentó. Luego de pedirle permiso a N, Leo utilizó ese poder raro que tienen de mando para ordenarle que le dijera sus intenciones. Hyuk le dijo que quería cumplir con su misión, ayudando a quien lo necesitaba. La respuesta satisfizo a ambos y ahora aquí está.
―Y vaya podercito ¿Eh? Conocía un poco de él pero el sentirlo es muy diferente, es como... como...
―Como si se metiera a tu cerebro y alborotara tus ideas hasta hacerte creer lo que ellos quieren ¿no es así? También lo he vivido demasiado.
―Sí, algo así, pero solo ha sido un momento, en cuanto contesté a sus preguntas la sensación desapareció.
De pronto Wonsik se sintió mareado, sujetándose la cabeza con una mano, volvió a recostarse.
―Descansa amigo, aún no estás al cien ―pidió Hongbin, acercándose para revisarlo.
―Estoy bien, sólo fue un mareo.
―No se ha restablecido toda tu sangre, esta vez bebieron demasiado de ti. Duerme un poco más y te despertaré más tarde para comer ¿de acuerdo?
―Mejor dime que quieres quedarte a solas con él y no inventes excusas Hongbin ―le susurró en broma, sin embargo se sorprendió al ver a su amigo sonrojarse.
―No digas tonterías y duérmete ―le riñó el castaño.
Wonsik rio levemente ante aquella situación y poco a poco el sueño volvió a dominar su cuerpo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top