IZANA KUROKAWA» PROMISE
Advertencia ⚠️
Presencia de smut
Ingresa al cuarto, descalza, con la sutileza de un ninja porque no quiere perturbar la paz que se respira en el ambiente luego de la feroz tormenta. Es conocedora de la complicada mente del moreno que ha robado su corazón, razón por la que siempre camina con cuidado a su alrededor, como si anduviera sobre hielo delgado a pesar de que conoce sus límites como la palma de su mano y es consciente de que jamás le haría daño. Desde el umbral de la puerta y entre las penumbras que habitan la habitación, Kazumi admira la estiliza figura masculina que se haya reclinada contra el barandal del balcón mientras observa desde las alturas la vida nocturna de la ciudad de Tokyo.
Se mantiene de esa manera por lo que parecen ser largos segundos, completamente perdida en la majestuosidad de aquel cuadro que se ha dibujado ante ella y que reclama apreciación, mínimo. No le molesta en lo absoluto verlo desde la lejanía porque siempre hay algo que admirar de él y, esta vez, es lo bien que se ve luciendo aquel conjunto negro que tan solo consta en unos pantalones y esa camisa larga con flores semi transparente que nunca se abrocha porque no le gusta hacerlo.
— ¿Por qué no te acercas? — cuestiona con calma Izana, sin girarse a verla, pero siendo completamente consciente de su presencia desde que ella puso un pie dentro del cuarto.
— ¿Me quieres cerca?
— Siempre te quiero cerca — le aclara con un tono que no da pie a titubeos y que derrocha una seguridad que solo consigue embriagar de amor el corazón de la joven.
El moreno gira la cabeza para posar su intensa mirada color violeta sobre la de ella, dándole más poder a sus palabras y consiguiendo que las esquinas de los labios de Kazumi tiren hacia arriba como acto reflejo. Feliz, como si se tratara de Navidad, recorre el camino que la guía hasta él en busca de su cautivador tacto. Lo necesita y, por la forma en que esas perlas que tiene por ojos la observan, sabe que él también.
Se cuelga a su cuello con facilidad mientras que Kurokawa la aferra contra su cuerpo desde la cintura, adorando poder percibir la suavidad y calidez que emana la piel de la contraria, la cual contrasta de manera perfecta con la fresca brisa nocturna que los acompaña esta noche. Silencioso, se deja mimar por las manos de su chica que le erizan la piel con cada toque y permite, tan sumiso como nunca nadie lo ha visto antes, que ella reclame sus labios en un beso sanador que pretende limpiar su alma de toda esa tristeza que lo embarga. Con cada roce, Izana se va derritiendo como chocolate en la boca de Kazumi y, dichoso, deja que ella marque el ritmo que le apetezca para esa noche; que su lengua domine la de él en una danza prohibida que solo ellos conocen y que lo traiga de regreso a la luz con su amor porque es lo que necesita.
La necesita.
Sentado en la acolchada cama la observa desde abajo con un deseo latente brillando en su mirada. Admira su belleza, embelesado, sin siquiera intentar pretender que no lo tiene a sus pies. Que si ella le dice salta, él sin pensarlo dos veces lo hará porque se trata de ella.
Sus dedos se aferran a la carne de su cintura cuando se sienta sobre él sin mediar palabra, uniendo sus intimidades. El ritmo sosegado que marca la cintura ajena y la humedad de su boca acariciando la piel desnuda de sus clavículas, son sinónimos de echar leña al fuego porque solo avivan el calor dentro de esas cuatro paredes.
Los gemidos se escapan de la boca de Izana como una melodía inigualable que deleita los oídos de la joven, quien se mueve con la única esperanza de oír más de ellos porque es una adicta. Le encantan, de la misma forma que la obra de arte que es él cuando se encuentra acalorado y despeinado, deseoso de más.
Juguetona, adorando la desesperada sed del chico por ella, permite que la despoje de las pocas prendas que lleva y que se pierda en el sabor de su piel. El recorrido que sus manos y boca realizan por su anatomía desatan agradables olas de placer, las cuales le arrancan más de un gemido que lleva su nombre.
Intentando tomarlo con calma, porque desea que aquello dure, la abraza por la cintura e intenta marcar un ritmo más tranquilo que le permita disfrutar plenamente el haberse convertido en uno solo. Esconde su rostro en el cuello de ella y mordisquea la dermis a su alcance, marcándola sin importarle la futura reprimenda que es más que seguro que le caerá al día siguiente, cuando Kazumi las note decorando su piel de manera escandalosa.
Inhala su aroma y acaricia su piel mientras se hunde en ella, lento y profundo, como más le gusta.
— Prométeme que no te irás... — le pide tras un gruñido que ataca directamente la fibra más sensible de ella.
Sin detener el movimiento de sus caderas, toma el rostro masculino entre sus manos y lo obliga a mirarla. Acaricia las hermosas facciones que posee el moreno y que son iluminadas por las luces de la ciudad que se filtran desde el balcón abierto para, con una profunda sinceridad, prometérselo porque de verdad lo siente.
— No me iré a ningún lado sin ti, Izana — le susurra para seguido sellar su promesa con la unión de sus labios.
Corto pero necesario porque es Izana.
Muchas gracias por leer, votar y comentar 💙 Se aprecia el gesto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top